El aniversario nº20 de la muerte de Diana de Gales o Lady Di ha levantado el velo de su prematura partida de la mano de una serie de documentales y exposiciones vinculadas a su vida y legado. Un aspecto que me ha llamado profundamente la atención de ellos es el protagonismo que tiene la moda en su historia, no desde una lógica estética, sino como un instrumento de identidad, poder y comunicación. Las lecciones de Diana en esta materia, en las próximas líneas.
La princesa Diana de Gales es recordada por diversos aspectos, pero uno que se mantiene en la retina colectiva, por su valor simbólico, es su ropa. Si bien para algunos este ámbito pude ser superfluo, lo cierto es que para el caso de Lady Di supuso una manera de comunicar mensajes, historias y relatos, que dada su posición y personalidad, le eran imposible transmitir de forma directa.
"Aprendió rápidamente a usar la moda como instrumento" para "transmitir mensajes y promover causas", afirmó a la AFP, Libby Thompson, comisaria de la exposición "Diana: Her Fashion Story", que se exhibe en el Kensington Palace en Londres.
Por lo mismo, su indumentaria funcionaba casi como una "piedra Rosetta" de sus emociones, intereses e incluso rabias. El famoso "vestido de la venganza" (foto inferior) es un ejemplo clásico de aquello, así también como su opción de utilizar colores alegres en sus visitas humanitarias para entregar un halo de esperanza a quienes estaban sufriendo y mostrar cercanía y calidez.
De hecho, hoy cada uno de sus atuendos narra el contexto político-social en que ella vivió, así también como la evolución de su relación con ese medio. En sus prendas se observa no sólo su crecimiento como mujer y activista, sino también su liberación de la "opresión" de un matrimonio infeliz.
Para mí, estos aspecto son iluminadores tanto para creativos como consumidores, ya que nos anima a transformar nuestro vestuario en "lenguaje", que permita comunicar quienes somos, cómo nos sentimos y/o a qué adscribimos.
Diana nos demuestra que existe una tremenda oportunidad de utilizar la moda como una herramienta de comunicación. Sin embargo, para ello es necesario conferirle a las prendas ese valor simbólico que se asocia a cómo fue hecha esa ropa, con qué fin y bajo qué circunstancias fue vestida.
No es necesario inventar una historia compleja o enredada para ello, sino que entender que su poder radica en la capacidad de encapsular una "frase o una afirmación", que es fácil traducir mirando a la persona, su contexto e incluso quien la diseñó o creó la prenda.
En época de commodities del vestir, Diana de Gales, se transforma en un icono de la "insurgencia silenciosa", aquella que apuesta a decir poco con la palabras, pero a expresar mucho desde su vestimenta, que la acompaña en su actuar.
En el aniversario n° 20 de su partida, me encantaría que nos contagiáramos con ese espíritu y que desde nuestra realidad y posibilidades, aprovecháramos de comunicar con nuestra indumentaria. La moda de autor puede ser buena compañera en este viaje.
¿Se animan a ser parte de él?
El poder de la moda por Diana de Gales
La princesa Diana de Gales es recordada por diversos aspectos, pero uno que se mantiene en la retina colectiva, por su valor simbólico, es su ropa. Si bien para algunos este ámbito pude ser superfluo, lo cierto es que para el caso de Lady Di supuso una manera de comunicar mensajes, historias y relatos, que dada su posición y personalidad, le eran imposible transmitir de forma directa.
"Aprendió rápidamente a usar la moda como instrumento" para "transmitir mensajes y promover causas", afirmó a la AFP, Libby Thompson, comisaria de la exposición "Diana: Her Fashion Story", que se exhibe en el Kensington Palace en Londres.
Por lo mismo, su indumentaria funcionaba casi como una "piedra Rosetta" de sus emociones, intereses e incluso rabias. El famoso "vestido de la venganza" (foto inferior) es un ejemplo clásico de aquello, así también como su opción de utilizar colores alegres en sus visitas humanitarias para entregar un halo de esperanza a quienes estaban sufriendo y mostrar cercanía y calidez.
De hecho, hoy cada uno de sus atuendos narra el contexto político-social en que ella vivió, así también como la evolución de su relación con ese medio. En sus prendas se observa no sólo su crecimiento como mujer y activista, sino también su liberación de la "opresión" de un matrimonio infeliz.
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Diana de Gales por Mario Testino. El Museo de la Moda en Chile prestó parte de las prendas que se exhiben hoy en el Kensington Palace y desde el 1 de septiembre tendrán también una muestra de Diana |
Para mí, estos aspecto son iluminadores tanto para creativos como consumidores, ya que nos anima a transformar nuestro vestuario en "lenguaje", que permita comunicar quienes somos, cómo nos sentimos y/o a qué adscribimos.
Diana nos demuestra que existe una tremenda oportunidad de utilizar la moda como una herramienta de comunicación. Sin embargo, para ello es necesario conferirle a las prendas ese valor simbólico que se asocia a cómo fue hecha esa ropa, con qué fin y bajo qué circunstancias fue vestida.
No es necesario inventar una historia compleja o enredada para ello, sino que entender que su poder radica en la capacidad de encapsular una "frase o una afirmación", que es fácil traducir mirando a la persona, su contexto e incluso quien la diseñó o creó la prenda.
En época de commodities del vestir, Diana de Gales, se transforma en un icono de la "insurgencia silenciosa", aquella que apuesta a decir poco con la palabras, pero a expresar mucho desde su vestimenta, que la acompaña en su actuar.
En el aniversario n° 20 de su partida, me encantaría que nos contagiáramos con ese espíritu y que desde nuestra realidad y posibilidades, aprovecháramos de comunicar con nuestra indumentaria. La moda de autor puede ser buena compañera en este viaje.
¿Se animan a ser parte de él?
(Foto principal y nº4, Diana de Gales por Mario Testino)
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