"Perderle el miedo a la teatralidad en el diseño de moda" sumado a la inquietud de contar historias a través del vestir llevaron al diseñador Juan Cabezas a crear su marca de tocados y sombreros Juan Daltónico. Si bien confiesa que la sombrerería es un arte con reglas estrictas -similar a la sastrería- también permite libertad creativa total, debido a las pocas diferencias de talla, género, edad o temporada que incierran sus piezas. Hoy nos contará cómo ha logrado "navegar" con sus creaciones en un país, donde los sombreros habitan en el clóset de los recuerdos.
"Mi propuesta es pura fantasía. Nuestros matrimonios, graduaciones, cumpleaños y eventos importantes, generalmente, están marcados por el uso de un sombrero. Culturalmente son como las 'efemérides' de la indumentaria, son especiales y me gusta potenciar eso. Cuando un diseñador crea una colección con el fin de satisfacer x necesidades o grupo de clientes, y trabaja conmigo para que cree un diseño que sea la esencia de su colección, expreso la idea de la manera más potente y atractiva visualmente, dejando todo lo demás de lado. Esa es mi propuesta, un shock visual que te deje claro el manifiesto de la colección.
Sinceramente no busco que la gente use mis diseños en su día a día (si alguien lo hace, yo feliz), pero sí que se inspire con ellos. Me gusta vender ideas, no objetos. El sombrero o tocado es el medio que uso para expresar, no el fin".
"Trabajar en una esfera donde ni la rentabilidad, ni la comodidad del diseño final son lo más importante para mí, hace que las ideas vuelen, y en ese sentido los dos factores que más influyen, lamentablemente de forma negativa, son el dinero y las leyes de la física de este planeta. Siento que un buen sombrerero debe hacer magia, debe desafiar las leyes físicas y congelar momentos, hacer que las cosas leviten sobre la cabeza del usuario. Hacer que todo se vea como si no necesitara el más mínimo esfuerzo, pero por supuesto no es así. Muchas ideas quedan solo en el papel al ser imposibles con lo que me ofrece el mercado chileno o mi presupuesto.
No me gusta hablar de dinero, le quita magia a los objetos, pero si es un gran factor a considerar a la hora de decidir si desarrollar una idea. Generalmente no gasto grandes sumas de dinero en mis trabajos, con poco presupuesto, pero creatividad se puede hacer mucho, pero no todo lo que quiero".
"Gracias a colaboraciones estoy donde estoy y siempre estaré infinitamente agradecido de los diseñadores que han confiado en mí. Sebastián Hasta Nunca, Pas Denom y Midori Indumentaria. Trabajar colaborativamente con ellos ha sido una muy buena escuela. Como autodidacta necesito siempre de personas que hayan estudiado formalmente moda, principalmente para que me bajen del mundo de ideas y fantasía en el que siempre ando. Y por mi parte, tentarlos a que se atrevan con algo más experimental, algo que tal vez quede solo en el desfile o la editorial, pero que dejará al espectador con una imagen grabada. El producto final es juntar lo mejor de dos mundos.
Además, tener la posibilidad de crear diseño multidisciplinar es crucial si queremos que la industria en Chile avance. Todos somos obreros de esto y tenemos nuestros propios ideales y metas por las cuales luchamos, pero siento que la unión hace la fuerza y la colaboración es prueba de ello. De esas colaboraciones han salido dos de mis (a modo personal) mejores trabajos".
"Al contrario de países de tradición británica, donde un tocado es tan importante como el vestido para algunos eventos, en Chile no existe tal tradición. El principal desafío que plantea esto es llevar mi propuesta a un ámbito vendible. La tercera colección de tocados que creé, llamara 'Pájaro viuda', era una mirada un poco más clásica del tocado femenino, donde el hilo conductor eran las plumas negras. Los tocados eran más bien pequeños y livianos, y los hice con la intensión de que fueran más cómodos y quizá alguien se interesara en comprarlos, por lo que me limité en las ideas.
Lamentablemente no fueron muy populares y el siguiente trabajo que hice, donde no hubo la intención anterior, tuvo mucho mejor recepción. Por lo mismo, estas aguas poco favorables en la tradición de la sombrerería, son una ventaja en el contexto de que no hay un inconsciente colectivo de que debería ser un tocado hoy. Al final del día estoy haciendo tocados para el siglo XXII y no para el XIX y siento que en países donde existe esa tradición, se quedan un poco en el pasado: pequeños fieltros moldeados o sombreros de grandes alas acompañados de plumas o motivos florales es lo que vende y se hace principalmente. Aquí en Chile no existe esa norma o regla, por eso (creo yo) un bonsái sobre la cabeza de la modelo o una polilla gigante fueron mejor recibidos que un pequeño sombrerito clásico con dos plumas negras".
"El futuro de Daltónico me lo imagino con diseños cada vez más surreales, aprendiendo nuevas técnicas en el uso de nuevos materiales. Seguir aportando teatralidad a la escena de la moda chilena, 'despeinando' un poco la depuración y minimalismo presente (que admiro mucho, pero que definitivamente no es lo mío).
Una de mis grandes metas por otro lado es trabajar fuera, en algún país de gran tradición de sombreros y tocados, y así poder tener un trabajo estable fijo y seguir aprendiendo este arte al mismo tiempo. Si eso ocurre en algún momento de mi vida sería genial. Por mientras quiero seguir aquí, colaborando con más diseñadores, estilistas, fotógrafos y maquilladores; incluso músicos, ya en tres ocasiones he trabajado con músicos para fotos o videoclips. Si alguien tiene alguna idea y quiere trabajar conmigo para tener un sombrero o tocado, bienvenido sea".
La propuesta de Juan Daltónico
"Mi propuesta es pura fantasía. Nuestros matrimonios, graduaciones, cumpleaños y eventos importantes, generalmente, están marcados por el uso de un sombrero. Culturalmente son como las 'efemérides' de la indumentaria, son especiales y me gusta potenciar eso. Cuando un diseñador crea una colección con el fin de satisfacer x necesidades o grupo de clientes, y trabaja conmigo para que cree un diseño que sea la esencia de su colección, expreso la idea de la manera más potente y atractiva visualmente, dejando todo lo demás de lado. Esa es mi propuesta, un shock visual que te deje claro el manifiesto de la colección.
Sinceramente no busco que la gente use mis diseños en su día a día (si alguien lo hace, yo feliz), pero sí que se inspire con ellos. Me gusta vender ideas, no objetos. El sombrero o tocado es el medio que uso para expresar, no el fin".
Foto por Claudio Escobillana |
Los factores que influyen en el proceso creativo de Juan Daltónico
"Trabajar en una esfera donde ni la rentabilidad, ni la comodidad del diseño final son lo más importante para mí, hace que las ideas vuelen, y en ese sentido los dos factores que más influyen, lamentablemente de forma negativa, son el dinero y las leyes de la física de este planeta. Siento que un buen sombrerero debe hacer magia, debe desafiar las leyes físicas y congelar momentos, hacer que las cosas leviten sobre la cabeza del usuario. Hacer que todo se vea como si no necesitara el más mínimo esfuerzo, pero por supuesto no es así. Muchas ideas quedan solo en el papel al ser imposibles con lo que me ofrece el mercado chileno o mi presupuesto.
No me gusta hablar de dinero, le quita magia a los objetos, pero si es un gran factor a considerar a la hora de decidir si desarrollar una idea. Generalmente no gasto grandes sumas de dinero en mis trabajos, con poco presupuesto, pero creatividad se puede hacer mucho, pero no todo lo que quiero".
La importancia del trabajo colaborativo en el desarrollo de Juan Daltónico
"Gracias a colaboraciones estoy donde estoy y siempre estaré infinitamente agradecido de los diseñadores que han confiado en mí. Sebastián Hasta Nunca, Pas Denom y Midori Indumentaria. Trabajar colaborativamente con ellos ha sido una muy buena escuela. Como autodidacta necesito siempre de personas que hayan estudiado formalmente moda, principalmente para que me bajen del mundo de ideas y fantasía en el que siempre ando. Y por mi parte, tentarlos a que se atrevan con algo más experimental, algo que tal vez quede solo en el desfile o la editorial, pero que dejará al espectador con una imagen grabada. El producto final es juntar lo mejor de dos mundos.
Además, tener la posibilidad de crear diseño multidisciplinar es crucial si queremos que la industria en Chile avance. Todos somos obreros de esto y tenemos nuestros propios ideales y metas por las cuales luchamos, pero siento que la unión hace la fuerza y la colaboración es prueba de ello. De esas colaboraciones han salido dos de mis (a modo personal) mejores trabajos".
Tocado para Sebastián Hasta Nunca |
Los desafíos de "navegar" en un país con poca cultura de sombreros
"Al contrario de países de tradición británica, donde un tocado es tan importante como el vestido para algunos eventos, en Chile no existe tal tradición. El principal desafío que plantea esto es llevar mi propuesta a un ámbito vendible. La tercera colección de tocados que creé, llamara 'Pájaro viuda', era una mirada un poco más clásica del tocado femenino, donde el hilo conductor eran las plumas negras. Los tocados eran más bien pequeños y livianos, y los hice con la intensión de que fueran más cómodos y quizá alguien se interesara en comprarlos, por lo que me limité en las ideas.
Lamentablemente no fueron muy populares y el siguiente trabajo que hice, donde no hubo la intención anterior, tuvo mucho mejor recepción. Por lo mismo, estas aguas poco favorables en la tradición de la sombrerería, son una ventaja en el contexto de que no hay un inconsciente colectivo de que debería ser un tocado hoy. Al final del día estoy haciendo tocados para el siglo XXII y no para el XIX y siento que en países donde existe esa tradición, se quedan un poco en el pasado: pequeños fieltros moldeados o sombreros de grandes alas acompañados de plumas o motivos florales es lo que vende y se hace principalmente. Aquí en Chile no existe esa norma o regla, por eso (creo yo) un bonsái sobre la cabeza de la modelo o una polilla gigante fueron mejor recibidos que un pequeño sombrerito clásico con dos plumas negras".
¿El futuro de Juan Daltónico?
"El futuro de Daltónico me lo imagino con diseños cada vez más surreales, aprendiendo nuevas técnicas en el uso de nuevos materiales. Seguir aportando teatralidad a la escena de la moda chilena, 'despeinando' un poco la depuración y minimalismo presente (que admiro mucho, pero que definitivamente no es lo mío).
Una de mis grandes metas por otro lado es trabajar fuera, en algún país de gran tradición de sombreros y tocados, y así poder tener un trabajo estable fijo y seguir aprendiendo este arte al mismo tiempo. Si eso ocurre en algún momento de mi vida sería genial. Por mientras quiero seguir aquí, colaborando con más diseñadores, estilistas, fotógrafos y maquilladores; incluso músicos, ya en tres ocasiones he trabajado con músicos para fotos o videoclips. Si alguien tiene alguna idea y quiere trabajar conmigo para tener un sombrero o tocado, bienvenido sea".
(Fotos gentileza de Juan Daltónico)
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