Tejer tiene mucho de coreografía. Es una sucesión de movimientos rítmicos que van creando formas, volúmenes y texturas. Por lo mismo, no resulta extraño pensar en tejer como una danza primaria, que se conecta con el instinto, las emociones y la identidad. Así también lo pensó Pablo Cortés, director y coreógrafo de TEJER, una danza madre; investigación inter y transdisciplinaria que entreteje la danza contemporánea y el tejido a mano. Ad portas de su exhibición los días 31 de mayo, 1 y 2 de junio en en la Sala Arrau del Municipal de Santiago, Pablo nos cuenta detalles de esta fusión de saberes y nos entrega las claves para que nos animemos a conocer su resultado.
"La idea nació hace dos años, en el momento en que comencé a aprender a tejer a palillo. Fue a mi madre (Ana María Gallardo), tejedora de más de 55 años de experiencia, a quien le pedí que me enseñara por primera vez. Ella nunca lo había hecho antes, a causa de todos estos estereotipos de género que aún imperan en nuestra cultura chilena sobre el tejer.
Fue en ese momento de tratar de coordinar mis manos con los palillos y la lana, que tomé conciencia de que estaba entrando en un sistema de movimientos estructurados, es decir, una pequeña danza, una coreografía, la que observé en mi madre desde que nací, pero que nunca había experimentado por mí mismo. Sentí un profundo impulso de hablar sobre esta práctica milenaria desde mi quehacer como coreógrafo y bailarín, que no sólo me tejía a mí, sino que a toda la historia de la humanidad. Inmediatamente después, le conté a mi madre sobre esta revelación y le propuse si quería comenzar a investigar conmigo, ella desde su experiencia como tejedora y yo desde la danza y la coreografía. Ella aceptó feliz".
"Junto a mi madre, y luego con las personas que se fueron interesando en este proyecto y que hoy forman parte del equipo, comenzamos a estudiar y reflexionar sobre este saber. Nos fuimos dando cuenta que nos estábamos metiendo en una trama muy profunda, amplia y casi infinita.
Lo primero fue confirmar que claramente es una práctica muy terapéutica, una forma de meditación que produce efectos cerebrales y, por ende, sico-emocionales muy benéficos para quien teje. Luego, que el trabajo de las tejedoras y tejedores es -actualmente- bastante invisibilizado y desvalorizado, y que ha sido perdurado especialmente por nuestras madres tejedoras que nos han tejido para protegernos.
Después, tomamos conciencia de que en el pasado el tejido era un sistema importante de intercambio, una economía, incluso antes de la creación de la moneda. Luego, que el tejido existía antes de la escritura, y era la forma de dejar memoria en nuestro planeta. Es decir, nos dimos cuenta que el tejer y el tejido no era sólo una de las primeras tecnologías de nuestra historia, sino que poseía un gran poder y función dentro de nuestro desarrollo como seres humanos y que hoy, toda esta sabiduría se ha ido enterrando poco a poco, especialmente por la industria textil y el sistema capitalista en el cual estamos inmersos.
Por lo tanto, creemos que para poder resignificar, revalorizar y desenterrar toda esta historia del tejer y el tejido, es necesario hacerlo a través del arte, como arma de lucha y resistencia. Y retomando esta idea del tejido como 'texto' o 'mapa', a través de nuestra investigación nos pudimos dar cuenta que sería posible realizar traducciones a través de otros formatos o 'textos' como la danza, la música, la poesía, el audiovisual, etc. Pero más que hablar sobre la historia concretamente, como se hace en general en las artes escénicas, tomamos este saber no sólo como una metodología de creación, sino también como una manera de tejer una memoria o retejer memorias pasadas.
Esto lo pudimos confirmar con mi propia madre, pues nos basamos en su historia personal para crear 'El primer tejido', que sería la primera materialización de 'TEJER, una danza madre'. Guié a mi madre para que retejiera su historia pasada, la cual fue bastante dificultosa, especialmente de niña. Con todo este proceso, ella ha podido recordar esos episodios difíciles con otros colores y texturas, con belleza y amor. Ha sido retejer nuestro árbol genealógico juntos".
"Nos hemos ido conectando con diferentes tejedoras y tejedores, por ejemplo, con la agrupación de 'Hombres Tejedores' y con los proyectos de 'La Tejería', 'Mundo Belli' y 'El Palacio de las lanas'. También hemos organizado un par de encuentros de tejido para tener ayuda para tejer la escenografía, y hasta hoy hemos tenido muy bellas reacciones, cargadas de mucha emocionalidad. Nos hemos dado cuenta que el tejer nos atañe a todas y todos. Hasta hemos recibido mensajes de personas fuera de Santiago y el extranjero, incluso algunos expresándonos que esto es un homenaje a todas las madres tejedoras, que no son pocas.
Muchos me han dicho que el hecho que esta obra haya nacido, se haya desarrollado y que además sea interpretada en escena junto a mi madre, es algo bien potente, sensible y que no se ve todos los días.
Para todo el equipo ha sido también un proceso muy especial, porque hemos tejido nuestras historias comunes en torno a nuestras madres y con una conciencia diferente, porque no sólo hay artistas en el equipo como es usual, sino donde el arte y la artesanía se tejen.
Así que las reacciones del público para el estreno casi no han sido tema de discusión, porque por lo menos para mí, ha sido bastante removedor y me siento feliz por lo que ya ha sido. Aunque sí hemos reflexionado que esta obra invita a expandir el tipo de público de danza, pues ahora incluye directamente a otro tipo de espectadores, a todo quien esté relacionado con el tejer".
¿Cuándo? 31 de mayo, 1 y 2 de junio.
¿Horario? 19.30 hr.
¿Dónde? en la Sala Arrau del Municipal de Santiago en Agustinas 794, tercer piso.
¿Valor? $4.000 y podrán ser adquiridas en la boletería del recinto o directamente por Internet en
www.municipal.cl En la misma función se presentará también la obra Madre Luna , del coreógrafo Andrés Gutiérrez.
TEJER, una danza madre forma parte de las obras seleccionadas por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en colaboración con el Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile, en su convocatoria 2018.
¿Cómo nace la idea de mezclar el tejido con la danza?
"La idea nació hace dos años, en el momento en que comencé a aprender a tejer a palillo. Fue a mi madre (Ana María Gallardo), tejedora de más de 55 años de experiencia, a quien le pedí que me enseñara por primera vez. Ella nunca lo había hecho antes, a causa de todos estos estereotipos de género que aún imperan en nuestra cultura chilena sobre el tejer.
Fue en ese momento de tratar de coordinar mis manos con los palillos y la lana, que tomé conciencia de que estaba entrando en un sistema de movimientos estructurados, es decir, una pequeña danza, una coreografía, la que observé en mi madre desde que nací, pero que nunca había experimentado por mí mismo. Sentí un profundo impulso de hablar sobre esta práctica milenaria desde mi quehacer como coreógrafo y bailarín, que no sólo me tejía a mí, sino que a toda la historia de la humanidad. Inmediatamente después, le conté a mi madre sobre esta revelación y le propuse si quería comenzar a investigar conmigo, ella desde su experiencia como tejedora y yo desde la danza y la coreografía. Ella aceptó feliz".
La importante de mostrar un oficio tradicional como el tejido desde la danza
"Junto a mi madre, y luego con las personas que se fueron interesando en este proyecto y que hoy forman parte del equipo, comenzamos a estudiar y reflexionar sobre este saber. Nos fuimos dando cuenta que nos estábamos metiendo en una trama muy profunda, amplia y casi infinita.
Lo primero fue confirmar que claramente es una práctica muy terapéutica, una forma de meditación que produce efectos cerebrales y, por ende, sico-emocionales muy benéficos para quien teje. Luego, que el trabajo de las tejedoras y tejedores es -actualmente- bastante invisibilizado y desvalorizado, y que ha sido perdurado especialmente por nuestras madres tejedoras que nos han tejido para protegernos.
Tejer, Una danza Madre. from VAIA on Vimeo.
Después, tomamos conciencia de que en el pasado el tejido era un sistema importante de intercambio, una economía, incluso antes de la creación de la moneda. Luego, que el tejido existía antes de la escritura, y era la forma de dejar memoria en nuestro planeta. Es decir, nos dimos cuenta que el tejer y el tejido no era sólo una de las primeras tecnologías de nuestra historia, sino que poseía un gran poder y función dentro de nuestro desarrollo como seres humanos y que hoy, toda esta sabiduría se ha ido enterrando poco a poco, especialmente por la industria textil y el sistema capitalista en el cual estamos inmersos.
Por lo tanto, creemos que para poder resignificar, revalorizar y desenterrar toda esta historia del tejer y el tejido, es necesario hacerlo a través del arte, como arma de lucha y resistencia. Y retomando esta idea del tejido como 'texto' o 'mapa', a través de nuestra investigación nos pudimos dar cuenta que sería posible realizar traducciones a través de otros formatos o 'textos' como la danza, la música, la poesía, el audiovisual, etc. Pero más que hablar sobre la historia concretamente, como se hace en general en las artes escénicas, tomamos este saber no sólo como una metodología de creación, sino también como una manera de tejer una memoria o retejer memorias pasadas.
Esto lo pudimos confirmar con mi propia madre, pues nos basamos en su historia personal para crear 'El primer tejido', que sería la primera materialización de 'TEJER, una danza madre'. Guié a mi madre para que retejiera su historia pasada, la cual fue bastante dificultosa, especialmente de niña. Con todo este proceso, ella ha podido recordar esos episodios difíciles con otros colores y texturas, con belleza y amor. Ha sido retejer nuestro árbol genealógico juntos".
¿Qué reacciones esperan del público que vaya a ver TEJER, una danza madre?
"Nos hemos ido conectando con diferentes tejedoras y tejedores, por ejemplo, con la agrupación de 'Hombres Tejedores' y con los proyectos de 'La Tejería', 'Mundo Belli' y 'El Palacio de las lanas'. También hemos organizado un par de encuentros de tejido para tener ayuda para tejer la escenografía, y hasta hoy hemos tenido muy bellas reacciones, cargadas de mucha emocionalidad. Nos hemos dado cuenta que el tejer nos atañe a todas y todos. Hasta hemos recibido mensajes de personas fuera de Santiago y el extranjero, incluso algunos expresándonos que esto es un homenaje a todas las madres tejedoras, que no son pocas.
Muchos me han dicho que el hecho que esta obra haya nacido, se haya desarrollado y que además sea interpretada en escena junto a mi madre, es algo bien potente, sensible y que no se ve todos los días.
Para todo el equipo ha sido también un proceso muy especial, porque hemos tejido nuestras historias comunes en torno a nuestras madres y con una conciencia diferente, porque no sólo hay artistas en el equipo como es usual, sino donde el arte y la artesanía se tejen.
Así que las reacciones del público para el estreno casi no han sido tema de discusión, porque por lo menos para mí, ha sido bastante removedor y me siento feliz por lo que ya ha sido. Aunque sí hemos reflexionado que esta obra invita a expandir el tipo de público de danza, pues ahora incluye directamente a otro tipo de espectadores, a todo quien esté relacionado con el tejer".
¿Cuándo? 31 de mayo, 1 y 2 de junio.
¿Horario? 19.30 hr.
¿Dónde? en la Sala Arrau del Municipal de Santiago en Agustinas 794, tercer piso.
¿Valor? $4.000 y podrán ser adquiridas en la boletería del recinto o directamente por Internet en
www.municipal.cl En la misma función se presentará también la obra Madre Luna , del coreógrafo Andrés Gutiérrez.
TEJER, una danza madre forma parte de las obras seleccionadas por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en colaboración con el Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile, en su convocatoria 2018.
(Fotos gentileza de TEJER, una danza madre)
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