Equilibristas, tómbolas, dados, rostros, naturaleza se han colado en las joyas de la artista Natalia Saldías. Para mi fue todo un hallazgo conocer su trabajo, que me emocionó por su apuesta conceptual y su mirada tan poco convencional del mundo de la joyería. Supongo que ello se debe a que su pasión se inició cuando era pequeña experimentando con mostacillas, cerámica en frío, vidrios, hilos de bordar, etc. No obstante, vio en ella una vocación cuando terminó de estudiar diseño gráfico en la Universidad de Valparaíso el 2002 y comenzó a tomar unos cursos de orfebrería y a tener clientes permanentes, que la impulsaron a dedicar 100% a este negocio. En el año 2005 decidió viajar a España a estudiar la carrera de diseño de joyería, ya que el mercado europeo estaba (está) en la vanguardia de los procesos. "Quería hacerme partícipe de ellos, conocer sus técnicas, y de paso obtener la titulación que de hecho aquí no existe. Tuve mucha suerte; pude desarrollar variadas colecciones personales y otras para algunos diseñadores de moda. Además de participar en diferentes concursos y exposiciones a nivel europeo, lo que dejó muy contenta, pues combinando estos conocimientos con ciertos rasgos y valores propios de mi tierra. Siempre sentí que también representaba a Chile", comenta. Su propuesta la define como "joyería de autor", es decir, piezas con un carácter único o series limitadas que nacen de un concepto, idea o sensación. "Mi idea es entregar una joya exclusiva, ya sea por la temática de la pieza, la técnica con la que se ha confeccionado, o directamente con los materiales empleados", enfatiza. En sus piezas considera importantísimo el uso del color, porque cree que les entrega mucha energía, transmite sensaciones, además de ser un recurso que la entretiene mucho.
- En tu colección la figura humana tiene un protagonismo especial, ¿a qué se debe esta apuesta?
Sí, esta es la colección que hice precisamente para mi título, con excelentes resultados (obtuve la mejor calificación de la historia de la escola). Me gusta mucho entregar un carácter lúdico a mis piezas, que el portador pueda de alguna manera interactuar con ellas. Al momento de diseñar ese fue el primer valor que quise asignarle a esta esta obra, una colección de piezas únicas inspiradas en el mundo del circo. En ella participan diferentes "artistas en miniatura" e incluye piezas con movimiento, como un broche inspirado en el "lanzador de cuchillos", donde el artista gira en torno a un eje; un broche "trapecio" donde los artistas pueden moverse simulando un salto; un collar que nos recuerda la "cuerda floja" donde los artistas y animales pueden intercambiarse. Asimismo hay otras piezas que aparecen en este circo, donde la figura humana es la protagonista. Me gustó y disfruté tanto realizando esta colección que he seguido profundizando esta temática construyendo otros personajes. La gente la ha encontrado muy singular, indicándome que se comprende la idea del valor único.
- Cuéntame sobre tu proceso creativo ¿cómo se desarrolla?
Comienza de la necesidad de presentar y re-presentar una idea o concepto que da vueltas en mi cabeza, que nace de una conversación –relaciones sociales–, después de un viaje –por sensaciones y estímulos – o de la idea de algún cliente –información directa o dato duro–. Realizo bocetos y pequeñas maquetas de lo que intento representar –formalización o génesis formal– pero pronto comienzo a trabajar directamente con el metal, ya que sobre la marcha –como todo proceso–, se suman ideas que modifican parte de la obra e incluso de los mismos procesos; junto con la experimentación –que es lo más entretenido–. El trabajo sobre algo concreto, pero siempre sometido a los impulsos espontáneos, es lo que nos brinda nuevos y singulares resultados. - En tu trabajo usas materiales nobles y otros no tradicionales ¿qué te hace optar por estos últimos?
El estilo de joyería que diseño y confecciono se enmarca dentro de lo que es joyería contemporánea, y no se limita sólo a la utilización de los metales nobles como el oro, la plata o las piedras preciosas. Hay un sin fin de materiales que nos permiten representar alguna idea o concepto. Cuando proyecto una pieza, además del proceso de relaciones que nace de mi formación de diseñadora, emergen intuitivamente aplicaciones con distintos materiales. Por ejemplo, la sutileza y suavidad de ciertos materiales combina muy bien con la nobleza y lujo de otros. Me gusta mucho hacer fieltro y mezclarlo con el metal; también utilizo polímeros moldeables, material que conocí en España, unas especie de plasticinas que se hornean en la cocina y que quedan como la cerámica, permitiendo lógicamente muchas aplicaciones. A veces uso objetos encontrados que he ido comprando en ferias de antigüedades de diversas ciudades y culturas, como botones de cerámica, o sellos postales de metal; además trabajo con esmaltes, resinas, caucho, por citar algunos. En realidad ya es parte de mi proceso creativo estar pendiente de pequeños objetitos, materiales o artículos que se que algún día va a aparecer en alguna pieza y que llevan alguna historia de por medio. Las historias encontradas tanto en los materiales como en los productos, también tiene un rol fundamental para optar por uno o por otro.
- ¿Cómo caracterizarías a tu público objetivo?
Me es difícil definir y especificar a mi público por alguna edad determinada, pues tengo clientes que están recién saliendo del colegio, gente de mi edad o de la edad de mi mamá. Podría decirse chicos, jóvenes, adulto-jóvenes, y adultos; últimamente he diseñado varias argollas de compromiso, todas de un sello muy particular; pero creo, el denominador común es que son personas a las que les gusta llevar piezas exclusivas, y de un gran valor emocional.
- ¿Cómo te imaginas el futuro de tu marca? ¿por qué?
Mi idea es continuar con este proyecto de hacer joyería, lo más importante de esta carrera –porque no es sólo un oficio–, es producir, hacer obra. En términos de mi exposición pública, seguiré participando en exposiciones, desfiles y concursos, tal como lo hice en Europa, lo que ayudará a reforzar mi identidad.
Mi página web es un engranaje importante para la difusión, tanto como para la venta de mis joyas. Por lo pronto, desde el mes de marzo en Santiago impartiré unos curso de fieltro y polímeros moldeables en Arte59, un espacio de arte contemporáneo y experimental, y en Viña del Mar comenzaré a impartir clases particulares en mi taller-tienda a los que estaré encantados de recibir cuando deseen.
- En tu colección la figura humana tiene un protagonismo especial, ¿a qué se debe esta apuesta?
Sí, esta es la colección que hice precisamente para mi título, con excelentes resultados (obtuve la mejor calificación de la historia de la escola). Me gusta mucho entregar un carácter lúdico a mis piezas, que el portador pueda de alguna manera interactuar con ellas. Al momento de diseñar ese fue el primer valor que quise asignarle a esta esta obra, una colección de piezas únicas inspiradas en el mundo del circo. En ella participan diferentes "artistas en miniatura" e incluye piezas con movimiento, como un broche inspirado en el "lanzador de cuchillos", donde el artista gira en torno a un eje; un broche "trapecio" donde los artistas pueden moverse simulando un salto; un collar que nos recuerda la "cuerda floja" donde los artistas y animales pueden intercambiarse. Asimismo hay otras piezas que aparecen en este circo, donde la figura humana es la protagonista. Me gustó y disfruté tanto realizando esta colección que he seguido profundizando esta temática construyendo otros personajes. La gente la ha encontrado muy singular, indicándome que se comprende la idea del valor único.
- Cuéntame sobre tu proceso creativo ¿cómo se desarrolla?
Comienza de la necesidad de presentar y re-presentar una idea o concepto que da vueltas en mi cabeza, que nace de una conversación –relaciones sociales–, después de un viaje –por sensaciones y estímulos – o de la idea de algún cliente –información directa o dato duro–. Realizo bocetos y pequeñas maquetas de lo que intento representar –formalización o génesis formal– pero pronto comienzo a trabajar directamente con el metal, ya que sobre la marcha –como todo proceso–, se suman ideas que modifican parte de la obra e incluso de los mismos procesos; junto con la experimentación –que es lo más entretenido–. El trabajo sobre algo concreto, pero siempre sometido a los impulsos espontáneos, es lo que nos brinda nuevos y singulares resultados. - En tu trabajo usas materiales nobles y otros no tradicionales ¿qué te hace optar por estos últimos?
El estilo de joyería que diseño y confecciono se enmarca dentro de lo que es joyería contemporánea, y no se limita sólo a la utilización de los metales nobles como el oro, la plata o las piedras preciosas. Hay un sin fin de materiales que nos permiten representar alguna idea o concepto. Cuando proyecto una pieza, además del proceso de relaciones que nace de mi formación de diseñadora, emergen intuitivamente aplicaciones con distintos materiales. Por ejemplo, la sutileza y suavidad de ciertos materiales combina muy bien con la nobleza y lujo de otros. Me gusta mucho hacer fieltro y mezclarlo con el metal; también utilizo polímeros moldeables, material que conocí en España, unas especie de plasticinas que se hornean en la cocina y que quedan como la cerámica, permitiendo lógicamente muchas aplicaciones. A veces uso objetos encontrados que he ido comprando en ferias de antigüedades de diversas ciudades y culturas, como botones de cerámica, o sellos postales de metal; además trabajo con esmaltes, resinas, caucho, por citar algunos. En realidad ya es parte de mi proceso creativo estar pendiente de pequeños objetitos, materiales o artículos que se que algún día va a aparecer en alguna pieza y que llevan alguna historia de por medio. Las historias encontradas tanto en los materiales como en los productos, también tiene un rol fundamental para optar por uno o por otro.
- ¿Cómo caracterizarías a tu público objetivo?
Me es difícil definir y especificar a mi público por alguna edad determinada, pues tengo clientes que están recién saliendo del colegio, gente de mi edad o de la edad de mi mamá. Podría decirse chicos, jóvenes, adulto-jóvenes, y adultos; últimamente he diseñado varias argollas de compromiso, todas de un sello muy particular; pero creo, el denominador común es que son personas a las que les gusta llevar piezas exclusivas, y de un gran valor emocional.
- ¿Cómo te imaginas el futuro de tu marca? ¿por qué?
Mi idea es continuar con este proyecto de hacer joyería, lo más importante de esta carrera –porque no es sólo un oficio–, es producir, hacer obra. En términos de mi exposición pública, seguiré participando en exposiciones, desfiles y concursos, tal como lo hice en Europa, lo que ayudará a reforzar mi identidad.
Mi página web es un engranaje importante para la difusión, tanto como para la venta de mis joyas. Por lo pronto, desde el mes de marzo en Santiago impartiré unos curso de fieltro y polímeros moldeables en Arte59, un espacio de arte contemporáneo y experimental, y en Viña del Mar comenzaré a impartir clases particulares en mi taller-tienda a los que estaré encantados de recibir cuando deseen.
(Fotos gentileza de Natalia Saldias)
COMMENTS