Con la meta de que el 100% de su colección 2021 perteneciera, al menos, a uno de sus cinco pilares (Reciclado, Reutilizado, Orgánico, Comercio Justo o Con Causa), la marca de indumentaria, Wild Lama se abocó a buscar alternativas estilosas, de buena calidad y sin dejar de lado el estilo wild, que les ayudaran a cumplir ese propósito. En ese proceso, surgió la idea de hacer prendas junto a la fundación ecuatoriana “Aprendiendo Trabajando”, que ayuda a más de 35 familias a salir adelante, entregándoles las condiciones laborales adecuadas, bajo el concepto de fair trade o comercio justo. Hoy, Charlotte Hildebrandt, su category manager marketing digital, nos contará más de esa experiencia y nos mostrará su nueva línea de vestidos realizada junto a las artesanas de "Aprendiendo Trabajando".
Charlotte cuenta que cuando Pier Paolo Colonnello, fundador de la marca, estaba viajando por Ecuador, pasó por un pueblo que se llama Montañita. Ahí entró a una tienda muy chica que vendía varias cosas artesanales y conoció a Rosamelia, co-fundadora de la fundación Aprendiendo Trabajando.
"Nos enamoramos del proyecto, del hecho de que fuera producción en bajas cantidades y de las posibilidades que habían de ayudar a estas personas creando productos locales y hechos a mano. Así que empezamos al tiro a ver qué podíamos hacer en conjunto", relata.
Las telas de los vestidos son compradas por Rosamelia, co-fundadora de Aprendiendo Trabajando, en una tienda local de Ecuador, con los que confeccionan un stock de 30 y 40 por diseño. Esta cifra depende del estampado y el modelo a realizar.
Charlotte me explica que como Rosamelia conoce la visión y el estilo de su marca, y ellos realizan una selección posterior, que les permite que el proceso de producción esté en sintonía con sus pilares. "Las cantidades de estos géneros no son industriales, por lo que nos tenemos que arreglar con lo que encontramos, lo que hace que no haya la misma cantidad de stock de cada modelo", complementa.
Por otra parte, los vestidos se adaptan a cada tipo de cuerpo y estilo, puedes usarlo abierto como kimono o cerrado como vestido. El ajuste es al gusto de cada una porque tiene un amarre a la altura de la cintura que permite usarlo más ajustado o suelto.
"La fundación ha crecido mucho en conjunto con nosotros. El apoyo mutuo ha sido increíble y verlos crecer, para nosotros ha sido un gran logro. Por el momento si queremos seguir trabajando con Aprendiendo Trabajando, desarrollar más productos y replicar los que han tenido éxito.
Al final, dependemos de nuestros clientes, vamos creando productos en función de sus gustos y de sus compras. Por ahora hemos trabajado muy bien con la fundación y las prendas creadas en conjunto han tenido un muy buen recibimiento.
En cuanto a la producción en Chile, imitando a lo que hacemos en Ecuador, lo estamos evaluando constantemente, no necesariamente la confección, sino que también pueden ser prendas que apoyen otro de nuestros pilares", concluye.
La relación de Wild Lama con Fundación Aprendiendo Trabajando de Ecuador
Charlotte cuenta que cuando Pier Paolo Colonnello, fundador de la marca, estaba viajando por Ecuador, pasó por un pueblo que se llama Montañita. Ahí entró a una tienda muy chica que vendía varias cosas artesanales y conoció a Rosamelia, co-fundadora de la fundación Aprendiendo Trabajando.
"Nos enamoramos del proyecto, del hecho de que fuera producción en bajas cantidades y de las posibilidades que habían de ayudar a estas personas creando productos locales y hechos a mano. Así que empezamos al tiro a ver qué podíamos hacer en conjunto", relata.
El resultado fue una colección de guayaberas para hombres, otra para mujeres y su primera línea de vestidos, que estrenaron en 2019. "Fueron todo un éxito y además, fue una experiencia increíble conocer las caras de las personas que hicieron las prendas", señala.
Sobre el proceso de producción junto a Fundación Aprendiendo Trabajando
Las telas de los vestidos son compradas por Rosamelia, co-fundadora de Aprendiendo Trabajando, en una tienda local de Ecuador, con los que confeccionan un stock de 30 y 40 por diseño. Esta cifra depende del estampado y el modelo a realizar.
Charlotte me explica que como Rosamelia conoce la visión y el estilo de su marca, y ellos realizan una selección posterior, que les permite que el proceso de producción esté en sintonía con sus pilares. "Las cantidades de estos géneros no son industriales, por lo que nos tenemos que arreglar con lo que encontramos, lo que hace que no haya la misma cantidad de stock de cada modelo", complementa.
Por otra parte, los vestidos se adaptan a cada tipo de cuerpo y estilo, puedes usarlo abierto como kimono o cerrado como vestido. El ajuste es al gusto de cada una porque tiene un amarre a la altura de la cintura que permite usarlo más ajustado o suelto.
¿Cómo proyectan la relación con la fundación? ¿Tienen pensando realizar una acción similar en Chile con otra línea de productos?
"La fundación ha crecido mucho en conjunto con nosotros. El apoyo mutuo ha sido increíble y verlos crecer, para nosotros ha sido un gran logro. Por el momento si queremos seguir trabajando con Aprendiendo Trabajando, desarrollar más productos y replicar los que han tenido éxito.
Al final, dependemos de nuestros clientes, vamos creando productos en función de sus gustos y de sus compras. Por ahora hemos trabajado muy bien con la fundación y las prendas creadas en conjunto han tenido un muy buen recibimiento.
En cuanto a la producción en Chile, imitando a lo que hacemos en Ecuador, lo estamos evaluando constantemente, no necesariamente la confección, sino que también pueden ser prendas que apoyen otro de nuestros pilares", concluye.
¿Dónde comprarla? En su tienda online, así también como en Linio, Dafiti y grandes retailers nacionales.
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