La vida da más vueltas de las que nos gustaría, por eso cuando creemos que tenemos asegurado nuestro destino con, por ejemplo, una carrera con grandes proyecciones en una universidad tradicional, algo sale mal y nos quedamos cesante o lo que es peor "en blanco". Pero hay personas que en lo insospechado ven oportunidades. Ese es el caso de Lorena Oyanguren, quien en la adversidad creó un pequeño negocio al que llamó BeautyCase Fsahion, basado en la moda vintage.
"Lo primero que se me ocurrió fue poner a la venta todas esas prendas que tenía guardadas, nuevas, durante tanto tiempo, y darles un buen fin. Pero quise hacerlo bien, y saqué fotos lo más decentes posibles. Con el tiempo me he dado cuenta de que esto podría trascender de aquella idea inicial", confiesa.
- ¿Cómo describirías tu marca?
Eso es extraño de explicar, es que es algo muy rebuscado, pero tiene su historia. Beautycase es el nombre de una canción de Stereototal, un grupo que me gusta muchísimo. Cuando estaba en la universidad, los escuchaba harto y sobre todo esa canción, rayaba con ella y como que me obsesioné.
Me empecé a poner ese nombre para todo, como seudónimo para trabajos de la U, como nickname, etc. Algunas personas cercanas a veces me llaman así, y el resto me identifica directamente con ese nombre.
Ahora último tomó más sentido, porque empecé a acercarme más al mundo del maquillaje, oficio que ejerzo de manera autodidacta. Beautycase, literalemente significa, maleta de maquillaje.
Ahora, lo de la palabra "fashion"...hmmm, eso aún no me convence, más que nada porque pensé en algo que complementara con Beautycase en relación a la ropa, pero al final el apuro por vender, me hizo tomar cualquier decisión. Pienso cambiar esa palabra pronto.
- ¿Qué elementos convierten a la ropa vintage en un objeto de diseño?
La ropa vintage es un tema amplio. Más bien todo lo relacionado a esta estética. Hace muchos años que empezó a tener una participación fuerte en la indumentaria de los jóvenes. Estando en 4to medio (año '98) iba a Bandera buscando esas cosas distintas, que salían de lo común y que era prácticamente imposible encontrar en las tiendas masivas.
En esa época aún no existían tiendas especializadas, como Nostalgic u Orange&Blue. Era todo un desafío buscar en esos cerros de ropa, pero valía la pena, ya que los precios eran bastantes más alcanzables que ahora.
La ropa vintage, así como otros objetos de la misma índole, tienen algo que la ropa y los objetos de hoy les cuesta lograr y luchan por encontrarlo: originalidad, calidad y exclusividad.
- ¿Cómo le agregas valor a tus productos?
Elijo detalladamente cada prenda. Nunca pondré cualquier cosa a la venta. Mi idea es mantener una línea, aunque esta a veces difiera en épocas, sigue siendo más o menos vintage, y siempre enfocada a la originalidad de cada una.
Hay muchas cosas de marca, que fueron mías en un momento, pero que use muy poco y quedaron ahí olvidadas, eso para mí hace que adquieran un valor intrínseco que pretendo transmitir al momento de la entrega.
Las personas que me compran saben que es ropa usada; la ropa usada tiene la particularidad de que nunca sabemos de donde proviene y nos imaginamos quizás qué gringo uso esa polera, o qué alemana se puso esos pantalones.
Por ahora las personas que me compren sabrán exactamente de dónde proviene (por lo que te comenté en la primera pregunta). Sin embargo esto ira variando en el tiempo, a medida que vaya renovando el repertorio con adquisiciones externas, lo cual es prácticamente inevitable, ya que tampoco es la idea vender toda mi ropa, jajajajaja.
- Cuéntame acerca de tu modelo de distribución
Por ahora, estoy usando quizás lo más artesanal, por decirlo de alguna forma. Que es contactarme vía mail o messenger y concertar una cita en un lugar y hora determinadas entre la persona y yo.
Es lo más práctico, mientras no tenga un lugar físico en donde desarrollar mi negocio. Mi casa no es una opción, pues vivo bastante lejos.
Hasta el momento, este sistema ha funcionado bien. Pero espero poder hacerlo más fluido en el futuro.
- ¿Te proyectas en este negocio?
La verdad, es que como te decía la principio, me gusta hacer muchas cosas. Y más que un negocio sólo de ropa, en el futuro me encantaría poder complementar ese rubro, con el maquillaje, por ejemplo, luego ir metiendo aspectos asociados a la cocina y convertir algo lineal, en un producto global y ramificado, para todos los gustos.
Suena raro, pero tengo un par de ideas locas en la cabeza dándome vueltas hace mucho tiempo.
"Lo primero que se me ocurrió fue poner a la venta todas esas prendas que tenía guardadas, nuevas, durante tanto tiempo, y darles un buen fin. Pero quise hacerlo bien, y saqué fotos lo más decentes posibles. Con el tiempo me he dado cuenta de que esto podría trascender de aquella idea inicial", confiesa.
- ¿Cómo describirías tu marca?
Eso es extraño de explicar, es que es algo muy rebuscado, pero tiene su historia. Beautycase es el nombre de una canción de Stereototal, un grupo que me gusta muchísimo. Cuando estaba en la universidad, los escuchaba harto y sobre todo esa canción, rayaba con ella y como que me obsesioné.
Me empecé a poner ese nombre para todo, como seudónimo para trabajos de la U, como nickname, etc. Algunas personas cercanas a veces me llaman así, y el resto me identifica directamente con ese nombre.
Ahora último tomó más sentido, porque empecé a acercarme más al mundo del maquillaje, oficio que ejerzo de manera autodidacta. Beautycase, literalemente significa, maleta de maquillaje.
Ahora, lo de la palabra "fashion"...hmmm, eso aún no me convence, más que nada porque pensé en algo que complementara con Beautycase en relación a la ropa, pero al final el apuro por vender, me hizo tomar cualquier decisión. Pienso cambiar esa palabra pronto.
- ¿Qué elementos convierten a la ropa vintage en un objeto de diseño?
La ropa vintage es un tema amplio. Más bien todo lo relacionado a esta estética. Hace muchos años que empezó a tener una participación fuerte en la indumentaria de los jóvenes. Estando en 4to medio (año '98) iba a Bandera buscando esas cosas distintas, que salían de lo común y que era prácticamente imposible encontrar en las tiendas masivas.
En esa época aún no existían tiendas especializadas, como Nostalgic u Orange&Blue. Era todo un desafío buscar en esos cerros de ropa, pero valía la pena, ya que los precios eran bastantes más alcanzables que ahora.
La ropa vintage, así como otros objetos de la misma índole, tienen algo que la ropa y los objetos de hoy les cuesta lograr y luchan por encontrarlo: originalidad, calidad y exclusividad.
- ¿Cómo le agregas valor a tus productos?
Elijo detalladamente cada prenda. Nunca pondré cualquier cosa a la venta. Mi idea es mantener una línea, aunque esta a veces difiera en épocas, sigue siendo más o menos vintage, y siempre enfocada a la originalidad de cada una.
Hay muchas cosas de marca, que fueron mías en un momento, pero que use muy poco y quedaron ahí olvidadas, eso para mí hace que adquieran un valor intrínseco que pretendo transmitir al momento de la entrega.
Las personas que me compran saben que es ropa usada; la ropa usada tiene la particularidad de que nunca sabemos de donde proviene y nos imaginamos quizás qué gringo uso esa polera, o qué alemana se puso esos pantalones.
Por ahora las personas que me compren sabrán exactamente de dónde proviene (por lo que te comenté en la primera pregunta). Sin embargo esto ira variando en el tiempo, a medida que vaya renovando el repertorio con adquisiciones externas, lo cual es prácticamente inevitable, ya que tampoco es la idea vender toda mi ropa, jajajajaja.
- Cuéntame acerca de tu modelo de distribución
Por ahora, estoy usando quizás lo más artesanal, por decirlo de alguna forma. Que es contactarme vía mail o messenger y concertar una cita en un lugar y hora determinadas entre la persona y yo.
Es lo más práctico, mientras no tenga un lugar físico en donde desarrollar mi negocio. Mi casa no es una opción, pues vivo bastante lejos.
Hasta el momento, este sistema ha funcionado bien. Pero espero poder hacerlo más fluido en el futuro.
- ¿Te proyectas en este negocio?
La verdad, es que como te decía la principio, me gusta hacer muchas cosas. Y más que un negocio sólo de ropa, en el futuro me encantaría poder complementar ese rubro, con el maquillaje, por ejemplo, luego ir metiendo aspectos asociados a la cocina y convertir algo lineal, en un producto global y ramificado, para todos los gustos.
Suena raro, pero tengo un par de ideas locas en la cabeza dándome vueltas hace mucho tiempo.
(Fotos gentileza de BeautyCase Fashion)
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