Conocí la ictiterapia o terapia de peces garra rufa el 2009 por un viaje que hizo mi jefe a Japón. En la oportunidad, me relato la agradable sensación que sintió cuando estos diminutos peces se comian las impurezas de sus pies. No obstante, todo habria quedado en anécdota si no fuera porque en diciembre 2012 se abrio Aguas Rufas en Reñaca. Este hito y un Groupon, me motivaron a probar por mi misma esta terapia. Acá les dejo mi experencia.
Luego de darme la bienvenida, me llevaron a lavarme los pies y manos para sacar cualquier residuo de crema que pudiera matar a los peces (en el verano varios fallecieron por culpa de los bloqueadores solares). Mientras Leti, que me acompañó a la cita, hacia un tour por las diferentes tinas y peceras del lugar, ya que no sólo tienen servicio de pies y manos, sino también de cuerpo enterno (como el de la imagen de arriba). Ella, de hecho, se encargó de sacar fotos con mi tablet Samsung, en los momentos en que yo metía los pies, literalmente, en el agua.
Pero antes de seguir. ¿Que hacen estos peces que son tan cotizados? Según leí en la web "como no tienen dientes, sino ventosas como boca, comen las impurezas que se alojan en la piel humana y los restos de piel muerta. ¿El resultado? Exfolian y entregan una pedicura increíblemente efectiva".
En mi caso, partí con los pies. Apenas los metí al agua los peces comenzaron a exfoliarme con un movimiento suave, que me provocaba un cosquilleo permanente, pero también un relajo (la foto principal lo ilustra). Los 20 minutos de tratamiento dejaron mis pies muy suaves. Una vez que me los secaron me aplicaron una crema hidrante que ayuda a fijar el dithranol, enzima que botan los peces y embellece la piel (se usa para fabricar cremas rejuvenecedora).
El proceso con la manos fue similar e igualmente relajante. Hay que tener claro que una vez que sacas los pies o manos del agua los peces se quedan en la pecera. No son sanguijuelas, por lo tanto, te comen la piel muerta como si te estuvieran acariciando, no mordiendo o chupando. Así que no hay que tener miedo a que los peces se vayan con uno. Su hogar y lugar de trabajo es en el agua.
Según me comentaron en Aguas Rufas, la ictioterapia es muy buena para quienes sufren psoriasis y para cicatrizar heridas, ya que tiene un efecto regenerativo. De hecho, tiene una tina individual para exfoliación completa -te metes con traje baño- y un jacuzzi para compartir con 3 o 4 personas.
Para mi la experiencia fue increíble y seguro la repetiré. Además el Spa tiene otros masajes con barro y bambú que me tincaron mucho y espero probar. Por lo menos, la ictioterapia la probé feliz. ¿Te atreves con ella?
pd. Como todo tiene dos caras, también te dejo el link a una nota que leí sobre sus peligros. Aunque yo estoy segura que la haría otra vez, siempre es bueno estar bien informado antes "tirarse a la pecera".
La ictioterapia
Cuando llegué al cuarto piso de Aguas Rufas en el hotel Piero de Reñaca, Viña del Mar, me encontré con una serie de peceras con peces casi del tamaño de un piriguin (los garra rufa). Aunque tenía dudas respecto a lo que me sometería, la buena atención desde el momento que llamé para reservar hora, me auguró una experiencia positiva.Jacuzzi para 4 personas con peces garra rufa |
Luego de darme la bienvenida, me llevaron a lavarme los pies y manos para sacar cualquier residuo de crema que pudiera matar a los peces (en el verano varios fallecieron por culpa de los bloqueadores solares). Mientras Leti, que me acompañó a la cita, hacia un tour por las diferentes tinas y peceras del lugar, ya que no sólo tienen servicio de pies y manos, sino también de cuerpo enterno (como el de la imagen de arriba). Ella, de hecho, se encargó de sacar fotos con mi tablet Samsung, en los momentos en que yo metía los pies, literalmente, en el agua.
Pero antes de seguir. ¿Que hacen estos peces que son tan cotizados? Según leí en la web "como no tienen dientes, sino ventosas como boca, comen las impurezas que se alojan en la piel humana y los restos de piel muerta. ¿El resultado? Exfolian y entregan una pedicura increíblemente efectiva".
Pecera de pies. En la esquina tiene un compartimento para dejar los zapatos y la cartera |
En mi caso, partí con los pies. Apenas los metí al agua los peces comenzaron a exfoliarme con un movimiento suave, que me provocaba un cosquilleo permanente, pero también un relajo (la foto principal lo ilustra). Los 20 minutos de tratamiento dejaron mis pies muy suaves. Una vez que me los secaron me aplicaron una crema hidrante que ayuda a fijar el dithranol, enzima que botan los peces y embellece la piel (se usa para fabricar cremas rejuvenecedora).
El proceso con la manos fue similar e igualmente relajante. Hay que tener claro que una vez que sacas los pies o manos del agua los peces se quedan en la pecera. No son sanguijuelas, por lo tanto, te comen la piel muerta como si te estuvieran acariciando, no mordiendo o chupando. Así que no hay que tener miedo a que los peces se vayan con uno. Su hogar y lugar de trabajo es en el agua.
Mis manos en pleno proceso de ictioterapia |
Según me comentaron en Aguas Rufas, la ictioterapia es muy buena para quienes sufren psoriasis y para cicatrizar heridas, ya que tiene un efecto regenerativo. De hecho, tiene una tina individual para exfoliación completa -te metes con traje baño- y un jacuzzi para compartir con 3 o 4 personas.
Para mi la experiencia fue increíble y seguro la repetiré. Además el Spa tiene otros masajes con barro y bambú que me tincaron mucho y espero probar. Por lo menos, la ictioterapia la probé feliz. ¿Te atreves con ella?
pd. Como todo tiene dos caras, también te dejo el link a una nota que leí sobre sus peligros. Aunque yo estoy segura que la haría otra vez, siempre es bueno estar bien informado antes "tirarse a la pecera".
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