La moda de autor latina tiende a apostar por nichos “seguros”. Esta opción la lleva a situaciones de competencia en el mercado, que rayan en la "canabalización". Por lo mismo, me asombró la historia del diseñador español Fernando García de la Calera, que partió en el mundo del skate para luego virar, en casi 180°, a la sastrería del demin, gracias a su marca The Concrete Company, espacio donde es reconocido por su maestría y oficio, siendo aún sub 35 (se le considera el primer sastre denim de España). Pero ¿cómo se teje su historia, donde la sustentabilidad es esencial? ¿Qué podría aprender la moda de autor local de ella? Hoy lo revelamos a través de su relato.
Luego de estudiar diseño en Londres, Fernando decidió en 2007 abrir una marca basada en gráficos para skateboards, camisetas y sudaderas. Sin embargo, la crisis económica de finales de 2008, que lo afectó fuertemente, lo llevó a replantearse su proyecto y tener que trabajar en un bar. Allí conoció a Hugo Vizcarra, oficial de sastrería del taller de Gabriel Besa en Madrid, que le ofreció trabajo de aprendiz. Esa decisión lo llevó, dos años después, a crear The Concrete Company Madrid.
“Estuve de aprendiz en un taller de sastrería tradicional, enfocada en el teatro y la danza durante dos años. Donde lo primero que aprendí fue a planchar. Las horas de plancha y la importancia que tiene ir planchando la prenda correctamente, y ajustando las formas a medida que se va construyendo. Luego aprendí la confección; a usar las manos cosiendo, a picar solapas y hacer ojales y, más tarde, la confección con la máquina plana o de puntada simple. Y por último aprendí el patronaje de pantalones, chaquetas y camisas y de ahí a hablar el lenguaje, y poder construir cualquier diseño.
Luego me encerré a probar algunas cosas con el tejido denim, tintes naturales, lavados, desgaste y el prueba-error, que siempre es la mejor forma de aprender. Hasta abrir mi propio taller, lo que implica que trabajando es cuando más aprendes y es una motivación enorme conocer algo nuevo cada día.
La clave de la buena acogida de The Concrete Co. estuvo en ese momento de soledad, donde pude aplicar mi esencia a una técnica recién aprendida de manera honesta conmigo mismo. Aplicando los tejidos con los que más me sentía identificado, los que siempre había usado en mi forma de vestir más casual, workwear o streetwear, muy alejada de la clásica o tradicional lana fría o tweed más empleadas en técnica de la sastrería..
Gabardina de algodón recia, clásica de marcas skaters de los 90 como Dickies, duck canvas estandarte de la marca Carhartt Detroit, con esas parkas y petos de trabajo agenciados de las clases más bajas americanas por los jóvenes rapers y punks, y sobre todo el denim. Busqué de la mejor calidad, atándolo en 2012 en Japón.
Hoy incorporo muchos otros tejidos, pero siempre mantienen mi esencia, viajo y hago una gran búsqueda y selección continua para tener un muestrario propio”.
“Personal, honesta, de calidad y única”.
“En un principio el denim es tejido de sarga de algodón, y el algodón es transpirable y resistente, pero no es impermeable y es bastante pesado. Por otro lado, es una concepción antigua y purista del denim. Hoy, el denim es un estilo de vida, implicando avances tecnológicos y mezclas de nuevos componentes, habiendo infinitas posibilidades por explorar.
Reconozco que a la hora de trabajar soy de los que lo hacen de manera más purista y eso es algo que he heredado de la sastrería tradicional, usando mayormente tejidos raw (sin lavar) de confección artesanal 100% algodón”.
“’come as you are’. No le doy muchas vueltas. ‘Lo que ves es lo que es’ e intento informar de los procesos y los tejidos y su procedencia lo mejor que puedo, en redes y en la web”.
“Personalmente creo que se trata de tener valores o a que le das importancia en tu vida. Y para eso hay que tener información, y para tener información tienes que tener interés y curiosidad, y cuando tienes información encuentras la empatía y el amor buscando el bienestar de las personas y del universo terrenal y espiritual. Explicado de manera sencilla:
Yo sé cuanto cuesta producir un fruto, (ahora tengo huerto), parecido a la cantidad de esfuerzo y agua que necesitas para producir algodón para tejer multiplicado por x. Yo sé coser una camisa, sé el tiempo que lleva hacerlo bien y con amor, así como la electricidad y consumibles que pueda utilizar. No entiendo cuando veo las grandes marcas producir, sin sentido, camisas que nadie ha pedido por valores ridículos incluso llevando más procesos y transportes.
El valor principal es el engrosamiento de las cuentas bancarias de pocas personas y esto es de locos y podría estar horas hablando del tema siendo algo que está en el gen humano: el egoísmo, y que es algo que se ha de cambiar primero en un mismo y eso es lo que a mí me importa y ojalá consiga transformar a alguien a mejor persona con mi propia intención de mejorar”.
“El valor real está relacionado directamente con producir con lo que tienes más a mano, el valor de lo local, de crear con lo que produce la tierra que tienes y con las herramientas que tienes, eso es sostenible. Tener que traer el tinte de India porque en España no se produce es absurdo, porque en España se producirán otras materias (lo que implica la propia cultura de una localidad, región o país) o cabe la posibilidad de plantar ese misma materia prima.
Hemos llegado a un punto de globalización en que este pensamiento es muy extremo, y parece inviable. Incluso yo mismo importo tejidos de otros países porque encuentro calidad artesanal en ellos, que no encuentro en España. Pero deberíamos replantear, poco a poco, hacia ese pensamiento con las nuevas tecnologías y energías sostenibles a nuestro favor, para no perder la parte buena y cultural de la globalización.
Mi aporte es tratar de conseguir primero de manera local y si no puedo, asegurarme de que el proveedor es artesanal o usa métodos sostenibles de producción, así como la búsqueda de tejidos vintage o dead stock, ya creados en el pasado, con tal de no consumir en nuevos”.
“He recibido a algunos clientes de Latinoamérica en mi estudio de Madrid y tengo en mente realizar Trunk Shows en México, en primera instancia a través de algún partner. Estoy abierto y con disposición de viajar siempre.
También tengo muchas ganas de volver a Perú, donde en mis primeros años de diseñador -en 2007 y 2008- tuve la oportunidad de conocer el probablemente mejor algodón del mundo, el algodón Pima del valle del Lamabayeque y la Alpaca de Puno y alrededores del lago Titicaca.
Estaré encantado de visitar Chile por segunda vez, si encuentro la ocasión pronto”.
La historia de The Concrete Company Madrid
Luego de estudiar diseño en Londres, Fernando decidió en 2007 abrir una marca basada en gráficos para skateboards, camisetas y sudaderas. Sin embargo, la crisis económica de finales de 2008, que lo afectó fuertemente, lo llevó a replantearse su proyecto y tener que trabajar en un bar. Allí conoció a Hugo Vizcarra, oficial de sastrería del taller de Gabriel Besa en Madrid, que le ofreció trabajo de aprendiz. Esa decisión lo llevó, dos años después, a crear The Concrete Company Madrid.
Los principales aprendizajes de la transición del mundo del skate al de la sastrería en denim
“Estuve de aprendiz en un taller de sastrería tradicional, enfocada en el teatro y la danza durante dos años. Donde lo primero que aprendí fue a planchar. Las horas de plancha y la importancia que tiene ir planchando la prenda correctamente, y ajustando las formas a medida que se va construyendo. Luego aprendí la confección; a usar las manos cosiendo, a picar solapas y hacer ojales y, más tarde, la confección con la máquina plana o de puntada simple. Y por último aprendí el patronaje de pantalones, chaquetas y camisas y de ahí a hablar el lenguaje, y poder construir cualquier diseño.
Luego me encerré a probar algunas cosas con el tejido denim, tintes naturales, lavados, desgaste y el prueba-error, que siempre es la mejor forma de aprender. Hasta abrir mi propio taller, lo que implica que trabajando es cuando más aprendes y es una motivación enorme conocer algo nuevo cada día.
La clave de la buena acogida de The Concrete Co. estuvo en ese momento de soledad, donde pude aplicar mi esencia a una técnica recién aprendida de manera honesta conmigo mismo. Aplicando los tejidos con los que más me sentía identificado, los que siempre había usado en mi forma de vestir más casual, workwear o streetwear, muy alejada de la clásica o tradicional lana fría o tweed más empleadas en técnica de la sastrería..
Gabardina de algodón recia, clásica de marcas skaters de los 90 como Dickies, duck canvas estandarte de la marca Carhartt Detroit, con esas parkas y petos de trabajo agenciados de las clases más bajas americanas por los jóvenes rapers y punks, y sobre todo el denim. Busqué de la mejor calidad, atándolo en 2012 en Japón.
Hoy incorporo muchos otros tejidos, pero siempre mantienen mi esencia, viajo y hago una gran búsqueda y selección continua para tener un muestrario propio”.
La propuesta de The Concrete Company Madrid
“Personal, honesta, de calidad y única”.
El denim es una tela que desafía. ¿Hay límites en el proceso creativo con ese material?
“En un principio el denim es tejido de sarga de algodón, y el algodón es transpirable y resistente, pero no es impermeable y es bastante pesado. Por otro lado, es una concepción antigua y purista del denim. Hoy, el denim es un estilo de vida, implicando avances tecnológicos y mezclas de nuevos componentes, habiendo infinitas posibilidades por explorar.
Reconozco que a la hora de trabajar soy de los que lo hacen de manera más purista y eso es algo que he heredado de la sastrería tradicional, usando mayormente tejidos raw (sin lavar) de confección artesanal 100% algodón”.
La sustentabilidad y trazabilidad en el relato de marca de The Concrete Company Madrid
“’come as you are’. No le doy muchas vueltas. ‘Lo que ves es lo que es’ e intento informar de los procesos y los tejidos y su procedencia lo mejor que puedo, en redes y en la web”.
Los desafíos para llevar a ser sostenible como marca según Concrete
“Personalmente creo que se trata de tener valores o a que le das importancia en tu vida. Y para eso hay que tener información, y para tener información tienes que tener interés y curiosidad, y cuando tienes información encuentras la empatía y el amor buscando el bienestar de las personas y del universo terrenal y espiritual. Explicado de manera sencilla:
Yo sé cuanto cuesta producir un fruto, (ahora tengo huerto), parecido a la cantidad de esfuerzo y agua que necesitas para producir algodón para tejer multiplicado por x. Yo sé coser una camisa, sé el tiempo que lleva hacerlo bien y con amor, así como la electricidad y consumibles que pueda utilizar. No entiendo cuando veo las grandes marcas producir, sin sentido, camisas que nadie ha pedido por valores ridículos incluso llevando más procesos y transportes.
El valor principal es el engrosamiento de las cuentas bancarias de pocas personas y esto es de locos y podría estar horas hablando del tema siendo algo que está en el gen humano: el egoísmo, y que es algo que se ha de cambiar primero en un mismo y eso es lo que a mí me importa y ojalá consiga transformar a alguien a mejor persona con mi propia intención de mejorar”.
El valor del “made in España" para The Concrete
“El valor real está relacionado directamente con producir con lo que tienes más a mano, el valor de lo local, de crear con lo que produce la tierra que tienes y con las herramientas que tienes, eso es sostenible. Tener que traer el tinte de India porque en España no se produce es absurdo, porque en España se producirán otras materias (lo que implica la propia cultura de una localidad, región o país) o cabe la posibilidad de plantar ese misma materia prima.
Hemos llegado a un punto de globalización en que este pensamiento es muy extremo, y parece inviable. Incluso yo mismo importo tejidos de otros países porque encuentro calidad artesanal en ellos, que no encuentro en España. Pero deberíamos replantear, poco a poco, hacia ese pensamiento con las nuevas tecnologías y energías sostenibles a nuestro favor, para no perder la parte buena y cultural de la globalización.
Mi aporte es tratar de conseguir primero de manera local y si no puedo, asegurarme de que el proveedor es artesanal o usa métodos sostenibles de producción, así como la búsqueda de tejidos vintage o dead stock, ya creados en el pasado, con tal de no consumir en nuevos”.
El futuro de The Concrete Company Madrid ¿Latinoamérica?
“He recibido a algunos clientes de Latinoamérica en mi estudio de Madrid y tengo en mente realizar Trunk Shows en México, en primera instancia a través de algún partner. Estoy abierto y con disposición de viajar siempre.
También tengo muchas ganas de volver a Perú, donde en mis primeros años de diseñador -en 2007 y 2008- tuve la oportunidad de conocer el probablemente mejor algodón del mundo, el algodón Pima del valle del Lamabayeque y la Alpaca de Puno y alrededores del lago Titicaca.
Estaré encantado de visitar Chile por segunda vez, si encuentro la ocasión pronto”.
(Fotos gentileza de The Concrete Company Madrid)
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