Hace dos años Katia Reznik decidió "tomar el sartén por el mango" y confinar al exilio los productos masivos, dando vida a Reznika. Esta marca nace de su necesidad de contar con un accesorio original, distinto y fuera de las tendencias “mainstream” de la moda, que además tuvieran carácter y espíritu propio. Las primeras “pruebas” -como las llamó- las hizo a finales de 2007 y le permitieron ir puliendo detalles, conocer más en profundidad los materiales y animarse no sólo a ampliar la variedad de modelos, sino también a crear accesorios como billeteras, chequeras, porta-documentos y por estos días también cinturones.
Esos "ensayo y error" le ayudaron a definir su propuesta: "Accesorios y complementos que reflejan la personalidad de sus dueñas, mujeres con un estilo único que no se rige por las siempre cambiantes normas de la industria fashionista. En un mundo que amenaza con la homogenización de la mis productos, hechos a partir de un material tan noble como el cuero y una confección de excelencia, son una suerte de declaración estética que toma riesgos sin perder el sentido del humor, la individualidad, el estilo y la femineidad", enfatiza Katia.
Esta convicción ante su trabajo, le permiten señalar que no existe una "cartera ideal", porque hay que tener en cuenta factores como la estacionalidad, el momento del día y qué es lo que queremos comunicar. "Es como hablar de un perfume e incluso una joya, es decir, algo que te identifica, con lo que te sientes cómoda y que es 100% tuyo. Lo que cada mujer guarda en su cartera es un universo íntimo e intransferible que dentro de su aparente caos tiene un orden; una estructura. En ese sentido, creo que la cartera ideal es la que te permite ordenar tu propio mundo de la manera que más te acomoda", comenta.
- ¿Qué tienes en mente al momento de diseñar?
Por mi profesión de diseñadora soy una persona sumamente visual, lo que implica que me baso en algo que veo o bien imagino. A partir de ahí cada colección va tomando una forma determinada según los diferentes estilos de mis clientas. Lo que menos quiero es imponerle mi visión a otra persona. Al contrario: me baso en su propio estilo y doy vida a un complemento que armoniza con esa persona en cuanto a personalidad, colores, actitud y ciertamente funcionalidad. En definitiva mi proceso creativo tiene mucho que ver con esas miles de mujeres que no están dispuestas a convertirse en esclavas de la moda, sino que son fieles a su propia estética y se sienten a gusto con ellas mismas, lo que se traduce en su forma de vestir y en los complementos que usan.
- ¿Qué elementos convierten a tus carteras en más que un accesorio? ¿por qué?
Cada cartera es un producto único; no hay dos carteras iguales porque tampoco hay dos mujeres iguales. Sin embargo todas comparten una esencia versátil, lúdica y súper femenina, características que comunican la totalidad de mis clientas.
- ¿Qué corrientes o diseñadores han influido en tu trabajo? ¿por qué?
No siento que mi trabajo se inspire ni apoye en la creatividad de otros, pero sí hay diseñadores a los que admiro muchísimo como Emilio Pucci, Custo Barcelona y Gianni Versace. Quizás de manera inconsciente me he mantenido al margen de los estímulos visuales de este tipo para justamente no influenciar mi trabajo. Sé que todavía me falta mucho camino por recorrer, pero confío en mi propio potencial creativo. Lo importante es no perder la curiosidad y estar siempre alerta.
- ¿Cómo ves tu futuro?
Haciendo varios proyectos en paralelo; consolidando mi marca acá y también dándome a conocer afuera. Los procesos creativos son como un espiral que nunca se detiene y en la que nos enfrentamos a cambios inesperados, oportunidades insospechadas, conversaciones espontáneas que terminan en una nueva aventura. Sé lo que quiero conseguir, pero no puedo funcionar de una manera demasiado estructurada. Me gusta vivir los desafíos propios de la cotidianeidad. La gracia está en no perder tu horizonte. Y el mío lo tengo más que claro.
Esos "ensayo y error" le ayudaron a definir su propuesta: "Accesorios y complementos que reflejan la personalidad de sus dueñas, mujeres con un estilo único que no se rige por las siempre cambiantes normas de la industria fashionista. En un mundo que amenaza con la homogenización de la mis productos, hechos a partir de un material tan noble como el cuero y una confección de excelencia, son una suerte de declaración estética que toma riesgos sin perder el sentido del humor, la individualidad, el estilo y la femineidad", enfatiza Katia.
Esta convicción ante su trabajo, le permiten señalar que no existe una "cartera ideal", porque hay que tener en cuenta factores como la estacionalidad, el momento del día y qué es lo que queremos comunicar. "Es como hablar de un perfume e incluso una joya, es decir, algo que te identifica, con lo que te sientes cómoda y que es 100% tuyo. Lo que cada mujer guarda en su cartera es un universo íntimo e intransferible que dentro de su aparente caos tiene un orden; una estructura. En ese sentido, creo que la cartera ideal es la que te permite ordenar tu propio mundo de la manera que más te acomoda", comenta.
- ¿Qué tienes en mente al momento de diseñar?
Por mi profesión de diseñadora soy una persona sumamente visual, lo que implica que me baso en algo que veo o bien imagino. A partir de ahí cada colección va tomando una forma determinada según los diferentes estilos de mis clientas. Lo que menos quiero es imponerle mi visión a otra persona. Al contrario: me baso en su propio estilo y doy vida a un complemento que armoniza con esa persona en cuanto a personalidad, colores, actitud y ciertamente funcionalidad. En definitiva mi proceso creativo tiene mucho que ver con esas miles de mujeres que no están dispuestas a convertirse en esclavas de la moda, sino que son fieles a su propia estética y se sienten a gusto con ellas mismas, lo que se traduce en su forma de vestir y en los complementos que usan.
- ¿Qué elementos convierten a tus carteras en más que un accesorio? ¿por qué?
Cada cartera es un producto único; no hay dos carteras iguales porque tampoco hay dos mujeres iguales. Sin embargo todas comparten una esencia versátil, lúdica y súper femenina, características que comunican la totalidad de mis clientas.
- ¿Qué corrientes o diseñadores han influido en tu trabajo? ¿por qué?
No siento que mi trabajo se inspire ni apoye en la creatividad de otros, pero sí hay diseñadores a los que admiro muchísimo como Emilio Pucci, Custo Barcelona y Gianni Versace. Quizás de manera inconsciente me he mantenido al margen de los estímulos visuales de este tipo para justamente no influenciar mi trabajo. Sé que todavía me falta mucho camino por recorrer, pero confío en mi propio potencial creativo. Lo importante es no perder la curiosidad y estar siempre alerta.
- ¿Cómo ves tu futuro?
Haciendo varios proyectos en paralelo; consolidando mi marca acá y también dándome a conocer afuera. Los procesos creativos son como un espiral que nunca se detiene y en la que nos enfrentamos a cambios inesperados, oportunidades insospechadas, conversaciones espontáneas que terminan en una nueva aventura. Sé lo que quiero conseguir, pero no puedo funcionar de una manera demasiado estructurada. Me gusta vivir los desafíos propios de la cotidianeidad. La gracia está en no perder tu horizonte. Y el mío lo tengo más que claro.
(Fotos gentileza de Reznika)
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