El diseñador chileno residente en París, Iván Grubessich, vio en la #moda un camino paralelo al de la pintura y la arquitectura, dos artes por los que sentía una tremenda curiosidad. Casi 25 años después, esa motivación inicial se mantiene vigente y la proyecta a través de un trabajo donde los detalles son parte de un proceso, que lo han transformado en un verdadero arquitecto de la moda. Pero ¿cómo ha cambiado su mirada de la industria? ¿qué valor le da a esta nueva escena de autor nacional? ¿qué significó para su carrera trabajar con grandes figuras como Yves Saint Laurent, Kenzo, Ungaro y Alaïa? Hoy nos lo cuenta en primera persona.
"La 'Alta Costura' ha cambiado. Hoy hay otra mirada sobre como hacerla. Es más práctica, moderna, va con el mundo actual, hay una renovación en ella. Hoy existe una línea más sofisticada que se acerca a la alta costura, eso ha sido una forma de mantenerla vigente. Mi propuesta es seguir en ella, me gusta su oficio, su calidad, debo mantener su técnica, traspasar conocimientos a jóvenes. Esa es mi propuesta, voy buscando los mercados para desarrollarla. Siempre hay mujeres deseosas de tener una pieza única".
"No ha sido fácil y no lo sigue siendo, tienes una mirada marcada por esos personajes, siempre hay una mirada crítica, de mucha exigencia. Sobre los aprendizajes está el lograr la perfección en los diseños, eso va desde la propuesta, calce y su resultado final. Sin duda a partir de todos los procesos para lograrlo, el más sorprendente es lo que los franceses llaman golpe de ojo".
"Soy bien crítico del escenario chileno, creo que el mayor problema y estoy casi seguro de ello es por la falta de calidad. Los diseñadores chilenos suelen ser muy básicos a la hora de desarrollar sus diseños, algunos lo hacen bien por dos o tres años, después viene una baja en sus propuestas. Está la escasez de recursos de materiales para desarrollar diversidad. La única manera para que un diseñador se desarrolle y se mantenga en el tiempo es ir a los clientes con potencial económico y para ello la calidad es primordial, y en la escena de la moda de autor los recursos no están en sus círculos de amistades o pares, están en otros segmentos económicos.
Yo no sé si lo he logrado, pero si llevo 25 años desarrollándome en la moda mirando siempre ese público, son ellos los que me han permitido desarrollarme".
"Estás preguntas a veces me resultan complejas. No me cuestiono tanto con nombres e identidades, siempre pienso si es bueno o malo, soy muy básico en ello. Creo que la identidad se logra con los años de procesos y experimentación para llegar a lo que es más cómodo y fácil de desarrollar. Ahora que me estoy abriendo a una nueva cultura, estoy sintiendo una curiosidad por aplicar eso que tu llamas 'local' en algunas propuestas".
"Lamentablemente una tremenda diferencia. En Chile no hay una identidad natural para ofrecer al mercado internacional y cuando haces moda en Francia estás pensando en un mundo global y para ello es que desarrollas un trabajo que debe reunir y cumplir con las exigencias que son infinitas".
En la industria de la moda hay una gran discusión respecto a la vigencia de la "alta costura". Cómo define su propuesta dentro de este paradigma
"La 'Alta Costura' ha cambiado. Hoy hay otra mirada sobre como hacerla. Es más práctica, moderna, va con el mundo actual, hay una renovación en ella. Hoy existe una línea más sofisticada que se acerca a la alta costura, eso ha sido una forma de mantenerla vigente. Mi propuesta es seguir en ella, me gusta su oficio, su calidad, debo mantener su técnica, traspasar conocimientos a jóvenes. Esa es mi propuesta, voy buscando los mercados para desarrollarla. Siempre hay mujeres deseosas de tener una pieza única".
Los aprendizajes que marcaron su paso por grandes Casas de Moda internacionales
"No ha sido fácil y no lo sigue siendo, tienes una mirada marcada por esos personajes, siempre hay una mirada crítica, de mucha exigencia. Sobre los aprendizajes está el lograr la perfección en los diseños, eso va desde la propuesta, calce y su resultado final. Sin duda a partir de todos los procesos para lograrlo, el más sorprendente es lo que los franceses llaman golpe de ojo".
Qué le falta a la escena de la moda de autor nacional para consolidarse según Iván Grubessich
"Soy bien crítico del escenario chileno, creo que el mayor problema y estoy casi seguro de ello es por la falta de calidad. Los diseñadores chilenos suelen ser muy básicos a la hora de desarrollar sus diseños, algunos lo hacen bien por dos o tres años, después viene una baja en sus propuestas. Está la escasez de recursos de materiales para desarrollar diversidad. La única manera para que un diseñador se desarrolle y se mantenga en el tiempo es ir a los clientes con potencial económico y para ello la calidad es primordial, y en la escena de la moda de autor los recursos no están en sus círculos de amistades o pares, están en otros segmentos económicos.
Yo no sé si lo he logrado, pero si llevo 25 años desarrollándome en la moda mirando siempre ese público, son ellos los que me han permitido desarrollarme".
Qué significa para Iván Grubessich crear moda con identidad
"Estás preguntas a veces me resultan complejas. No me cuestiono tanto con nombres e identidades, siempre pienso si es bueno o malo, soy muy básico en ello. Creo que la identidad se logra con los años de procesos y experimentación para llegar a lo que es más cómodo y fácil de desarrollar. Ahora que me estoy abriendo a una nueva cultura, estoy sintiendo una curiosidad por aplicar eso que tu llamas 'local' en algunas propuestas".
La mayor diferencia entre hacer moda en Chile para el mundo y hacer moda en Francia para el mundo
"Lamentablemente una tremenda diferencia. En Chile no hay una identidad natural para ofrecer al mercado internacional y cuando haces moda en Francia estás pensando en un mundo global y para ello es que desarrollas un trabajo que debe reunir y cumplir con las exigencias que son infinitas".
(Fotos gentileza de Mujer Publimetro por Gonzalo Muñoz)
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