La realidad del calzado infantil, según Cindy Aguirre, es muy limitada. Un gran número de marcas dedicadas a fabricar zapato de guaguas / bebés solo hacen mocs. Si bien, primero pensó que esa opción estaba dada por temas de proveedores, descubrió que el problema era otro: escasa innovación y deseos de arriesgarse. En este contexto vio una oportunidad y decidió dar vida a La mini zapatería, una etiqueta de calzado infantil, que se la juega por la atemporalidad y sustentabilidad en modelos de adultos resignificados en pequeño formato. Hoy nos contará más detalles de esta apuesta creativa.
"La mini zapatería nace por esa necesidad de cubrir un espacio creativo, que no estaba muy explorado. Cuando uno piensa en calzado de bebé lo más probable es que se te venga a la mente zapatos para niños con cortes y colores clásicos. Entonces luego de investigar el mercado nacional y un poco el internacional, me di cuenta que nadie había probado con modelos atemporales de adultos llevados a los pies de los niños.
Crear miniaturas con características como la suavidad, confort y flexibilidad fue el primer paso. Realizamos pruebas porque había que revisar cada costura, un cordón que se adaptara, pero no dañara, una plantilla que fuera confortable, que lograra aislar, pero a la vez ayudara a desarrollar la sensibilidad táctil de sus pies fue un gran reto, que ha traído muy buenos frutos.
Poder también, por medio de este producto, aportar con el medio ambiente y el bolsillo del consumidor era un tremendo reto. Entonces la decisión fue utilizar los retazos de cueros de la producción de nuestra zapatería de adultos, lo que dio como resultado que cada pieza fuese única. Nos ayudó a reutilizar nuestros propios desechos y también a aportar al trabajo de otros artesanos, ya que del mismo descarte que es utilizado en La mini zapatería, hay un subdescarte que es usado por artesanas orfebres en sus creaciones.
Cuando logras crear una cadena de reutilización y valor a ese nivel, es cuando te das cuenta que nada es imposible. A la vez, esto nos ayudó a establecer precios de comercio justo: nuestra idea no es hacernos millonarios, sino promover el trabajo de más personas y crear en conjunto".
"Las posibilidades se abren día a día. Establecimos punto a punto lo que queríamos, ciertos parámetros de trabajo, y dentro de eso, nuestro despliegue creativo es amplio. Nos gusta observar, escuchar, leer, jugar con los colores, con las texturas. Desde ahí comenzamos a adaptar diseños de adultos a nuestros calzados de bebé y dentro de las posibilidades han surgido propuestas muy interesantes".
"Hace tiempo la escena del calzado nacional está resurgiendo, ha sido un largo camino y yo me siento muy parte de ella. No solo por este proyecto, sino por otro del pasado, y uno que mira el futuro con mucha fuerza. Creo que lo que marcará un hito en la consolidación de este resurgimiento es que podamos trabajar en conjunto, en comunidad, compartir conocimientos.
La mini zapatería es todo eso, resurgir, replantear, dar la vuelta, crear desde otro punto de vista, trabajar en comunidad, crear una cadena de valor, mostrar al cliente que lo artesanal le tomó la mano al diseño y puede obtener un producto que es un aporte, no solo para su bebé o el medio ambiente, sino para toda la cadena que viene trabajando en conjunto más atrás".
"El tiempo ha sido uno de mis mayores retos. Crear un proyecto sola no es fácil, manejar un taller, stock, mover las redes sociales, asistir a charlas, buscar financiamiento, son muchos obstáculos, muchos retos. Pero en el camino me he encontrado con este grupo de personas que me han extendido la mano, que me han escuchado y en conjunto hemos generado ideas que nos impulsan a todos".
"La idea es que, dentro del próximo año, nuestros zapatitos se puedan estar exportando. Creo que podemos ir más allá. Representar un poco de esa comunión de artesanos chilenos en el extranjero. Me parece el mayor reto, también sería un impulso para los que vienen más atrás".
La propuesta de La mini zapatería
"La mini zapatería nace por esa necesidad de cubrir un espacio creativo, que no estaba muy explorado. Cuando uno piensa en calzado de bebé lo más probable es que se te venga a la mente zapatos para niños con cortes y colores clásicos. Entonces luego de investigar el mercado nacional y un poco el internacional, me di cuenta que nadie había probado con modelos atemporales de adultos llevados a los pies de los niños.
Crear miniaturas con características como la suavidad, confort y flexibilidad fue el primer paso. Realizamos pruebas porque había que revisar cada costura, un cordón que se adaptara, pero no dañara, una plantilla que fuera confortable, que lograra aislar, pero a la vez ayudara a desarrollar la sensibilidad táctil de sus pies fue un gran reto, que ha traído muy buenos frutos.
Poder también, por medio de este producto, aportar con el medio ambiente y el bolsillo del consumidor era un tremendo reto. Entonces la decisión fue utilizar los retazos de cueros de la producción de nuestra zapatería de adultos, lo que dio como resultado que cada pieza fuese única. Nos ayudó a reutilizar nuestros propios desechos y también a aportar al trabajo de otros artesanos, ya que del mismo descarte que es utilizado en La mini zapatería, hay un subdescarte que es usado por artesanas orfebres en sus creaciones.
Cuando logras crear una cadena de reutilización y valor a ese nivel, es cuando te das cuenta que nada es imposible. A la vez, esto nos ayudó a establecer precios de comercio justo: nuestra idea no es hacernos millonarios, sino promover el trabajo de más personas y crear en conjunto".
Los factores que influyen en el proceso creativo de La mini zapatería
"Las posibilidades se abren día a día. Establecimos punto a punto lo que queríamos, ciertos parámetros de trabajo, y dentro de eso, nuestro despliegue creativo es amplio. Nos gusta observar, escuchar, leer, jugar con los colores, con las texturas. Desde ahí comenzamos a adaptar diseños de adultos a nuestros calzados de bebé y dentro de las posibilidades han surgido propuestas muy interesantes".
Qué se necesita para consolidar la escena del zapato nacional según La mini zapatería
"Hace tiempo la escena del calzado nacional está resurgiendo, ha sido un largo camino y yo me siento muy parte de ella. No solo por este proyecto, sino por otro del pasado, y uno que mira el futuro con mucha fuerza. Creo que lo que marcará un hito en la consolidación de este resurgimiento es que podamos trabajar en conjunto, en comunidad, compartir conocimientos.
La mini zapatería es todo eso, resurgir, replantear, dar la vuelta, crear desde otro punto de vista, trabajar en comunidad, crear una cadena de valor, mostrar al cliente que lo artesanal le tomó la mano al diseño y puede obtener un producto que es un aporte, no solo para su bebé o el medio ambiente, sino para toda la cadena que viene trabajando en conjunto más atrás".
El principal desafío al que se enfrenta La mini zapatería
"El tiempo ha sido uno de mis mayores retos. Crear un proyecto sola no es fácil, manejar un taller, stock, mover las redes sociales, asistir a charlas, buscar financiamiento, son muchos obstáculos, muchos retos. Pero en el camino me he encontrado con este grupo de personas que me han extendido la mano, que me han escuchado y en conjunto hemos generado ideas que nos impulsan a todos".
¿El futuro de La mini zapatería?
"La idea es que, dentro del próximo año, nuestros zapatitos se puedan estar exportando. Creo que podemos ir más allá. Representar un poco de esa comunión de artesanos chilenos en el extranjero. Me parece el mayor reto, también sería un impulso para los que vienen más atrás".
(Fotos gentileza de La mini zapatería)
COMMENTS