La moda de autor me ha reencontrado con la lana. Me ha llevado a enamorarme de su oficio y de la tradición artesanal que lo ampara. Por lo mismo, cada vez que veo una propuesta que tiene el tejido como protagonista, me detengo a revisarla. En esta oportunidad, quien llamó mi atención fue la marca oriunda de Valparaíso, Punto Aguayo, de la licenciada en arte y modelo, Paz Tobar. En ella busca generar una interconexión de lenguajes, técnicas y disciplinas dando vida a piezas de tejido para mujeres y niñas, que luchan por convertirse en potenciales obras de arte. ¿La revisamos?
"Sentí la necesidad de juntar en una acción o en un esfuerzo, todas las cosas que me gusta hacer. Tomé mi tradición familiar (el tejido) y le di un nuevo significado, y comencé a ver las prendas tejidas como potenciales obras de arte.
Creo que mi acercamiento a la moda desde diferentes disciplinas le da un carácter integral a mi propuesta. Estudiar Licenciatura en Arte me dio una plataforma conceptual y plástica para trabajar con la imagen. Por otro lado, mi desempeño en teatro desde el equipo de diseño me otorgó nuevos conceptos y relaciones con el espacio, la puesta en escena, la iluminación, etc. Paralelamente, estoy trabajando en moda hace diez años como modelo, y esto también me ha permitido formar una visión de la comunicación y la interpretación del mensaje de un diseñador".
"Diría que Punto Aguayo es justamente eso, un Punto de encuentro de los diferentes lenguajes, técnicas y disciplinas por las que he pasado con el ancestral oficio del tejido.
Tengo la suerte de trabajar con Ana (mi abuela) quien tiene una obsesión por el detalle que me fascina, y que convierte las prendas en objetos preciosos. Es importante para mi que nuestras creaciones tengan relaciones dinámicas con la distancia, es decir, que tengan una primera lectura desde lejos y que a medida que te acercas te sorprendas con la complejidad de sus detalles. Por otra parte Verónica (mi madre), es muy creativa, y le encanta experimentar con nuevas formas y materiales, acepta todos los desafíos y por eso la amo.
Creo que mi propuesta es dinámica, está en constante movimiento, aprovecha los accidentes y dialoga con la maestría del oficio, integra la pintura, la fotografía, la performance y sobre todo tiene contenido".
"Siento que la pregunta por la materialidad hoy es crucial. Estamos viviendo una revolución, volviendo a los materiales nobles, a lo orgánico, nos preguntamos por el origen de nuestras prendas, de nuestros productos, de nuestra comida.
Si bien es un paso importante hacia la reconciliación con la naturaleza, no me detengo en este punto. Muchas prendas suben sus costos por la nobleza y pureza de su material, sin embargo abaratan costo en la manufactura. Creo que el valor de Punto Aguayo está en la maestría de sus manos, en la proyección del material, en la capacidad plástica de llevar la lana a su límite, de jugar con ella, de hacer el nudo perfecto para ese color y esa textura, ya sea 100% natural, o sea 100% acrílico. La materialidad por si no es creativa, nuestro trabajo es ponerla en las mejores manos para que tenga una razón de ser".
"A menudo veo que la identidad local en la moda se reduce a lo exótico, a lo indígena, a lo turístico. Es lo que me pasa como porteña cuando la gente entiende Valparaíso como postal. Nuestra identidad está siempre en construcción, es dinámica, arrastra una historia de mestizaje, de colonia, de negaciones, como también se construye en relación con el presente y la proyección de lo que queremos ser. Quiénes somos los chilenos, cómo nos presentamos frente a los otros y cuál es la lectura que se tiene de nosotros.
El rol social que cumple el tejido es fundamental, el acto de tejer es un acto de sociabilización, de aprendizaje, de comunidad, y me gusta rescatar eso. Me interesa relevar el proceso de las prendas, establecerlo como un fin, un propósito; en este sentido Punto Aguayo se contrapone a las dictaduras de las grandes marcas, pues cada pieza es única, y está concebida para una persona, un cuerpo único. Trato de inspirarme en situaciones de la vida cotidiana, en los colores de mi paisaje, en la música que tenemos (que es mi otra gran pasión)".
"Son tantos desafíos. Pero creo que el más importante es mantenerse fiel a tu propio proceso, no intimidarse por la industria de la moda que suele ser tan cruda a veces. Trato de generar una vitrina para las cosas que hago, pero sé que es un camino lento, pues lo que quiero vender no es simplemente 'ropa'.
Siento que para mi no ha sido tan difícil, pues la gente empatiza cuando ve un tejido y sabe el trabajo que hay detrás, y sobre todo, que hay mucho tiempo invertido ahí, pues ¿quién no ha tenido una abuelita que tejía?, es parte de nuestra cultura. Me siento muy afortunada de tener el respaldo de mi familia, siento que ese factor es clave para enfrentar cualquier problema".
"No me lo imagino, simplemente me preparo para recibirlo con la mejor disposición, quiero aprender, crear y disfrutar de lo que hago".
Los motivos para crear Punto Aguayo
"Sentí la necesidad de juntar en una acción o en un esfuerzo, todas las cosas que me gusta hacer. Tomé mi tradición familiar (el tejido) y le di un nuevo significado, y comencé a ver las prendas tejidas como potenciales obras de arte.
Creo que mi acercamiento a la moda desde diferentes disciplinas le da un carácter integral a mi propuesta. Estudiar Licenciatura en Arte me dio una plataforma conceptual y plástica para trabajar con la imagen. Por otro lado, mi desempeño en teatro desde el equipo de diseño me otorgó nuevos conceptos y relaciones con el espacio, la puesta en escena, la iluminación, etc. Paralelamente, estoy trabajando en moda hace diez años como modelo, y esto también me ha permitido formar una visión de la comunicación y la interpretación del mensaje de un diseñador".
La propuesta
"Diría que Punto Aguayo es justamente eso, un Punto de encuentro de los diferentes lenguajes, técnicas y disciplinas por las que he pasado con el ancestral oficio del tejido.
Tengo la suerte de trabajar con Ana (mi abuela) quien tiene una obsesión por el detalle que me fascina, y que convierte las prendas en objetos preciosos. Es importante para mi que nuestras creaciones tengan relaciones dinámicas con la distancia, es decir, que tengan una primera lectura desde lejos y que a medida que te acercas te sorprendas con la complejidad de sus detalles. Por otra parte Verónica (mi madre), es muy creativa, y le encanta experimentar con nuevas formas y materiales, acepta todos los desafíos y por eso la amo.
Creo que mi propuesta es dinámica, está en constante movimiento, aprovecha los accidentes y dialoga con la maestría del oficio, integra la pintura, la fotografía, la performance y sobre todo tiene contenido".
La influencia de la materialidad en el proceso creativo de Punto Aguayo
"Siento que la pregunta por la materialidad hoy es crucial. Estamos viviendo una revolución, volviendo a los materiales nobles, a lo orgánico, nos preguntamos por el origen de nuestras prendas, de nuestros productos, de nuestra comida.
Si bien es un paso importante hacia la reconciliación con la naturaleza, no me detengo en este punto. Muchas prendas suben sus costos por la nobleza y pureza de su material, sin embargo abaratan costo en la manufactura. Creo que el valor de Punto Aguayo está en la maestría de sus manos, en la proyección del material, en la capacidad plástica de llevar la lana a su límite, de jugar con ella, de hacer el nudo perfecto para ese color y esa textura, ya sea 100% natural, o sea 100% acrílico. La materialidad por si no es creativa, nuestro trabajo es ponerla en las mejores manos para que tenga una razón de ser".
Crear moda con identidad local para Punto Aguayo
"A menudo veo que la identidad local en la moda se reduce a lo exótico, a lo indígena, a lo turístico. Es lo que me pasa como porteña cuando la gente entiende Valparaíso como postal. Nuestra identidad está siempre en construcción, es dinámica, arrastra una historia de mestizaje, de colonia, de negaciones, como también se construye en relación con el presente y la proyección de lo que queremos ser. Quiénes somos los chilenos, cómo nos presentamos frente a los otros y cuál es la lectura que se tiene de nosotros.
El rol social que cumple el tejido es fundamental, el acto de tejer es un acto de sociabilización, de aprendizaje, de comunidad, y me gusta rescatar eso. Me interesa relevar el proceso de las prendas, establecerlo como un fin, un propósito; en este sentido Punto Aguayo se contrapone a las dictaduras de las grandes marcas, pues cada pieza es única, y está concebida para una persona, un cuerpo único. Trato de inspirarme en situaciones de la vida cotidiana, en los colores de mi paisaje, en la música que tenemos (que es mi otra gran pasión)".
El mayor desafío al que debe enfrentarse una marca de autor hoy según Punto Aguayo
"Son tantos desafíos. Pero creo que el más importante es mantenerse fiel a tu propio proceso, no intimidarse por la industria de la moda que suele ser tan cruda a veces. Trato de generar una vitrina para las cosas que hago, pero sé que es un camino lento, pues lo que quiero vender no es simplemente 'ropa'.
Siento que para mi no ha sido tan difícil, pues la gente empatiza cuando ve un tejido y sabe el trabajo que hay detrás, y sobre todo, que hay mucho tiempo invertido ahí, pues ¿quién no ha tenido una abuelita que tejía?, es parte de nuestra cultura. Me siento muy afortunada de tener el respaldo de mi familia, siento que ese factor es clave para enfrentar cualquier problema".
¿El futuro de Punto Aguayo?
"No me lo imagino, simplemente me preparo para recibirlo con la mejor disposición, quiero aprender, crear y disfrutar de lo que hago".
(Fotos gentileza de Punto Aguayo)
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