En las semanas de la moda o incluso en los desfiles más pequeños las fashionistas se lanzan a "la pasarela callejera" con sus mejores ropas y estilismos, en la espera de ser captada por algún flash o por lo menos robar una que otra mirada de admiración. Pero ¿este fenómeno es nuevo o antiguo? Me atrevería a decir, que al nivel que lo vemos ahora, no tiene más de cinco años. La irrupción de los coolhunting y los blogs de moda han posibilitado este florecimiento. Revisemos sus diversas aristas.
Por un lado, me encanta que haya cada vez más personas preocupadas por su estilo, que se tomen la moda en serio, pero sin convertirse en víctimas de ellas, y que elijan este tipo de eventos para manifestar su pasión. Sin embargo, también me agota un poco "la pose" de cierto grupo que me da la impresión que se "disfrazan" o sobreproducen con el único fin de ser captadas por las cámaras. Esa actitud me choca, porque no habla de estilo personal, sino de un "invento para la foto". Aunque uno podría aducir que esa conducta tiene que ver con un segmento netamente juvenil, la realidad nos revela que es transversal.
Me pongo bajo la lupa. Cada vez que voy a un desfile no dejo nada al azar. Pienso en lo que me pondré -generalmente vestidos-, pruebo zapatos, accesorios y cartera. Si no me convence, intento nuevas opciones, todo el día anterior. ¿Me disfrazo? No. Esta rutina un poco maniática, la hago también cuando tengo eventos importantes en la oficina o cuando voy a salir a una actividad laboral o personal. Ello porque me gusta estar a la altura de la invitación y honrar con mi preocupación a los anfitriones de la cita. Sin embargo, eso no significa que el resto de mi vida ande como "niñita pelusa", todo lo contrario, también me preocupo y reviso mis tenidas diarias cada noche, pero elijo conjuntos más del día a día. Pero la revisión de las combinaciones o la mera reflexión del "qué me pondré" la hago igual, con o sin actividad especial de por medio.
En definitiva, para mi la "pasarela" es parte de mi rutina diaria. Tranqui... no tengo complejo de modelo (con 1,62 app sería caso clínico), ni vivo en el mundo del "Diablo se viste de Prada" o "City girls". Mi vida es bastante apacible e incluso algunas veces un poco aburrida, pero sí tengo claro que, para mi, cómo me visto es parte de lo que soy. De lo que quiero reflejar. Por eso, no busco excusas como un desfile para inventarme un personaje, porque mantengo una línea estética permanente, que varía de acuerdo al contexto.
Me encantaría que el fenómeno de las "vestidas para desfile" no durara una semana o unos simples flashes, sino que realmente las calles se iluminaran siempre de diversidad y "locura". Sobre todo en Latinoamérica, que por suerte estamos dejando de lado el pudor y optando por crear estilos propio. La moda de autor es una prueba de ello.
¿Cambia mucho tu tenida para los desfiles? ¿qué opinas de esta irrupción de producción fashionista en los desfiles?
Vestida para el desfile
Hoy, las semanas de la moda se dividen en dos pasarelas. La tradicional, de desfiles programados, invitaciones y modelos profesionales; y la alternativa, que se produce en las inmediaciones del evento, donde no hay producción asociada más allá de las que las fashionistas se dan así mismas. Si bien, es en ese momento en que escuchamos más fuerte el cliché "la moda hoy está en la calle", a mi este fenómeno me produce diversas sensaciones.Foto: RG into the studio |
Por un lado, me encanta que haya cada vez más personas preocupadas por su estilo, que se tomen la moda en serio, pero sin convertirse en víctimas de ellas, y que elijan este tipo de eventos para manifestar su pasión. Sin embargo, también me agota un poco "la pose" de cierto grupo que me da la impresión que se "disfrazan" o sobreproducen con el único fin de ser captadas por las cámaras. Esa actitud me choca, porque no habla de estilo personal, sino de un "invento para la foto". Aunque uno podría aducir que esa conducta tiene que ver con un segmento netamente juvenil, la realidad nos revela que es transversal.
Foto: The Styleograph |
Me pongo bajo la lupa. Cada vez que voy a un desfile no dejo nada al azar. Pienso en lo que me pondré -generalmente vestidos-, pruebo zapatos, accesorios y cartera. Si no me convence, intento nuevas opciones, todo el día anterior. ¿Me disfrazo? No. Esta rutina un poco maniática, la hago también cuando tengo eventos importantes en la oficina o cuando voy a salir a una actividad laboral o personal. Ello porque me gusta estar a la altura de la invitación y honrar con mi preocupación a los anfitriones de la cita. Sin embargo, eso no significa que el resto de mi vida ande como "niñita pelusa", todo lo contrario, también me preocupo y reviso mis tenidas diarias cada noche, pero elijo conjuntos más del día a día. Pero la revisión de las combinaciones o la mera reflexión del "qué me pondré" la hago igual, con o sin actividad especial de por medio.
En definitiva, para mi la "pasarela" es parte de mi rutina diaria. Tranqui... no tengo complejo de modelo (con 1,62 app sería caso clínico), ni vivo en el mundo del "Diablo se viste de Prada" o "City girls". Mi vida es bastante apacible e incluso algunas veces un poco aburrida, pero sí tengo claro que, para mi, cómo me visto es parte de lo que soy. De lo que quiero reflejar. Por eso, no busco excusas como un desfile para inventarme un personaje, porque mantengo una línea estética permanente, que varía de acuerdo al contexto.
Foto: Christydelizabeth |
Me encantaría que el fenómeno de las "vestidas para desfile" no durara una semana o unos simples flashes, sino que realmente las calles se iluminaran siempre de diversidad y "locura". Sobre todo en Latinoamérica, que por suerte estamos dejando de lado el pudor y optando por crear estilos propio. La moda de autor es una prueba de ello.
¿Cambia mucho tu tenida para los desfiles? ¿qué opinas de esta irrupción de producción fashionista en los desfiles?
(Foto principal: Utamaduniwear.com)
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