Tu admiración por la moda italiana y su sistema moda te llevó a realizar tu posgrado allá. ¿Cómo fue enfrentarse con esa realidad? ¿Era como te lo imaginabas?
"En realidad era un sistema mucho más completo de lo que imaginaba, porque esperaba aprender de la gestión detrás del Made in Italy y su alta calidad artesanal. Pero me sorprendió aprender también sobre la estructura de distritos industriales que tiene Italia, su cultura colaborativa, y la capacidad de realizar toda la cadena productiva dentro del país. Es un sistema que permite ser 100% nacional, y por ello es muy valorado y protegido. Cada etapa de la cadena productiva es cuidada y respetada, los artesanos son muy valorados, y se trabaja ampliamente con cooperativas formadas por pequeñas y medianas empresas, siendo muchos de ellos negocios familiares, incluso las grandes empresas. Es este gran trabajo colaborativo es lo que da el valor de sus productos.
En Milán, tuve la oportunidad de realizar una pasantía de Product Development & Merchandising en Chitè Lingerie, una marca de lencería slow couture fuertemente arraigada en el Made in Italy, donde trabajé directamente con proveedores; aprendiendo de su cadena productiva a escala nacional y del trabajo con artesanos independientes que mantienen viva la producción textil como herencia cultural.
También tuve la oportunidad de ir a la feria de textiles Milano Unica (foto inferior), donde descubrí la profundidad de la producción nacional italiana, tanto en textiles como en accesorios y packaging. Permitiendo trabajar la producción nacional desde el textil mismo, algo que realmente es un gran contraste desde el punto de partida entre el diseño de moda italiano y chileno".
Los principales aprendizaje de la experiencia de Pauli Tapia en el Master in Fashion Brand & Business Management
Pauli confiesa que sus principales aprendizajes en el Master in Fashion Brand & Business Management parten en entender la noción del sistema de moda italiano. "Aprendí sobre gestión de negocios de moda considerando toda la cadena de valor. Modelos de negocios enfocados en la calidad, desde marcas de lujo al retail, gestión omnicanal (integración de canales online y offline) y también la calidad de experiencia al consumidor. Pero para mi sorpresa aprendí mucho sobre sostenibilidad en la gestión de marcas de moda", afirma.
De hecho comenta que tuvo la fortuna de aprender de la directora de su Master, Francesca Romana Rinaldi, quien es especialista en gestión de moda sostenible y le enseñó qué realmente implica la sostenibilidad en la moda con todo lo que abarca en la cadena de valor. "Enfocando mis estudios en proyectos de sostenibilidad, aprendí de modelos de negocio sostenibles, estrategias de Responsabilidad Social Corporativa, del trabajo de Kering respecto a la trazabilidad e innovación en materiales, desarrollé un proyecto de campo sobre circularidad y zero waste para Salvatore Ferragamo, y luego mi tesis sobre la integración de iniciativas de sostenibilidad dentro de la gestión omnicanal de Mango", complementa.
¿Por qué crees que es importante para alguien que quiere dedicarse a la moda una especialización como la tuya?
"Porque en Chile se capacita al diseñador para realizar productos de calidad, respondiendo a un usuario real, con una narrativa potente, expertos en presentar su proyecto; pero falta capacitar a los diseñadores con conocimientos concretos para rentabilizar su emprendimiento. Tenemos excelentes diseñadores independientes, con productos muy valiosos, pero con poco conocimiento de modelos de negocios que permitan a estas marcas ser rentables, y terminan aprendiendo sobre la marcha. Para solucionar esto se requiere entender no sólo de costos y negocios, sino también de modelos de negocios que funcionen en moda, y del valor del producto de moda como elemento cultural.
Generalmente se confía mucho esta labor a los ingenieros comerciales, pero es importante que el diseñador de moda conozca de estas materias y viceversa por dos motivos: primero por la importancia de que el encargado de la gestión de negocio entienda y conozca el producto de moda, no como un sistema de ingresos sino que como un producto que se crea para ser parte de la identidad de un usuario, para resolver problemas del usuario; materia en la que el diseñador es experto. Y segundo porque muchas veces el diseñador local no tiene la capacidad económica de contratar a un ingeniero comercial para estas materias, por lo que es importante que él mismo, al emprender, maneje estas herramientas.
De todas maneras, ya sea viniendo del área del diseño o del área comercial, una especialización en gestión de negocios y marcas de moda permite a ambos rubros aprender del valor del trabajo del otro, por lo que también capacita en la importancia del trabajo multidisciplinario.
Luego es muy importante el tema de la sostenibilidad, ya es de público conocimiento que la producción a gran escala, en países como China y Bangladesh, es tremendamente dañina para el ecosistema y las personas que lo trabajan, causando un gran desequilibrio económico, social y ambiental. El desarrollo de la moda local es un tema que me parece tremendamente importante para redireccionar hacia una moda más sostenible, al tener escalas más humanas, mayor trazabilidad y conocimiento de quiénes forman la cadena productiva. Y también porque se suele ver a la moda como algo banal, pero es importante entender que la moda, el vestuario, nuestros accesorios; son parte de nuestra identidad y cómo decidimos comunicar nuestra persona al entorno. Entonces la moda es también expresión cultural, y el trabajo de la moda local, es el que mantiene vivos los oficios que son parte de nuestra propia herencia cultural, que en Chile hemos dejado tanto de lado y está en nuestras manos revalorizar".
Comparadndo la realidad de la moda chilena y la italiana. ¿Cuál crees que es nuestro punto crítico como país que nos impide lograr el nivel del sistema moda italiano?
"Hay dos grandes puntos críticos vinculados. Por una parte, la falta de una cadena productiva a nivel país. Actualmente es muy difícil armar un producto 100% Hecho en Chile, dado que el Made in China desplazó la producción local de textiles y de manufactura local. Se ha perdido y mucho trabajo de los oficios, por ejemplo ya quedan pocos maestros del cuero y calzado, a pesar de que sabemos que el calzado producido de manera artesanal es un producto de alta calidad. Respecto al textil, la producción y manufactura es aún más escasa, porque la producción en China ofrece precios con los que la industria nacional no puede competir.
Entonces lleva al punto crítico de origen, la falta de apoyo por parte del Estado a la industria nacional. Porque al abrirse la entrada de productos de menor costo (y menor calidad) desde el exterior, no se protegió al producto nacional y nuestras cadenas productivas. Para poder aspirar a un sistema de moda como el italiano sería necesario revertir esto. Por un lado, que el Estado apoye a la industria de la moda y la ayude a reactivarse, algo que ocurre en Italia y en Europa en general; y por otro lado revertirlo desde dentro de la industria.
Las autoridades italianas entienden que la moda es un producto de posicionamiento del país, porque cuando el extranjero compra un producto Made in Italy (tanto en Italia como en el extranjero) está comprando una cultura, un estilo de vida. En palabras de su propio Ministro de Cultura y Turismo, Dario Franceschini: “cada producto de Italia evoca aquello que hay detrás”, entonces desde el Estado italiano se entiende que es su labor colaborar para mantener la industria local.
Pero no basta con la participación del Estado, es necesario también organizar un sistema de trabajo colaborativo, tanto dentro de la industria de la moda nacional, como con otras industrias y el gobierno. Construir de manera multidisciplinaria y no ser celosos con el conocimiento ni con los equipos.
Si bien nuestra realidad nacional es distinta a la italiana, me parece importante aprender del sistema italiano para el desarrollo de la moda chilena. Su ejemplo de agrupar a pequeños y medianos productores y manufactureros a lo largo de la cadena productiva organizados en cooperativas, nos ayudaría a fortalecer la producción local, rentabilizar y accesibilizar nuestros oficios, y a su vez, formar una comunidad colaborativa. Para lograr un sistema de moda que nos represente como país nos falta que tanto quienes gobiernan como quienes diseñan, producen, gestionan y consumen las marcas de moda, entendamos que la moda local es parte de nuestra cultura, que el producto local es nuestro propio valor".
¿Cómo te gustaría poder aplicar tu conocimientos en Chile?
"Me gustaría contribuir al desarrollo de la moda sostenible en el país y la valorización de la moda nacional. Compartiendo estos conocimientos dentro de la industria de moda chilena, tanto desde la academia para que los futuros diseñadores o ingenieros comerciales interesados en el área tengan la sostenibilidad en cuenta, sepan lo que realmente involucra, y que también conozcan el potencial de un producto nacional. Como realizando consultorías a las actuales marcas de moda local, sobre todo de cara a la crisis de la pandemia; tanto en analizar, gestionar y reconfigurar los modelos de negocios hacia modelos sostenibles, sobre el uso de materiales y tecnologías sostenibles, sobre trazabilidad y circularidad, implementando estrategias de Responsabilidad Social Corporativa y fortaleciendo sus estrategias de llegada al consumidor a través de una gestión omnicanal. Parte de ello es también ayudar en la comunicación de las estrategias de sostenibilidad de la marca, ya que actualmente es esencial que las marcas sean transparentes con sus consumidores respecto a los procesos detrás del producto.
También me encantaría ayudar a posicionar la moda chilena en el extranjero, es importante abrir nuestros productos al mercado internacional, tenemos excelentes productos que ofrecer, y valiosos oficios locales. La exportación permitiría a nuestra industria crecer y a la vez posicionar a Chile como cultura en el extranjero".
La moda se ha enfrentado a una serie de disyuntivas en el último tiempo. ¿Crees que se configurará un nuevo paradigma del hacer y consumir la moda? ¿por qué?
"De todas maneras, creo que este nuevo paradigma está en proceso y se está trabajando. Parte de ello es la propuesta #rewiringfashion de la agrupación de diseñadores independientes creada a partir de la pandemia, y The Fashion Pact, coalición de empresas de textil y moda con objetivos comunes para reducir el impacto ambiental y restaurar la biodiversidad.
La clave para este cambio que va hacia una moda sostenible es el trabajo colaborativo, la construcción en conjunto de un nuevo sistema. Tenemos estas dos crisis mundiales con un impacto social, ambiental y económico que ya no se puede ignorar, y para lo cual ya estamos reaccionando tarde. Necesitamos cambios con urgencia y somos conscientes de ello, gobiernos, industrias y consumidores, todos necesitamos hacer cambios.
Por el lado del consumo, tenemos a la Generación Z, quienes se ven directamente afectados por estas crisis y están exigiendo cambios en la industria de la moda, y así las marcas están trabajando en consecuencia de ello.
Ahora lo ideal sería que las marcas de moda comiencen a anticiparse al consumidor, no reaccionar ante sus demandas sino ofrecer propuestas innovadoras que se presenten como soluciones, porque la belleza de la moda está en interpretar y anticiparse a las emociones de su consumidor. Ya no basta simplemente con entregar un producto y una experiencia, sino que entregar valores, compartir propósitos. Los consumidores se están volviendo colaboradores de las marcas, dando feedback directo en las redes, y para aprovechar esto es importante que el consumidor comparta los valores de la marca.
El siguiente paso de este paradigma es que más marcas de moda se vayan sumando a cambiar sus sistemas, a responder ante las necesidades actuales, entre ellas, generar un menor volumen de prendas, ofrecer mayor calidad y durabilidad, hacerse responsables de sus residuos y el desecho de las prendas a través de modelos circulares, y en general, que tengan un proceso responsable detrás tanto social, ambiental y económicamente.
En Chile incentivado por el estallido social y la pandemia, se ha comenzado a poner en valor los emprendimientos y el generar redes para apoyarlos, en ese aspecto estamos un paso adelante, el consumidor ya está comenzando a entender que un producto local es mayor calidad y que hay personas detrás de él. Ahora necesitamos comunicar la moda local de la misma manera, tenemos excelentes diseñadores con excelentes productos realizados bajo producción local, empleando a la comunidad; sólo necesitamos impulsarlos".
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