Mi viaje a Bariloche, aunque breve, fue muy provechoso. No sólo por las conversaciones que tuve, sino también por la posibilidad de conocer a marcas de autor que estaban fuera de mi radio de acción. ¿Un ejemplo? La propuesta homónima de la diseñadora Magdalena Basombrio, quien hoy nos quiere seducir con comodidad y reinvención de los clásicos desde el sur del mundo. Los invito a conocerla.
Claro está que me importa la venta, que las prendas se vayan para que haya sustento para otras nuevas, y para ir mejorando la calidad de los materiales tanto como las terminaciones. Entonces, lo que me da más ganas es de viajar dos o tres veces por año a lugares donde este formato se valora, vender y volver a la paz del taller a seguir produciendo. Esto ya lo hice y creo que funciona dentro de mi plan de disfrute/negocios. Nueva York fue un gran lugar al que llegué a vender, y fue muy satisfactorio ver que realmente lo que cotiza allá es lo único y personal de cada cosa, el alma, la calidad. Lo que veo de acá es que la gente necesita verse envuelta en un halo de palabras y marketing que sustente la ropa, la gente quiere llevar etiquetas grandes, ser publicidades andantes, allá eso es algo demodè, cotizan otros valores.
Las redes sociales son la herramienta del futuro, un placer poder mostrar tan fácil lo que uno hace y con tan poco filtro. Me gusta mucho esta opción. Todavía no le saco totalmente el jugo porque no soy una amante de las computadoras, pero de a poco aprendo y la incorporo”.
Los motivos para crear Magdalena Basombrio
“Mi camino fue y es más desde el oficio. No se si quise hacer una marca, quiero hacer ropa, potenciar a quien la use, investigar la técnica, para después poder jugar con las temáticas y que nunca pierda elegancia ni funcionalidad. No olvidar que aunque sea arte, es primero ropa. Mi oficio es muy divertido, interminable. Cada cosa puede ser un disparador de colecciones. Mientras más creas, más hay para hacer”.La propuesta de Magdalena Basombrio
“Propongo vestirse bien, sin perder la espontaneidad, y que lo que lleves puesto no restrinja ni movimientos ni situaciones. No soy una fanática de los tacos, soy fanática de la comodidad, de la reinvención de los clásicos (porque lo vale, porque por algo son clásicos y trascienden). Me gusta la mezcla de texturas y estampados. Amante de los excesos en la naturaleza. Creo en abrazar los opuestos y convivir con todo”.Los factores que influyen en el desarrollo de colecciones de Magdalena Basombrio
“Siempre estoy alerta. Me gustan los disparadores menos pensados, a veces una película, o un material, cualquier cosa es una potencial colección. Tiene que ver con mi estado de ánimo, con los que se me cruzo en la vida, con lo que quiero desarrollar en mi cabeza, con alguna idea, algo que me encanta, o puede ser algo que me da bronca también. Para mi es una forma de sacarme cosas de adentro, con las ganas de compartir o con las ganas de sanar. En cada colección empiezo de cero, me gusta el vértigo de las posibilidades, la constancia es la búsqueda de la calidad y el corte”.Una mirada a la moda de autor de la Patagonia por Magdalena Basombrio
"La Patagonia no se caracteriza por tener una gran importancia a nivel moda. Acá lo que importa es cubrirse de las inclemencias del tiempo. Creo a veces que por el marco de naturaleza imponente en el cual vivimos, mucha gente no siente la necesidad de embellecerse, de prestar atención a que se ponen, de jugar con lo que muestran. La Patagonia es adversa, las flores son duras, y crecen en lugares inhóspitos. Desde mi lugar de hacedora de ropa, lo que tengo para ofrecer es algo sincero, y usable, es cómodo para andar, abrigado también, solo que tiene un extra estético que es lo que me apasiona, me da vida y ganas de hacer”.La importancia del plan de negocios y las redes sociales para Magdalena Basombrio
“Creo que mi mayor plan de negocios es disfrutar lo que hago. No quiero convertirme en una oficinista, ni marearme con números y tensiones, quiero tener espacios de ocio, de esos que me gustan y que dan el lugar a lo lúdico para seguir creando, para no perder el foco, para disfrutar y para que cualquier cosa que salga de mi tienda o taller tenga una cadena de trabajo a conciencia. Me importa respetar a mis costureras, formar equipo, ser justa en todo el proceso, muchas de esas cosas se pierden en la cantidad.Claro está que me importa la venta, que las prendas se vayan para que haya sustento para otras nuevas, y para ir mejorando la calidad de los materiales tanto como las terminaciones. Entonces, lo que me da más ganas es de viajar dos o tres veces por año a lugares donde este formato se valora, vender y volver a la paz del taller a seguir produciendo. Esto ya lo hice y creo que funciona dentro de mi plan de disfrute/negocios. Nueva York fue un gran lugar al que llegué a vender, y fue muy satisfactorio ver que realmente lo que cotiza allá es lo único y personal de cada cosa, el alma, la calidad. Lo que veo de acá es que la gente necesita verse envuelta en un halo de palabras y marketing que sustente la ropa, la gente quiere llevar etiquetas grandes, ser publicidades andantes, allá eso es algo demodè, cotizan otros valores.
Las redes sociales son la herramienta del futuro, un placer poder mostrar tan fácil lo que uno hace y con tan poco filtro. Me gusta mucho esta opción. Todavía no le saco totalmente el jugo porque no soy una amante de las computadoras, pero de a poco aprendo y la incorporo”.
Imaginando el futuro de Magdalena Basombrio
"Imagino el futuro de mi marca produciendo acá, en la Patagonia, y vender afuera. Es mi deseo y estoy trabajando para que eso sea posible, poder desde la exclusividad y la calidad tener el producto que me lleve a viajar por el mundo".
(Fotos y video gentileza de Magdalena Basombrio)
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