Crowdfunding: ¿nueva forma de financiar la moda en Latinoamérica?

El temor de una nueva recaída económica se siembra en las diferentes economías del globo. Cuando hay crisis uno de los primeros sectores afectados es el del consumo y particularmente el de la moda. ¿Qué hacer si el 2012 no trae cifras azules? El crowdfunding podría ser una de las respuestas. Este modelo de financiamiento masivo -o mecenazgo moderno- está cambiando la forma de producir proyectos creativos. La moda no se ha quedado afuera. ¿Lo veremos en la moda de autor latina?

¿Crowdfunding en la moda?

Aunque no es una novedad en el mundo creativo y de las organizaciones no gubernamentales (antes operaba como donación), este tipo de financiamiento compartido o masivo tiene la particularidad de utilizar plataformas de Internet para hacerse efectivo. En ellas, por un tiempo limitado, bajo distintas alternativas de pago -desde depósitos directos a tarjetas de créditos- y montos (desde muy pequeños a altos) cualquier ciudadano puede demostrar su apoyo concreto a un proyecto creativo, político, social, etc. Además poseen herramientas para hacer "correr la voz" de auspicio mediante las redes sociales.

Uno de los precursores de este modelo de negocios

En la mayoría de los espacios acondicionados para el crowdfunding existes políticas de devoluciones, si no se logra completar la cantidad requerida para llevar a cabo el proyecto. Además en algunos cosas los "financistas" pueden ser considerados en los créditos de la "obra", obtiene algún beneficio e incluso un porcentaje de las utilidades. Si bien en Latinoamérica no he encontrado ninguna plataforma de este tipo, sí lo hay en el hemisferio norte. En EE.UU. la más conocida y completa -dado que acepta cualquier tipo de proyecto- es Kickstarter. En España hay varias especializadas en música y cine, aunque me parece que Verkami es la que acepta más variedades de iniciativas.

La moda no ha estado exenta de esta tendencia, sobre todo porque resulta una alternativa real y concreta para que los diseñadores jóvenes puedan obtener apoyo para desarrollar sus colecciones y marcas, además de conseguir nuevos puntos de distribución de sus productos y una base interesante de "contribuyentes" que puedan ayudarlos de diferentes maneras. Un buen ejemplo de ello es la plataforma FashionStake nacida en septiembre 2010 por Vivian Weng y Jeffrey Monteiro, quienes buscan darles un espacio a los creativos independientes para que saquen adelante sus marcas con el apoyo de los fashionistas. La consigna es "vamos a democratizar la moda". En ella se puede participar como diseñador, curador, comprador y/o promotor, ayudando a la divulgación de las marcas en redes sociales o votando por ellas en la plataforma.

En FashionStake la participación al votar por un producto favorito, también constituye una forma de apoyo

Otro buen ejemplo es CatwalkGenius en la que con sólo 11 libras (un poco menos de $11.000 pesos chilenos) uno puede ayudar a financiar la colección de un diseñador joven. Ahora están mejorando su interfaz, por eso motivan a seguir su blog, donde publican de nuevas tendencias y creadores, mientras habilitan el nuevo sitio.

Lo interesante de este fenómeno es que no es paternalista, todo lo contrario promueve el emprendimiento y el involucramiento de una comunidad interesada en apostar por nuevas propuesta no como beneficencia, sino como una inversión. De hecho, las alternativas en el crowdfunding en la moda son diversas: desde obtener un porcentaje de la venta de la colección que se apoya (sumas de 1 a 2% que pueden ser simbólicas, pero suponen una ganancia) hasta acceder a prendas a precios menores. Sin duda, una nueva manera de hacer negocios con "capitales semillas o ángeles colectivos", que permiten que los sueños de moda de autor se concreten a través de la inversión de los propios consumidores. Asumo que no queda mucho para ver este tipo de plataformas en Latinoamérica, sin embargo, creo que resulta interesante meterse en las ya creadas para analizar si puede ser una alternativa hoy. Las oportunidades está a un click. De cada uno depende tomarlas o cerrar las ventanas de navegación. Los casos de éxito están online.