A diferencia de otras ciudades de Chile, Punta Arenas, la urbe más austral de nuestro país, enarbola banderas de regionalismo y amor a su tierra. Sus habitantes muestran con orgullo sus colores locales (tienen una bandera propia de hecho) y raíces. Este mismo espíritu lo encontramos en la marca de joyería de autor, Magallania, de la diseñadora puntarenense María Ignacia Mihovilovic. Su proyecto de título fue la semilla que dio vida a una propuesta que busca trascender, desde una fuerte raigambre identitaria local. A pocos días de ser protagonista de la primera Pasarela Patagonia, nos cuenta más detalles sobre ella.
"Magallania saca a la luz el patrimonio aislado, escondido y olvidado por cientos de años, a través del arte de la joyería. Portamos la región en el cuerpo y la mostramos al mundo. Creamos consciencia de su naturaleza, culturas e identidades ancestrales, mediante el traspaso de técnicas milenarias, la utilización de materiales locales y nativos, y la inserción del diseño.
Magallania realizó lazos con artesanas descendientes kawésqar, quienes nos enseñaron la técnica milenaria del tejido de junquillo, que se estaba perdiendo debido a la lejanía del material (junco) y la falta de cultores dedicados a salvaguardarla y preservarla. Por eso, Magallania se propone reinterpretar la técnica en materiales locales regionales como lana de alpaca, cobre y junquillo, de manera de aportar a su subsistencia, valoración y respeto.
Mi objetivo es habilitar a estos artesanos y pequeños emprendedores para que también sean capaces de producir diseño.
Mi primera colección tiene tres conceptos principales: extinción, aislación/desconexión y lo auténtico/natural. Se hace referencia a un olvido. Es un grito desesperado para que la región de Magallanes sea conocida por el país y el resto del mundo. Una necesidad solapada por cientos de años. Magallania es una manera de decir que la región posee elementos importantes del patrimonio natural y cultural para ser expresados y compartidos, y otros que están quedando en el olvido, como lo son sus técnicas ancestrales. A través de la marca, Magallanes tendrá la atención que se merece y hará que estas características sean conocidas en el resto del mundo".
"La materialidad fue primordial en la elaboración de la colección. Esta exploración fue la etapa más lenta del proyecto. Partí probando con el junquillo mismo, pero me di cuenta que era el material de los artesanos y no me lo podía apropiar. En realidad, hay pocos lugares cercanos a Punta Arenas donde los descendientes kawésqar y yaganes van a buscar el junquillo para realizar sus artesanías. Además que no podía entender que la técnica se pudiera perder sólo por la lejanía del material, habiendo otros que representan la identidad regional. Así que me propuse darle una vuelta.
Comencé con materiales reciclados, como cables eléctricos, elásticos, alambre de cobre, etc. Estos eran interesantes, pero no representaban lo que yo necesitaba de la zona. Por otro lado al hacer encuestas, una de las principales razones por las que los turistas compraban 'souvenirs' era por la calidad de la lana. Así que a partir de esos descubrimientos empecé a probar con ese material y para unirlo utilicé alambre de cobre esmaltado plateado. Fui variando en la gama cromática de la lana, según era de alpaca u oveja. El material lo fue todo".
"Creo que diseñar piezas con identidad lo es todo en mis proyectos. La sociedad chilena está muy desarraigada de sus orígenes, los dejamos de lado como avergonzados y por consiguiente, con el tiempo los olvidamos. Y creo que valorarlo es la clave para hacer las cosas bien y nos reconozcan afuera. En Magallania represento la identidad regional a partir, primero que nada, de una técnica nativa de la zona. Y después se van agregando variables como la gama cromática y algo que hoy es muy importante en el diseño: el storytelling. La historia a través del producto, quién lo hizo, cómo y dónde".
"Pasarela Patagonia fue el primer gran intento para lanzar mi proyecto después de haberlo presentado en enero. Muchos profesores me sugirieron que postulara y creo que fue una excelente oportunidad. No tenía idea de la cantidad de contactos que haría, de varios países como Argentina, Perú, Suiza y Estados Unidos. Los productos recién están empezando a venderse en Chile y ya hay posibilidades hacerlo también afuera.
Lo que ha sucedido con ProChile es un avance gigante. Hablando de la misma Pasarela; durante todo el proceso, desde la selección, capacitación, hasta el día del desfile, fue un grupo súper colaborador. Incluso teníamos un grupo en whatsapp donde nos hacíamos preguntas, opinábamos de los avances del otro y nos dábamos datos de cosas que conocíamos mejor. Todos notamos que había una energía especial, esperábamos que el otro triunfara. Era bonito que el sur se uniera, las distancias aquí son tan grandes que pocas veces tenemos instancias de conocernos, juntarnos y aprender del resto. También fue bueno que, a pesar de que varios trabajábamos con lana, la tipología y manera de hacer de los productos era variada y todos estaban en un muy buen nivel. Me encantaría aprender a hacer lo que hacen ellos, hacer workshops inter-regionales, y seguir en contacto obviamente. Por lo menos el grupo en whatsapp aún sigue".
"Mi proyecto está recién partiendo. Nació el año pasado como un proyecto de la universidad y ahora tan pronto verlo en un desfile y más encima en mi tierra, es impagable. Jamás imaginé que algo así pasaría y menos en tan poco tiempo de haberlo lanzado. Creo que como jóvenes tenemos mucho que aportar, inevitablemente pensamos distinto, hemos visto cosas distintas y nuevas a menor edad. Hay mucho que hacer todavía y lo más importante es que hay gente con muchas ganas de seguir haciendo.
Por ahora el futuro de Magallania lo veo presentándose en ferias nacionales, como la Feria “La Porfía” que se realiza en septiembre en Punta Arenas y en ferias internacionales, para seguir el ideal de mi marca, que es dar a conocer Magallanes en Chile y el mundo, y mostrar las maravillas que posee. Por supuesto ojalá que se convierta en una marca reconocida por la calidad de sus materiales, su hechura e historia".
La propuesta de Magallania
"Magallania saca a la luz el patrimonio aislado, escondido y olvidado por cientos de años, a través del arte de la joyería. Portamos la región en el cuerpo y la mostramos al mundo. Creamos consciencia de su naturaleza, culturas e identidades ancestrales, mediante el traspaso de técnicas milenarias, la utilización de materiales locales y nativos, y la inserción del diseño.
Magallania realizó lazos con artesanas descendientes kawésqar, quienes nos enseñaron la técnica milenaria del tejido de junquillo, que se estaba perdiendo debido a la lejanía del material (junco) y la falta de cultores dedicados a salvaguardarla y preservarla. Por eso, Magallania se propone reinterpretar la técnica en materiales locales regionales como lana de alpaca, cobre y junquillo, de manera de aportar a su subsistencia, valoración y respeto.
Mi objetivo es habilitar a estos artesanos y pequeños emprendedores para que también sean capaces de producir diseño.
Mi primera colección tiene tres conceptos principales: extinción, aislación/desconexión y lo auténtico/natural. Se hace referencia a un olvido. Es un grito desesperado para que la región de Magallanes sea conocida por el país y el resto del mundo. Una necesidad solapada por cientos de años. Magallania es una manera de decir que la región posee elementos importantes del patrimonio natural y cultural para ser expresados y compartidos, y otros que están quedando en el olvido, como lo son sus técnicas ancestrales. A través de la marca, Magallanes tendrá la atención que se merece y hará que estas características sean conocidas en el resto del mundo".
La influencia de la materialidad en el proceso creativo de Magallania
"La materialidad fue primordial en la elaboración de la colección. Esta exploración fue la etapa más lenta del proyecto. Partí probando con el junquillo mismo, pero me di cuenta que era el material de los artesanos y no me lo podía apropiar. En realidad, hay pocos lugares cercanos a Punta Arenas donde los descendientes kawésqar y yaganes van a buscar el junquillo para realizar sus artesanías. Además que no podía entender que la técnica se pudiera perder sólo por la lejanía del material, habiendo otros que representan la identidad regional. Así que me propuse darle una vuelta.
Comencé con materiales reciclados, como cables eléctricos, elásticos, alambre de cobre, etc. Estos eran interesantes, pero no representaban lo que yo necesitaba de la zona. Por otro lado al hacer encuestas, una de las principales razones por las que los turistas compraban 'souvenirs' era por la calidad de la lana. Así que a partir de esos descubrimientos empecé a probar con ese material y para unirlo utilicé alambre de cobre esmaltado plateado. Fui variando en la gama cromática de la lana, según era de alpaca u oveja. El material lo fue todo".
Crear diseño con identidad local para Magallania
"Creo que diseñar piezas con identidad lo es todo en mis proyectos. La sociedad chilena está muy desarraigada de sus orígenes, los dejamos de lado como avergonzados y por consiguiente, con el tiempo los olvidamos. Y creo que valorarlo es la clave para hacer las cosas bien y nos reconozcan afuera. En Magallania represento la identidad regional a partir, primero que nada, de una técnica nativa de la zona. Y después se van agregando variables como la gama cromática y algo que hoy es muy importante en el diseño: el storytelling. La historia a través del producto, quién lo hizo, cómo y dónde".
Los aprendizajes tras Pasarela Patagonia 2016
"Pasarela Patagonia fue el primer gran intento para lanzar mi proyecto después de haberlo presentado en enero. Muchos profesores me sugirieron que postulara y creo que fue una excelente oportunidad. No tenía idea de la cantidad de contactos que haría, de varios países como Argentina, Perú, Suiza y Estados Unidos. Los productos recién están empezando a venderse en Chile y ya hay posibilidades hacerlo también afuera.
Foto Pasarela Patagonia 2016 por Fempatagonia |
Lo que ha sucedido con ProChile es un avance gigante. Hablando de la misma Pasarela; durante todo el proceso, desde la selección, capacitación, hasta el día del desfile, fue un grupo súper colaborador. Incluso teníamos un grupo en whatsapp donde nos hacíamos preguntas, opinábamos de los avances del otro y nos dábamos datos de cosas que conocíamos mejor. Todos notamos que había una energía especial, esperábamos que el otro triunfara. Era bonito que el sur se uniera, las distancias aquí son tan grandes que pocas veces tenemos instancias de conocernos, juntarnos y aprender del resto. También fue bueno que, a pesar de que varios trabajábamos con lana, la tipología y manera de hacer de los productos era variada y todos estaban en un muy buen nivel. Me encantaría aprender a hacer lo que hacen ellos, hacer workshops inter-regionales, y seguir en contacto obviamente. Por lo menos el grupo en whatsapp aún sigue".
¿El futuro de Magallania?
"Mi proyecto está recién partiendo. Nació el año pasado como un proyecto de la universidad y ahora tan pronto verlo en un desfile y más encima en mi tierra, es impagable. Jamás imaginé que algo así pasaría y menos en tan poco tiempo de haberlo lanzado. Creo que como jóvenes tenemos mucho que aportar, inevitablemente pensamos distinto, hemos visto cosas distintas y nuevas a menor edad. Hay mucho que hacer todavía y lo más importante es que hay gente con muchas ganas de seguir haciendo.
Por ahora el futuro de Magallania lo veo presentándose en ferias nacionales, como la Feria “La Porfía” que se realiza en septiembre en Punta Arenas y en ferias internacionales, para seguir el ideal de mi marca, que es dar a conocer Magallanes en Chile y el mundo, y mostrar las maravillas que posee. Por supuesto ojalá que se convierta en una marca reconocida por la calidad de sus materiales, su hechura e historia".
(Fotos gentileza de Magallania)
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