El 25% de la huella de carbono de la ropa está relacionada con su cuidado. Es decir, el 25% de la contaminación que produce la industria de la moda es responsabilidad exclusivamente del consumidor. En este escenario, nuestro compromiso con el cuidado de las prendas es fundamental. Más aún si aspiramos a una moda circular, donde el vestuario vuelva a la cadena productiva y no termine en la basura. Pero en lo práctico ¿cómo darle una vuelta a estas cifras? Hoy lo analizamos.
Según datos de Fashion Revolution, el 70% de la ropa que tiramos a la basura tiene daños irreversibles como colores desteñidos, manchas difíciles o se ha encogido. Todo ello porque no fuimos capaces de seguir las indicaciones de lavado y la echamos, sin mucho miramiento, a la lavadora.
En este sentido, resulta cada vez más urgente no sólo observar y aprender la simbología de las etiquetas relacionadas con el cuidado de la ropa, sino también respetarlas para lograr una mayor sobrevida de nuestras prendas.
Para que se hagan una idea, cada programa de lavado gasta en promedio 70 litros de agua a lo que tienes que sumarle las partículas y microplásticos que se desprenden de los detergentes que utilizamos y de la misma ropa. Todas ellas derivan inevitablemente en nuestros mares contaminando los habitats acuáticos silenciosamente.
En esta línea, un estudio de la Universidad de Plymouth -citado por ItFashion- revelaba que "podrían liberarse más de 700.000 fibras a partir de un promedio de 6 kg de carga de tela acrílica".
De hecho, se insiste que el lavado de ropa fabricada con materiales sintéticos -tejidos de poliéster, poliéster-algodón y acrílicos- es una fuente potencialmente importante de fibras microscópicas para el medio ambiente.
Pero ¿cómo revertir esta situación? No se requieren grandes acciones para cambiar este panorama Acá te dejo algunos consejos, que no sólo aumentaran la vida útil de tus prendas, sino también ayudarán a disminuir la huella de carbono de su lavado:
- Seguir las instrucciones de lavado de las etiquetas: muchas personas jamás miran las etiquetas, perdiendo información valiosa que les ayudaría a cuidar su ropa y alargar su ciclo de vida. Respetar estos símbolos es esencial para que tu ropa realmente puede heredarse.
- Utilizar agua fría para los lavados: se estima que usando sólo agua fría al lavar tu ropa puedes evitar que 225 kg de CO2 penetren en la atmósfera cada año. Desde mi experiencia, les puedo contar que hace años que no uso agua caliente para lavar mi ropa, y sólo tengo conectada la manguera del agua fría. Con ello, además de ayudar al cuidado del planeta, he logrado que mi ropa mantenga sus colores y forma por más tiempo.
- Utilizar muy poco la secadora de ropa: prohibirla me parece imposible, sobre todo en aquellos lugares donde es la única manera de secar la ropa. Sin embargo, hay que considerar que no toda la ropa puede secarse en ella. Este dato nos vuelve a conectar con el primer consejo de revisar las etiquetas. Asimismo maximizar su uso, es decir, utilizarla de manera inteligente como última opción luego de que la ropa haya logrado sacar parte de su humedad al aire libre. Así haces ciclos más cortos, lo que ahorra también energía.
- Hay prendas que casi no debería lavarse: uno ejemplo clásico de ello son los jeans. "Un buen par de jeans no debe ser lavado en la lavadora, sino en muy contadas ocasiones", así lo afirmaba el CEO de Levis hace años, quien confesaba que nos levaba los suyos desde hace un año. Lo anterior fue confirmado por un estudio de la Universidad de Alberta que comparó los niveles de bacteria de un par de jeans no lavados hace un año y de uno lavado, descubriendo que eran prácticamente idénticos. Pero ¿cómo mantenerlos limpios? Puedes colocarlos en una bolsa y dejarlos reposar en el congelador durante un par de días, ese proceso mata las bacterias y los olores y mantiene su silueta.
- Privilegiar detergentes biodegradables: que no eliminen partículas tóxicas al agua residual del lavado, ni tampoco utilicen químicos que puedan dañar nuestra piel. En las grandes cadenas de supermercados ya es posible encontrar algunos de ellos.
¿Qué otro consejos sumarías a esta lista? ¿Has llevado alguno a la práctica?
El impacto del lavado de nuestras prendas
Según datos de Fashion Revolution, el 70% de la ropa que tiramos a la basura tiene daños irreversibles como colores desteñidos, manchas difíciles o se ha encogido. Todo ello porque no fuimos capaces de seguir las indicaciones de lavado y la echamos, sin mucho miramiento, a la lavadora.
En este sentido, resulta cada vez más urgente no sólo observar y aprender la simbología de las etiquetas relacionadas con el cuidado de la ropa, sino también respetarlas para lograr una mayor sobrevida de nuestras prendas.
Para que se hagan una idea, cada programa de lavado gasta en promedio 70 litros de agua a lo que tienes que sumarle las partículas y microplásticos que se desprenden de los detergentes que utilizamos y de la misma ropa. Todas ellas derivan inevitablemente en nuestros mares contaminando los habitats acuáticos silenciosamente.
En esta línea, un estudio de la Universidad de Plymouth -citado por ItFashion- revelaba que "podrían liberarse más de 700.000 fibras a partir de un promedio de 6 kg de carga de tela acrílica".
De hecho, se insiste que el lavado de ropa fabricada con materiales sintéticos -tejidos de poliéster, poliéster-algodón y acrílicos- es una fuente potencialmente importante de fibras microscópicas para el medio ambiente.
Pero ¿cómo revertir esta situación? No se requieren grandes acciones para cambiar este panorama Acá te dejo algunos consejos, que no sólo aumentaran la vida útil de tus prendas, sino también ayudarán a disminuir la huella de carbono de su lavado:
- Seguir las instrucciones de lavado de las etiquetas: muchas personas jamás miran las etiquetas, perdiendo información valiosa que les ayudaría a cuidar su ropa y alargar su ciclo de vida. Respetar estos símbolos es esencial para que tu ropa realmente puede heredarse.
- Utilizar agua fría para los lavados: se estima que usando sólo agua fría al lavar tu ropa puedes evitar que 225 kg de CO2 penetren en la atmósfera cada año. Desde mi experiencia, les puedo contar que hace años que no uso agua caliente para lavar mi ropa, y sólo tengo conectada la manguera del agua fría. Con ello, además de ayudar al cuidado del planeta, he logrado que mi ropa mantenga sus colores y forma por más tiempo.
- Utilizar muy poco la secadora de ropa: prohibirla me parece imposible, sobre todo en aquellos lugares donde es la única manera de secar la ropa. Sin embargo, hay que considerar que no toda la ropa puede secarse en ella. Este dato nos vuelve a conectar con el primer consejo de revisar las etiquetas. Asimismo maximizar su uso, es decir, utilizarla de manera inteligente como última opción luego de que la ropa haya logrado sacar parte de su humedad al aire libre. Así haces ciclos más cortos, lo que ahorra también energía.
- Hay prendas que casi no debería lavarse: uno ejemplo clásico de ello son los jeans. "Un buen par de jeans no debe ser lavado en la lavadora, sino en muy contadas ocasiones", así lo afirmaba el CEO de Levis hace años, quien confesaba que nos levaba los suyos desde hace un año. Lo anterior fue confirmado por un estudio de la Universidad de Alberta que comparó los niveles de bacteria de un par de jeans no lavados hace un año y de uno lavado, descubriendo que eran prácticamente idénticos. Pero ¿cómo mantenerlos limpios? Puedes colocarlos en una bolsa y dejarlos reposar en el congelador durante un par de días, ese proceso mata las bacterias y los olores y mantiene su silueta.
- Privilegiar detergentes biodegradables: que no eliminen partículas tóxicas al agua residual del lavado, ni tampoco utilicen químicos que puedan dañar nuestra piel. En las grandes cadenas de supermercados ya es posible encontrar algunos de ellos.
¿Qué otro consejos sumarías a esta lista? ¿Has llevado alguno a la práctica?
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