No, me temo que no. ¿En qué sostengo mi respuesta? En la observación detenida de las pasarelas criollas y su comparación con eventos "similares" de Sudamérica. Pero ¿es importante tener una cultura de desfiles? Si se quiere construir una industria de la moda, obvio que sí. Analicemos por qué.
Pero ¿qué pasa en Chile? En Chile los desfiles funcionan como un programa de TV con animadora, voz en off, premios y conversación coloquial; con el foco centrado en la foto social, más que en la reseña de la pasarela. ¿Los negocios? Ninguna posibilidad (al menos transparente y manifiesta). Al final el desfile real no es el de los diseñadores, sino de los asistentes.
Con este tipo de formato ¿quiénes se benefician? Asumo que muy pocos, ya que la vitrina tiene tan poco eco, más allá de las paredes del evento, que con suerte se sabe que ocurrió. De hecho, muchos se enteran después, no por las fotos de la pasarela, sino por las sociales donde salió un diseñador y/o el vistazo express de la colección (a lo que los creadores "tienen que pegarse con una piedra en los dientes").
Ok. No generalicemos. Soy consciente que han habido intentos por salirse de este cliche made in Chile y convertir la pasarela, no en un rito social, sino en un espacio de promoción real. Sin embargo, falta mucho todavía.
Enumeremos los elementos generales de un fashion week o días de la moda, que podrían ayudarnos a desmarcarnos del formato "Martes 13"...
1- Propuestas atractivas en términos de mercado de la moda: creo que en Chile hay de sobra. No sólo talento, sino también inquietud comercial. Quizás para sumar ambos aspectos y crear una pasarela con números azules, se puede aplicar un modelo como el que observé en Colombiamoda.
2- Un lugar apropiado: ello supone un espacio que obligue el recambio de público por desfile, que tenga un área preferencial para prensa especializada (nacional e internacional en el mejor de los casos), grandes compradores y asistentes vip (que funcionen como reales embajadores de marca).
3- Puesta en escena sin distracciones: los desfiles no requieren presentación. Cuando se va a un fashion week o evento de moda, se conoce la grilla o programación, por ende, uno sabe que verá. La presentación se hace a través de una puesta en escena, no de la intervención de voces en off, ni animadores.
4- Espacio para los negocios: el objetivo de montar un desfile no es que la sra con peinado alto diga que le pareció "todo muy lindo", sino que el distribuidor nacional e internacional, cuan cazatalentos, compre la propuesta exhibida, la distribuya y lleve al público objetivo. Al mismo tiempo, es el espacio para promocionar y posicionar la marca. Para ello no sirven las fotos de sociales (al menos como único producto), sino se requiere de prensa especializada que tenga acceso preferencial y que se le clarifiquen los objetivos, es decir, que entienda que está en un circuito de industria de la moda.
5- Un público respetuoso: este aspecto no se logra de la noche a la mañana. Hay que educarlo. En la medida que se consiga todo lo anterior, y se arme el evento en pos de lo que llaman "sistema moda", el público entenderá que la pasarela no se pisa, ni es para sentarse, no se puede comer, ni beber en ella (menos en medio del evento), cuando parte ya no entra nadie más, no es un bingo y no hay que irse con "premios", a no ser que una marca decida dejar un souvenir en el asiento. Estos aspectos sólo hablando desde lo formal, porque se subentiende que una vez que se entiende la razón que los reúne, se sabe que uno está presenciando la consumación del esfuerzo de meses de un creador y ello se observa en silencio y con respeto.
Quizás podríamos estar horas desenredando la madeja, no obstante, hay que partir con algo para comenzar a construir una industria de la moda nacional integral, que no sea sólo "por amor al arte o las fotos de sociales". Para ti ¿hay cultura de desfiles en Chile?
En busca de la cultura de desfiles en Chile
Aclaremos, no soy la única que ha hablado sobre este tema, ni pretendo descubrir la pólvora. Sin embargo, creo que hoy más que nunca es necesario retomar la reflexión. Ello porque la escena de la moda de autor nacional está madurando y requiere urgente de vitrinas serias para dar a conocer y comercializar sus productos.Pero ¿qué pasa en Chile? En Chile los desfiles funcionan como un programa de TV con animadora, voz en off, premios y conversación coloquial; con el foco centrado en la foto social, más que en la reseña de la pasarela. ¿Los negocios? Ninguna posibilidad (al menos transparente y manifiesta). Al final el desfile real no es el de los diseñadores, sino de los asistentes.
Estoy convencida que las animadoras de desfiles sobran. A no ser que sea un evento de mall o en un formato que no suponga el estreno de colecciones |
Con este tipo de formato ¿quiénes se benefician? Asumo que muy pocos, ya que la vitrina tiene tan poco eco, más allá de las paredes del evento, que con suerte se sabe que ocurrió. De hecho, muchos se enteran después, no por las fotos de la pasarela, sino por las sociales donde salió un diseñador y/o el vistazo express de la colección (a lo que los creadores "tienen que pegarse con una piedra en los dientes").
Ok. No generalicemos. Soy consciente que han habido intentos por salirse de este cliche made in Chile y convertir la pasarela, no en un rito social, sino en un espacio de promoción real. Sin embargo, falta mucho todavía.
Enumeremos los elementos generales de un fashion week o días de la moda, que podrían ayudarnos a desmarcarnos del formato "Martes 13"...
1- Propuestas atractivas en términos de mercado de la moda: creo que en Chile hay de sobra. No sólo talento, sino también inquietud comercial. Quizás para sumar ambos aspectos y crear una pasarela con números azules, se puede aplicar un modelo como el que observé en Colombiamoda.
2- Un lugar apropiado: ello supone un espacio que obligue el recambio de público por desfile, que tenga un área preferencial para prensa especializada (nacional e internacional en el mejor de los casos), grandes compradores y asistentes vip (que funcionen como reales embajadores de marca).
3- Puesta en escena sin distracciones: los desfiles no requieren presentación. Cuando se va a un fashion week o evento de moda, se conoce la grilla o programación, por ende, uno sabe que verá. La presentación se hace a través de una puesta en escena, no de la intervención de voces en off, ni animadores.
4- Espacio para los negocios: el objetivo de montar un desfile no es que la sra con peinado alto diga que le pareció "todo muy lindo", sino que el distribuidor nacional e internacional, cuan cazatalentos, compre la propuesta exhibida, la distribuya y lleve al público objetivo. Al mismo tiempo, es el espacio para promocionar y posicionar la marca. Para ello no sirven las fotos de sociales (al menos como único producto), sino se requiere de prensa especializada que tenga acceso preferencial y que se le clarifiquen los objetivos, es decir, que entienda que está en un circuito de industria de la moda.
5- Un público respetuoso: este aspecto no se logra de la noche a la mañana. Hay que educarlo. En la medida que se consiga todo lo anterior, y se arme el evento en pos de lo que llaman "sistema moda", el público entenderá que la pasarela no se pisa, ni es para sentarse, no se puede comer, ni beber en ella (menos en medio del evento), cuando parte ya no entra nadie más, no es un bingo y no hay que irse con "premios", a no ser que una marca decida dejar un souvenir en el asiento. Estos aspectos sólo hablando desde lo formal, porque se subentiende que una vez que se entiende la razón que los reúne, se sabe que uno está presenciando la consumación del esfuerzo de meses de un creador y ello se observa en silencio y con respeto.
Un público que sepa dónde está es vital para darle un valor de negocio a la pasarela |
Quizás podríamos estar horas desenredando la madeja, no obstante, hay que partir con algo para comenzar a construir una industria de la moda nacional integral, que no sea sólo "por amor al arte o las fotos de sociales". Para ti ¿hay cultura de desfiles en Chile?
(Foto principal y final gentileza de HenryJosé)
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