(Por Alicia Díaz*) Zara, el gigante de la industria de la moda y de la ropa low cost. Como española es un orgullo tener una marca “propia” tan reconocida a nivel mundial, llegando a considerarse de “lujo” según el país en que esté. Pero como en toda historia, existe una segunda parte en la que se cuestionan los daños colaterales, ¿qué es la moda española además del grupo Inditex? Hoy le damos una vuelta.
Antes analizar la situación de la moda española en el siglo XXI, un poco de contexto. A principios del siglo XX, el pintor, diseñador y escenográfo español Mariano Fortuny y Madrazo creó el mítico vestido Delphos, prenda inspirada en las túnicas de la Antigua Grecia que pasó a la Historia de la Moda, estudiándose hoy en todas las escuelas de diseño textil.
Otro gran nombre: Cristóbal Balenciaga, nacido en 1895 (aunque no muchos saben que es español). De él, la revolucionaria Coco Chanel dijo que era “un modisto en el verdadero sentido de la palabra”. Modisto, que tiene por oficio diseñar y confeccionar prendas de vestir. Esa figura que lamentablemente se está difuminando, aunque esperamos nunca se pierda.
Décadas después, Pertegaz o Elio Berhanyer fueron protagonistas de los años 60 y 70. Mientras uno triunfaba en la Quinta Avenida, otro distribuía sus prendas prét-á-porter entre Europa, Japón y Australia.
A finales de los 90 un nuevo nombre español comenzó a sonar de nuevo en la ciudad que nunca duerme. Custo Dalmau, quien se trasladó a la semana de la moda de Nueva York para presentar sus diseños de primera-verano y nunca más la abandonó.
Pero la lista sigue... Manolo Blanhik, el “zapatero” de las celebrities. Protagonista de numerosas escenas de cine y TV con uno de sus máximos exponentes en la saga Sex & the City. O Agatha Ruiz de la Prada, una de las diseñadoras más cuestionada de las pasarelas, cuyos diseños son lucidos por estrellas mediáticas como Miley Cyrus. De hecho, es en momentos como ese cuando, tristemente, se le da el valor que tiene luchar en un mundo globalizado, en el que a nadie parece importarle ser exactamente igual al del lado.
La moda española lo tiene claro. El gran handicap para el diseño de autor a nivel mundial es, precisamente, el precio que adquiere un producto elaborado en su totalidad en un mismo país, con tejidos, detalles y mano de obra legal con un sueldo digno.
El país mediterráneo siempre ha destacado por apoyar las iniciativas de los diseñadores nacionales. Madrid Fashion Week llegó mucho antes que Mercedes Benz a patrocinarlo. Hace más de 30 años que la capital española comenzó a mostrar el arte de sus diseñadores locales en una concurrida plaza del centro. Apenas seis diseñadores fueron los pioneros de un movimiento que ya dejaba espacio para nuevos promesas junto a los más grandes de la época.
Pero los esfuerzos no quedan ahí. En el año 2002 se creó la Marca España para dar valor a los diferentes productos fabricados íntegramente dentro del país, siendo la moda, el cuarto sector distintivo de esta iniciativa. Algo que habla de la buena calidad y precio de los artículos fabricados en España.
En 2013 nace la Confederación de Empresas de la Moda en pro de los derechos del diseño y la producción autorial. Sus miembros fueron los responsables de desarrollar dos tipos de etiquetas distintivas. Por un lado, para las prendas de diseñadores españoles y; por otro, para las que, además, han sido diseñadas y fabricadas dentro del país. Así los consumidores pueden elegir con pleno conocimiento lo que están comprando y distinguir fácilmente la prenda propia de la importación. De esta manera contribuyen al fomento de la internacionalización y relocalización de los productos que son exportados, una tendencia en alza, que todos los países deberían potenciar.
Una de las asociaciones que más lucha en favor de la continuidad de la moda nacional en España es ACME (Asociación de Creadores de Moda de España). Una organización sin más ánimo que el apoyo local, fundado por algunos de los diseñadores más aclamados y protagonistas de la semana de la moda española. Bajo el eslogan Creadores de España, cuenta con 53 miembros activos, entre los que destaca y a los que se suma cada año el ganador del famoso certamen para emprendedores Who's On Next del que hablábamos hace un par de semanas. Todos sus miembros son protagonistas de las pasarelas que abogan por mantener el diseño nacional en el front row de las firmas mundiales, apoyando labores docentes, galardonando a los veteranos e impulsando el trabajo de los nuevos.
Acciones como estas, dejan bastante claro que los modistos nacionales luchan, a pesar de las dificultades, por un diseño de calidad y vanguardia. Por esa autoría de la prenda recién salida del horno cuidando los detalles como ya en pocos lugares se hace y luchando, día a día, por no borrar de la memoria lo que significa una prenda bien confeccionada.
Porque en España no hablamos de directores creativos, hablamos de modistos. Esos que viven con su lápiz en la mano esperando una inspiración.
*Alicia Díaz es productora de moda, fashion stylist y personal shopper made in Spain.
Los grandes modistos de la moda española
Antes analizar la situación de la moda española en el siglo XXI, un poco de contexto. A principios del siglo XX, el pintor, diseñador y escenográfo español Mariano Fortuny y Madrazo creó el mítico vestido Delphos, prenda inspirada en las túnicas de la Antigua Grecia que pasó a la Historia de la Moda, estudiándose hoy en todas las escuelas de diseño textil.
Vestido Delphos. Foto: Museo del Traje España |
Otro gran nombre: Cristóbal Balenciaga, nacido en 1895 (aunque no muchos saben que es español). De él, la revolucionaria Coco Chanel dijo que era “un modisto en el verdadero sentido de la palabra”. Modisto, que tiene por oficio diseñar y confeccionar prendas de vestir. Esa figura que lamentablemente se está difuminando, aunque esperamos nunca se pierda.
Vestido de Balenciaga. Foto: Museo del Traje España |
Décadas después, Pertegaz o Elio Berhanyer fueron protagonistas de los años 60 y 70. Mientras uno triunfaba en la Quinta Avenida, otro distribuía sus prendas prét-á-porter entre Europa, Japón y Australia.
A finales de los 90 un nuevo nombre español comenzó a sonar de nuevo en la ciudad que nunca duerme. Custo Dalmau, quien se trasladó a la semana de la moda de Nueva York para presentar sus diseños de primera-verano y nunca más la abandonó.
Pero la lista sigue... Manolo Blanhik, el “zapatero” de las celebrities. Protagonista de numerosas escenas de cine y TV con uno de sus máximos exponentes en la saga Sex & the City. O Agatha Ruiz de la Prada, una de las diseñadoras más cuestionada de las pasarelas, cuyos diseños son lucidos por estrellas mediáticas como Miley Cyrus. De hecho, es en momentos como ese cuando, tristemente, se le da el valor que tiene luchar en un mundo globalizado, en el que a nadie parece importarle ser exactamente igual al del lado.
Foto: Gordon Press |
Iniciativas para la consolidación del "Made in España"
La moda española lo tiene claro. El gran handicap para el diseño de autor a nivel mundial es, precisamente, el precio que adquiere un producto elaborado en su totalidad en un mismo país, con tejidos, detalles y mano de obra legal con un sueldo digno.
El país mediterráneo siempre ha destacado por apoyar las iniciativas de los diseñadores nacionales. Madrid Fashion Week llegó mucho antes que Mercedes Benz a patrocinarlo. Hace más de 30 años que la capital española comenzó a mostrar el arte de sus diseñadores locales en una concurrida plaza del centro. Apenas seis diseñadores fueron los pioneros de un movimiento que ya dejaba espacio para nuevos promesas junto a los más grandes de la época.
Pero los esfuerzos no quedan ahí. En el año 2002 se creó la Marca España para dar valor a los diferentes productos fabricados íntegramente dentro del país, siendo la moda, el cuarto sector distintivo de esta iniciativa. Algo que habla de la buena calidad y precio de los artículos fabricados en España.
En 2013 nace la Confederación de Empresas de la Moda en pro de los derechos del diseño y la producción autorial. Sus miembros fueron los responsables de desarrollar dos tipos de etiquetas distintivas. Por un lado, para las prendas de diseñadores españoles y; por otro, para las que, además, han sido diseñadas y fabricadas dentro del país. Así los consumidores pueden elegir con pleno conocimiento lo que están comprando y distinguir fácilmente la prenda propia de la importación. De esta manera contribuyen al fomento de la internacionalización y relocalización de los productos que son exportados, una tendencia en alza, que todos los países deberían potenciar.
Una de las asociaciones que más lucha en favor de la continuidad de la moda nacional en España es ACME (Asociación de Creadores de Moda de España). Una organización sin más ánimo que el apoyo local, fundado por algunos de los diseñadores más aclamados y protagonistas de la semana de la moda española. Bajo el eslogan Creadores de España, cuenta con 53 miembros activos, entre los que destaca y a los que se suma cada año el ganador del famoso certamen para emprendedores Who's On Next del que hablábamos hace un par de semanas. Todos sus miembros son protagonistas de las pasarelas que abogan por mantener el diseño nacional en el front row de las firmas mundiales, apoyando labores docentes, galardonando a los veteranos e impulsando el trabajo de los nuevos.
Acciones como estas, dejan bastante claro que los modistos nacionales luchan, a pesar de las dificultades, por un diseño de calidad y vanguardia. Por esa autoría de la prenda recién salida del horno cuidando los detalles como ya en pocos lugares se hace y luchando, día a día, por no borrar de la memoria lo que significa una prenda bien confeccionada.
Porque en España no hablamos de directores creativos, hablamos de modistos. Esos que viven con su lápiz en la mano esperando una inspiración.
*Alicia Díaz es productora de moda, fashion stylist y personal shopper made in Spain.
(Foto principal: Pasarela de David Delfin en FWM; Cristóbal Balenciaga y Manolo Blanhik)
COMMENTS