La historia de la colección cápsula de indumentaria femenina, Gota de Oro, de la licenciada en artes, Fernanda Seguel se divide en 4 momentos: un hecho fortuito que le permite observar -en primera persona- el trato hacia los inmigrantes negros en Chile; el encuentro con la cultura africana de ultramar en el barrio Goutte D’Or de París; una visita al museo antropológico Tropenmuseum en Amsterdam; y su regreso a Chile con una maleta llena de telas wax print con el relato de la África del siglo XXI. Todo ese material lo transformó en un vehículo para reflexionar sobre la nueva realidad migratoria que estamos viviendo como país. Los alcances de su decisión en las próximas líneas.
“Gota de Oro es una colección cápsula de 10 piezas únicas inspirada en la cultura africana que busca celebrar la diversidad y la inclusión de los migrantes en Chile y el mundo. Parte, sin duda, desde el material que son las telas wax print que son diseñadas en Amsterdam e importadas a África desde los tiempos de la colonia. Las telas son estampadas con la técnica del batik indonesio que está reconocido como patrimonio intangible de la humanidad. Es muy interesante lo que ocurre con ella porque si bien son producidas en Holanda es en las ciudades africanas donde se les adjudican historias y significativos a cada estampado. Por ejemplo, la tela con estampado de caballos que utilicé en la colección, la nombraron Je cours plus vite que ma rivale -Corro más que mi rival- y se dice que representa la rivalidad entre las esposas nigerianas. Entonces es un material que viene ya lleno de significado y de interculturalidad.
El diseño que propongo es pensando en la temporada de calor, son vestidos de verano, ligeros y de cortes simples. Pensé mucho en la mujer chilena y en algo que fuera muy usable en el día a día, pero también único y que destaque. Hay un par de piezas más dramáticas, como el enterito Santana, que es de pantalón largo y encima una falda abierta tipo capa con las que quise expandir un poco la noción de lo usable y traer un poco más de esa espectacularidad de la indumentaria que las mujeres africanas usan todos los días”.
"Definitivamente el viaje. Creo que me dio una perspectiva que no tenía, respecto a Chile y al mundo en general. Chile es una isla y no lo digo desde un lugar de superioridad moral. Pero tenemos a los otros países tan lejanos que son más una idea que una realidad. Con el boom migratorio nos está saliendo un racismo feroz que pensábamos que no existía. Y eso es básicamente porque nunca nos hemos enfrentado a la diversidad, a la otredad.
Es muy fuerte hacer el contraste de la idea que se tiene de Europa acá y lo que se vive efectivamente en sus grandes capitales. Acá endiosamos todo lo que venga de allá, envidiamos su transporte público, su Estado de bienestar, su PIB, pero desconocemos completamente su realidad. Cuando pensamos en África o en el Medio Oriente nos parece algo muy lejano, lleno de guerra, caos y violencia. Pero si miras un mapa están al lado. Este ideal de blancura y progreso y este mundo extraño y caótico, están al lado y tienen muchísimos puntos de contacto e intercambio cultural.
En París, que por supuesto tiene también conflictos con la inclusión de los migrantes, pude ver un fragmento de un mundo global bello y armonioso en su desorden. Desde ese lugar sentí que podía crear algo nuevo y traer un poco de eso de vuelta a Chile. Y por supuesto parte fundamental de mi proceso creativo, más allá de todas las reflexiones, es enamorarme del material. Siempre ha sido así. Cuando me preguntan qué te inspira, nunca parto de la cabeza sino de las manos y los ojos. De la belleza de un material que me atrae y me incita a trabajarlo. Cuando decidí llenar una maleta de telas no sabía que iba a hacer con ellas, pero si sabía que necesitaba trabajar ese material”.
“Creo que es súper valioso que todos nos demos cuenta que siempre existe una manera de luchar por una causa desde tu propio quehacer. Como se lo escuché una vez al afichista argentino Coco Cerrella: ‘No vamos a cambiar el mundo solo con diseño. Es la unión de diseño, abogado, taxista y verdulero’. Y en especial en la moda hay que hacer más visible el contenido de lo que llevamos puesto porque es, sin duda, el arte que llevamos más cerca de nosotros.
Vengo del mundo del arte y me repele como los artistas hablan de la moda como un arte menor y eminentemente vinculado al consumo y lo superficial. No hay arte más presente en nuestras vidas que el vestir y está en nuestras manos como diseñadores y como usuarios el apropiarnos de ese espacio de comunicación y expresión e intencionar nuestro vestir. Tenemos que contar las historias que nos hacen sentido cada uno en nuestro medio, porque no todos somos iguales ni entendemos de la misma forma. Yo marcho por las causas que creo justas, pero eso no le hace sentido a mi abuela, por ejemplo. Pero si le muestro mis vestidos los encuentra preciosos y en su cabeza existe ahora una idea de África que es bella y que expande la concepción de un continente que es pura pobreza. Eso es lo que busco con mi colección y creo que es un proceso que es aplicable a otras causas y otros medios, yo lo hice con la moda en esta ocasión, pero creo que cada uno puede aportar a su causa desde su propia trinchera”.
“Creo que todos los pasos han sido muy desafiantes, porque si bien siempre he estado cerca del mundo de la moda, no soy diseñadora. Sé usar una máquina coser para adelante y para atrás, pero nunca había confeccionado más que un estuche. Llegué a Chile el 6 de noviembre y desde el 7 me encerré a mirar tutoriales, hacer ensayos, aprender un poco de moldaje, entender los procesos y buscar gente dispuesta a ayudarme. Todo esto con la meta de lanzar la colección antes de fin de año. La producción de las fotos fue una locura, trabajé con pura gente que encontré por Internet. Fui con toda la fe para adelante confiando en que todo el mundo iba a llegar y salió todo increíble. Estoy súper contenta con lo que tengo entre manos. Todo esto lo sorteé con mucha investigación, hartas horas de trabajo y buscando ayuda en quienes saben más.
Sin duda, el desafío que se ve más difícil de sortear en esta etapa es intentar vender diseño de autor en un mercado en donde competir con el retail es completamente imposible. Buscar los medios para llegar a las personas que quieren y pueden invertir en un producto exclusivo y de confección nacional. Generar estrategias de difusión, planes de venta y ver como se sigue desde aquí. De momento lo que estoy haciendo es gestionar las redes sociales con contenido de calidad, dar a conocer no solo la colección en sí sino todo lo que contiene y su proceso de creación. También tocando todas las puertas en medios de comunicación para lograr amplificar la colección y su mensaje”.
“A mí me encanta este mundo, siempre he revoloteado a su alrededor y ahora de casualidad me encontré diseñando, que es algo que siempre quise hacer. Es algo que me gustaría continuar por supuesto, pero lo veo lejano. Mucha gente me ha dicho porque no sigo, por qué es una colección y no una marca con stock y producción masiva. Y la verdad es que Gota de Oro es un proyecto muy acotado a un mundo y un mensaje específico que quiero cuidar y no quiero desvirtuar en el afán de producir más. Voy a ir paso a paso con el desarrollo que alcance este proyecto. Lo que si te puedo decir es que siempre estaré en este mundo de alguna forma. Quizás diseñando, como productora, directora de arte o en un rol más periodístico o académico; porque el vestuario es algo que me apasiona y que tiene mucho que decir”.
¿Dónde comprarlas? En las redes sociales de la marca.
La propuesta de Gota de Oro
“Gota de Oro es una colección cápsula de 10 piezas únicas inspirada en la cultura africana que busca celebrar la diversidad y la inclusión de los migrantes en Chile y el mundo. Parte, sin duda, desde el material que son las telas wax print que son diseñadas en Amsterdam e importadas a África desde los tiempos de la colonia. Las telas son estampadas con la técnica del batik indonesio que está reconocido como patrimonio intangible de la humanidad. Es muy interesante lo que ocurre con ella porque si bien son producidas en Holanda es en las ciudades africanas donde se les adjudican historias y significativos a cada estampado. Por ejemplo, la tela con estampado de caballos que utilicé en la colección, la nombraron Je cours plus vite que ma rivale -Corro más que mi rival- y se dice que representa la rivalidad entre las esposas nigerianas. Entonces es un material que viene ya lleno de significado y de interculturalidad.
El diseño que propongo es pensando en la temporada de calor, son vestidos de verano, ligeros y de cortes simples. Pensé mucho en la mujer chilena y en algo que fuera muy usable en el día a día, pero también único y que destaque. Hay un par de piezas más dramáticas, como el enterito Santana, que es de pantalón largo y encima una falda abierta tipo capa con las que quise expandir un poco la noción de lo usable y traer un poco más de esa espectacularidad de la indumentaria que las mujeres africanas usan todos los días”.
Los factores que influyeron en el proceso creativo de Gota de Oro
"Definitivamente el viaje. Creo que me dio una perspectiva que no tenía, respecto a Chile y al mundo en general. Chile es una isla y no lo digo desde un lugar de superioridad moral. Pero tenemos a los otros países tan lejanos que son más una idea que una realidad. Con el boom migratorio nos está saliendo un racismo feroz que pensábamos que no existía. Y eso es básicamente porque nunca nos hemos enfrentado a la diversidad, a la otredad.
Es muy fuerte hacer el contraste de la idea que se tiene de Europa acá y lo que se vive efectivamente en sus grandes capitales. Acá endiosamos todo lo que venga de allá, envidiamos su transporte público, su Estado de bienestar, su PIB, pero desconocemos completamente su realidad. Cuando pensamos en África o en el Medio Oriente nos parece algo muy lejano, lleno de guerra, caos y violencia. Pero si miras un mapa están al lado. Este ideal de blancura y progreso y este mundo extraño y caótico, están al lado y tienen muchísimos puntos de contacto e intercambio cultural.
En París, que por supuesto tiene también conflictos con la inclusión de los migrantes, pude ver un fragmento de un mundo global bello y armonioso en su desorden. Desde ese lugar sentí que podía crear algo nuevo y traer un poco de eso de vuelta a Chile. Y por supuesto parte fundamental de mi proceso creativo, más allá de todas las reflexiones, es enamorarme del material. Siempre ha sido así. Cuando me preguntan qué te inspira, nunca parto de la cabeza sino de las manos y los ojos. De la belleza de un material que me atrae y me incita a trabajarlo. Cuando decidí llenar una maleta de telas no sabía que iba a hacer con ellas, pero si sabía que necesitaba trabajar ese material”.
La importancia de desarrollar moda con relato
“Creo que es súper valioso que todos nos demos cuenta que siempre existe una manera de luchar por una causa desde tu propio quehacer. Como se lo escuché una vez al afichista argentino Coco Cerrella: ‘No vamos a cambiar el mundo solo con diseño. Es la unión de diseño, abogado, taxista y verdulero’. Y en especial en la moda hay que hacer más visible el contenido de lo que llevamos puesto porque es, sin duda, el arte que llevamos más cerca de nosotros.
Vengo del mundo del arte y me repele como los artistas hablan de la moda como un arte menor y eminentemente vinculado al consumo y lo superficial. No hay arte más presente en nuestras vidas que el vestir y está en nuestras manos como diseñadores y como usuarios el apropiarnos de ese espacio de comunicación y expresión e intencionar nuestro vestir. Tenemos que contar las historias que nos hacen sentido cada uno en nuestro medio, porque no todos somos iguales ni entendemos de la misma forma. Yo marcho por las causas que creo justas, pero eso no le hace sentido a mi abuela, por ejemplo. Pero si le muestro mis vestidos los encuentra preciosos y en su cabeza existe ahora una idea de África que es bella y que expande la concepción de un continente que es pura pobreza. Eso es lo que busco con mi colección y creo que es un proceso que es aplicable a otras causas y otros medios, yo lo hice con la moda en esta ocasión, pero creo que cada uno puede aportar a su causa desde su propia trinchera”.
El principal desafío de Gota de Oro
“Creo que todos los pasos han sido muy desafiantes, porque si bien siempre he estado cerca del mundo de la moda, no soy diseñadora. Sé usar una máquina coser para adelante y para atrás, pero nunca había confeccionado más que un estuche. Llegué a Chile el 6 de noviembre y desde el 7 me encerré a mirar tutoriales, hacer ensayos, aprender un poco de moldaje, entender los procesos y buscar gente dispuesta a ayudarme. Todo esto con la meta de lanzar la colección antes de fin de año. La producción de las fotos fue una locura, trabajé con pura gente que encontré por Internet. Fui con toda la fe para adelante confiando en que todo el mundo iba a llegar y salió todo increíble. Estoy súper contenta con lo que tengo entre manos. Todo esto lo sorteé con mucha investigación, hartas horas de trabajo y buscando ayuda en quienes saben más.
Sin duda, el desafío que se ve más difícil de sortear en esta etapa es intentar vender diseño de autor en un mercado en donde competir con el retail es completamente imposible. Buscar los medios para llegar a las personas que quieren y pueden invertir en un producto exclusivo y de confección nacional. Generar estrategias de difusión, planes de venta y ver como se sigue desde aquí. De momento lo que estoy haciendo es gestionar las redes sociales con contenido de calidad, dar a conocer no solo la colección en sí sino todo lo que contiene y su proceso de creación. También tocando todas las puertas en medios de comunicación para lograr amplificar la colección y su mensaje”.
Su futuro en el mundo de la indumentaria
“A mí me encanta este mundo, siempre he revoloteado a su alrededor y ahora de casualidad me encontré diseñando, que es algo que siempre quise hacer. Es algo que me gustaría continuar por supuesto, pero lo veo lejano. Mucha gente me ha dicho porque no sigo, por qué es una colección y no una marca con stock y producción masiva. Y la verdad es que Gota de Oro es un proyecto muy acotado a un mundo y un mensaje específico que quiero cuidar y no quiero desvirtuar en el afán de producir más. Voy a ir paso a paso con el desarrollo que alcance este proyecto. Lo que si te puedo decir es que siempre estaré en este mundo de alguna forma. Quizás diseñando, como productora, directora de arte o en un rol más periodístico o académico; porque el vestuario es algo que me apasiona y que tiene mucho que decir”.
¿Dónde comprarlas? En las redes sociales de la marca.
Créditos producción
Fotógrafo: Sergio Seguel (@chanchito_dt) / Make up: Fer Ismail (@mia_imperta) / Modelos: Geni Makivavila ( @baabygarl) y Rose Martine
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