¿Cómo se logra sobrevivir a la destrucción de una industria? Es lo primero que uno se pregunta al conocer la historia de Strobel, empresa textil chilena especializada en forrería de acetato y viscosa, que nace en 1942 y hoy continúa como líder en el mercado, con un foco puesto en el diseño y los servicios. Tuvimos la suerte de visitarla y conocer a través de su gerente general, Matías Strobel, su proceso productivo y su modelo de negocio, que apunta a llegar, tanto a las pequeñas como grandes empresas de la moda. Te invitamos a adentrarte en su mundo de detalles.
¿Cuántos de ustedes tienen una chaqueta, un abrigo, una bomber jacket o una cartera cuyo forro le agrega valor al producto? Para aquellos que tenemos esa suerte, sabemos que el forro no sólo es un detalle, sino puede ser un objeto de deseo per se.
En esta línea conocer el universo de Strobel resulta facinante. Más aún cuando son una empresa de forrería que se encarga desde la selección del hilado hasta el teñido final. Es decir, realizan todo el proceso productivo del textil, logrando incluso personalizar las telas según las necesidades de sus clientes. Eso les ha permitido tener un catálogo de más de 700 diseños y generar colecciones de temporada que ofrecen tanto a pequeños como grandes confeccionistas.
Lo anterior resulta todo un logro en una industria que se mueve, en su gran mayoría, por los precios. “Pillé un nicho en que tengo una buena oportunidad. La oportunidad es que siempre entramos a través del diseño. Para nosotros, la forrería es una gran posibilidad de diferenciarse”, afirma Matías Strobel, gerente general de la compañía.
Esta mirada que mezcla la inversión, renovación e innovación como guía, le ha permitido a Strobel sortear los más duros contextos y sobrevivir más de 76 años.
“Mi abuelo fundó Strobel en medio del boom textil chileno. Y mi padre básicamente logró dar certeza productiva en la época de los 70 hasta los 2000 bajo una lógica muy austera. Nuestra ventaja competitiva fue que nos modernizamos mucho en telares. Tuvimos telares de última generación cuando otras empresas textiles no invertían. Mientras en mis primeros 10 años en la empresas me dediqué a la apertura de mercados siempre enfocado en el diseño. Lo que nos permitió tener una bodega propia en Sao Paulo. Además de de distribuir en Argentina, Bolivia, Guatemala, EEUU y México. En estos últimos cuatro años he estado dando el giro para ser una empresa de servicio. Estamos dando el servicio de crear forrería a nivel global”, explica Matías.
Esta evolución de su estrategia de negocios, los ha ayudado a mantenerse en el mercado, a pesar de las incertidumbres constantes, el cierre de varios grandes confeccionistas y la escasez de personal especializado.
En este ámbito, Matías nos cuenta que forman a sus recursos humanos desde cero. “Hay un mix bastante interesante en la empresa ahora. Somos 33 personas incluyendo el área comercial. Hay gente que lleva más de 20 años en Strobel junto a un grupo de personas que tienen entre 20 y 30 años. Es decir, gente que tiene mucha experiencia y gente joven que va aprendiendo”.
Por otra parte, otra decisión que ha ayudado a su reconversión fue producir algunas de sus líneas basadas en poliester en China. “Conseguimos un proveedor de muy buena calidad porque siempre nos hemos enfocado en eso”, afirma.
Pero ¿cómo opera ese servicicio? Matías lo ejemplifica: Desarrollamos los forros de la segunda colección de Karl Lagerfeld para Falabella. Lo fabricamos en Chile para su producción local, pero también en China y lo mandamos a India, Indonesia y a sus distintas fábricas del mundo. Ello les permitirá ofrecer diseños únicos en el mundo. Eso es un poco la relación con Asia, porque entiendo que si las fábricas están allá, tengo que tener presencia allá”, insiste.
Respecto a la sustentabilidad, su mayor hito es especializarse en fibras naturales como acetato y acetato viscosa; así también como trabajar con una empresa China con estándares europeos para el manejo de su línea poliéster.
Pero eso no es todo. En su afán de diferenciación hoy buscan no sólo llegar a los grandes retailers de Latinoamérica y el mundo, sino también a la moda de autor, entregando la posibilidad de comprar en pequeños metrajes directamente en su bodega / fábrica en Recoleta.
Luego de recorrer su fábrica y contagiarme de la pasión de sus trabajadores por ganarle nuevamente la batalla al tiempo, solo puedo concluir que la osadía de la familia Strobel merece ser reconocida por las nuevas generaciones y transformarse en empresa – patrimonio de la escena local por su aporte a la moda con identidad.
¿Conocías Strobel? ¿qué te parecieron sus servicios? ¿crees que el forro de una prenda o accesorio puede hacer la diferencia?
Strobel: apasionados por la forrería
¿Cuántos de ustedes tienen una chaqueta, un abrigo, una bomber jacket o una cartera cuyo forro le agrega valor al producto? Para aquellos que tenemos esa suerte, sabemos que el forro no sólo es un detalle, sino puede ser un objeto de deseo per se.
En esta línea conocer el universo de Strobel resulta facinante. Más aún cuando son una empresa de forrería que se encarga desde la selección del hilado hasta el teñido final. Es decir, realizan todo el proceso productivo del textil, logrando incluso personalizar las telas según las necesidades de sus clientes. Eso les ha permitido tener un catálogo de más de 700 diseños y generar colecciones de temporada que ofrecen tanto a pequeños como grandes confeccionistas.
Lo anterior resulta todo un logro en una industria que se mueve, en su gran mayoría, por los precios. “Pillé un nicho en que tengo una buena oportunidad. La oportunidad es que siempre entramos a través del diseño. Para nosotros, la forrería es una gran posibilidad de diferenciarse”, afirma Matías Strobel, gerente general de la compañía.
Esta mirada que mezcla la inversión, renovación e innovación como guía, le ha permitido a Strobel sortear los más duros contextos y sobrevivir más de 76 años.
“Mi abuelo fundó Strobel en medio del boom textil chileno. Y mi padre básicamente logró dar certeza productiva en la época de los 70 hasta los 2000 bajo una lógica muy austera. Nuestra ventaja competitiva fue que nos modernizamos mucho en telares. Tuvimos telares de última generación cuando otras empresas textiles no invertían. Mientras en mis primeros 10 años en la empresas me dediqué a la apertura de mercados siempre enfocado en el diseño. Lo que nos permitió tener una bodega propia en Sao Paulo. Además de de distribuir en Argentina, Bolivia, Guatemala, EEUU y México. En estos últimos cuatro años he estado dando el giro para ser una empresa de servicio. Estamos dando el servicio de crear forrería a nivel global”, explica Matías.
Esta evolución de su estrategia de negocios, los ha ayudado a mantenerse en el mercado, a pesar de las incertidumbres constantes, el cierre de varios grandes confeccionistas y la escasez de personal especializado.
En este ámbito, Matías nos cuenta que forman a sus recursos humanos desde cero. “Hay un mix bastante interesante en la empresa ahora. Somos 33 personas incluyendo el área comercial. Hay gente que lleva más de 20 años en Strobel junto a un grupo de personas que tienen entre 20 y 30 años. Es decir, gente que tiene mucha experiencia y gente joven que va aprendiendo”.
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El control de calidad es fundamental para Strobel |
Por otra parte, otra decisión que ha ayudado a su reconversión fue producir algunas de sus líneas basadas en poliester en China. “Conseguimos un proveedor de muy buena calidad porque siempre nos hemos enfocado en eso”, afirma.
Pero ¿cómo opera ese servicicio? Matías lo ejemplifica: Desarrollamos los forros de la segunda colección de Karl Lagerfeld para Falabella. Lo fabricamos en Chile para su producción local, pero también en China y lo mandamos a India, Indonesia y a sus distintas fábricas del mundo. Ello les permitirá ofrecer diseños únicos en el mundo. Eso es un poco la relación con Asia, porque entiendo que si las fábricas están allá, tengo que tener presencia allá”, insiste.
Respecto a la sustentabilidad, su mayor hito es especializarse en fibras naturales como acetato y acetato viscosa; así también como trabajar con una empresa China con estándares europeos para el manejo de su línea poliéster.
Pero eso no es todo. En su afán de diferenciación hoy buscan no sólo llegar a los grandes retailers de Latinoamérica y el mundo, sino también a la moda de autor, entregando la posibilidad de comprar en pequeños metrajes directamente en su bodega / fábrica en Recoleta.
Luego de recorrer su fábrica y contagiarme de la pasión de sus trabajadores por ganarle nuevamente la batalla al tiempo, solo puedo concluir que la osadía de la familia Strobel merece ser reconocida por las nuevas generaciones y transformarse en empresa – patrimonio de la escena local por su aporte a la moda con identidad.
¿Conocías Strobel? ¿qué te parecieron sus servicios? ¿crees que el forro de una prenda o accesorio puede hacer la diferencia?
¿Dónde comprar los textiles de Strobel?
En su bodega ubicada en San Gerardo 669, Recoleta, Santiago. Su horario de atención es de lunes a jueves de 9:00 a 12:30 hrs y 14:00 a 17:30 hrs. Los viernes de 9:00 a 12:30 hrs.
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