Todos los caminos llevan a las buenas propuestas de diseño. Al menos eso me quedó claro al conocer a la diseñadora argentina Silvina Romero (marca homónima), integrante de la tienda Matilda & Co, y futura oradora del workshop de joyería textil experimental que impartirá la Escuela de joyería de Claudia Correa, el segundo semestre en Santiago. Aprovechando esta contingencia, quise conocer más de su historia y trabajo. Acá nos las devela.
Un día andando en bici por el barrio de Once, donde están concentrados gran parte de los talleres de confección de indumentaria, descubrí una enorme cantidad de bolsas de tela tiradas en la calle, me las cargué a mi casa y comencé a experimentar con todo ese glorioso material. Desde ese día empecé a recolectar habitualmente diferentes textiles. Me armé un itinerario especificando qué tipo de materiales tiraban, en qué lugar y a qué hora. Pasé varios meses jugando con todos esos retazos, generando formas, texturas, sin tener una meta, solo explorar la materia y sus posibilidades.
Así nacieron las primeras piezas. Esta 'basura' se convertiría en mi materia prima. Acumulando y acumulando telas comencé a desarrollar una serie de pequeñas esculturitas textiles, super experimentales, que por mi interés natural de llevarlo al cuerpo las fui modificando para poder vestirlas, y así se fueron multiplicando. Tuve mis primeras clientas estrellas, por supuesto mis amigas, que me alentaron a sacarlas del taller al mundo. De esa manera llegó fines del 2001 que explotó todo y me quedé sin trabajo. Nada mejor que estar disponible para comenzar un proyecto nuevo y nacieron las primeras colecciones, siempre partiendo desde un lugar muy plástico. Desde entonces comercializo mis piezas, que fueron mutando, creciendo, pero siempre producidas de la misma manera, recolectando desechos y transformándolos en piezas".
Hago piezas para usar en el cuerpo, pero que también puedan convivir en el espacio que nos rodea cuando están fuera de él, que puedan ser colgadas en una pared o descansar en algún lugar visible".
Las motivaciones para crear Silvina Romero
"En el 2000 estaba cursando el último año de la carrera de diseño de indumentaria en la UBA y el panorama de la industria textil no era nada alentador. Todo se importaba de China y se vendía por dos mangos; todo se copiaba de afuera, por lo tanto mi interés en producir ropa se fue desvaneciendo. En paralelo la situación del país se iba complicando cada vez más.Un día andando en bici por el barrio de Once, donde están concentrados gran parte de los talleres de confección de indumentaria, descubrí una enorme cantidad de bolsas de tela tiradas en la calle, me las cargué a mi casa y comencé a experimentar con todo ese glorioso material. Desde ese día empecé a recolectar habitualmente diferentes textiles. Me armé un itinerario especificando qué tipo de materiales tiraban, en qué lugar y a qué hora. Pasé varios meses jugando con todos esos retazos, generando formas, texturas, sin tener una meta, solo explorar la materia y sus posibilidades.
Así nacieron las primeras piezas. Esta 'basura' se convertiría en mi materia prima. Acumulando y acumulando telas comencé a desarrollar una serie de pequeñas esculturitas textiles, super experimentales, que por mi interés natural de llevarlo al cuerpo las fui modificando para poder vestirlas, y así se fueron multiplicando. Tuve mis primeras clientas estrellas, por supuesto mis amigas, que me alentaron a sacarlas del taller al mundo. De esa manera llegó fines del 2001 que explotó todo y me quedé sin trabajo. Nada mejor que estar disponible para comenzar un proyecto nuevo y nacieron las primeras colecciones, siempre partiendo desde un lugar muy plástico. Desde entonces comercializo mis piezas, que fueron mutando, creciendo, pero siempre producidas de la misma manera, recolectando desechos y transformándolos en piezas".
La propuesta de Silvina Romero
"Si bien mi formación viene desde el diseño, gran parte de mis amigos son artistas y naturalmente trabajo desde un lugar más plástico. Generalmente comienzo experimentando con formas, material nuevo, un color, una imagen. Cualquier excusa es buena para empezar a trabajar, pero nunca pensando en el fin. No produzco pensando en hacer una pieza de joyería. Primero siempre son esculturas, objetos, juguetes, que luego mutan para ser llevados en el cuerpo. Hago esculturas portables, me gusta la idea de trabajar en el fino límite que hay entre el arte y el diseño, entre lo que es funcional y lo que no lo es.Hago piezas para usar en el cuerpo, pero que también puedan convivir en el espacio que nos rodea cuando están fuera de él, que puedan ser colgadas en una pared o descansar en algún lugar visible".
Los factores que influyen el proceso creativo de Silvina Romero
"En el proceso creativo influye todo. El momento que estoy transitando, los materiales con los que me voy topando, las técnicas que descubro. Según el momento me voy fanatizando con diferentes situaciones que se generan en el taller y que luego mutan en piezas".Una mirada a la joyería contemporánea argentina
"Creo que es un gran momento para la joyería en Argentina. De hecho hace unos años no existía como tal, hoy hay una gran variedad de propuestas, cada vez más gente interesada y más oferta para aprender. Yo llegué a la joyería muy de casualidad, cuando nació este proyecto nunca me lo propuse, todo fue llegando solo. Trabajo mucho, porque la paso muy bien en mi taller, disfruto del hacer y eso me fue topando con gente que me fue abriendo puertas de a poco, sin buscarlo. Por lo tanto estoy inserta en un mercado que se fue armando en paralelo al desarrollo de mi producción".¿El futuro de Silvina Romero?
"No tengo idea. Lo que más me interesa es pasarla bien con mi trabajo, cuando eso ocurre todo se sucede de manera natural y llego al lugar exacto donde me hace feliz estar. Siempre voy procurando generar nuevos proyectos que me entusiasmen. Ahora estoy bordando mucho. El 19 de abril inauguré una muestra de joyería + obra bordada en el Centro Cultural Ricardo Rojas que estará hasta el 31 de mayo; también doy clases en mi taller de joyería textil experimental y workshops de creatividad que me hacen muy feliz y me conectan con el dar. Así que todo va mutando según los intereses de cada momento".
(Fotos gentileza de Silvina Romero)
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