Nunca es tarde para retomar el camino recorrido o para volver a empezar desde un terreno conocido. La diseñadora María Luisa Portilla dedicó varias décadas de su vida a la vida académica hasta que "cambios circunstanciales y su disposición a enfrentarlos, asumirlos y disfrutarlos" -como ella misma señala- la llevaron a regresar al origen y a crear Margot (en honor a su madre de igual nombre), su marca de tejidos de autor. Hoy nos la presenta en las próximas líneas.
"Estoy haciendo una propuesta urbana, simple y chic, para mujeres sin edad definida, con diseños versátiles, muy geométricos que apelan a una vida relajada, envuelven y se deslizan sin comprimir. Pueden verse simples, confortables o estilosos, y me gusta pensar que eso lo define quien lo usa y según como lo usa".
"Las lanas, algodones, linos y sedas tienen algo táctil ancestral que me atrae tanto como sus cualidades técnicas. Soy voluble al captar y/o aplicar la definición de las tendencias en siluetas y colores de los grandes analistas. Creo que hay personas que captan la realidad con mucho detalle y otras que lo hacen como una panorámica, yo soy de las segundas y muy poco disciplinada. A veces inicio con un tema, un recuerdo, una imagen y selecciono las fibras, con sus densidades y caídas, luego los colores donde me detengo para disfrutar el placer de seleccionar y armonizar. Finalmente las siluetas y estructuras que es donde me siento mas cómoda. Pero antes lo hice al revés, primero las siluetas y estructuras, luego los colores, las telas y también funcionaba. El proceso creativo es por definición algo cambiante".
"Después de haber estudiado en París, haber formado varias generaciones de diseñadores en Chile y, por tanto, haber discutido y analizado muchas y muy variadas aproximaciones a la identidad local, tengo un postura muy flexible al respecto. Soy una chilena hiper urbana, con fuertes conexiones con tejedoras rurales, gracias a proyectos realizados en el norte y principalmente en el sur del país. Si eso se expresa en mis diseños es un tremendo orgullo, pero me resulta difícil definirlo porque es mi esencia. Está más allá de la ciencia y las teorías, simplemente soy local, somos locales mirando al mundo desde el aquí y el ahora".
"Si recuerdo mi primera experiencia como diseñadora emprendedora y la contrasto con hoy, sigo creyendo que es fundamental emprender con una visión global del diseño, como disciplina integradora de muchas áreas. Si no se entiende así es un error que cuesta caro, en expectativas no cumplidas, rentabilidades mal manejadas, áreas creativas, técnicas o administrativas erróneas. Tal vez volví a emprender porque simplemente quedé con la sensación de haberlo hecho bien en el contexto de los 90 y querer retomarlo casi 30 años después. Si antes lo hice con telas y focalizada en la alta costura, ahora lo hago con tejidos, dando trabajo a un grupo de artesanas y comprometida con en el comercio justo. Si antes fue un desafío para el ego, ahora es un placer para el alma.
No sé si mis colecciones Margot harán un gran aporte, estoy haciendo lo que quiero, lo que se y lo que puedo. Si con ello doy trabajo y vendo productos nobles, en el mejor sentido de la palabra, estoy integrada en la moda de autor que respeto y valoro".
"Voy decir algo que debe leerse con una sonrisa porque no hay ninguna arrogancia, es solo un comentario humorístico. Si la Coco Chanel volvió a diseñar a los 75 años, ¿por qué no puedo hacerlo yo a mis setenta?. Espero que mi marca permita dar trabajo a otras personas y me permita sentir la plenitud de seguir aprendiendo, creando y enfrentando nuevos desafíos".
La propuesta de María Luisa Portilla
"Estoy haciendo una propuesta urbana, simple y chic, para mujeres sin edad definida, con diseños versátiles, muy geométricos que apelan a una vida relajada, envuelven y se deslizan sin comprimir. Pueden verse simples, confortables o estilosos, y me gusta pensar que eso lo define quien lo usa y según como lo usa".
La influencia de la materialidad en el proceso creativo de María Luisa Portilla
"Las lanas, algodones, linos y sedas tienen algo táctil ancestral que me atrae tanto como sus cualidades técnicas. Soy voluble al captar y/o aplicar la definición de las tendencias en siluetas y colores de los grandes analistas. Creo que hay personas que captan la realidad con mucho detalle y otras que lo hacen como una panorámica, yo soy de las segundas y muy poco disciplinada. A veces inicio con un tema, un recuerdo, una imagen y selecciono las fibras, con sus densidades y caídas, luego los colores donde me detengo para disfrutar el placer de seleccionar y armonizar. Finalmente las siluetas y estructuras que es donde me siento mas cómoda. Pero antes lo hice al revés, primero las siluetas y estructuras, luego los colores, las telas y también funcionaba. El proceso creativo es por definición algo cambiante".
Crear moda con identidad local según María Luisa Portilla
"Después de haber estudiado en París, haber formado varias generaciones de diseñadores en Chile y, por tanto, haber discutido y analizado muchas y muy variadas aproximaciones a la identidad local, tengo un postura muy flexible al respecto. Soy una chilena hiper urbana, con fuertes conexiones con tejedoras rurales, gracias a proyectos realizados en el norte y principalmente en el sur del país. Si eso se expresa en mis diseños es un tremendo orgullo, pero me resulta difícil definirlo porque es mi esencia. Está más allá de la ciencia y las teorías, simplemente soy local, somos locales mirando al mundo desde el aquí y el ahora".
Lo que necesita la moda de autor para consolidarse según María Luisa Portilla
"Si recuerdo mi primera experiencia como diseñadora emprendedora y la contrasto con hoy, sigo creyendo que es fundamental emprender con una visión global del diseño, como disciplina integradora de muchas áreas. Si no se entiende así es un error que cuesta caro, en expectativas no cumplidas, rentabilidades mal manejadas, áreas creativas, técnicas o administrativas erróneas. Tal vez volví a emprender porque simplemente quedé con la sensación de haberlo hecho bien en el contexto de los 90 y querer retomarlo casi 30 años después. Si antes lo hice con telas y focalizada en la alta costura, ahora lo hago con tejidos, dando trabajo a un grupo de artesanas y comprometida con en el comercio justo. Si antes fue un desafío para el ego, ahora es un placer para el alma.
No sé si mis colecciones Margot harán un gran aporte, estoy haciendo lo que quiero, lo que se y lo que puedo. Si con ello doy trabajo y vendo productos nobles, en el mejor sentido de la palabra, estoy integrada en la moda de autor que respeto y valoro".
¿El futuro de Margot?
"Voy decir algo que debe leerse con una sonrisa porque no hay ninguna arrogancia, es solo un comentario humorístico. Si la Coco Chanel volvió a diseñar a los 75 años, ¿por qué no puedo hacerlo yo a mis setenta?. Espero que mi marca permita dar trabajo a otras personas y me permita sentir la plenitud de seguir aprendiendo, creando y enfrentando nuevos desafíos".
(Fotos gentileza de Margot de María Luisa Portilla)
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