Hace dos años, que El Taller Lechuga del diseñador Ignacio Lechuga, se fue enfocando fuertemente en la investigación y las clases, dejando de lado a los clientes. Esa opción -que se hizo aún más evidente post estallido social-, los transformó en un centro de investigación, experimentación y educación de patronaje y confección, motivándolos a mejorar las guías de apoyo para las clases y dar vida a un "manual de patronaje no binario", que Ignacio define como "una guía técnica para sus clases de patronaje donde no existe una diferencia de género para construir el molde de una prenda de vestir". Hoy nos contará qué supone el "no género" en el moldaje.
Ignacio relata que durante sus estudios de diseño siempre le remarcaban las diferencias entre el patronaje masculino y el femenino. "Me decían: 'eso no se hace, lo hacen las modistas', 'el patronaje masculino es este, las medidas son estas' y me obligaban a no cuestionarme o poner en duda la teoría clásica", afirma.
Sin embargo, con el tiempo empezó a poner en dudas esas sentencias, entendiendo que no existe un tallaje universal (es muy difícil unificar por medidas los diferentes cuerpos), así también como no existen cuerpos femeninos ni masculinos que sigan un patrón dentro de su categoría. "Es por esto que me dediqué a observar, por separado, los cuerpos de hombre y mujer para entender las teorías y actualizarlas, mejorando así el calce de las prendas, ya que la mayoría de los sistemas de patronaje son muy rígidos y orientados hacia un solo tipo de cuerpo 'ficticio', obligando al diseñador a realizar muchas pruebas y modificando siempre las prendas sobre el maniquí para acercarse al diseño deseado", explica.
Este convencimiento lo llevó a emprender esta tarea titánica, que busca entregar con bases sólidas un análisis crítico de diversos sistemas a sus alumnxs, otorgando flexibilidad a la rígida teoría.
"En este proceso he podido observar que muchas mujeres tienen formas corporales similares o iguales a los estándares establecidos como formas masculinas, al igual que hay hombres con cadera, un desarrollo pectoral igual al desarrollo mamario femenino, el abdomen se repetía, los rollos se ubicaban en las mismas partes. En este proceso entendí que para hacer un análisis del cuerpo con el fin de generar un molde no es fundamental el género (masculino/femenino), enfocándonos solo en volúmenes, curvas, adiposidades, problemas posturales, y que finalmente la especificación de un género podría entrar, solo si uno quiere, en la etapa de diseño", insiste.

Ignacio se apresura en señalar que no se puede hablar de desafíos en pasado, ya que la investigación recién "está en pañales" y en constante mejora.
"Básicamente, lo más complejo es la recopilación y análisis de medidas. Yo vivo en la playa y viajo todos los días a mi pega en Santiago, por lo que no me puedo mover y todos los que están dispuestos a colaborar no siempre tienen el tiempo para ir al taller.
Además, cada toma de medidas es extensa, debo observar, fotografíar, analizar el cuerpo, tomar las medidas (con mascarilla, un buzo especial y una huincha de medir sanitizada), luego codificarlas y clasificarlas. Sé que una investigación así no demora días ni semanas. Con mi equipo, Paula y Sol, estamos trabajando desde principios del 2019 en la recopilación de datos, análisis de información, generación de material gráfico y rectificación de maquetas, medida que avanzamos, nos enfrentamos a nuevas preguntas que modifican nuestro camino obligándonos a volver atrás o cambiar drásticamente el rumbo de la investigación", confiesa.
"Todas las teorías necesitan ser actualizadas, sin importar cuales sean, vivimos en una constante evolución. Si pensamos que para poder desarrollarnos y movernos en esta sociedad nos tenemos que vestir y estar cómodos, no hablamos solo de diseño.
Existe una evolución dentro del sistema moda que es netamente visual, pero también hay teorías constructivas que están casi obsoletas. Es cierto que hay muchos avances y máquinas que desarrollan hace mucho tiempo lo que estoy investigando (no pretendo descubrir la rueda, sino más bien hacerla girar), pero no todos tienen acceso a ellas, y además, que para poder aplicar sistemas computacionales es fundamental entender primero los procesos en forma analógica.
El diseño ha ido evolucionando, las personas cambiamos y no queremos ser calificados ni clasificados bajo ningún estereotipo. Es increíble que en el 2020 aún existan estructuras establecidas en el vestir, casi dogmáticas diría yo. Así como va cambiando y evolucionando la sociedad también debería haber una desestructuración en los estereotipos del vestir. Poco a poco van cayendo los paradigmas en lo que a vestuario se refiere y técnicamente no hay un soporte para sostener estos cambios y, finalmente, en muchos casos se termina recurriendo al oversize como una tabla de salvación.
Los manuales son el resultado de mi investigación, pero nunca he querido ser escritor, lo que me mueve y me inspira es la docencia, toda esta información la realizo para mejorar mis clases, es por esto que hablo de un 'centro de investigación, experimentación y educación'.
Constantemente me piden los manuales, pero para mí, son solo guías de apoyo para mis clases. Mi norte está dirigido a la relación profesor-alumno o, como me gusta más decirlo, la relación maestro-aprendiz. Tengo muchos libros, que a pesar de mi conocimiento, no logro descifrar y terminan adornando estantes. Mi satisfacción está en enseñar y hacer clases, no en escribir manuales, que sin una explicación, no sirven de nada".

Ignacio es enfático al comentar que más que hablar del beneficio para un creativo es necesario hablar del beneficio que podría tener para un creativo contar con un equipo de trabajo educado con este sistema, capaz de observar el cuerpo, su kinética y sus volúmenes, dejando de lado el género y rígidas teorías para poder traspasar todo su imaginario y plasmarlo en un plano bidimensional que se transforme en una estructura que cubre un cuerpo en movimiento.
En esa línea, su deseo por apoyar la formación de los y las diseñadoras, lo ha llevado a estar en constante actualización de sus materiales docentes. De hecho ahora está trabajando los contenidos para un nuevo curso enfocado en el tallaje y escalado de patrones.

Ignacio relata que estuvo 6 meses sin trabajar, preocupado del bienestar de su equipo y familia. Al reintegrarse a sus labores, la mayoría de su "tiempo muerto" de taller lo utiliza en sanitizar, ya que ha apostado por mantener la educación presencial. "Siempre he visto el taller como una casa-escuela, muchos de los alumnos almorzaban con nosotros, y se quedaban trabajando todo el día, al igual como algunos ex alumnos venían de visita o a trabajar en sus proyectos personales, lo que ahora es complicado y se ha perdido un poco ese espíritu de camaradería", narra.
A lo anterior, se suma una gran incertidumbre en cuanto a la posibilidades reales que tendrá el 2021 para seguir impertiendo clases en el taller. "Por primera vez tengo muchos alumnos matriculados para el 2021 y una lista de espera sin calendarización. He suprimido los cursos cortos y este año, así como van las cosas, no habrán cursos de verano por la recalendarización de fechas", concluye.
+ información a eltallerlechuga@gmail.com o ignaciolechuga@gmail.com
Los motivos para crear un manual de patronaje no binario
Ignacio relata que durante sus estudios de diseño siempre le remarcaban las diferencias entre el patronaje masculino y el femenino. "Me decían: 'eso no se hace, lo hacen las modistas', 'el patronaje masculino es este, las medidas son estas' y me obligaban a no cuestionarme o poner en duda la teoría clásica", afirma.
Sin embargo, con el tiempo empezó a poner en dudas esas sentencias, entendiendo que no existe un tallaje universal (es muy difícil unificar por medidas los diferentes cuerpos), así también como no existen cuerpos femeninos ni masculinos que sigan un patrón dentro de su categoría. "Es por esto que me dediqué a observar, por separado, los cuerpos de hombre y mujer para entender las teorías y actualizarlas, mejorando así el calce de las prendas, ya que la mayoría de los sistemas de patronaje son muy rígidos y orientados hacia un solo tipo de cuerpo 'ficticio', obligando al diseñador a realizar muchas pruebas y modificando siempre las prendas sobre el maniquí para acercarse al diseño deseado", explica.
Este convencimiento lo llevó a emprender esta tarea titánica, que busca entregar con bases sólidas un análisis crítico de diversos sistemas a sus alumnxs, otorgando flexibilidad a la rígida teoría.
"En este proceso he podido observar que muchas mujeres tienen formas corporales similares o iguales a los estándares establecidos como formas masculinas, al igual que hay hombres con cadera, un desarrollo pectoral igual al desarrollo mamario femenino, el abdomen se repetía, los rollos se ubicaban en las mismas partes. En este proceso entendí que para hacer un análisis del cuerpo con el fin de generar un molde no es fundamental el género (masculino/femenino), enfocándonos solo en volúmenes, curvas, adiposidades, problemas posturales, y que finalmente la especificación de un género podría entrar, solo si uno quiere, en la etapa de diseño", insiste.

Los principales desafíos de la elaboración del manual de patronaje no binario
Ignacio se apresura en señalar que no se puede hablar de desafíos en pasado, ya que la investigación recién "está en pañales" y en constante mejora.
"Básicamente, lo más complejo es la recopilación y análisis de medidas. Yo vivo en la playa y viajo todos los días a mi pega en Santiago, por lo que no me puedo mover y todos los que están dispuestos a colaborar no siempre tienen el tiempo para ir al taller.
Además, cada toma de medidas es extensa, debo observar, fotografíar, analizar el cuerpo, tomar las medidas (con mascarilla, un buzo especial y una huincha de medir sanitizada), luego codificarlas y clasificarlas. Sé que una investigación así no demora días ni semanas. Con mi equipo, Paula y Sol, estamos trabajando desde principios del 2019 en la recopilación de datos, análisis de información, generación de material gráfico y rectificación de maquetas, medida que avanzamos, nos enfrentamos a nuevas preguntas que modifican nuestro camino obligándonos a volver atrás o cambiar drásticamente el rumbo de la investigación", confiesa.
¿Por qué es necesario contar con un patronaje no binario?
"Todas las teorías necesitan ser actualizadas, sin importar cuales sean, vivimos en una constante evolución. Si pensamos que para poder desarrollarnos y movernos en esta sociedad nos tenemos que vestir y estar cómodos, no hablamos solo de diseño.
Existe una evolución dentro del sistema moda que es netamente visual, pero también hay teorías constructivas que están casi obsoletas. Es cierto que hay muchos avances y máquinas que desarrollan hace mucho tiempo lo que estoy investigando (no pretendo descubrir la rueda, sino más bien hacerla girar), pero no todos tienen acceso a ellas, y además, que para poder aplicar sistemas computacionales es fundamental entender primero los procesos en forma analógica.
El diseño ha ido evolucionando, las personas cambiamos y no queremos ser calificados ni clasificados bajo ningún estereotipo. Es increíble que en el 2020 aún existan estructuras establecidas en el vestir, casi dogmáticas diría yo. Así como va cambiando y evolucionando la sociedad también debería haber una desestructuración en los estereotipos del vestir. Poco a poco van cayendo los paradigmas en lo que a vestuario se refiere y técnicamente no hay un soporte para sostener estos cambios y, finalmente, en muchos casos se termina recurriendo al oversize como una tabla de salvación.
Los manuales son el resultado de mi investigación, pero nunca he querido ser escritor, lo que me mueve y me inspira es la docencia, toda esta información la realizo para mejorar mis clases, es por esto que hablo de un 'centro de investigación, experimentación y educación'.
Constantemente me piden los manuales, pero para mí, son solo guías de apoyo para mis clases. Mi norte está dirigido a la relación profesor-alumno o, como me gusta más decirlo, la relación maestro-aprendiz. Tengo muchos libros, que a pesar de mi conocimiento, no logro descifrar y terminan adornando estantes. Mi satisfacción está en enseñar y hacer clases, no en escribir manuales, que sin una explicación, no sirven de nada".

Los beneficios de contar y utilizar un manual de patronaje no binario para un creativx
Ignacio es enfático al comentar que más que hablar del beneficio para un creativo es necesario hablar del beneficio que podría tener para un creativo contar con un equipo de trabajo educado con este sistema, capaz de observar el cuerpo, su kinética y sus volúmenes, dejando de lado el género y rígidas teorías para poder traspasar todo su imaginario y plasmarlo en un plano bidimensional que se transforme en una estructura que cubre un cuerpo en movimiento.
En esa línea, su deseo por apoyar la formación de los y las diseñadoras, lo ha llevado a estar en constante actualización de sus materiales docentes. De hecho ahora está trabajando los contenidos para un nuevo curso enfocado en el tallaje y escalado de patrones.

Las enseñanzas de la pandemia para El Taller Lechuga
Ignacio relata que estuvo 6 meses sin trabajar, preocupado del bienestar de su equipo y familia. Al reintegrarse a sus labores, la mayoría de su "tiempo muerto" de taller lo utiliza en sanitizar, ya que ha apostado por mantener la educación presencial. "Siempre he visto el taller como una casa-escuela, muchos de los alumnos almorzaban con nosotros, y se quedaban trabajando todo el día, al igual como algunos ex alumnos venían de visita o a trabajar en sus proyectos personales, lo que ahora es complicado y se ha perdido un poco ese espíritu de camaradería", narra.
A lo anterior, se suma una gran incertidumbre en cuanto a la posibilidades reales que tendrá el 2021 para seguir impertiendo clases en el taller. "Por primera vez tengo muchos alumnos matriculados para el 2021 y una lista de espera sin calendarización. He suprimido los cursos cortos y este año, así como van las cosas, no habrán cursos de verano por la recalendarización de fechas", concluye.
+ información a eltallerlechuga@gmail.com o ignaciolechuga@gmail.com
(Fotos gentileza de Ignacio Lechuga)
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