El camino slow, tanto del consumo como de la creación de marcas de #moda, está lleno de preguntas y desafíos. Sin embargo, para quienes nos hemos comprometido en esta ruta hay una buena noticia: cada vez son más las personas que están dispuestas a acompañarnos en esta aventura. Hace unas semanas tuvimos la suerte de recibir la visita de una de ellas en Chile. Me refiero a la experta española en moda sustentable, Gema Gómez, creadora de Slow Fashion Spain, quien hoy nos entregará luces de lo que significa ser una marca de moda slow y cómo podemos convertirnos en consumidores más conscientes y responsables.
"Para mí una marca slow sería aquella que cuida naturaleza, humanos y seres vivos; dentro de esta definición hay muchas maneras de aplicar este concepto desde procesos más artesanales a la involucración de la industria y el I+D. Por ejemplo, una manera sería fabricar con materias que se produzcan lo máximo posible de manera local, que las personas que se ocupen de producirlas reciban un salario justo, buenas condiciones laborales, etc...
Otro ejemplo sería investigando para usar los mínimos recursos naturales en la producción de dichas prendas; o la innovación en la búsqueda de materias a partir de desechos alimentarios.
Cualquiera de estos ejemplos sería válido, y se podrían buscar muchos más que tengan que ver con la producción, con la búsqueda de una economía del bien común, etc... Creo que es fundamental analizar, comprender bien el ACV (análisis de ciclo de vida) de una prenda, que son los datos que nos permiten entender el impacto de nuestra producción, y a partir de ahí buscar alternativas mejorando este ACV, o bien buscar conceptos innovadores desde el I+D, y la creatividad pensando en la creación de un nuevo paradigma, como proclama el concepto Cradle to Cradle".
"El fast fashion es un modelo de negocio que para sustentarse se basa en la venta masiva de productos, con poco beneficio por prenda. Desde mi punto de vista este modelo será siempre incompatible con un concepto de decrecimiento, de producir menos prendas. Por mucho que usemos menos químicos en la producción, mientras se valore tan poco el producto, y usemos tantos recursos naturales para producirlos, es imposible que medio ambientalmente sea sostenible.
Por otro lado, teniendo en cuenta las condiciones en que se producen este tipo de prendas, y esto vale para prácticamente cualquier gran cadena hoy, creo que es muy cuestionable si para comprarme 5 camisetas al mes, hay una niña de 11 años al otro lado del mundo trabajando de 12 a 16 horas o más al día. Personalmente, prefiero tener menos camisetas pero con una seguridad de que la persona que lo ha fabricado tiene una vida digna".
"Es cierto que los consumidores no lo tienen aún muy fácil; dentro de este sector se dice que "no news, bad news", es decir, que aquellas marcas que no quieren hablar de lo que hacen, hay que desconfiar de lo que están haciendo. Creo que tenemos herramientas muy interesantes a nuestra disposición como son las redes sociales. Creo que es hora de preguntar a las marcas cómo están trabajando y exigir respuestas. En este sentido, la campaña Fashion Revolution Day, me parece realmente importante porque por primera vez todos los profesionales que estamos en línea con este concepto, la estuvimos apoyando y creando conciencia alrededor del mundo sobre la situación de las fábricas en el tercer mundo. También podemos usar apps que están surgiendo con certificaciones, como en moda sostenible o en Good Guide.
Y además podemos empezar a cambiar nuestro chip sobre el consumo, aprender a preguntarnos si realmente necesito lo que estoy comprando, tener nuestro armario bien ordenado y hecho conjuntos para comprar solo aquello que necesitamos para completar esos conjuntos. Y para terminar también podemos mejorar nuestros hábitos de cuidado de la ropa, no olvidemos que la mitad del impacto de la vida de una prenda se hace con el lavado, el secado y la plancha".
"Sé que es una pregunta difícil, y no tiene una respuesta fácil. Pero que muchas personas no tengan recursos para comprar no es una excusa para llenar el planeta de porquería, ya que los propios hijos de estas personas sufrirán las consecuencias. Creo que el talento de las diferentes culturas y las personas se tienen que involucrar en encontrar las soluciones. Seguramente se puedan diseñar sistemas donde las personas puedan usar ropa y devolverla después del uso con una pequeña cuota de tal manera que las empresas puedan recuperar la materia y crear otras prendas nuevas.
Creo que hay que aprender a pensar de otra manera y generar negocios que encuentren soluciones de verdad. Lo que hay que hacer es sentarse con gobiernos, empresas, universidades y representantes civiles a analizar esos retos. Estoy convencida de que se pueden diseñar múltiples sistemas y soluciones".
"En este sentido es difícil hablar de manera general, cada país tiene sus propias barreras culturales. Lo que es bueno para unas cosas no lo es tanto para otras. Por ejemplo, en algunos países de Europa es posible que exista más consciencia medio ambiental, sin embargo, la importancia del PIB merman las acciones pro medio ambiente. Creo que nos hemos desconectado demasiado de la naturaleza, no entendemos nuestro vínculo con ella y damos más importancia a tener varios zapatos nuevos que a tener oxígeno limpio para respirar. Sin embargo, en otras culturas 'aparentemente' menos desarrolladas según nuestros criterios, tienen una conexión mayor con la naturaleza, que seguramente les haga protegerla más.
Después de muchos años en este sector, creo que si queremos conseguir una sostenibilidad real, todos los ámbitos son fundamentales y hay que trabajarlos: la educación es fundamental, desde pequeños a la universidad, y no enseñar la ética y la sostenibilidad como asignaturas aparte, sino integradas dentro del resto de las materias de manera transversal; es la única manera que las podemos enseñar a asumir como propios estos conceptos. La economía, necesitamos una economía que sirva a las personas y no al contrario, una política que nos cuide y nos proteja, a nosotros y a los que vienen detrás...
Creo que cada uno debemos asumir nuestra responsabilidad, y poner nuestro granito de arena cada día para conseguir crear un mundo mejor para todos".
Ser una marca de moda slow según Gema Gómez
"Para mí una marca slow sería aquella que cuida naturaleza, humanos y seres vivos; dentro de esta definición hay muchas maneras de aplicar este concepto desde procesos más artesanales a la involucración de la industria y el I+D. Por ejemplo, una manera sería fabricar con materias que se produzcan lo máximo posible de manera local, que las personas que se ocupen de producirlas reciban un salario justo, buenas condiciones laborales, etc...
Otro ejemplo sería investigando para usar los mínimos recursos naturales en la producción de dichas prendas; o la innovación en la búsqueda de materias a partir de desechos alimentarios.
Cualquiera de estos ejemplos sería válido, y se podrían buscar muchos más que tengan que ver con la producción, con la búsqueda de una economía del bien común, etc... Creo que es fundamental analizar, comprender bien el ACV (análisis de ciclo de vida) de una prenda, que son los datos que nos permiten entender el impacto de nuestra producción, y a partir de ahí buscar alternativas mejorando este ACV, o bien buscar conceptos innovadores desde el I+D, y la creatividad pensando en la creación de un nuevo paradigma, como proclama el concepto Cradle to Cradle".
Dada las características del negocio ¿el fast fashion podrá ser algún día sustentable?
"El fast fashion es un modelo de negocio que para sustentarse se basa en la venta masiva de productos, con poco beneficio por prenda. Desde mi punto de vista este modelo será siempre incompatible con un concepto de decrecimiento, de producir menos prendas. Por mucho que usemos menos químicos en la producción, mientras se valore tan poco el producto, y usemos tantos recursos naturales para producirlos, es imposible que medio ambientalmente sea sostenible.
Por otro lado, teniendo en cuenta las condiciones en que se producen este tipo de prendas, y esto vale para prácticamente cualquier gran cadena hoy, creo que es muy cuestionable si para comprarme 5 camisetas al mes, hay una niña de 11 años al otro lado del mundo trabajando de 12 a 16 horas o más al día. Personalmente, prefiero tener menos camisetas pero con una seguridad de que la persona que lo ha fabricado tiene una vida digna".
En Slow Fashion Spain ofrecen cursos online sobre moda sostenible |
Cómo lograr ser un consumidor responsable en medio de la avalancha de información cruzada de la web
"Es cierto que los consumidores no lo tienen aún muy fácil; dentro de este sector se dice que "no news, bad news", es decir, que aquellas marcas que no quieren hablar de lo que hacen, hay que desconfiar de lo que están haciendo. Creo que tenemos herramientas muy interesantes a nuestra disposición como son las redes sociales. Creo que es hora de preguntar a las marcas cómo están trabajando y exigir respuestas. En este sentido, la campaña Fashion Revolution Day, me parece realmente importante porque por primera vez todos los profesionales que estamos en línea con este concepto, la estuvimos apoyando y creando conciencia alrededor del mundo sobre la situación de las fábricas en el tercer mundo. También podemos usar apps que están surgiendo con certificaciones, como en moda sostenible o en Good Guide.
Y además podemos empezar a cambiar nuestro chip sobre el consumo, aprender a preguntarnos si realmente necesito lo que estoy comprando, tener nuestro armario bien ordenado y hecho conjuntos para comprar solo aquello que necesitamos para completar esos conjuntos. Y para terminar también podemos mejorar nuestros hábitos de cuidado de la ropa, no olvidemos que la mitad del impacto de la vida de una prenda se hace con el lavado, el secado y la plancha".
Fashionistas y Slow es el libro de Gema Gómez que nos guía en el consumo responsable / Ilustraciones de Ana Lage |
¿Es posible generar una consciencia de consumo responsable en mercados donde "el precio" es el rey y no todos logran llegar a fin de mes?
"Sé que es una pregunta difícil, y no tiene una respuesta fácil. Pero que muchas personas no tengan recursos para comprar no es una excusa para llenar el planeta de porquería, ya que los propios hijos de estas personas sufrirán las consecuencias. Creo que el talento de las diferentes culturas y las personas se tienen que involucrar en encontrar las soluciones. Seguramente se puedan diseñar sistemas donde las personas puedan usar ropa y devolverla después del uso con una pequeña cuota de tal manera que las empresas puedan recuperar la materia y crear otras prendas nuevas.
Slow Fashion Spain promueve para esta Navidad la campaña #YoCompro #Yodecido |
Creo que hay que aprender a pensar de otra manera y generar negocios que encuentren soluciones de verdad. Lo que hay que hacer es sentarse con gobiernos, empresas, universidades y representantes civiles a analizar esos retos. Estoy convencida de que se pueden diseñar múltiples sistemas y soluciones".
Lo que le falta y/o le sobra a la industria de la moda internacional para llegar a ser sustentable en su conjunto
"En este sentido es difícil hablar de manera general, cada país tiene sus propias barreras culturales. Lo que es bueno para unas cosas no lo es tanto para otras. Por ejemplo, en algunos países de Europa es posible que exista más consciencia medio ambiental, sin embargo, la importancia del PIB merman las acciones pro medio ambiente. Creo que nos hemos desconectado demasiado de la naturaleza, no entendemos nuestro vínculo con ella y damos más importancia a tener varios zapatos nuevos que a tener oxígeno limpio para respirar. Sin embargo, en otras culturas 'aparentemente' menos desarrolladas según nuestros criterios, tienen una conexión mayor con la naturaleza, que seguramente les haga protegerla más.
El modelo de Anna Brismar es reseñado por Gema en su fanpage |
Después de muchos años en este sector, creo que si queremos conseguir una sostenibilidad real, todos los ámbitos son fundamentales y hay que trabajarlos: la educación es fundamental, desde pequeños a la universidad, y no enseñar la ética y la sostenibilidad como asignaturas aparte, sino integradas dentro del resto de las materias de manera transversal; es la única manera que las podemos enseñar a asumir como propios estos conceptos. La economía, necesitamos una economía que sirva a las personas y no al contrario, una política que nos cuide y nos proteja, a nosotros y a los que vienen detrás...
Creo que cada uno debemos asumir nuestra responsabilidad, y poner nuestro granito de arena cada día para conseguir crear un mundo mejor para todos".
(Foto principal: Fashionista y Slow de Gema Gómez con ilustraciones de Ana Lage)
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