Un día, mientras revisaba mi clóset y ordenaba la ropa que me pondría al día siguiente, Ale me hizo una pregunta que me quedó dando vueltas. ¿Has pensando en cuáles de tus vestidos le heredarás a Leticia cuando sea grande? Mi respuesta automática fue sí, porque hay algunos que sin duda me gustaría que ella pudiera usar. Pero ¿qué requisitos debe tener una prenda para traspasar generaciones?
1- Diseño atemporal: si bien la moda es cíclica y mucho de lo que se usó ayer, también lo hará mañana, creo que mientras más atemporal la prenda, más fácil es pensarla como herencia. Con ello descarto toda la moda fad, momentánea y desechable. Las líneas clásicas o estilos de inspiración de otras épocas, pero de cortes más bien neutros son lejos los más apetecidos para heredar.
2- Calidad de las telas: hay prendas de buen y bonito corte y diseño, sin embargo, sus telas dejan mucho que desear. Motas, “telas de cebolla”, hilachas por mil no permiten pensar ni siquiera en regalarlas, menos aún en heredarlas. El ejemplo contrario lo encuentro en unas poleras (remeras) que me regaló mi mamá cuando era adolescente, que ella había usado cuando era joven y que yo me puse hasta que me aburrí y se las di a una de mis hermanas, que creo que todavía la usa. Todo gracias a que tenía una tela buenísima, que resistió lavados, usos e historias.
En el área zapatos me jugo por los de Luz Príncipe, Gaytan y Barbara Briones, que dada su materialidad y osadía de colores, son una tendencia es sí mismos. Estoy segura que Leti los apreciaría por esas características.
Si bien, el recuento de marcas es breve, dada la cantidad que coexisten en mi armario, todavía tengo que ver cómo evolucionan otras, que me encanta su diseño, pero todavía no estoy segura si resistirán el uso y el paso de los años. Eso mismo, me hace pensar que una gran apuesta de futuro es elaborar y comprar moda pensada en que será heredada. Esa pura meta -materializada en el plan de negocios-, obliga a aumentar los estándares de calidad y producir prendas que crezcan con el consumidor.
Este camino supone un esfuerzo mayor respecto a la elección de telas, apuesta por una propuesta de diseño y valor que se le quiere dar al producto (ojo que muy caro, no siempre es sinónimo de herencia). Está claro que vivimos en un siglo donde la duración de las cosas es cada vez más efímera, por tal motivo es fundamental aclarar cuál corriente seguiremos y hacer de nuestra ventaja competitiva la "heredabilidad". Creo que en el siglo de los commodities, esta apuesta es lejos la que asegura más vida de marca. ¿Cuántas prendas de tu clóset, te gustaría darlas de herencia?
Características de las prendas para heredar
Para mi hay características que afloran naturales, si pensamos en prendas para heredar. Acá repaso las más obvias.1- Diseño atemporal: si bien la moda es cíclica y mucho de lo que se usó ayer, también lo hará mañana, creo que mientras más atemporal la prenda, más fácil es pensarla como herencia. Con ello descarto toda la moda fad, momentánea y desechable. Las líneas clásicas o estilos de inspiración de otras épocas, pero de cortes más bien neutros son lejos los más apetecidos para heredar.
Una pequeña muestra de mi clóset, donde "viven" las prendas que espero heredarle a Leti |
2- Calidad de las telas: hay prendas de buen y bonito corte y diseño, sin embargo, sus telas dejan mucho que desear. Motas, “telas de cebolla”, hilachas por mil no permiten pensar ni siquiera en regalarlas, menos aún en heredarlas. El ejemplo contrario lo encuentro en unas poleras (remeras) que me regaló mi mamá cuando era adolescente, que ella había usado cuando era joven y que yo me puse hasta que me aburrí y se las di a una de mis hermanas, que creo que todavía la usa. Todo gracias a que tenía una tela buenísima, que resistió lavados, usos e historias.
¿Moda de autor latina para heredar?
Mi apuesta de herencia está claramente en la moda de autor, que es mi pasión. Entre las marcas que llenan mi clóset y que tienen potencial de herencia encuentro a Paulo Méndez, del que tengo una colección muy completa de vestidos, chaquetas y faldas de todas sus colecciones, cuya calidad y corte pasan la prueba del tiempo. Otra que está dentro de la misma categoría es Bazar La Pasión, cuyos abrigos no tienen fecha de caducidad.La foto me la sacó Tomás Fernández para la Revista Ya - El vestido es Paulo Méndez y los zapatos Luz Príncipe, ambas marcas con potencial para heredar |
En el área zapatos me jugo por los de Luz Príncipe, Gaytan y Barbara Briones, que dada su materialidad y osadía de colores, son una tendencia es sí mismos. Estoy segura que Leti los apreciaría por esas características.
Mis zapatos Gaytan son una excelente opción para heredar |
Si bien, el recuento de marcas es breve, dada la cantidad que coexisten en mi armario, todavía tengo que ver cómo evolucionan otras, que me encanta su diseño, pero todavía no estoy segura si resistirán el uso y el paso de los años. Eso mismo, me hace pensar que una gran apuesta de futuro es elaborar y comprar moda pensada en que será heredada. Esa pura meta -materializada en el plan de negocios-, obliga a aumentar los estándares de calidad y producir prendas que crezcan con el consumidor.
Este camino supone un esfuerzo mayor respecto a la elección de telas, apuesta por una propuesta de diseño y valor que se le quiere dar al producto (ojo que muy caro, no siempre es sinónimo de herencia). Está claro que vivimos en un siglo donde la duración de las cosas es cada vez más efímera, por tal motivo es fundamental aclarar cuál corriente seguiremos y hacer de nuestra ventaja competitiva la "heredabilidad". Creo que en el siglo de los commodities, esta apuesta es lejos la que asegura más vida de marca. ¿Cuántas prendas de tu clóset, te gustaría darlas de herencia?
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