(Por Mariana Pattaro*) Asesoría o consultoría de imagen, de moda o de estilo, personal stylist, shopper, organizer. Al parecer son las profesiones del momento. Día a día aparecen más personas dedicadas a ello. ¿Te confunden estos nombres y no sabes a quién pedir ayuda? ¿No entiendes la razón de por qué alguien paga para que un extraño le ayude con cosas, que deberían ser muy fáciles y automáticas? La respuesta está justamente en ello: estamos condicionados al automático y, de repente, nos damos cuenta de que ya no nos reconocemos en el espejo, o que estamos todos vestidos igual. ¿Te pasa lo mismo? Hoy reflexionaré sobre como darle una vuelta a este sentimiento.
Como consultora de estilo trabajo todos los días con personas que tienen el clóset lleno de cosas con las cuales no se identifican. Gente que compra y compra, pero nunca está satisfecha con lo que tiene.
Esto pasa porque nos enseñaron a seguir lo que dice “la moda” –sea quien sea esta señora– y no a mirar, primero, hacia adentro para identificar qué queremos comprar. La inseguridad vende en cualquier industria y las marcas de moda se aprovechan de esto, haciéndonos pensar que necesitamos ese nuevo diseño de faldas, o cualquier otra tendencia identificada por los gurús fashion.
Las semanas de moda se crearon para organizar un calendario comercial, y dentro de esto se desarrolló un incentivo al consumo desenfrenado, que empieza con la identificación de tendencias (que se renuevan a una velocidad impresionante), pasa por las prácticas de producción irresponsables del fast fashion y termina con el descarte de miles y miles de prendas en vertederos que “nadie” ve. ¿Como salir de este ciclo? Es un camino largo y depende de mucha gente, pero podemos empezar por adueñarnos de nuestro estilo a través de 3 pasos.
Mucha gente habla de autoestima desde una idea un poco sencilla. No se trata solo de quererse, empieza con conocerse y saber qué te define. Es una tarea difícil con tantos factores externos tratando de definirnos. Es más fácil colgarse de un estereotipo y vivir / consumir bajo determinados patrones, aunque signifique estar insatisfecho. Insisto que no tiene que ser así, y te propongo un ejercicio, contestando preguntas muy básicas sobre ti:
También es válido el ejercicio de pedir que personas cercanas a ti (pero que te digan la verdad) contesten las mismas preguntas. Es sorprendente ver como el mensaje que pasamos es distinto al que imaginamos. La idea de este ejercicio es entender un poco mejor tu personalidad y valores, para poder filtrar con que marcas y productos te quieres relacionar. También nos ayuda a visualizar qué realmente es importante para nosotros, más allá de lo físico.
Creo que es mucho más relevante mostrar que eres una persona alegre, por ejemplo, que disfrazar un rollito. ¿Estamos de acuerdo?
Una de las situaciones más comunes que observo en mi trabajo es un clóset lleno de ropa para una vida ideal, pero nada para la vida real. Ejemplo: mucha ropa de fiesta que se usa una vez al año, o muchos zapatos de taco alto para alguien que usa transporte público.
Nuestra rutina es parte de nuestra esencia, aunque no sea la rutina que soñamos para nuestras vidas, es la vida real y nuestros patrones de consumo deberían estar de acuerdo a esto.
Cuando tienes clara tu rutina, puedes definir de manera racional qué necesitas para cubrir tu cuerpo en estos momentos. Entonces, puedes juntar tu estilo con tu rutina para elegir de manera mucho más racional qué vas a consumir. Te aseguro que es mucho más gratificante tener ropa para la oficina que traduce tu personalidad, en vez de sentirse disfrazada todos los días. Usar, una vez a la semana, una ropa que realmente te gusta.
Empieza por ser realista y práctica. Te propongo que revises tu clóset pensando en la utilidad real de cada prenda, vas a ver que tienes mucho más de lo que necesitas y que probablemente te faltan algunas cosas esenciales para tu día a día. Elimina el exceso dejando sólo lo que realmente amas y es útil.
Cuando tienes clara tu identidad, valores y rutina, identificas marcas que atienden tu estilo de vida. Esto ya es un gran paso y un buen filtro que ayuda a frenar el consumo descontrolado.
Otro hábito importante es conocer bien tu clóset. Soy enemiga de las bodegas, opino que lo mejor es ver todos los días todo lo que tienes (lo que se hace más fácil si tienes menos, claro). Puede parecer que no, pero esta visión diaria nos ayuda inconscientemente a tomar mejores decisiones de compra. Es muy fácil que te enamores de una prenda en una tienda cuando hace muchos meses no ves a esa otra casi igual que está en una maleta en la bodega.
Saber lo que tienes también te ayuda a saber qué realmente falta. Para consumir de forma más eficiente y consciente, es esencial tener a mano una lista de las cosas que necesitas, así antes de comprar algo te aseguras de que va a ser realmente útil y no otra polera blanca en la pila de 25, que ya tienes.
Mi filosofía de moda tiene como base una relación sana con el consumo y las tendencias. No ignoro que me gusta renovar el clóset, pero lo hago desde una actitud mucho más consciente que hace unos años.
Considero que vestir es un acto político. Prefiero invertir en prendas que van a durar más, hechas por gente que conozco. Busco prendas de segunda mano, repito outfits, hago intercambio de ropa con familia y amigos. Las tendencias y las “reglas” de la moda son inspiración y no mandato para mi. Llevo años apurando mi estilo y sé que es un proceso eterno, pero ya tengo claro donde no compro y cuales son las marcas que hablan mi mismo idioma. Compro cada vez menos y mejor, aunque a veces me equivoco (soy humana).
Y tú, ¿tienes claro el rol que cumple la moda en tu vida?
* Mariana Pattaro es personal stylist de gente real: "te ayudo a construir un clóset que funcione en tu vida y exprese tu estilo".
¿Contacto? mari@maripattaro.com
Construir tu filosofía de moda
Como consultora de estilo trabajo todos los días con personas que tienen el clóset lleno de cosas con las cuales no se identifican. Gente que compra y compra, pero nunca está satisfecha con lo que tiene.
Esto pasa porque nos enseñaron a seguir lo que dice “la moda” –sea quien sea esta señora– y no a mirar, primero, hacia adentro para identificar qué queremos comprar. La inseguridad vende en cualquier industria y las marcas de moda se aprovechan de esto, haciéndonos pensar que necesitamos ese nuevo diseño de faldas, o cualquier otra tendencia identificada por los gurús fashion.
Las semanas de moda se crearon para organizar un calendario comercial, y dentro de esto se desarrolló un incentivo al consumo desenfrenado, que empieza con la identificación de tendencias (que se renuevan a una velocidad impresionante), pasa por las prácticas de producción irresponsables del fast fashion y termina con el descarte de miles y miles de prendas en vertederos que “nadie” ve. ¿Como salir de este ciclo? Es un camino largo y depende de mucha gente, pero podemos empezar por adueñarnos de nuestro estilo a través de 3 pasos.
1. Autoconocimiento
Mucha gente habla de autoestima desde una idea un poco sencilla. No se trata solo de quererse, empieza con conocerse y saber qué te define. Es una tarea difícil con tantos factores externos tratando de definirnos. Es más fácil colgarse de un estereotipo y vivir / consumir bajo determinados patrones, aunque signifique estar insatisfecho. Insisto que no tiene que ser así, y te propongo un ejercicio, contestando preguntas muy básicas sobre ti:
- ¿Cuáles son tus principales conquistas, de qué te enorgulleces?
- ¿Cuándo buscas una definición para ti mismo, que es lo primero que viene a tu mente?
- ¿Cuál crees que es tu mayor talento o cualidad? ¿Que hay de más distinto y único sobre ti?
- ¿Que aspectos de tu personalidad más admiras?
- ¿Si estuvieras en la portada de una revista, cuál sería la revista y sobre que trataría el reportaje?
También es válido el ejercicio de pedir que personas cercanas a ti (pero que te digan la verdad) contesten las mismas preguntas. Es sorprendente ver como el mensaje que pasamos es distinto al que imaginamos. La idea de este ejercicio es entender un poco mejor tu personalidad y valores, para poder filtrar con que marcas y productos te quieres relacionar. También nos ayuda a visualizar qué realmente es importante para nosotros, más allá de lo físico.
Creo que es mucho más relevante mostrar que eres una persona alegre, por ejemplo, que disfrazar un rollito. ¿Estamos de acuerdo?
Fuente: goodfreephotos |
2. Expectativa x realidad
Una de las situaciones más comunes que observo en mi trabajo es un clóset lleno de ropa para una vida ideal, pero nada para la vida real. Ejemplo: mucha ropa de fiesta que se usa una vez al año, o muchos zapatos de taco alto para alguien que usa transporte público.
Nuestra rutina es parte de nuestra esencia, aunque no sea la rutina que soñamos para nuestras vidas, es la vida real y nuestros patrones de consumo deberían estar de acuerdo a esto.
Cuando tienes clara tu rutina, puedes definir de manera racional qué necesitas para cubrir tu cuerpo en estos momentos. Entonces, puedes juntar tu estilo con tu rutina para elegir de manera mucho más racional qué vas a consumir. Te aseguro que es mucho más gratificante tener ropa para la oficina que traduce tu personalidad, en vez de sentirse disfrazada todos los días. Usar, una vez a la semana, una ropa que realmente te gusta.
Empieza por ser realista y práctica. Te propongo que revises tu clóset pensando en la utilidad real de cada prenda, vas a ver que tienes mucho más de lo que necesitas y que probablemente te faltan algunas cosas esenciales para tu día a día. Elimina el exceso dejando sólo lo que realmente amas y es útil.
Foto por Today Show |
3. Consumo consciente y eficiente
Cuando tienes clara tu identidad, valores y rutina, identificas marcas que atienden tu estilo de vida. Esto ya es un gran paso y un buen filtro que ayuda a frenar el consumo descontrolado.
Otro hábito importante es conocer bien tu clóset. Soy enemiga de las bodegas, opino que lo mejor es ver todos los días todo lo que tienes (lo que se hace más fácil si tienes menos, claro). Puede parecer que no, pero esta visión diaria nos ayuda inconscientemente a tomar mejores decisiones de compra. Es muy fácil que te enamores de una prenda en una tienda cuando hace muchos meses no ves a esa otra casi igual que está en una maleta en la bodega.
Saber lo que tienes también te ayuda a saber qué realmente falta. Para consumir de forma más eficiente y consciente, es esencial tener a mano una lista de las cosas que necesitas, así antes de comprar algo te aseguras de que va a ser realmente útil y no otra polera blanca en la pila de 25, que ya tienes.
Mi filosofía de moda tiene como base una relación sana con el consumo y las tendencias. No ignoro que me gusta renovar el clóset, pero lo hago desde una actitud mucho más consciente que hace unos años.
Considero que vestir es un acto político. Prefiero invertir en prendas que van a durar más, hechas por gente que conozco. Busco prendas de segunda mano, repito outfits, hago intercambio de ropa con familia y amigos. Las tendencias y las “reglas” de la moda son inspiración y no mandato para mi. Llevo años apurando mi estilo y sé que es un proceso eterno, pero ya tengo claro donde no compro y cuales son las marcas que hablan mi mismo idioma. Compro cada vez menos y mejor, aunque a veces me equivoco (soy humana).
Y tú, ¿tienes claro el rol que cumple la moda en tu vida?
* Mariana Pattaro es personal stylist de gente real: "te ayudo a construir un clóset que funcione en tu vida y exprese tu estilo".
¿Contacto? mari@maripattaro.com
COMMENTS