Vivimos en un ecosistema digital, donde la "vida de cartón" tienda a nublar la realidad y a crear burbujas de ilusiones. En ese sentido, encontrar miradas frescas, auténticas, comprometidas y especializadas, no sólo se valora, sino también pasa a ser un oasis para quienes no nos conformamos con la "portada". El sitio web homónimo de la periodista argentina radicada en Chile, Vanina Rosenthal es un ejemplo de lo anterior. Desde su larga experiencia en medios de papel couché y un trabajo como insider de la moda, nos regala una mirada, que sale del lugar común y se transforma en un imperativo para un público de mujeres mayores de 40, y las "infiltradas" de siempre (todes los que se sientan interpelados). Hoy Vanina nos contará más sobre su espacio y analizará cómo el mundo de la moda y los medios ha ido cambiando en Chile.
"Durante mi último tiempo en revista Caras me quedaba con demasiada pauta guardada. Cada vez había menos páginas, menos recursos, más restricciones, y no tenía dónde volcar las cosas que quería escribir o producir. Para mí siempre fue un tema medio catárquico además.
Mi primer blog lo empecé en 2007, cuando estaba embarazada de mi segunda hija y me dieron reposo... estaba tan aburrida que empecé a escribir como loca. Entonces cuando salí de Televisa fue como una transición natural.
No pensé otro nombre porque en realidad no es un medio de comunicación ni un blog sobre moda o tendencias. Es mi punto de vista sobre las distintas cosas que me importan y me movilizan, y eso incluye el maquillaje, la maternidad, la ropa, los viajes. No es información caprichosa".
"Es un sitio cercano, honesto, pensado para mujeres de más de cuarenta años, pero en el que las adolescentes también pueden verse representadas, y muchas veces los hombres también. Pero no lo pienso como algo transversal.
No escribo para todo el mundo ni pretendo agradarle a todos. Me gusta que cualquiera se sienta bienvenido, pero escribo lo que me gustaría leer a mí y no encuentro en ningún lado. El lado b sobre criar hijos en un país tan elitista y exitista, los tratamientos de belleza que sí me funcionaron, las marcas que vale la pena conocer, el gossip que me divierte siempre tomando partido y las tendencias de moda que conviene adoptar cuando no eres alta ni flaca ni operada".
"Creo que es un público que se siente como en el limbo. Porque somos jóvenes, nos gusta vestirnos cancheras, pero no tenemos ganas de salir a la calle igual que nuestras hijas, o como las fashion bloggers que intentan parecerse a Anine Bing u Olivia Palermo. Bravo por ellas, porque se ven atómicas, pero yo no quiero jugar a tener 30 años, porque tengo 42.
En lo personal, creo que entre las modelos que vemos en los editoriales, los rostros de la mayoría de las campañas y las influencers, no hay un espejo donde las mujeres de cuarenta podamos encontrar inspiración real. Mi hija mayor va a cumplir 15 y siento que el grueso de la comunicación va más dirigido a ella.
Por ejemplo, ahora que está full la tendencia hiking, la venden en todas partes como algo súper nuevo. La parka grande, el bototo, la camisa escocesa, la riñonera... y en realidad es lo mismo que me puse para mi viaje de estudios. Entonces cuando explicas la moda desde ese lugar, automáticamente hay una conexión distinta. O los anteojos. No me digas que están 'full tendencia'. Porque aunque no lo estuvieran, yo tendría que usarlos igual".
"Estoy siguiendo el tema con especial atención y desde hace algunos años. Creo que vamos lento, pero vamos bien. Y no tiene que ver solo con incluir una modelo con sobrepeso para hablar de diversidad, sino con iniciar una conversación de verdad.
Por ejemplo, que Ripley haya tomado el tema del bullying como bandera en lugar de salir a competir en la campaña de escolares por el precio del pantalón me parece una gran vuelta de timón. Lo mismo la última campaña de Flores en la que participó mi querida Marita Díaz, ex tenista paraolímpica. Son ejemplos de cómo las marcas se están atreviendo a salir de lo común. Wom con sus gráficas irreverentes, los desfiles de Lupe Gajardo con castings abiertos, y ni hablar del éxito de Helenia Melan. Decir que no estamos avanzando en temas de inclusión y tolerancia sería injusto, pero la escalera es súper larga y estamos por los primeros pisos".
"La verdad es que me da una pena negra lo que está pasando. Porque cuanto menos medios, menos puntos de vista. Y además, los medios que quedan tienen súper pocos auspicios y se nota mucho cómo eso influye en el contenido. Si miras con detalle las revistas que aún circulan, verás que las marcas que aparecen en las modas son exactamente las mismas que aparecen en los avisos. Son las leyes del juego, pero eso no es moda y el lector no es idiota... entonces al final todos perdemos.
Por otro lado, me llama la atención la proliferación de pseudo medios digitales. Cualquiera con una cuenta de instagram puede nombrarse CEO o Editor in Charge. Por un lado es bueno, y además absolutamente legítimo, pero por otro es un poco peligroso. Usan información sin citar fuentes, confunden conceptos... Aunque hay excepciones, la falta de horas de vuelo se nota en la mayoría de los casos.
Mi sitio es bastante poco pretensioso. No vendo banners, y para ser honesta tampoco tengo una grilla. Solo intento ser una voz para quienes no saben bien dónde mirar, ni cómo adaptar el flúor a un clóset lleno de azul, negro y café. Si alguien quiere estar al tanto de todas las tendencias probablemente mi sitio no sea suficiente.
No puedo competir con grandes estructuras, ni me interesa. La diferencia (o el valor agregado) está en el punto de vista, que es profesional y con un norte súper claro. De hecho es tan fuerte lo que se genera con las mujeres que me tomo todo demasiado en serio. Sé que si recomiendo una crema la van a ir comprar. Que si voy a un médico van a ir. Entonces pienso veinte veces antes de publicar todo, y hasta ahora no me he equivocado. Me escriben muchísimos DM por Instagram y respondo siempre. Con algunas ya nos conocimos, y ahora pasamos al whatsapp".
"Estoy asesorando a marcas en la generación de contenidos en sintonía con esto que venimos hablando. Que las campañas tengan un propósito y que no sea vender por vender. Hago una especie de curaduría de industria y, en base a eso, pensamos la mejor estrategia para agregarle valor al típico mensaje comercial.
Mi cliente más grande en este momento es Ripley, que ha sido el primer retail chileno en sumar a un editor periodístico o content manager, como llaman a esta figura en otros países, para mejorar no solo la comunicación, sino también la experiencia de compra. Además como ya no hay revistas, el retail tiene una tremenda oportunidad ahí. Mi trabajo con las marcas consiste en encausar esa oportunidad desde un punto de vista editorial, que no tiene nada que ver con las relaciones públicas ni con la prensa. El foco no es la difusión, sino ser un aporte a la sociedad. Porque esas son las marcas donde los clientes quieren comprar.
En cuanto a las producciones de moda, no trabajo con un único estudio, sino que me ha tocado incorporarme a distintos equipos que ya existían".
"Siento que necesito sumar voces. Que puede ser aburrido que todo sea escrito por mí... demasiado autoreferente.
Me encantaría tener la posibilidad de incorporar colaboradores, pero sin perder el foco. Que si alguien viaja y quiere compartir los datos pueda hacerlo desde ahí, lo mismo con temas de crianza, o si alguien probó un tratamiento atómico y lo quiere contar, o quiere advertir a otras mujeres de que tal o cual tratamiento no funciona, también puedan hacerlo.
La verdad es que harta gente me ha ofrecido cosas, pero soy de una generación muy old school en ese sentido. Para mí las gracias en el trabajo se dan en efectivo, no en menciones ni en cremas ni en likes. Entonces me ha costado aceptar las ofertas. Por ahora estoy invirtiendo mucho en research y en papers de industria, y los colaboradores no han sido una prioridad. Pero sé que para crecer con el sitio no puedo seguir sola mucho tiempo más".
Los motivos para crear el sitio Vani Rosenthal
"Durante mi último tiempo en revista Caras me quedaba con demasiada pauta guardada. Cada vez había menos páginas, menos recursos, más restricciones, y no tenía dónde volcar las cosas que quería escribir o producir. Para mí siempre fue un tema medio catárquico además.
Mi primer blog lo empecé en 2007, cuando estaba embarazada de mi segunda hija y me dieron reposo... estaba tan aburrida que empecé a escribir como loca. Entonces cuando salí de Televisa fue como una transición natural.
No pensé otro nombre porque en realidad no es un medio de comunicación ni un blog sobre moda o tendencias. Es mi punto de vista sobre las distintas cosas que me importan y me movilizan, y eso incluye el maquillaje, la maternidad, la ropa, los viajes. No es información caprichosa".
La línea editorial del sitio Vani Rosenthal
"Es un sitio cercano, honesto, pensado para mujeres de más de cuarenta años, pero en el que las adolescentes también pueden verse representadas, y muchas veces los hombres también. Pero no lo pienso como algo transversal.
No escribo para todo el mundo ni pretendo agradarle a todos. Me gusta que cualquiera se sienta bienvenido, pero escribo lo que me gustaría leer a mí y no encuentro en ningún lado. El lado b sobre criar hijos en un país tan elitista y exitista, los tratamientos de belleza que sí me funcionaron, las marcas que vale la pena conocer, el gossip que me divierte siempre tomando partido y las tendencias de moda que conviene adoptar cuando no eres alta ni flaca ni operada".
La importancia de abordar un nicho de mujeres mayores de 40
"Creo que es un público que se siente como en el limbo. Porque somos jóvenes, nos gusta vestirnos cancheras, pero no tenemos ganas de salir a la calle igual que nuestras hijas, o como las fashion bloggers que intentan parecerse a Anine Bing u Olivia Palermo. Bravo por ellas, porque se ven atómicas, pero yo no quiero jugar a tener 30 años, porque tengo 42.
En lo personal, creo que entre las modelos que vemos en los editoriales, los rostros de la mayoría de las campañas y las influencers, no hay un espejo donde las mujeres de cuarenta podamos encontrar inspiración real. Mi hija mayor va a cumplir 15 y siento que el grueso de la comunicación va más dirigido a ella.
Por ejemplo, ahora que está full la tendencia hiking, la venden en todas partes como algo súper nuevo. La parka grande, el bototo, la camisa escocesa, la riñonera... y en realidad es lo mismo que me puse para mi viaje de estudios. Entonces cuando explicas la moda desde ese lugar, automáticamente hay una conexión distinta. O los anteojos. No me digas que están 'full tendencia'. Porque aunque no lo estuvieran, yo tendría que usarlos igual".
¿Cuánto de tendencias o de cambio real de paradigma ves en la apuesta por la diversidad que estamos observando?
"Estoy siguiendo el tema con especial atención y desde hace algunos años. Creo que vamos lento, pero vamos bien. Y no tiene que ver solo con incluir una modelo con sobrepeso para hablar de diversidad, sino con iniciar una conversación de verdad.
Por ejemplo, que Ripley haya tomado el tema del bullying como bandera en lugar de salir a competir en la campaña de escolares por el precio del pantalón me parece una gran vuelta de timón. Lo mismo la última campaña de Flores en la que participó mi querida Marita Díaz, ex tenista paraolímpica. Son ejemplos de cómo las marcas se están atreviendo a salir de lo común. Wom con sus gráficas irreverentes, los desfiles de Lupe Gajardo con castings abiertos, y ni hablar del éxito de Helenia Melan. Decir que no estamos avanzando en temas de inclusión y tolerancia sería injusto, pero la escalera es súper larga y estamos por los primeros pisos".
María Paz Díaz maquillada por Carla Gasic |
Estamos en un momento de grandes cambios en los medios de comunicación, ¿cómo observas el panorama de los medios de moda en Chile y cómo tu sitio se inserta en esta marea de cambios?
"La verdad es que me da una pena negra lo que está pasando. Porque cuanto menos medios, menos puntos de vista. Y además, los medios que quedan tienen súper pocos auspicios y se nota mucho cómo eso influye en el contenido. Si miras con detalle las revistas que aún circulan, verás que las marcas que aparecen en las modas son exactamente las mismas que aparecen en los avisos. Son las leyes del juego, pero eso no es moda y el lector no es idiota... entonces al final todos perdemos.
Por otro lado, me llama la atención la proliferación de pseudo medios digitales. Cualquiera con una cuenta de instagram puede nombrarse CEO o Editor in Charge. Por un lado es bueno, y además absolutamente legítimo, pero por otro es un poco peligroso. Usan información sin citar fuentes, confunden conceptos... Aunque hay excepciones, la falta de horas de vuelo se nota en la mayoría de los casos.
Mi sitio es bastante poco pretensioso. No vendo banners, y para ser honesta tampoco tengo una grilla. Solo intento ser una voz para quienes no saben bien dónde mirar, ni cómo adaptar el flúor a un clóset lleno de azul, negro y café. Si alguien quiere estar al tanto de todas las tendencias probablemente mi sitio no sea suficiente.
No puedo competir con grandes estructuras, ni me interesa. La diferencia (o el valor agregado) está en el punto de vista, que es profesional y con un norte súper claro. De hecho es tan fuerte lo que se genera con las mujeres que me tomo todo demasiado en serio. Sé que si recomiendo una crema la van a ir comprar. Que si voy a un médico van a ir. Entonces pienso veinte veces antes de publicar todo, y hasta ahora no me he equivocado. Me escriben muchísimos DM por Instagram y respondo siempre. Con algunas ya nos conocimos, y ahora pasamos al whatsapp".
El trabajo de asesoría de marcas de Vanina Rosenthal
"Estoy asesorando a marcas en la generación de contenidos en sintonía con esto que venimos hablando. Que las campañas tengan un propósito y que no sea vender por vender. Hago una especie de curaduría de industria y, en base a eso, pensamos la mejor estrategia para agregarle valor al típico mensaje comercial.
Mi cliente más grande en este momento es Ripley, que ha sido el primer retail chileno en sumar a un editor periodístico o content manager, como llaman a esta figura en otros países, para mejorar no solo la comunicación, sino también la experiencia de compra. Además como ya no hay revistas, el retail tiene una tremenda oportunidad ahí. Mi trabajo con las marcas consiste en encausar esa oportunidad desde un punto de vista editorial, que no tiene nada que ver con las relaciones públicas ni con la prensa. El foco no es la difusión, sino ser un aporte a la sociedad. Porque esas son las marcas donde los clientes quieren comprar.
En cuanto a las producciones de moda, no trabajo con un único estudio, sino que me ha tocado incorporarme a distintos equipos que ya existían".
¿El futuro de Vanina Rosenthal?
"Siento que necesito sumar voces. Que puede ser aburrido que todo sea escrito por mí... demasiado autoreferente.
Me encantaría tener la posibilidad de incorporar colaboradores, pero sin perder el foco. Que si alguien viaja y quiere compartir los datos pueda hacerlo desde ahí, lo mismo con temas de crianza, o si alguien probó un tratamiento atómico y lo quiere contar, o quiere advertir a otras mujeres de que tal o cual tratamiento no funciona, también puedan hacerlo.
La verdad es que harta gente me ha ofrecido cosas, pero soy de una generación muy old school en ese sentido. Para mí las gracias en el trabajo se dan en efectivo, no en menciones ni en cremas ni en likes. Entonces me ha costado aceptar las ofertas. Por ahora estoy invirtiendo mucho en research y en papers de industria, y los colaboradores no han sido una prioridad. Pero sé que para crecer con el sitio no puedo seguir sola mucho tiempo más".
¿Dónde leer a Vanina Rosenthal?
(Fotos gentileza de Vanina Rosenthal)
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