Para muchas mujeres el verano es un momento incómodo del año, porque nos obliga a ser aún más consciente de nuestro cuerpo, sobre todo si el "agua" se suma a la ecuación. En ese contexto, partimos el año de nuestra sección "Amor por" con el testimonio de la sicóloga y coordinadora de La rebelión del cuerpo Valparaíso, Camila Kessra, quien nos relatará su historia con una prenda que, sin quererlo, se transformó en una herramienta de reapropiación de su cuerpo y la playa: un traje de baño. En las próximas líneas su inspirador relato, que ampliaremos en un "vivo/live" el martes 12 de enero a las 21.00 hrs.
A principios de los 2010, la oferta de trajes de baños o swimwear era muy limitada en el mercado local, y si bien Camila confiesa que su cuerpo era estereotipado como "bonito", usar bikini le producía una sensación confusa. "Sentía que mostraba mucha piel, mucho más de lo que realmente me acomodaba. Era un tema de intimidad, de sentir que estaba en ropa interior en la playa", afirma.
Esa emoción la persiguió durante su adolescencia, periodo en que compartía con sus primxs y amigxs en el Playa Terrado Club, donde el disfrute playero se mezclaba con una incomodidad que no la abandonaba. Todo por culpa del bikini.
Sin embargo, hace 7 años, en una ida al mall acompañando a su hermana, encontró un traje de baño que le cambió la vida. "Era el primer traje de baño que veía, que no era para hacer natación o que no tenía barbas pensado más para la tercera edad. Era un traje de baño con un diseño distinto y para mí fue como encontrar mi lugar seguro de nuevo para los veranos. Fue maravilloso, me lo probé y de hecho era tan bacán tener una prenda par ir a la playa que me hiciera sentir cómoda. Aunque me quedaba un poquito grande, me lo compré igual (no habían tallas más chicas), porque no me quise arriesgar a que se agotara", señala.
Para Camila ese momento fue una nueva oportunidad de reencantarse con el verano y la playa. De hecho, cuenta que nunca más se lo sacó y que su buena calidad, le ha permitido cumplir casi una década.
"Es una prenda muy importante para mí, porque significa el ejercicio de mi libertad. Con la Sofi también hemos aprendido -con "La revolución de los cuerpos"- que el cuerpo es un lugar de expresión. Además con el feminismo y "La rebelión del cuerpo" he aprendido que el cuerpo es el primer territorio, es uno de los territorios que más nos han despojado de nuestro poder y de ejercerlo en libertad. Entonces para mi ponerme ese traje de baño me permitió volver a disfrutar y a conectarme con la playa de la forma en que lo hacía cuando era muy muy chica", insiste.
Lo anterior, porque ese traje de baño le hace sentirse especial. "Me hace sentir muy sensual con algo que creo me queda bien a mí. Es tan personal que me conecta con esa sensualidad interna, así que no necesito ver ningún espejo para sentirme maravillosa con él", concluye.
→Si quieres conocer más detalles de esta historia y reflexionar sobre cuerpos en verano, diversidad de referentes en la moda, entre otros temas, te invitamos a sumarte al live/vivo que haremos con Camila Kessra, el martes 12 de enero a las 21.00 hrs, a través de la cuenta de QT en Instagram.
El traje de baño de la liberación de Camila Kessra
A principios de los 2010, la oferta de trajes de baños o swimwear era muy limitada en el mercado local, y si bien Camila confiesa que su cuerpo era estereotipado como "bonito", usar bikini le producía una sensación confusa. "Sentía que mostraba mucha piel, mucho más de lo que realmente me acomodaba. Era un tema de intimidad, de sentir que estaba en ropa interior en la playa", afirma.
Esa emoción la persiguió durante su adolescencia, periodo en que compartía con sus primxs y amigxs en el Playa Terrado Club, donde el disfrute playero se mezclaba con una incomodidad que no la abandonaba. Todo por culpa del bikini.
Sin embargo, hace 7 años, en una ida al mall acompañando a su hermana, encontró un traje de baño que le cambió la vida. "Era el primer traje de baño que veía, que no era para hacer natación o que no tenía barbas pensado más para la tercera edad. Era un traje de baño con un diseño distinto y para mí fue como encontrar mi lugar seguro de nuevo para los veranos. Fue maravilloso, me lo probé y de hecho era tan bacán tener una prenda par ir a la playa que me hiciera sentir cómoda. Aunque me quedaba un poquito grande, me lo compré igual (no habían tallas más chicas), porque no me quise arriesgar a que se agotara", señala.
Para Camila ese momento fue una nueva oportunidad de reencantarse con el verano y la playa. De hecho, cuenta que nunca más se lo sacó y que su buena calidad, le ha permitido cumplir casi una década.
"Es una prenda muy importante para mí, porque significa el ejercicio de mi libertad. Con la Sofi también hemos aprendido -con "La revolución de los cuerpos"- que el cuerpo es un lugar de expresión. Además con el feminismo y "La rebelión del cuerpo" he aprendido que el cuerpo es el primer territorio, es uno de los territorios que más nos han despojado de nuestro poder y de ejercerlo en libertad. Entonces para mi ponerme ese traje de baño me permitió volver a disfrutar y a conectarme con la playa de la forma en que lo hacía cuando era muy muy chica", insiste.
Lo anterior, porque ese traje de baño le hace sentirse especial. "Me hace sentir muy sensual con algo que creo me queda bien a mí. Es tan personal que me conecta con esa sensualidad interna, así que no necesito ver ningún espejo para sentirme maravillosa con él", concluye.
→Si quieres conocer más detalles de esta historia y reflexionar sobre cuerpos en verano, diversidad de referentes en la moda, entre otros temas, te invitamos a sumarte al live/vivo que haremos con Camila Kessra, el martes 12 de enero a las 21.00 hrs, a través de la cuenta de QT en Instagram.
(Fotos gentileza de Camila Kessra)
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