El interés por el desarrollo de una moda más inclusiva en términos de tallas y tipologías ha llevado a muchas personas a interpelar a las grandes -y pequeñas- marcas de moda. De hecho, existen campañas como #TallasparaTodes que han canalizado este sentimiento. Pero pareciera ser que uno de los aspectos esenciales para lograr este objetivo es la realización de un estudio antropométrico a nivel nacional, que permita conocer las proporciones y medidas el cuerpo de los chilen@s. Ante este desafío, me dirigí al maestro del patronaje, el diseñador Ignacio Lechuga, para que me contara si cree posible desarrollar un estudio de este tipo y qué se requiere, desde el punto de vista técnico, para que gocemos de tallas para tod@s. En las próximas líneas sus reflexiones.
"Es bastante complejo. Yo llevo muchos años trabajando en análisis de talla, básicamente en relación a sistemas de patronaje o de moldaje. Habría que llegar a un tallaje, por ejemplo, como el de la ropa interior femenina, donde hay copas. Ello porque tenemos personas de talla S, pero de baja estatura; y otras de talla S muy altas; personas que tienen un contorno de 90 –en el caso femenino- pero donde una podría tener mucho busto y otra ser totalmente plana.
Para realizar un estudio, habría que tomar una muestra bastante grande. Yo he escuchado muchas personas que dicen 'hay que hacer un estudio para llegar a la talla del chileno', creo que eso no existe. De partida, la gente que vive en Chile es muy mezclada en términos de altura y contextura. En ese sentido, el ancho de espalda es un tema, hay personas que tienen un ancho de espalda que no tiene relación con la grasa, sino tienen una estructura ósea diferente".
"Primero, analizar la teoría. Hay muchos sistemas de construcción de patrones, que hablan de un contorno, lo que a mí no me sirve de nada.
En sastrería masculina, hay un sistema muy cuadrado, es muy difícil llegar a que calce en un cuerpo y empiezan a trabajarse muchos arreglos. Cuando se trabaja a media medida, es decir, se trabaja sobre una prenda que ya está en un cuerpo, se va adaptando, pero no siempre se va a poder corregir con los largos. Es complejo, en camisería se trabaja con el contorno de cuello y el largo de mangas, sin embargo, hay marcas donde entro a comprar algo y según el contorno de cuello no me cruza nada".
"Dada su complejidad es difícil que lo haga una sola persona. Tendría que ser un equipo de diseñadores, básicamente técnicos, que se dediquen a tomar medidas, que vean la relación del sistema o los diferentes tipos de cuerpo, sus posturas. Es difícil unificar a todos, pero llegar a algo base. Creo que para una sola persona es muy difícil realizarlo, pero un gran equipo quizás podría hacerlo. Además se requiere mucho tiempo.
Es importante poder unificar un sistema de construcción, es decir, para llegar a analizar la talla tendríamos que ver cómo fue construido. Lamentablemente, las escuelas de vestuario han dejado de lado la técnica, la enseñan menos o enseñan algo que no calza realmente en el cuerpo, un sistema muy genérico del cual hay que empezar a arreglar en el maniquí. Yo tomo un sistema, lo hago y finalmente eso no va a calzar, y sé de antemano que no va a calzar. Me ha pasado en todo el tiempo que llevo haciendo clases, de ver las cosas y decir 'esto se arregla acá, esto se pone acá', en vez de decir '¿por qué debo arreglar si yo sé a quién le estoy trabajando?' Tengo que tener claro quién va a ser el cliente, tener en cuenta para quién estoy trabajando".
"Creo que hay una diversidad azarosa de tallas. Ello, porque hay marcas que trabajan con un tallaje y de ahí no se mueven. Me pasa que he entrado tiendas que sé que nada me va a calzar, no hay nada –en ninguna talla- que me sirva, porque es talla única. Sé que el 44 no me funciona, el 48 ya me queda grande. En otra me queda todo bien, porque está trabajado para un cuerpo similar al mío".
"El vestuario mueve fortunas a nivel mundial, pero no es una carrera como una ingeniería, donde las universidades tienen a docentes encargados de investigación. Acá, los profesores enseñan lo que han aprendido, que no siempre es lo correcto. Hay un uso bastante anticuado de algunas teorías y eso es complejo, es decir, hay poca gente que se dedica realmente a investigar.
Yo llevo años desarrollando y cambiando las guías que utilizo en clases. Necesitamos un sistema que sea flexible, que nos permita trabajar diferentes tipos de diseño, no una técnica cuadrada y limitante, creo que ahí hay un tope.
Por lo mismo, primero hay que darle la importancia que requiere la técnica de construcción. Si vemos y hablamos de la mayoría de los diseñadores, muchos dicen que no son buenos realizando moldes o patrones, pero creo que más que no sean buenos, hay sistemas que no funcionan y uno queda atrás. Lo veo en los alumnos que llegan a hacer prácticas al taller, alumnos que llegan para perfeccionarse y que manejan moldaje, pero finalmente no lo entienden. Si uno no entiende la técnica es mucho más difícil analizar los sistemas de talla".
Un estudio antropométrico en Chile ¿es posible?
"Es bastante complejo. Yo llevo muchos años trabajando en análisis de talla, básicamente en relación a sistemas de patronaje o de moldaje. Habría que llegar a un tallaje, por ejemplo, como el de la ropa interior femenina, donde hay copas. Ello porque tenemos personas de talla S, pero de baja estatura; y otras de talla S muy altas; personas que tienen un contorno de 90 –en el caso femenino- pero donde una podría tener mucho busto y otra ser totalmente plana.
Para realizar un estudio, habría que tomar una muestra bastante grande. Yo he escuchado muchas personas que dicen 'hay que hacer un estudio para llegar a la talla del chileno', creo que eso no existe. De partida, la gente que vive en Chile es muy mezclada en términos de altura y contextura. En ese sentido, el ancho de espalda es un tema, hay personas que tienen un ancho de espalda que no tiene relación con la grasa, sino tienen una estructura ósea diferente".
Qué supondría el desafío de realizar un estudio antropométrico en Chile
"Primero, analizar la teoría. Hay muchos sistemas de construcción de patrones, que hablan de un contorno, lo que a mí no me sirve de nada.
En sastrería masculina, hay un sistema muy cuadrado, es muy difícil llegar a que calce en un cuerpo y empiezan a trabajarse muchos arreglos. Cuando se trabaja a media medida, es decir, se trabaja sobre una prenda que ya está en un cuerpo, se va adaptando, pero no siempre se va a poder corregir con los largos. Es complejo, en camisería se trabaja con el contorno de cuello y el largo de mangas, sin embargo, hay marcas donde entro a comprar algo y según el contorno de cuello no me cruza nada".
¿Quién debería realizar el estudio antropométrico?
"Dada su complejidad es difícil que lo haga una sola persona. Tendría que ser un equipo de diseñadores, básicamente técnicos, que se dediquen a tomar medidas, que vean la relación del sistema o los diferentes tipos de cuerpo, sus posturas. Es difícil unificar a todos, pero llegar a algo base. Creo que para una sola persona es muy difícil realizarlo, pero un gran equipo quizás podría hacerlo. Además se requiere mucho tiempo.
Es importante poder unificar un sistema de construcción, es decir, para llegar a analizar la talla tendríamos que ver cómo fue construido. Lamentablemente, las escuelas de vestuario han dejado de lado la técnica, la enseñan menos o enseñan algo que no calza realmente en el cuerpo, un sistema muy genérico del cual hay que empezar a arreglar en el maniquí. Yo tomo un sistema, lo hago y finalmente eso no va a calzar, y sé de antemano que no va a calzar. Me ha pasado en todo el tiempo que llevo haciendo clases, de ver las cosas y decir 'esto se arregla acá, esto se pone acá', en vez de decir '¿por qué debo arreglar si yo sé a quién le estoy trabajando?' Tengo que tener claro quién va a ser el cliente, tener en cuenta para quién estoy trabajando".
En Chile ¿hay diversidad de tallas?
"Creo que hay una diversidad azarosa de tallas. Ello, porque hay marcas que trabajan con un tallaje y de ahí no se mueven. Me pasa que he entrado tiendas que sé que nada me va a calzar, no hay nada –en ninguna talla- que me sirva, porque es talla única. Sé que el 44 no me funciona, el 48 ya me queda grande. En otra me queda todo bien, porque está trabajado para un cuerpo similar al mío".
¿Qué acciones se podrían llevar a cabo para ampliar las tallas?
"El vestuario mueve fortunas a nivel mundial, pero no es una carrera como una ingeniería, donde las universidades tienen a docentes encargados de investigación. Acá, los profesores enseñan lo que han aprendido, que no siempre es lo correcto. Hay un uso bastante anticuado de algunas teorías y eso es complejo, es decir, hay poca gente que se dedica realmente a investigar.
Yo llevo años desarrollando y cambiando las guías que utilizo en clases. Necesitamos un sistema que sea flexible, que nos permita trabajar diferentes tipos de diseño, no una técnica cuadrada y limitante, creo que ahí hay un tope.
Por lo mismo, primero hay que darle la importancia que requiere la técnica de construcción. Si vemos y hablamos de la mayoría de los diseñadores, muchos dicen que no son buenos realizando moldes o patrones, pero creo que más que no sean buenos, hay sistemas que no funcionan y uno queda atrás. Lo veo en los alumnos que llegan a hacer prácticas al taller, alumnos que llegan para perfeccionarse y que manejan moldaje, pero finalmente no lo entienden. Si uno no entiende la técnica es mucho más difícil analizar los sistemas de talla".
(Ilustración principal por Roberto Cutrera / Fotos entrevista gentileza Ignacio Lechuga)
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