En tiempos de pandemia y particularmente en el periodo de cuarentena, muchas de nosotras nos abocamos (aún más) al cuidado de nuestro rostro. De hecho, experimentamos con nuevos productos que no siempre fueron beneficiosos. En mi caso, por lo mismo, pasé por momentos que llamé de "piel furiosa" y otros de mayor reconciliación. Hoy desclasifico cuáles fueron los productos de belleza que considero como mis mejores compras de 2020 y cuáles fueron las peores para que no tropiecen con la misma piedra y no pierdan dinero y tiempo. Acá mi veredicto.
El 2020 me sirvió para confirmar que hay productos de mi rutina de belleza que no abandonaré, dada la condición de mi piel, como el Effaclar Duo + de La Roche-Posay, que me sirve para mantener a raya las espinillas, que han brotado de manera "casi incontrolable" producto del uso de las mascarillas.
Asimismo, hay otros que al volver a utilizarlos, me di cuenta son ideales para mi piel con tendencia a la rosácea como la crema Ruboril Expert 50+ de Isispharma, que al tener un leve tinte y protector solar puede incluso reemplazar a una base, si se busca un estilo de maquillaje liviano.
Ahora, ¿cuáles fueron los productos nuevos que me sorprendieron en este año? En el nº1 está el agua de rosas con ácido hialurónico de Miel Cosmetics, que me salvó en mi periodo de "piel rabiosa" ayudándome a recuperarla y armonizarla.
En el nº2 se encuentra el sérum Retinol B3 de La Roche-Posay, que ha logrado que la piel de mi cara tenga una mejor apariencia, disminuyendo ciertas arrugas y aportando en el control de las espinillas gracias a su ingrediente estrella: el retinol.
En el nº3 ubico al shampoo en barra Le Vert cabello normal, que me sorprendió con su fórmula que limpia muy bien mi pelo, sin secarlo y dejándolo con brillo. Además tiene componentes orgánicos y un empaque biodegradable.
Mención honrosa se la llevan los productos de Apícola El Alba de la línea de aromaterapia (óleo y agua de colonia), que me gustaron mucho y fueron buenos aliados en momentos de gran estrés e incertidumbre.
Por política editorial no reseño productos que no me gustan o me decepcionan, prefiero ignorarlos y compartir con ustedes sólo "sandías caladas", que sean un aporte para su rutina de belleza en el más amplio sentido de la palabra. Sin embargo, este año de contrastes, haré una excepción para comentarles mi peor compra de belleza en 2020.
Les adelanto, que por ella gasté una cantidad considerable de dinero y fue tal mi decepción, que hasta siento un poco de vergüenza por "haber pisado el palito". Por suerte, la usé solo yo y no se la vendí a nadie como la solución de la vida (me ofrecieron hacerlo, pero cuando noté que no funcionaba y conocí en detalle la polémica que arrastraba, ni siquiera partí "el negocio").
Les pongo en contexto: fruto de la pandemia y cuarentena, sumada a la imposibilidad de hacer tratamientos dermocosméticos en mi rostro con profesionales (dícese especialistas de la salud en estos temas), me entusiasmé -alentada por una tercera persona- a probar los famosos productos Nuskin, particularmente sus máquinas.
Me compré el kit de la age LOC Lumi Spa para limpieza del rostro y la ageLOC Galvanic Facial, que en ese momento estaban con una "súper oferta" y que venían acompañados de varias cremas y máscaras faciales, que en general me parecieron buenas, no así las máquinas, que eran el producto estrella.
Para quienes me han leído en QT sabrán que tengo una rutina de belleza muy completa, por lo que mi piel se mantiene muy bien en términos generales. En ese sentido, mi aspiración es que los productos la mejoren aún más y no la empeoren. Eso no fue lo que sucedió con las máquinas Nuskin, que utilicé tal cual como señalaban en sus instrucciones, 2 veces al día, es decir, en la rutina matinal y nocturna de belleza (soy súper matea e incluso vi tutoriales en YouTube).
De hecho, la ageLOC Lumi Spa hizo que me afloraran de manera impactante las espinillas en el mentón y otras zonas del rostros; y la ageLOC Galvanic Facial tuvo un efecto imperceptible en mis arrugas de bajo el ojo. Cuando la usé en el ceño, me salieron espinillas, así que la discontinué en esa zona.
Imagino que para quienes tienen la piel menos cuidada puede generar alguna mejora, pero en mi caso, fue todo para peor y maldigo el día que por impulso (sí también soy presa de ellos, pero no me doy por vencida y recapacito), la compré. Por lejos, mi peor compra de belleza este 2020.
¿Cómo les fue a ustedes? ¿Cuáles fueron sus mejores y peores productos de belleza en 2020?
Mis mejores compras de belleza en 2020
El 2020 me sirvió para confirmar que hay productos de mi rutina de belleza que no abandonaré, dada la condición de mi piel, como el Effaclar Duo + de La Roche-Posay, que me sirve para mantener a raya las espinillas, que han brotado de manera "casi incontrolable" producto del uso de las mascarillas.
Asimismo, hay otros que al volver a utilizarlos, me di cuenta son ideales para mi piel con tendencia a la rosácea como la crema Ruboril Expert 50+ de Isispharma, que al tener un leve tinte y protector solar puede incluso reemplazar a una base, si se busca un estilo de maquillaje liviano.
Ahora, ¿cuáles fueron los productos nuevos que me sorprendieron en este año? En el nº1 está el agua de rosas con ácido hialurónico de Miel Cosmetics, que me salvó en mi periodo de "piel rabiosa" ayudándome a recuperarla y armonizarla.
En el nº2 se encuentra el sérum Retinol B3 de La Roche-Posay, que ha logrado que la piel de mi cara tenga una mejor apariencia, disminuyendo ciertas arrugas y aportando en el control de las espinillas gracias a su ingrediente estrella: el retinol.
En el nº3 ubico al shampoo en barra Le Vert cabello normal, que me sorprendió con su fórmula que limpia muy bien mi pelo, sin secarlo y dejándolo con brillo. Además tiene componentes orgánicos y un empaque biodegradable.
Mención honrosa se la llevan los productos de Apícola El Alba de la línea de aromaterapia (óleo y agua de colonia), que me gustaron mucho y fueron buenos aliados en momentos de gran estrés e incertidumbre.
Mis peores compras de belleza en 2020
Por política editorial no reseño productos que no me gustan o me decepcionan, prefiero ignorarlos y compartir con ustedes sólo "sandías caladas", que sean un aporte para su rutina de belleza en el más amplio sentido de la palabra. Sin embargo, este año de contrastes, haré una excepción para comentarles mi peor compra de belleza en 2020.
Les adelanto, que por ella gasté una cantidad considerable de dinero y fue tal mi decepción, que hasta siento un poco de vergüenza por "haber pisado el palito". Por suerte, la usé solo yo y no se la vendí a nadie como la solución de la vida (me ofrecieron hacerlo, pero cuando noté que no funcionaba y conocí en detalle la polémica que arrastraba, ni siquiera partí "el negocio").
Les pongo en contexto: fruto de la pandemia y cuarentena, sumada a la imposibilidad de hacer tratamientos dermocosméticos en mi rostro con profesionales (dícese especialistas de la salud en estos temas), me entusiasmé -alentada por una tercera persona- a probar los famosos productos Nuskin, particularmente sus máquinas.
Me compré el kit de la age LOC Lumi Spa para limpieza del rostro y la ageLOC Galvanic Facial, que en ese momento estaban con una "súper oferta" y que venían acompañados de varias cremas y máscaras faciales, que en general me parecieron buenas, no así las máquinas, que eran el producto estrella.
Para quienes me han leído en QT sabrán que tengo una rutina de belleza muy completa, por lo que mi piel se mantiene muy bien en términos generales. En ese sentido, mi aspiración es que los productos la mejoren aún más y no la empeoren. Eso no fue lo que sucedió con las máquinas Nuskin, que utilicé tal cual como señalaban en sus instrucciones, 2 veces al día, es decir, en la rutina matinal y nocturna de belleza (soy súper matea e incluso vi tutoriales en YouTube).
De hecho, la ageLOC Lumi Spa hizo que me afloraran de manera impactante las espinillas en el mentón y otras zonas del rostros; y la ageLOC Galvanic Facial tuvo un efecto imperceptible en mis arrugas de bajo el ojo. Cuando la usé en el ceño, me salieron espinillas, así que la discontinué en esa zona.
Imagino que para quienes tienen la piel menos cuidada puede generar alguna mejora, pero en mi caso, fue todo para peor y maldigo el día que por impulso (sí también soy presa de ellos, pero no me doy por vencida y recapacito), la compré. Por lejos, mi peor compra de belleza este 2020.
¿Cómo les fue a ustedes? ¿Cuáles fueron sus mejores y peores productos de belleza en 2020?
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