El estallido social y posteriormente la pandemia obligó a muchas marcas de moda de autor a diversificar su oferta y explorar nuevas maneras de hacer y distribuir sus productos, así también de vincularse con sus usuarixs. La marca homónima de la diseñadora Clara Edwards no fue ajena a este fenómeno. De hecho, si bien hace un tiempo tenía la inquietud de combinar la alta costura con el vestuario de uso cotidiano o ready to wear, las circunstancias la obligaron a acelerar estos procesos con insospechados resultados. Hoy nos contará sobre esa transición y nos mostrará su nueva colección de ropa para todos los días, en la que el lino es el protagonista.
El estallido social obligó a la diseñadora Clara Edwards a diversificarse y abordar una oferta de productos más asequibles y simples en términos constructivos, pero con stock acotado, que permite mantener el sello de exclusividad de la marca.
Este cambio propició a que noviembre 2019 se transformara en uno de los mejores meses -en términos de ventas- de la historia de su etiqueta. “Tuvo demasiado buen recibimiento y me di cuenta que la gente quería tener cosas mías, sin invertir demasiado”, confiesa Clara. Ello la llevó a seguir probando productos y modelos, sin desarrollar una colección propiamente tal.
“En marzo esperaba lanzar una colección bajo un concepto más ligado a la fiesta (el ámbito de acción tradicional de su propuesta), pero partió la pandemia y tuve que empezar a hacer cosas que tampoco estaban en mis planes como una línea para andar en casa, donde habían prendas de lanilla, poleras de algodón y calzas para motivar a que las personas se quedaran en casa, sin necesidad de quedarse todo el día en pijama y pantuflas. Eso me dio el ‘vamos’ para crear una colección y lanzar mi sitio web con e-commerce con un sistema de distribución boutique”, relata Clara.
Sin embargo, esta transformación no sólo ha sido un desafío en términos logísticos, sino también de producción, ya que el vestuario cotidiano supone tiempos más cortos de confección y equilibrios frágiles entre demanda y stock limitados.
“Por ahora me dedicaré a lanzar cada 3 meses -máximo- mini colecciones por temporada y dejaré en pausa la alta costura, aunque me muero de ganas de hacer un desfile con esa línea”, afirma Clara.
El confinamiento convirtió el e-commerce o comercio electrónico en la única alternativa de sobrevivencia de las marcas de moda de autor. En el caso de Clara, su sitio web se transformó en la puerta de entrada a su propuesta y en un excelente vehículo para llegar al público de regiones, que antes era casi imposible de abordar.
En una segunda etapa, Clara espera poder personalizar su espacio virtual y seguir manteniéndola al día, ya que se ha transformado en un potente canal de ventas. “La cuido como tesoro, porque si nos vuelven a encerrar, es mi unica forma de vender”, insiste.


La colección de linos de Clara Edwards, le permitió regresar a sus antiguas metodologías de diseño, al menos, desde el punto de vista conceptual y de línea estética. “Es una propuesta muy versátil ya que permite usarla para ir a trabajar o ir a un matrimonio. Se puede usar para todo, depende de con qué peto la combines. De hecho, hice varios que dan ideas dónde utilizarla”, señala.



Por otra parte, respecto a su colaboración con Basement comenta que surgió como una salida para el difícil momento que estaba viviendo como marca producto de la pandemia. Si bien la idea inicial eran vestidos de fiesta, las circunstancias llevaron a que optaran por ropa de uso cotidiano. “Fue todo un desafío y quise que en cada prenda se notara que estaba Clara Edwards detrás, todo lo que ha sido mi sello siempre, que fuera una especie de biografía de mi trabajo, muy romántico y femenino. Además quería aprovechar de trabajar con telas como el jeans, que necesitan una maquinaria que no tengo en mi taller y que posee un estilo muy rockero”, cuenta.

“No quiero proyectarme a hacer algo grande, sino mini colecciones. Me muero de ganas de hacer un desfile dedicado a mi madre, pero lo haré solo cuando se pueda hacer con todo. No me perderé esa oportunidad. Mi proyección es llegar al mayor público posible. Además lancé una colección ‘deco’, que me tiene mega motiva y quiero darle ‘n’ energía este año. Con respecto a las novias tendré muy poquitas para poder dedicarme más a las mini colecciones, porque mi taller es chiquitito.
Mis proyecciones no tienen mucho glamour, ni aspiraciones porque todo está tan incierto y no quiero hacerme falsas ilusiones”.

La diversificación de Clara Edwards
El estallido social obligó a la diseñadora Clara Edwards a diversificarse y abordar una oferta de productos más asequibles y simples en términos constructivos, pero con stock acotado, que permite mantener el sello de exclusividad de la marca.
Este cambio propició a que noviembre 2019 se transformara en uno de los mejores meses -en términos de ventas- de la historia de su etiqueta. “Tuvo demasiado buen recibimiento y me di cuenta que la gente quería tener cosas mías, sin invertir demasiado”, confiesa Clara. Ello la llevó a seguir probando productos y modelos, sin desarrollar una colección propiamente tal.
“En marzo esperaba lanzar una colección bajo un concepto más ligado a la fiesta (el ámbito de acción tradicional de su propuesta), pero partió la pandemia y tuve que empezar a hacer cosas que tampoco estaban en mis planes como una línea para andar en casa, donde habían prendas de lanilla, poleras de algodón y calzas para motivar a que las personas se quedaran en casa, sin necesidad de quedarse todo el día en pijama y pantuflas. Eso me dio el ‘vamos’ para crear una colección y lanzar mi sitio web con e-commerce con un sistema de distribución boutique”, relata Clara.
Sin embargo, esta transformación no sólo ha sido un desafío en términos logísticos, sino también de producción, ya que el vestuario cotidiano supone tiempos más cortos de confección y equilibrios frágiles entre demanda y stock limitados.
“Por ahora me dedicaré a lanzar cada 3 meses -máximo- mini colecciones por temporada y dejaré en pausa la alta costura, aunque me muero de ganas de hacer un desfile con esa línea”, afirma Clara.
Los desafíos del e-commerce para Clara Edwards
El confinamiento convirtió el e-commerce o comercio electrónico en la única alternativa de sobrevivencia de las marcas de moda de autor. En el caso de Clara, su sitio web se transformó en la puerta de entrada a su propuesta y en un excelente vehículo para llegar al público de regiones, que antes era casi imposible de abordar.
En una segunda etapa, Clara espera poder personalizar su espacio virtual y seguir manteniéndola al día, ya que se ha transformado en un potente canal de ventas. “La cuido como tesoro, porque si nos vuelven a encerrar, es mi unica forma de vender”, insiste.
La colección de lino de Clara Edwards y su colaboración con Basement
La colección de linos de Clara Edwards, le permitió regresar a sus antiguas metodologías de diseño, al menos, desde el punto de vista conceptual y de línea estética. “Es una propuesta muy versátil ya que permite usarla para ir a trabajar o ir a un matrimonio. Se puede usar para todo, depende de con qué peto la combines. De hecho, hice varios que dan ideas dónde utilizarla”, señala.
Por otra parte, respecto a su colaboración con Basement comenta que surgió como una salida para el difícil momento que estaba viviendo como marca producto de la pandemia. Si bien la idea inicial eran vestidos de fiesta, las circunstancias llevaron a que optaran por ropa de uso cotidiano. “Fue todo un desafío y quise que en cada prenda se notara que estaba Clara Edwards detrás, todo lo que ha sido mi sello siempre, que fuera una especie de biografía de mi trabajo, muy romántico y femenino. Además quería aprovechar de trabajar con telas como el jeans, que necesitan una maquinaria que no tengo en mi taller y que posee un estilo muy rockero”, cuenta.
Perfilando el 2021 para Clara Edwards
“No quiero proyectarme a hacer algo grande, sino mini colecciones. Me muero de ganas de hacer un desfile dedicado a mi madre, pero lo haré solo cuando se pueda hacer con todo. No me perderé esa oportunidad. Mi proyección es llegar al mayor público posible. Además lancé una colección ‘deco’, que me tiene mega motiva y quiero darle ‘n’ energía este año. Con respecto a las novias tendré muy poquitas para poder dedicarme más a las mini colecciones, porque mi taller es chiquitito.
Mis proyecciones no tienen mucho glamour, ni aspiraciones porque todo está tan incierto y no quiero hacerme falsas ilusiones”.
¿Dónde comprarla? En su tienda virtual y en su local en Francisco de Aguirre 3590, Vitacura.
(Fotos gentileza de Clara Edwards)
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