Vivir de algo que la hiciera feliz ha sido la meta de vida de la diseñadora y estilista, Karina Zúñiga. Sin embargo, en todas las áreas del vestuario que había incursionado, no lograba sentirse plena. Hasta que llegó la pandemia y se las tuvo que ingeniar con los recursos disponibles en el encierro. Si bien tenía dos opciones para ocupar su tiempo, decidió que utilizar sus antiguos retazos y prendas sería la indicada. "Tomé la última opción y de ahí no paré", afirma. Ese hito marcó el inicio de su marca de indumentaria upcycling, kazú, en la que Japón es parte de la inspiración. Hoy la revisamos.
Karina comenta que kazú es su refugio y demuestra el valor de lo imperfecto. "Va principalmente ligado a las cicatrices del alma, considero que ellas forman parte de la historia de las prendas (y seres vivos), las hacen únicas. Creo que a lo largo de nuestra vida todos estamos teniendo luchas internas, algunas que se pierden por más que se peleen continuamente y si no le hacen mal a nadie, creo que es mejor aceptarse y ver lo positivo que te da", expresa.
Esa reflexión es la que intenta traspasar en sus piezas a través de roturas, desgaste, manchas, asimetría, etc, que previlegian las líneas rectas para que puedan ser usadas por cualquier persona, más allá de su género. De hecho, el suprareciclaje es lo que le ha dado alas a su propuesta, que se ha potenciado debido su amor por la ropa usada, los retazos y aplicacciones.
"El supra es lo que me da la libertad de hacer prendas únicas y no sentirme una máquina de producción. Si bien cada proceso es similar al otro en el sentido de selección/lavar/descoser/molde/intervenir/confección, etc, al final cada prenda es realizada con pensamientos, emociones y música de fondo diferente, algunas prendas se hicieron con rock chileno, new wave y las últimas con techno duro", complementa.
Karina me cuenta que debido a que kazú es "hijo de la pandemia", tiende a mirar el vaso medio lleno, ya sin todo ese tiempo disponible y encerrada, jamás habría podido crear. "Independiente de todo lo que se dice creo que vino a 'limpiar', lo que creo está bien, aunque en algunas áreas duela bastante", afirma.
Respecto a su futuro, insiste que no es de pensar mucho en él. "Soy muy ansiosa y mi plan actual es no presionarme, pero espero seguir disfrutando, crear cada prenda y que ellas lleguen a personas de distintas partes del mundo, que sean amadas y disfrutadas", concluye.
La propuesta de kazú
Karina comenta que kazú es su refugio y demuestra el valor de lo imperfecto. "Va principalmente ligado a las cicatrices del alma, considero que ellas forman parte de la historia de las prendas (y seres vivos), las hacen únicas. Creo que a lo largo de nuestra vida todos estamos teniendo luchas internas, algunas que se pierden por más que se peleen continuamente y si no le hacen mal a nadie, creo que es mejor aceptarse y ver lo positivo que te da", expresa.
Esa reflexión es la que intenta traspasar en sus piezas a través de roturas, desgaste, manchas, asimetría, etc, que previlegian las líneas rectas para que puedan ser usadas por cualquier persona, más allá de su género. De hecho, el suprareciclaje es lo que le ha dado alas a su propuesta, que se ha potenciado debido su amor por la ropa usada, los retazos y aplicacciones.
"El supra es lo que me da la libertad de hacer prendas únicas y no sentirme una máquina de producción. Si bien cada proceso es similar al otro en el sentido de selección/lavar/descoser/molde/intervenir/confección, etc, al final cada prenda es realizada con pensamientos, emociones y música de fondo diferente, algunas prendas se hicieron con rock chileno, new wave y las últimas con techno duro", complementa.
Asimismo sentencia que le gustaría pensar, que más allá del futuro que tengan sus prendas, seguirán siendo usadas con estilo.
¿Crees que es necesario cambiar el paradigma de la moda? ¿por qué?
"En cuanto a la moda siento que tengo una doble vida. Por un lado diseño y creo prendas upcycling y, por otro, estoy trabajando de visual en una tienda de retail. Conociendo ambas áreas y teniendo sentimientos encontrados, considero que debe haber un consumo más consciente y para eso hay que estar investigando y spameando información para que llegue a las mentes cuadradas. Me gustaría que las personas fueran comprando más exclusividad y menos tendencias. Tengo fe en las futuras generaciones".
El principal desafío de kazú en tiempos de pandemia y su futuro
Karina me cuenta que debido a que kazú es "hijo de la pandemia", tiende a mirar el vaso medio lleno, ya sin todo ese tiempo disponible y encerrada, jamás habría podido crear. "Independiente de todo lo que se dice creo que vino a 'limpiar', lo que creo está bien, aunque en algunas áreas duela bastante", afirma.
Respecto a su futuro, insiste que no es de pensar mucho en él. "Soy muy ansiosa y mi plan actual es no presionarme, pero espero seguir disfrutando, crear cada prenda y que ellas lleguen a personas de distintas partes del mundo, que sean amadas y disfrutadas", concluye.
¿Dónde comprarla? En la cuenta en Instagra de la marca.
(Fotos gentileza de Kazú)
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