Consumir local hoy es un acto político. No desde la mirada chauvinista, sino desde la convicción que los productos de calidad hechos en nuestro país, no sólo pueden aportar al desarrollo de comunidades, sino también contribuyen a la promoción de los oficios tradicionales y a la sustentabilidad. La marca de carteras De la Rosa de Margarita de la Cerda y Josefina Lazo apunta justamente a estos factores, ya que su deseo de crear diseños originales y versátiles, se han mezclado con una fuerte vocación por visibilizar el arte de los y las enjuncadores(as) chilen@s. Hoy Margarita nos contará más detalles sobre ello.
Uno de los principales aspectos que definen la propuesta de las carteras De la Rosa es, que tanto su diseño como producción, se realiza en Chile. "Nuestro foco está en seleccionar materiales de calidad, con un especial cuidado en las técnicas de elaboración y buenas terminaciones, para así lograr un producto de calidad y durabilidad", afirma Margarita.
En esta línea, su trabajo con la fibra de junco natural, desde su origen, los ha desafiado a crear un producto especial que respete las cualidades del material desde una lógica contemporánea.
“Nos parece que va ligado a un tema de mostrar la historia y la esencia de un trabajo que es muy noble. Poder exponerlo frente a un público que sale muchas veces del mercado y la esfera donde el artista enjuncador puede llegar.
Respecto a cómo nuestra marca aporta en este proceso, honestamente va relacionado a que somos una vitrina del tejido del enjuncado. Lamentablemente en el caso de la unión de la fibra con el cuero, es más difícil que adosarlo a una madera como lo hacemos en la marca hermana de De la Rosa, que es Woodworks (diseño y decoración), en el cuero no se puede tejer. El proceso que ocupamos en nuestras carteras es el enjuncado tejido en telares.
Con nuestros productos queremos mostrar el trabajo enjuncado y sacarlo de un enfoque más antiguo y también demostrar que con él se pueden lograr productos modernos y con un atractivo diseño. Buscamos que el público valore más el trabajo en fibra, y así esperamos que toda esa gente talentosa y tan profesional en este oficio pueda seguir trabajándolo y aminorar de alguna manera el triste fenómeno que sucede hoy: que las nuevas generaciones de familias enjuncadoras se ven obligadas a buscar nuevos horizontes, debido a que cada día son menos los pedidos que reciben para desarrollar su arte”.
“El mayor desafío es no desviarnos de la esencia desde donde surge De la Rosa, de lo que nos interesa crear y ofrecer; desarrollando diseños especiales, innovadores y de muy buena factura. Continuar siempre realizando todo el proceso con amor, estableciendo relaciones sanas, justas y de respeto con todo el equipo que participa en la elaboración de nuestros productos".
“Lo imaginamos ligado al diseño y productos chilenos. Soñamos que nuestras carteras traspasen fronteras, que puedan tener alas y seguir una historia de factura nacional, aterrizando en los más variados destinos a lo largo del mundo.
El feedback que hemos tenido de clientes extranjeros respecto de nuestros productos es muy alentador y halagador. En Chile queda bastante trabajo por hacer para que la gente logre valorar los productos locales que mezclan artesanía y diseño, que estén dispuestos a pagar un poco más por un producto hecho a mano, de manera artesanal y no desechable al término de la temporada".
¿Dónde comprarlas? En la cuenta en Instagram de la marca.
De la Rosa: su propuesta
Uno de los principales aspectos que definen la propuesta de las carteras De la Rosa es, que tanto su diseño como producción, se realiza en Chile. "Nuestro foco está en seleccionar materiales de calidad, con un especial cuidado en las técnicas de elaboración y buenas terminaciones, para así lograr un producto de calidad y durabilidad", afirma Margarita.
En esta línea, su trabajo con la fibra de junco natural, desde su origen, los ha desafiado a crear un producto especial que respete las cualidades del material desde una lógica contemporánea.
¿Por qué crees que es importante rescatar los oficios?
“Nos parece que va ligado a un tema de mostrar la historia y la esencia de un trabajo que es muy noble. Poder exponerlo frente a un público que sale muchas veces del mercado y la esfera donde el artista enjuncador puede llegar.
Respecto a cómo nuestra marca aporta en este proceso, honestamente va relacionado a que somos una vitrina del tejido del enjuncado. Lamentablemente en el caso de la unión de la fibra con el cuero, es más difícil que adosarlo a una madera como lo hacemos en la marca hermana de De la Rosa, que es Woodworks (diseño y decoración), en el cuero no se puede tejer. El proceso que ocupamos en nuestras carteras es el enjuncado tejido en telares.
Con nuestros productos queremos mostrar el trabajo enjuncado y sacarlo de un enfoque más antiguo y también demostrar que con él se pueden lograr productos modernos y con un atractivo diseño. Buscamos que el público valore más el trabajo en fibra, y así esperamos que toda esa gente talentosa y tan profesional en este oficio pueda seguir trabajándolo y aminorar de alguna manera el triste fenómeno que sucede hoy: que las nuevas generaciones de familias enjuncadoras se ven obligadas a buscar nuevos horizontes, debido a que cada día son menos los pedidos que reciben para desarrollar su arte”.
¿Cuál es el mayor desafío al que se enfrenta De la Rosa?
“El mayor desafío es no desviarnos de la esencia desde donde surge De la Rosa, de lo que nos interesa crear y ofrecer; desarrollando diseños especiales, innovadores y de muy buena factura. Continuar siempre realizando todo el proceso con amor, estableciendo relaciones sanas, justas y de respeto con todo el equipo que participa en la elaboración de nuestros productos".
¿El futuro de De la Rosa?
“Lo imaginamos ligado al diseño y productos chilenos. Soñamos que nuestras carteras traspasen fronteras, que puedan tener alas y seguir una historia de factura nacional, aterrizando en los más variados destinos a lo largo del mundo.
El feedback que hemos tenido de clientes extranjeros respecto de nuestros productos es muy alentador y halagador. En Chile queda bastante trabajo por hacer para que la gente logre valorar los productos locales que mezclan artesanía y diseño, que estén dispuestos a pagar un poco más por un producto hecho a mano, de manera artesanal y no desechable al término de la temporada".
¿Dónde comprarlas? En la cuenta en Instagram de la marca.
(Fotos gentileza de De la Rosa)
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