En cada ciudad existen tiendas ligadas a marcas de culto, cuya tradición y vanguardismo inagotable, las transforman en imperdibles. En esa línea, me pareció que estaba la etiqueta de la diseñadora y óptica argentina, Carla Di Sí (3º generación en el rubro), cuando la gran Ana Torrejón (@madametorrejon) me la presentó. En su relato, intuí que estaba en presencia de una especie de "secreto a voces" entre los amantes de la moda, que ven a los anteojos como imprescindibles que, incluso, pueden remarcar la personalidad de quien los porta. Intrigada por su historia, decidí contactarla y conocer más sobre su propuesta, la que hoy nos describe en primera persona.
"Mi abuelo, inmigrante italiano, fundó Óptica Florida en 1946. Mi papá y mi tío se sumaron al negocio familiar incorporando una importadora y distribuidora de marcas italianas y francesas de anteojos. Yo también trabajé en el negocio familiar durante 4 años. Luego empecé a buscar mi camino. Ingresé en Luxottica Argentina como representante de las marcas Persol e Yves Saint Laurent para las ópticas de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Esa fue una gran experiencia para mí. Conocí a los ópticos en primera persona, escuché como pensaban el negocio, vi como estaban presentados los anteojos, la estética de las ópticas, la ambientación, la atención. Empezó a instalarse en mi la idea y las ganas de hacer algo distinto. De crear un espacio donde el anteojo fuera protagonista absoluto, la atención súper personalizada, muy enfocada al asesoramiento estético y sobre todo a la salud visual. Yo ya tenía mi título de óptica y después de Luxottica abrí mi primer local en el 2002.
A esta historia familiar se le suma que soy miope y uso anteojos desde los 5 años. Sin mis anteojos, no puedo salir de mi casa, literalmente. Siempre que puedo digo que los anteojos no son un accesorio. Para quienes necesitamos los anteojos para poder ver, son un ítem imprescindible. Siempre me gustaron mucho la estética y el diseño, y no encontraba anteojos que me entusiasmaran. Así fue que empecé a pensar en diseñar mi propia marca. Los anteojos me encantan como objeto. Soy una fanática".
"Diseño anteojos para gente que quiera verse bien con algo distinto. Hago pocas cantidades por partida y muchos materiales son de edición limitada. Mis anteojos no tienen un logo enorme a la vista, me gusta la discreción. Hace un tiempo leí una frase que me encantó y tengo muy presente: 'lo lindo no necesita marketing' e intento hacer cosas lo más lindas posibles. El resto lo hace la gente que las usa.
Cuido mucho la calidad de los materiales y de la confección. Todos mis anteojos están hechos en Argentina. Tuvimos que hacer un trabajo a lo largo del tiempo, junto con las fábricas-proveedoras, para lograr el producto que tenemos hoy. Igualmente sigo elevando la vara porque creo que siempre hay algo que se puede mejorar.
Los anteojos van en la cara y para mí deben ser una extensión de la (¡o las!) personalidad de quien los lleva. El color es muy importante, juega mucho con las facciones, con la tez, y desarrollé una 'teoría de color' propia que aplico en cada uno de mis diseños. Por eso la paleta es tan amplia. La salud visual está totalmente integrada en mi propuesta. Damos mucha información acerca de cuáles son las lentes más adecuadas, priorizando la estética, la calidad oftálmica y el confort".
"Pienso siempre en una persona real y primero tengo muy en cuenta la expresión que las líneas de mi dibujo van a aportar a la cara. Después viene el tamaño, según la intención del diseño, pero teniendo en cuenta el uso real de quien no ve bien y necesita un campo visual que le resulte cómodo.
El color, como mencioné, es fundamental para mí. Soy medio obsesiva en este punto; combino frentes con patillas, uso varios colores en los diseños en metal y los combino con las plaquetas y las terminales. También aplico diferentes colores en las impresiones de las patillas (marca, número de modelo y origen), que por supuesto los pienso con respecto al resto de los colores de ese modelo. Me gustan mucho los detalles, aplicar técnicas como la de bajorrelieve para mostrar colores en capas, texturas, formas. Uso apliques en ediciones limitadas. Me gusta usar varios colores en los diseños de metal y combinarlos con acetato".
"El mío, más que un oficio, es una profesión. La carrera de óptica se dicta en escuelas técnicas pero también en universidades donde es una licenciatura. En cuanto a mi faceta de diseñadora, en mi caso soy autodidacta, pero el diseñador industrial tiene toda la formación necesaria para diseñar cualquier objeto, inclusive anteojos. Lo que más rescato de mi actividad es poder ayudar a la gente a ver bien y que se sientan cómodos, a gusto, usando anteojos muy sentadores. Creo que todos los que formamos parte de esta profesión somos unos privilegiados, porque podemos ayudar a la gente a verse espléndida".
"Mi marca está muy vinculada a mi persona. El principal desafío para mi es seguir disfrutando de lo que hago, que el espíritu y el fuego interno sigan vivos y crezcan, como hasta ahora. Seguir aprendiendo y encontrando maneras nuevas, mejores, de hacer las cosas. En general soy muy optimista, incluso en los momentos difíciles encuentro una salida. Creo que eso me ayuda mucho a sortear los obstáculos que se van presentando y a llevar 16 años en esto".
"Me gustaría abrir franquicias en países latinoamericanos: Chile, Uruguay, Paraguay, México, Brasil, Colombia, Costa Rica. En fin, amo Latinoamérica, nuestra cultura.
En las patillas de mis anteojos hoy dice Hecho por mano argentinas, me gustaría también cumplir el sueño de hacer partidas de producción en países de la región que tengan industria óptica y que algún día digan: Hecho por manos latinoamericanas".
¿Dónde comprarlos? En su tienda en Gurruchaga 1677, Palermo Viejo, Buenos Aires, Argentina, y en su tienda virtual.
Los motivos de Carla Di Sí para seguir el camino de la óptica
"Mi abuelo, inmigrante italiano, fundó Óptica Florida en 1946. Mi papá y mi tío se sumaron al negocio familiar incorporando una importadora y distribuidora de marcas italianas y francesas de anteojos. Yo también trabajé en el negocio familiar durante 4 años. Luego empecé a buscar mi camino. Ingresé en Luxottica Argentina como representante de las marcas Persol e Yves Saint Laurent para las ópticas de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Esa fue una gran experiencia para mí. Conocí a los ópticos en primera persona, escuché como pensaban el negocio, vi como estaban presentados los anteojos, la estética de las ópticas, la ambientación, la atención. Empezó a instalarse en mi la idea y las ganas de hacer algo distinto. De crear un espacio donde el anteojo fuera protagonista absoluto, la atención súper personalizada, muy enfocada al asesoramiento estético y sobre todo a la salud visual. Yo ya tenía mi título de óptica y después de Luxottica abrí mi primer local en el 2002.
A esta historia familiar se le suma que soy miope y uso anteojos desde los 5 años. Sin mis anteojos, no puedo salir de mi casa, literalmente. Siempre que puedo digo que los anteojos no son un accesorio. Para quienes necesitamos los anteojos para poder ver, son un ítem imprescindible. Siempre me gustaron mucho la estética y el diseño, y no encontraba anteojos que me entusiasmaran. Así fue que empecé a pensar en diseñar mi propia marca. Los anteojos me encantan como objeto. Soy una fanática".
La propuesta de Carla Di Sí
"Diseño anteojos para gente que quiera verse bien con algo distinto. Hago pocas cantidades por partida y muchos materiales son de edición limitada. Mis anteojos no tienen un logo enorme a la vista, me gusta la discreción. Hace un tiempo leí una frase que me encantó y tengo muy presente: 'lo lindo no necesita marketing' e intento hacer cosas lo más lindas posibles. El resto lo hace la gente que las usa.
Cuido mucho la calidad de los materiales y de la confección. Todos mis anteojos están hechos en Argentina. Tuvimos que hacer un trabajo a lo largo del tiempo, junto con las fábricas-proveedoras, para lograr el producto que tenemos hoy. Igualmente sigo elevando la vara porque creo que siempre hay algo que se puede mejorar.
Los anteojos van en la cara y para mí deben ser una extensión de la (¡o las!) personalidad de quien los lleva. El color es muy importante, juega mucho con las facciones, con la tez, y desarrollé una 'teoría de color' propia que aplico en cada uno de mis diseños. Por eso la paleta es tan amplia. La salud visual está totalmente integrada en mi propuesta. Damos mucha información acerca de cuáles son las lentes más adecuadas, priorizando la estética, la calidad oftálmica y el confort".
Los factores que influyen en el proceso creativo de Carla Di Sí
"Pienso siempre en una persona real y primero tengo muy en cuenta la expresión que las líneas de mi dibujo van a aportar a la cara. Después viene el tamaño, según la intención del diseño, pero teniendo en cuenta el uso real de quien no ve bien y necesita un campo visual que le resulte cómodo.
El color, como mencioné, es fundamental para mí. Soy medio obsesiva en este punto; combino frentes con patillas, uso varios colores en los diseños en metal y los combino con las plaquetas y las terminales. También aplico diferentes colores en las impresiones de las patillas (marca, número de modelo y origen), que por supuesto los pienso con respecto al resto de los colores de ese modelo. Me gustan mucho los detalles, aplicar técnicas como la de bajorrelieve para mostrar colores en capas, texturas, formas. Uso apliques en ediciones limitadas. Me gusta usar varios colores en los diseños de metal y combinarlos con acetato".
Ana Torrejón en Carla Di Sí |
La importancia de rescatar oficios según Carla Di Sí
"El mío, más que un oficio, es una profesión. La carrera de óptica se dicta en escuelas técnicas pero también en universidades donde es una licenciatura. En cuanto a mi faceta de diseñadora, en mi caso soy autodidacta, pero el diseñador industrial tiene toda la formación necesaria para diseñar cualquier objeto, inclusive anteojos. Lo que más rescato de mi actividad es poder ayudar a la gente a ver bien y que se sientan cómodos, a gusto, usando anteojos muy sentadores. Creo que todos los que formamos parte de esta profesión somos unos privilegiados, porque podemos ayudar a la gente a verse espléndida".
El principal desafío al que se enfrenta Carla Di Sí
"Mi marca está muy vinculada a mi persona. El principal desafío para mi es seguir disfrutando de lo que hago, que el espíritu y el fuego interno sigan vivos y crezcan, como hasta ahora. Seguir aprendiendo y encontrando maneras nuevas, mejores, de hacer las cosas. En general soy muy optimista, incluso en los momentos difíciles encuentro una salida. Creo que eso me ayuda mucho a sortear los obstáculos que se van presentando y a llevar 16 años en esto".
El futuro de Carla Di Sí
"Me gustaría abrir franquicias en países latinoamericanos: Chile, Uruguay, Paraguay, México, Brasil, Colombia, Costa Rica. En fin, amo Latinoamérica, nuestra cultura.
En las patillas de mis anteojos hoy dice Hecho por mano argentinas, me gustaría también cumplir el sueño de hacer partidas de producción en países de la región que tengan industria óptica y que algún día digan: Hecho por manos latinoamericanas".
¿Dónde comprarlos? En su tienda en Gurruchaga 1677, Palermo Viejo, Buenos Aires, Argentina, y en su tienda virtual.
(Fotos gentileza de Carla Di Sí)
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