La polémica entre Cathy Horyn, la crítica de moda del NY Times y Hedi Slimane, el nuevo director creativo de Saint Laurent, más otras situaciones protagonizadas por los mismos personajes en otros contextos, me llevaron a reflexionar sobre la compleja relación entre creativos y críticos de moda. ¿El mundo de la moda de autor latina vive esta disyuntiva? Hoy lo analizamos.
Si bien no comparto para nada el tono de muchas de las críticas de Horyn, donde se ha referido a los creativos de forma poco afortunada (a Oscar de la Renta lo llamó “hot dog”), me parece curioso –y preocupante- el precedente que se sienta cuando se prohíbe a alguien la entrada a un desfile o se le “bloquea” de eventos, comunicados, etc, por considerar a esa persona muy crítica y aguda con sus comentarios. Por ejemplo, me pareció muy acertada la salida de Oscar de la Renta de esta situación al publicar una carta de descargos en la que no se quejaba por la crítica a su trabajo (de hecho decía que creía en la crítica constructiva porque su objetivo siempre ha sido mejorar en pos de sus clientas), sino por la forma a la que se refirieron a él.
Pero por otro lado, no comparto la lógica del “veto” asociado a “dijiste algo que no me gustó”.
La crítica, si bien puede tener una técnica más “objetiva” sosteniéndola, siempre será fruto de una percepción subjetiva. Por ello, se debe considerar como un punto de vista, una mirada de mundo y una oportunidad para crecer, mejorar o dar un salto. Todo ello entendido en que se hace con el afán de aportarle al creativo una reflexión, que puede ser compartida por parte del público al que quiere apuntar o que le puede dar una nueva perspectiva. No como un ataque personal o un ejercicio para quitarle piso. Más que decirle al otro que no entendió nada, creo que la crítica –sin descalificativos obviamente- es el momento para hacerse preguntas, no ponerse una armadura.
Las marcas de moda deben entender que en un mundo donde las redes sociales se han convertido en arenas de debate y discusión pública, es imposible controlar todas las interacciones. Por lo mismo, se quiere de una comunicación clara y estratégica. Entendiendo que los blogueros de moda –y los consumidores- no son publicistas de la marca, ya que si lo fuéramos sin hacerlo público, perderíamos parte de nuestro capital social.
En este caso, como en el anterior, los equipos de RR.PP. deben construir una relación constructiva y de colaboración con los blogueros de moda, cimentada en el crecimiento mutuo, no en la amenaza de “Goliat”.
Para ell@s las críticas de cualquier índole, incluso casi quirúrgicas, siempre son mal recepcionadas. La consigna es: “sin aplausos, no escribas de mi”. Bajo esta lógica la acción de reportear o asistir a un desfile o lanzamiento de colección, se transforma en un acto de consentimiento y lealtad –mal entendida- ante todo, como si la relación profesional entre ambas partes deba tener que estar cruzada siempre por la venia y la sonrisa afirmativa. “Si no te gusta o no es 100% lo que esperabas, quédate mudo”, se transforma en la clave para sobrevivir.
Honestamente, creo que existe un gran porcentaje en la moda –a todos los niveles- que prefiere no escuchar, leer, ni mirar lo que sale de sus márgenes de “tolerable”. Mientras hay otro, que valora la crítica y cree que ejercida de manera seria y responsable, realmente puede ayudarlos a crecer.
¿Cuál creen que es el estado de la moda de autor respecto a este tema? ¿si estuvieran en el ojo de la crítica cómo reaccionarían ante un reporte no esperado?
Primer round: esquina izquierda críticos, esquina derecha diseñadores
La historia de Cathy Horyn y sus desencuentros con diseñadores es larga y llena de vetos. No obstante, este año ha alcanzado mayor popularidad por su crítica subida de tono contra Oscar de la Renta en NYFW y el intercambio de “mensajes” en las redes sociales y sus columnas con Hedi Slimane, que hacía su estreno en Saint Laurent.Si bien no comparto para nada el tono de muchas de las críticas de Horyn, donde se ha referido a los creativos de forma poco afortunada (a Oscar de la Renta lo llamó “hot dog”), me parece curioso –y preocupante- el precedente que se sienta cuando se prohíbe a alguien la entrada a un desfile o se le “bloquea” de eventos, comunicados, etc, por considerar a esa persona muy crítica y aguda con sus comentarios. Por ejemplo, me pareció muy acertada la salida de Oscar de la Renta de esta situación al publicar una carta de descargos en la que no se quejaba por la crítica a su trabajo (de hecho decía que creía en la crítica constructiva porque su objetivo siempre ha sido mejorar en pos de sus clientas), sino por la forma a la que se refirieron a él.
Pero por otro lado, no comparto la lógica del “veto” asociado a “dijiste algo que no me gustó”.
La crítica, si bien puede tener una técnica más “objetiva” sosteniéndola, siempre será fruto de una percepción subjetiva. Por ello, se debe considerar como un punto de vista, una mirada de mundo y una oportunidad para crecer, mejorar o dar un salto. Todo ello entendido en que se hace con el afán de aportarle al creativo una reflexión, que puede ser compartida por parte del público al que quiere apuntar o que le puede dar una nueva perspectiva. No como un ataque personal o un ejercicio para quitarle piso. Más que decirle al otro que no entendió nada, creo que la crítica –sin descalificativos obviamente- es el momento para hacerse preguntas, no ponerse una armadura.
Round 2: equipos de relaciones públicas versus webs y blogs de moda
He desarrollado varias reflexiones respecto a cómo los equipos de relaciones públicas / comunicaciones de algunas marcas no saben relacionarse con los blogs de moda. El problema parece, no es sólo de Latinoamérica, sino también del mundo. El caso –nuevamente- de Saint Laurent y el sitio Business of Fashion pone nuevamente la luz roja. ¿Tiene el derecho una marca de solicitarle a un sitio que rectifique las notas porque no le gustó lo que escribieron de ella? ¿Esa rectificación es válida cuando el material con el que se basó el post o reporte proviene justamente de la marca?Las marcas de moda deben entender que en un mundo donde las redes sociales se han convertido en arenas de debate y discusión pública, es imposible controlar todas las interacciones. Por lo mismo, se quiere de una comunicación clara y estratégica. Entendiendo que los blogueros de moda –y los consumidores- no son publicistas de la marca, ya que si lo fuéramos sin hacerlo público, perderíamos parte de nuestro capital social.
Nos guste o no, todo el mundo está hablando de nosotros |
En este caso, como en el anterior, los equipos de RR.PP. deben construir una relación constructiva y de colaboración con los blogueros de moda, cimentada en el crecimiento mutuo, no en la amenaza de “Goliat”.
Round 3: críticas versus ego
A medida que l@s diseñadores van ganando un nombre en el mercado, aumenta su confianza –al menos relativa- y crece el ego. El problema es que muchos de estos creativos transforman el ego –o el orgullo o la inseguridad a esta altura no lo tengo claro- en el escudo de cualquier “amenaza” que podría desestabilizar su aparente “armonía”.Al parecer muchos diseñadores piensan lo mismo de los críticos de moda. Ilustración: Hikingartist |
Para ell@s las críticas de cualquier índole, incluso casi quirúrgicas, siempre son mal recepcionadas. La consigna es: “sin aplausos, no escribas de mi”. Bajo esta lógica la acción de reportear o asistir a un desfile o lanzamiento de colección, se transforma en un acto de consentimiento y lealtad –mal entendida- ante todo, como si la relación profesional entre ambas partes deba tener que estar cruzada siempre por la venia y la sonrisa afirmativa. “Si no te gusta o no es 100% lo que esperabas, quédate mudo”, se transforma en la clave para sobrevivir.
Round 4: la crítica y el rating
En el mundo de la moda pareciera que la crítica no paga. No obstante, mi experiencia me indica, que al final de la jornada todos –el lector, los observadores, los diseñadores e incluso los expertos que prefieren describir a reflexionar- gritan por sangre emulando un circo romano donde si no ganaste, debes ser asesinado públicamente. No comparto este criterio, creo que la crítica para subir el rating es un ejercicio siniestro que no le aporta a nadie. Pero sí creo que es importante reflexionar y no sólo describir lo que se mira, tratar de entender, analizar el concepto desde una mirada compleja, enriquecida. Ello se logra con el tiempo y la experiencia, no sólo leyendo libros y estudiando en la U (aunque estos últimos factores ayuden en el proceso de aprendizaje).El silencio pareciera ser la opción para "sobrevivir". Foto Fuente: Poisoned Vengeande |
Honestamente, creo que existe un gran porcentaje en la moda –a todos los niveles- que prefiere no escuchar, leer, ni mirar lo que sale de sus márgenes de “tolerable”. Mientras hay otro, que valora la crítica y cree que ejercida de manera seria y responsable, realmente puede ayudarlos a crecer.
¿Cuál creen que es el estado de la moda de autor respecto a este tema? ¿si estuvieran en el ojo de la crítica cómo reaccionarían ante un reporte no esperado?
(Ilustración por Juan Ignacio Calvo F /Foto de boxeadora por Orianomada)
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