¿La moda de autor compite con la moda masivas y particularmente con el retail? Sin duda que no. ¿Por qué? La respuesta está en su esencia. La moda de autor apela a un modelo de negocio y creación donde prima la exclusividad, identidad conceptual y uso intensivo de mano de obra. Mientras el retail se la juega por la masividad, las tendencias y la fabricación seriada mecanizada. Entonces, ¿por qué los temores? Hoy lo reflexionaremos.
El consumidor que va a comprar moda de autor está interesado en propuestas con identidad, que lo potencien y lo envuelvan en una historia, le entreguen un relato. Mientras el consumidor de retail busca desde suplir una necesidad particular de vestimenta hasta saciar su interés por "estar a la moda" o acorde con las tendencias. Si bien estos tipos de consumidores pueden toparse e incluso alternarse los roles, no compiten. Cada uno representa un segmento o nicho, con cuotas de mercado aseguradas.
Ahora, ¿por qué la moda de autor "le teme" tanto al retail? Porque lo ve como el responsable de la migración de clientes, las bajas ventas y/o el "sino" de las liquidaciones permanentes, que le impiden tener precios más altos a la media. Pero ahí el problema no es del retail, sino de quién se plantea una marca sin lograr comunicar una identidad que trascienda lo estándar, y sin tener inteligencia de mercado, que le permita entender a su cliente y entorno. Este rasgo se agudiza en la medida que se carezca de un plan de negocios y se avance dando palos de ciego.
Entonces, ¿por qué no guardarse en el bolsillo los prejuicios y trabajar por una complementación? Estoy convencida que es posible. Proyectos como Cazadores de Moda de Falabella y Monjitas Alamoda en Paris son un ejemplo concreto de que la alianza entre chicos y grandes es posible, en la medida que se entiende cuál es la posición de cada uno en el mercado y cuáles son sus proyecciones a futuro.
Si una marca de autor se coloca como objetivo ganarle a una marca de retail, significa que no está entiendo nada, y que está perdiendo el tiempo en una batalla donde el ratón no se comerá al león, bajo ninguna circunstancia. Y ojo, que acá no me refiero a "prostituir" el concepto de marca por tratar de vender más, sino justamente todo lo contrario: entender quién soy, cuál es la razón porque adscribo el título de autor y no de masivo, y quiénes son mis clientes (más allá de caracterizaciones sociodemográficas). Esa reflexión entregará las claves para comprender que la relación entre ambos puede ser win win en la medida que se genere un círculo virtuoso, donde el retail se presta como plataforma impulsora del talento joven (con todas las espaldas comerciales y de marketing que poseen) y la moda de autor transfiere parte de su frescura a la gran marca. Además de los ejemplos citados, tenemos la lista interminable de colaboraciones entre grandes diseñadores / marcas y marcas masivas, donde H&M se yergue como líder.
Para que el consumidor llegue a la tienda del diseñador, tiene que vivir una experiencia con esa propuesta. Este tipo de uniones virtuosas facilitan ese contacto y benefician a ambas partes. Lo fundamental es tener claro los objetivos y dejar de lado los prejuicios. Las grandes tiendas o el espacio del mall sí pueden ser una plataforma, lo importante es aprender a "usarlas", sin perder identidad. ¿Crees que esta complementación es posible?
Retail como complemento de la moda de autor
Cuando se toma conciencia de las diferencias que existen entre los modelos de negocios y concepciones creativas de la moda de autor y el retail, se puede respirar con tranquilidad. Pensar en que una pequeña marca podrá competir con las grandes es pecar de ingenuo o soberbia. Claramente ambas pueden compartir ciertos públicos, pero en el fondo apelan a diferentes necesidades y experiencias del consumidor.El consumidor que va a comprar moda de autor está interesado en propuestas con identidad, que lo potencien y lo envuelvan en una historia, le entreguen un relato. Mientras el consumidor de retail busca desde suplir una necesidad particular de vestimenta hasta saciar su interés por "estar a la moda" o acorde con las tendencias. Si bien estos tipos de consumidores pueden toparse e incluso alternarse los roles, no compiten. Cada uno representa un segmento o nicho, con cuotas de mercado aseguradas.
Un buen ejemplo de como la unión hace la fuerza |
Ahora, ¿por qué la moda de autor "le teme" tanto al retail? Porque lo ve como el responsable de la migración de clientes, las bajas ventas y/o el "sino" de las liquidaciones permanentes, que le impiden tener precios más altos a la media. Pero ahí el problema no es del retail, sino de quién se plantea una marca sin lograr comunicar una identidad que trascienda lo estándar, y sin tener inteligencia de mercado, que le permita entender a su cliente y entorno. Este rasgo se agudiza en la medida que se carezca de un plan de negocios y se avance dando palos de ciego.
Otro ejemplo que incluso trascendió regiones |
Entonces, ¿por qué no guardarse en el bolsillo los prejuicios y trabajar por una complementación? Estoy convencida que es posible. Proyectos como Cazadores de Moda de Falabella y Monjitas Alamoda en Paris son un ejemplo concreto de que la alianza entre chicos y grandes es posible, en la medida que se entiende cuál es la posición de cada uno en el mercado y cuáles son sus proyecciones a futuro.
Si una marca de autor se coloca como objetivo ganarle a una marca de retail, significa que no está entiendo nada, y que está perdiendo el tiempo en una batalla donde el ratón no se comerá al león, bajo ninguna circunstancia. Y ojo, que acá no me refiero a "prostituir" el concepto de marca por tratar de vender más, sino justamente todo lo contrario: entender quién soy, cuál es la razón porque adscribo el título de autor y no de masivo, y quiénes son mis clientes (más allá de caracterizaciones sociodemográficas). Esa reflexión entregará las claves para comprender que la relación entre ambos puede ser win win en la medida que se genere un círculo virtuoso, donde el retail se presta como plataforma impulsora del talento joven (con todas las espaldas comerciales y de marketing que poseen) y la moda de autor transfiere parte de su frescura a la gran marca. Además de los ejemplos citados, tenemos la lista interminable de colaboraciones entre grandes diseñadores / marcas y marcas masivas, donde H&M se yergue como líder.
Versace para H&M |
Para que el consumidor llegue a la tienda del diseñador, tiene que vivir una experiencia con esa propuesta. Este tipo de uniones virtuosas facilitan ese contacto y benefician a ambas partes. Lo fundamental es tener claro los objetivos y dejar de lado los prejuicios. Las grandes tiendas o el espacio del mall sí pueden ser una plataforma, lo importante es aprender a "usarlas", sin perder identidad. ¿Crees que esta complementación es posible?
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