Era 2003, y la oftamóloga Lucía del Popolo comenzaría a cursar una beca de su especialidad en el Sick Kids Hospital de Toronto, Canadá. Estaba embarazada de su 1º hija, Victoria, y de un minuto a otro todos sus planes se truncaron: llegó el SARS y le prohibieron la entrada al hospital. Lloró un mes de corrido. Pero salió del pozo y un día de octubre decidió que unas prendas tejidas que había llevado como “matute” para ese periodo, podrían ser la llave maestra de su nueva vida y no se equivocó. Su impulsó la llevó a crear la marca de indumentaria especializada en tejidos, Pampacorral, que hoy nos la presenta en primera persona desde Chile (haciendo cuarentena voluntaria).
“No fue fácil descubrir la manera de entusiasmar a las personas que compraban la mercadería, que luego se vendería en los negocios. No fue fácil pero tampoco imposible. Fueron semanas de búsqueda hasta que un día encontré la llave maestra, que más tarde abriría todas las puertas.
La dueña de Accessity era canadiense, pero su ascendencia era italiana. Tenía un gusto exquisito por la moda y mucho tacto para hacer compras. Ella conocía a la perfección qué se iba a vender y qué iba a atraer a sus compradores: celebrities de Hollywood que buscaban los que marcaba tendencia y era diferente. Accessity se especializaba en exhibir lo más glamoroso e innovador de la ciudad.
En Toronto ruedan muchas películas y además todos los años se celebra el festival de cine. Durante las visitas de las celebridades, se abría especialmente el negocio de noche (shopping nights) para que los actores compraran tranquilos y sin apuros.
La suerte y la dedicación me acompañaron. Un mes más tarde, se realizó la primera entrega de muchas otras en Accessity, el local más chic en todo Toronto. Así nació Pampacorral. El nombre proviene de un lugar en el altiplano que no responde a la simetría. Mi marca tiene ese sello.
Cuando miro en retrospectiva aquellos años, puedo percibir que mi gran pasión por el diseño estaba en marcha y que el destino y sus sinuosos laberintos esperaban por mí. Lo que en su momento pensé que era una tragedia al perder mi posibilidad de trabajar en el hospital, se convirtió en la gran posibilidad de impulso personal para avanzar.
Hace poco encontré una frase que me sobresalto: ¿Y si todo por lo que has pasado solo ocurrió para que llegaras a lo que hoy eres?
“Mi propuesta es expresar lo que siento y lo que he sentido desde que fui consciente. Siempre fui investigadora, indagadora, nunca me quedé con una respuesta simple. Soy leal a mi misma y a mis amigos. Busco entender, persigo el por qué. Absorbí desde mi cuna la pasión por el buen gusto. Mi madre coleccionaba antigüedades y tenía un sentido de la estética y la belleza únicos. Mi gran iniciadora en el mundo de la armonía, fue ella. Más tarde tamicé mis experiencias de la infancia con nuevas vivencias y avance.
Mi propuesta es osada, vanguardista y diferente. Me gusta descubrir la esencia de las cosas. Busco la textura más noble, intervengo, exploro posibilidades, imagino resultados. Entremezclo técnicas ancestrales con elementos actuales y trato de generar algo único”.
“Entiendo que es una mezcla de situaciones. Creo que lo primero es sentirme inspirada con lo que voy a hacer. Pienso que sin esa condición, no podría avanzar. Por suerte nunca sentí menguar mi sensación de inspiración. A veces son lugares, otras son texturas y percepciones. Adoro la moda desde una perspectiva profunda. No uso lo que 'se usa'. Me gusta sorprender con lo que propongo. He recorrido variedades infinitas de propuestas. Desde cuellos Isabelinos hasta bufandas rectilíneas que con su simpleza imponen personalidad.
Busco en los desvanes del alma aquello que percibo como impactante y avanzo. No tengo fórmulas. Los disparadores son muchos”.
“Siempre rescaté lo hecho a mano como un valor fundamental. Que una mano genere la idea que uno tuvo, es casi mágico.
Inventar nuevas formas de usar una prenda es otro de los paradigmas de Pampacorral. Un poncho puede servir como tal o puede hacer las veces de un sweater o un shawl o de repente puede girarse de alguna manera diferente y convertirse en una abultada bufanda como un jabot (cuello) francés. Eso es lo que atrapa y me gusta ponerle un nombre: Versatilidad.
En mi marca el artesano es muy respetado. Cada uno trabaja desde sus casas y se reúnen para hacer la entrega de lo tejido. Es en si mismo un tejido social que teje una prenda y a su vez fabrica un sueño con sus manos. La destinataria recibe una prenda única y sale al mundo a lucirla con personalidad.
Rescato las raíces de las técnicas. Me gusta usar el telar y combinarlo con el crochet y a su vez con los palillos. Se entremezclan trenzas con periodos de tela recta que cae en vertiginosa osadía.
Creo que el mundo olvida lo importante que es hacer algo y sentirnos orgullosos de eso. Tejer con tiempo, crear, sentirme al final del día pleno porque hice lo que me hacia feliz. Ojalá re-descubramos como humanidad este aspecto”.
“El principal desafío son algunas cadenas que atentan contra el trabajo digno. No sabemos quién esta detrás de esa prenda. Se olvidan las manos atrás de un nombre que resuena en todo el mundo.
En mi marca no hay trabajo no digno ni infancias perdidas atrás de una etiqueta. La ética y el buen trato caracterizan mis colecciones. Intento que eso se refleje en cada uno de los eslabones que componen mi producción. Es difícil la posición de las pequeñas empresas. Realizamos producciones a baja escala y hay una estructura que sostener. Apelo a innovar cada día, a mantenerme a flote con buenas estrategias”.
“El futuro de mi marca es hoy. Intento ir abriendo caminos. La gente que ha trabajado conmigo y que hoy lo continua haciendo sabe que la búsqueda de la armonía es mi motor principal. No podría trabajar con personas que hagan sus tareas a disgusto. Me acomodo a todo menos a la falta de ética.
Sueño con seguir recorriendo este trayecto de vida que tengo con alegría. Levantarme con buenas ideas y ponerlas en práctica. Siento que mi marca cumplió su objetivo de crear impacto, despertar admiración, crear un entretejido de diseños innovadores
Se en mi fuero intimo que siempre fue arduo el trabajo, nada fue casual. Esto lo converso a diario con mis hijas. Ser felices con lo que hacen. No sirve de nada transitar la vida sin pasión por lo que uno hace.
Mucho por aprender aún... Todos participamos en el destino del mundo”.
¿Dónde comprarla? En su tienda en O´Brien 2870, Vitacura, Santiago o en sus redes sociales.
Los inicios de Pampacorral: El impulso de Accessity
“No fue fácil descubrir la manera de entusiasmar a las personas que compraban la mercadería, que luego se vendería en los negocios. No fue fácil pero tampoco imposible. Fueron semanas de búsqueda hasta que un día encontré la llave maestra, que más tarde abriría todas las puertas.
La dueña de Accessity era canadiense, pero su ascendencia era italiana. Tenía un gusto exquisito por la moda y mucho tacto para hacer compras. Ella conocía a la perfección qué se iba a vender y qué iba a atraer a sus compradores: celebrities de Hollywood que buscaban los que marcaba tendencia y era diferente. Accessity se especializaba en exhibir lo más glamoroso e innovador de la ciudad.
En Toronto ruedan muchas películas y además todos los años se celebra el festival de cine. Durante las visitas de las celebridades, se abría especialmente el negocio de noche (shopping nights) para que los actores compraran tranquilos y sin apuros.
La suerte y la dedicación me acompañaron. Un mes más tarde, se realizó la primera entrega de muchas otras en Accessity, el local más chic en todo Toronto. Así nació Pampacorral. El nombre proviene de un lugar en el altiplano que no responde a la simetría. Mi marca tiene ese sello.
Cuando miro en retrospectiva aquellos años, puedo percibir que mi gran pasión por el diseño estaba en marcha y que el destino y sus sinuosos laberintos esperaban por mí. Lo que en su momento pensé que era una tragedia al perder mi posibilidad de trabajar en el hospital, se convirtió en la gran posibilidad de impulso personal para avanzar.
Hace poco encontré una frase que me sobresalto: ¿Y si todo por lo que has pasado solo ocurrió para que llegaras a lo que hoy eres?
La propuesta de Pampacorral
“Mi propuesta es expresar lo que siento y lo que he sentido desde que fui consciente. Siempre fui investigadora, indagadora, nunca me quedé con una respuesta simple. Soy leal a mi misma y a mis amigos. Busco entender, persigo el por qué. Absorbí desde mi cuna la pasión por el buen gusto. Mi madre coleccionaba antigüedades y tenía un sentido de la estética y la belleza únicos. Mi gran iniciadora en el mundo de la armonía, fue ella. Más tarde tamicé mis experiencias de la infancia con nuevas vivencias y avance.
Mi propuesta es osada, vanguardista y diferente. Me gusta descubrir la esencia de las cosas. Busco la textura más noble, intervengo, exploro posibilidades, imagino resultados. Entremezclo técnicas ancestrales con elementos actuales y trato de generar algo único”.
Los factores que influyen en el proceso creativo de Pampacorral
“Entiendo que es una mezcla de situaciones. Creo que lo primero es sentirme inspirada con lo que voy a hacer. Pienso que sin esa condición, no podría avanzar. Por suerte nunca sentí menguar mi sensación de inspiración. A veces son lugares, otras son texturas y percepciones. Adoro la moda desde una perspectiva profunda. No uso lo que 'se usa'. Me gusta sorprender con lo que propongo. He recorrido variedades infinitas de propuestas. Desde cuellos Isabelinos hasta bufandas rectilíneas que con su simpleza imponen personalidad.
Busco en los desvanes del alma aquello que percibo como impactante y avanzo. No tengo fórmulas. Los disparadores son muchos”.
En tu marca hay un fuerte trabajo artesanal. ¿Por qué crees que es importante, en este contexto país e internacional, rescatar los oficios y técnicas ancestrales?
“Siempre rescaté lo hecho a mano como un valor fundamental. Que una mano genere la idea que uno tuvo, es casi mágico.
Inventar nuevas formas de usar una prenda es otro de los paradigmas de Pampacorral. Un poncho puede servir como tal o puede hacer las veces de un sweater o un shawl o de repente puede girarse de alguna manera diferente y convertirse en una abultada bufanda como un jabot (cuello) francés. Eso es lo que atrapa y me gusta ponerle un nombre: Versatilidad.
En mi marca el artesano es muy respetado. Cada uno trabaja desde sus casas y se reúnen para hacer la entrega de lo tejido. Es en si mismo un tejido social que teje una prenda y a su vez fabrica un sueño con sus manos. La destinataria recibe una prenda única y sale al mundo a lucirla con personalidad.
Rescato las raíces de las técnicas. Me gusta usar el telar y combinarlo con el crochet y a su vez con los palillos. Se entremezclan trenzas con periodos de tela recta que cae en vertiginosa osadía.
Creo que el mundo olvida lo importante que es hacer algo y sentirnos orgullosos de eso. Tejer con tiempo, crear, sentirme al final del día pleno porque hice lo que me hacia feliz. Ojalá re-descubramos como humanidad este aspecto”.
El principal desafío de Pampacorral
“El principal desafío son algunas cadenas que atentan contra el trabajo digno. No sabemos quién esta detrás de esa prenda. Se olvidan las manos atrás de un nombre que resuena en todo el mundo.
En mi marca no hay trabajo no digno ni infancias perdidas atrás de una etiqueta. La ética y el buen trato caracterizan mis colecciones. Intento que eso se refleje en cada uno de los eslabones que componen mi producción. Es difícil la posición de las pequeñas empresas. Realizamos producciones a baja escala y hay una estructura que sostener. Apelo a innovar cada día, a mantenerme a flote con buenas estrategias”.
¿El futuro de Pampacorral?
“El futuro de mi marca es hoy. Intento ir abriendo caminos. La gente que ha trabajado conmigo y que hoy lo continua haciendo sabe que la búsqueda de la armonía es mi motor principal. No podría trabajar con personas que hagan sus tareas a disgusto. Me acomodo a todo menos a la falta de ética.
Sueño con seguir recorriendo este trayecto de vida que tengo con alegría. Levantarme con buenas ideas y ponerlas en práctica. Siento que mi marca cumplió su objetivo de crear impacto, despertar admiración, crear un entretejido de diseños innovadores
Se en mi fuero intimo que siempre fue arduo el trabajo, nada fue casual. Esto lo converso a diario con mis hijas. Ser felices con lo que hacen. No sirve de nada transitar la vida sin pasión por lo que uno hace.
Mucho por aprender aún... Todos participamos en el destino del mundo”.
¿Dónde comprarla? En su tienda en O´Brien 2870, Vitacura, Santiago o en sus redes sociales.
(Fotos gentileza de Pampacorral - Colección Fall & Winter "JARDIN MAGNIFIQUE")
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