Si quedaste con gusto a poco y quieres partir el lunes riendo, te dejo las Ășltimas historias ganadoras del concurso Fashion Victim. Te sacarĂĄn mĂĄs de una sonrisa de complicidad...
Anita VerĂłnica GonzĂĄlez Ălvarez y sus zapatillas Topper
Soy la menor de mis hermanos, es decir, la que siempre recibiĂł la ropa de los mĂĄs grandes, siempre alucinaba con la ropa que usaba mi hermana sus camperas, petos etc... Pero no tanto como las lindas zapatillas Topper. Donde iba todos las llevaban; mi hermana no se las sacaba nunca, es decir era imposible sacarlas a escondidas aunque sĂłlo fuera para probĂĄrmelas snifff... diariamente le pedĂa a mi mamĂĄ que me las regalara pero la respuesta siempre fue no ya que era muy chica y eran caras. Luego mi hermana consiguiĂł que le compraran de distintos colores.. mientras yo lloraba por las diferencias y siempre amurrada y picada. Era rechica pero querĂa mis Topper.

Dado esto y mi huelga de hambre que decidĂ tomar para la noche de navidad, mi mamĂĄ luego de unos dĂas me entregĂł mi caja envuelta..en papel de regalo.. alucinaba la miraba con miedo a abrirla ..Jaja, tan fue mi sorpresa cuando rompo el papel y descubro unas zapatillas Burdeos felizzzzzzz eran mis topper..pero no con el tiempo la punta de goma se puso roja y descubrĂ el engaño...eran unas tigres plop!
Loreto Godoy Ălvarez y sus zapatitos rojos
Creo que ya a vario(a)s nos ha pasado que nos compramos tal y tal cosa, y si no nos morimos de frĂo o de calor por usarla en mal tiempo, te destrozan alguna parte de tu cuerpo o simplemente nos fijamos que hay cosas que sinceramente se ven mejor en VITRINA ("No te lo pongas" lo destrozarĂa en tu cara). Pero como fashion victim -cabeza en alto- tenĂa que tenerlo!

Hace ya algunos meses, iba caminando por la vida, cuando...ahĂ, frente a mi, se aparecen los zapatos mĂĄs lindos que he visto en toda mi vida. Rojos, taco alto de madera, una cinta floreada y una presencia que era imposible de no notar, pase a la tienda y justo, de mi talla y nooo, no hacĂan tiras los pies(era impresionante), de hecho casi no los llevo cuando me parecieron cĂłmodos!(i'm just kindding). Los comprĂ© y sin bromear, todavĂa los estoy pagando. Anyway, llego a la casa, y obviamente de la bolsa a mis pies habĂa un solo paso. Los veo y los veo... amor a primera, segunda y tercera vista. EmpecĂ© a sacar todo lo de mi armario buscando algĂșn vestido rojo o blanco que le hiciera juego o algo de competencia, saque todo, hasta ropa que ni sabia que tenĂa. No habĂa nada, entre tanto amor se me olvidĂł que a mi nunca me ha gustado el rojo, y lo mĂĄs cercano a ese color era un polerĂłn naranjo. No way ... Tuve que ponerme en campaña. SalĂ a buscar el vestido, y obviamente los accesorios que hicieran juego. RecorrĂ todo, absolutamente todo. Fueron los dĂas que mĂĄs he caminado en toda mi vida, y sin pensar ni en donde estaba sĂłlo seguĂa buscando ese vestido, pulsera, collar, aro, anillo, y/o prendedor, que les hicieran honor a tal maravilla en color rojo. En fin, al final de la semana lo tenĂa todo, el vestido perfecto, los zapatos perfectos y obviamente el lugar perfecto donde salir a presumir...ME; Asado de ex-compañeros de curso de mi pololo. Si tenĂa que causar una buena impresiĂłn, ese dĂa era el dĂa.

Ese dĂa, almorcĂ© para no tener que comer demasiado a donde Dios sabe donde irĂamos, me bañe, vestĂ, peine -increĂble by the way-, maquillĂ©, y solamente viendo los zapatos, seguĂa arreglando todo lo demĂĄs (seguĂa en pantuflas). Llegan a buscarme, y Gracias a Dios vamos en auto, me puse los zapatos, no podĂa dejar de mirarlos. SalĂ rĂĄpido y nos fuimos. Cuando llegamos a la casa de su amigo, estacionamos y no encuentro la hora de la presentaciĂłn.

Me inclino para salir, saco los pies y HORROR, las mil vueltas por los malls me cobraron mas de la cuenta ... Mis pies se veĂan horribles, el agua de la ducha ya no les daba esa apariencia hĂșmeda a mi piel, y todavĂa no se si me habrĂ© acordado de ponerme crema. Fue espantoso, los zapatos estos tienen la habilidad de hacer relucir tus mĂĄs diminutas fallas. Llego a la presentaciĂłn y... ahora si que no me lo van a creer, una de sus amigas me pregunta si estoy embarazada porque a ella se le habĂa formado varices y se le habĂa puesto la piel tan reseca, cuando empezĂł con su embarazo. Me querĂa morir. DespuĂ©s de eso, mi autoestima al piso, y sentada en la mesa escondiendo mis piernas y los deslumbrantes zapatos rojos solo podĂa golpearlos entre sĂ, pidiendo a lo mĂĄs mago de Oz, poder irme a casa.
AsĂ que fashion-zapatos rojos- victim, definitivamente (Y a mucha honra).
Lisette Ăvila y sus chanchitos rosados

Estaban de moda unas alpargatas azules con blanco onda “marineras” y era mi sueño tenerlas. Tanto fue mi obsesiĂłn por ellas, que en un paseo por Viña del Mar mi padrino al ver mi cara de deseo al mirarlas en una vitrina, me las comprĂł. Desde ese dĂa nunca mĂĄs me las saquĂ©. Me sentĂa sĂșper grosa. Pero fue tanto el uso que le di, que un dĂa comenzaron a deshilacharse en la punta y finalmente se asomaron temerosos mis dedos gordos jajaja. LlorĂ© tanto que mi mamĂĄ encontrĂł una soluciĂłn fashion para ella. Me dijo que le pasara las alpargatas y que ella lo solucionarĂa. Mi madre que es una artesana al 100% me las pasĂł arregladas y con sorpresa vi dos chanchitos bordados en la punta. En un comienzo me dio un poco de pudor usarlas porque realmente se veĂan muy ñoñas, pero eran tan cĂłmodas que finalmente me las puse para salir a jugar. Todo iba bien hasta que “PĂa”, una de las niñas fijonas y agrandadas del barrio, detuvo su mirada en mis alpargatas y comenzĂł a reĂrse de mis chanchitos apuntĂĄndolos burlescamente. Sin embargo y pese a mis pocos años me mantuve digna y con un gran desprecio le dije: “son la Ășltima moda” y me fui corriendo a mi casa con mis chanchitos rosados.
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