Reflexionar sobre nuestro vestuario es reflexionar sobre nuestra cultura e idiosincracia. Así queda patente al revisar la exposición "Anónimas" de la artista Ximena Zomosa, en Matucana 100 (M100), que podrá visitarse presencial (previa inscripción) y online hasta el 18 de abril 2021. Las 12 piezas que conforman su muestra, entre las que se encuentran pintoras de dueña de casa, trajes de dos piezas, jumpers, delantales y una túnica son el testimonio de cómo el vestuario ha invisibilizado a las mujeres, así también se ha convertido -sin quererlo- en una herramienta de resistencia. Para conocer más sobre ello, conversamos con Ximena, quien nos explicará su inspiración y motivaciones para utilizar la ropa de trabajo femenina como fuente creativa.
Ximena Zomosa ha conectado su trabajo artístico al textil, a través de los bordados y la confección de vestuario simbólico de diversa escala.
Sin embargo, fue en 1996 cuando nace su hija, que comienza a mirar el universo de lo doméstico "desde un punto de vista creativo, reflexivo y neurótico", sostiene. Ello la llevó -en 1997- a hacerse preguntas respecto al significado cultural de determinados vestuarios femeninos, y llegar a la "pintora" o "delantal / vestido de casa" y a la túnica como matrices iniciales de esta serie. Luego continuó con el informe de "nana" o trabajadora de casa particular, el que tuvo la oportunidad de exhibir en galerías en Nueva York, Lima, así también Bolivia, Francia y Australia, y notar que a pesar de las diferencias culturales, el significado de esas piezas era global.
"El vestuario en la exposición apunta a la invisibilidad, a su uso para uniformizar una condición. La escala aumentada visibiliza estas situaciones de subyugación, como la nana formal, por ejemplo. La idea es que se genere una reflexión sobre estos roles sociales y cómo los nuevos movimientos, incluyendo el feminismo, los han ido cuestionando. El ejemplo más increíble es el jumper de la escolar, que pasó de ser algo así como objeto del deseo (la colegiala), a símbolo de la lucha estudiantil que ha sido tan fundamental para este despertar como país”, explica Ximena.
Respecto a esto último, Ximena narra que en 2005 realizó un gran jumper para una exposición en la Sala Gasco, que mostraba cómo se ha interpretado este vestuario en el ideario colectivo desde la sexualización hasta la juventud en resistencia ante la desigualdad y la injusticia, sin imaginar que años después esa prenda se transformaría en un símbolo de resistencia.
Ese recorrido derivó en la muestra "Anónimas", que compila 12 piezas de 5 metros x 2 metros, que podremos conocer hasta el 18 de abril en la Galería Concreta de M100, y que además cuenta con los videos de "procesiones" artísticas realizadas por Ximena y que ponen al vestuario en escenarios que lo resignifican y le entregan nuevas narrativas.
"El 2020 tomé una de estas pintoras que había realizado anteriormente y las resignifiqué con la idea de visibilizar este retorno a la casa producto de la pandemia; este retroceso que tuvo el movimiento feminista y político de las mujeres y hacer un acto simbólico.
He estado haciendo registros de estas salidas, de los vestidos o uniformes en la Plaza Dignidad, al supermercado, a la montaña, la universidad, etc, tratando también de sacar el objeto artístico del lugar de exhibición a un espacio de resignificación más colectivo, que implique más personas, que saque esta cosa sagrada del objeto que hay que mirar. En el caso de la 'pintora' significó decir que nos volvimos a poner el delantal, tenemos que ir a comprar comida, los niños en la casa, etc. Una complejidad muy grave para muchas mujeres en el mundo de la que aún no conocemos todos los efectos", explica.
En esa línea, señala que “la idea de esta muestra es que el espectador pueda ver ambas partes (exhibición y videos), para completar la idea de que no solo son piezas de museo, admirables e intocables, sino que también pueden transformarse en poderosos símbolos de problemáticas vigentes. Al visitarla el espectador puede pasar por esa reflexión más sociológica, pero también va a ser interpelado en sus sentidos, probablemente aparezcan imágenes o sensaciones de la infancia o de los sueños. En este caso se agrandan las figuras esenciales femeninas, y uno/a se ve reducida ante la presencia de lo misterioso”.
Ximena comenta que muchas personas que han visto la exposición se ha conectado emocionalmente con las prendas exhibidas en gran formato. Desde la "pintora" que puede recordar a la abuela, a un jumper transparente que puede expresar cómo alguien se sentía con él puesto ("me miraban con rayos X").
"Hay muchas experiencias muy diversas. Eso es lo bonito del arte, que puedes decir algo desde un sueño que tuve con un vestido gigante o hasta algo super político al salir con el delantal mapuche a la Plaza Dignidad(...) Entender que a todo el mundo le resuena por alguna parte el vestuario de las mujeres, estos uniformes, a lo mejor una enfermera que te salvó, una abuela o una tía que fue obrera y que usaba ese delantal igual al que está ahí. Entonces son cosas que resuenan, y es bonito que se produzcan porque le da sentido", concluye.
¿Cuándo? Hasta el 18 de abril de 2021
¿Horario? De 11.00 a 17.00 hrs.
¿Dónde? En Matucana 100, Estación Central, Santiago
¿Cómo? Presencial previa inscripción en el formulario
+ info de la exposición en el sitio web de M100
Anónimas de Ximena Zomosa: visibililización y resistencia a través del vestuario
Ximena Zomosa ha conectado su trabajo artístico al textil, a través de los bordados y la confección de vestuario simbólico de diversa escala.
Sin embargo, fue en 1996 cuando nace su hija, que comienza a mirar el universo de lo doméstico "desde un punto de vista creativo, reflexivo y neurótico", sostiene. Ello la llevó -en 1997- a hacerse preguntas respecto al significado cultural de determinados vestuarios femeninos, y llegar a la "pintora" o "delantal / vestido de casa" y a la túnica como matrices iniciales de esta serie. Luego continuó con el informe de "nana" o trabajadora de casa particular, el que tuvo la oportunidad de exhibir en galerías en Nueva York, Lima, así también Bolivia, Francia y Australia, y notar que a pesar de las diferencias culturales, el significado de esas piezas era global.
"El vestuario en la exposición apunta a la invisibilidad, a su uso para uniformizar una condición. La escala aumentada visibiliza estas situaciones de subyugación, como la nana formal, por ejemplo. La idea es que se genere una reflexión sobre estos roles sociales y cómo los nuevos movimientos, incluyendo el feminismo, los han ido cuestionando. El ejemplo más increíble es el jumper de la escolar, que pasó de ser algo así como objeto del deseo (la colegiala), a símbolo de la lucha estudiantil que ha sido tan fundamental para este despertar como país”, explica Ximena.
Respecto a esto último, Ximena narra que en 2005 realizó un gran jumper para una exposición en la Sala Gasco, que mostraba cómo se ha interpretado este vestuario en el ideario colectivo desde la sexualización hasta la juventud en resistencia ante la desigualdad y la injusticia, sin imaginar que años después esa prenda se transformaría en un símbolo de resistencia.
Ese recorrido derivó en la muestra "Anónimas", que compila 12 piezas de 5 metros x 2 metros, que podremos conocer hasta el 18 de abril en la Galería Concreta de M100, y que además cuenta con los videos de "procesiones" artísticas realizadas por Ximena y que ponen al vestuario en escenarios que lo resignifican y le entregan nuevas narrativas.
"El 2020 tomé una de estas pintoras que había realizado anteriormente y las resignifiqué con la idea de visibilizar este retorno a la casa producto de la pandemia; este retroceso que tuvo el movimiento feminista y político de las mujeres y hacer un acto simbólico.
He estado haciendo registros de estas salidas, de los vestidos o uniformes en la Plaza Dignidad, al supermercado, a la montaña, la universidad, etc, tratando también de sacar el objeto artístico del lugar de exhibición a un espacio de resignificación más colectivo, que implique más personas, que saque esta cosa sagrada del objeto que hay que mirar. En el caso de la 'pintora' significó decir que nos volvimos a poner el delantal, tenemos que ir a comprar comida, los niños en la casa, etc. Una complejidad muy grave para muchas mujeres en el mundo de la que aún no conocemos todos los efectos", explica.
En esa línea, señala que “la idea de esta muestra es que el espectador pueda ver ambas partes (exhibición y videos), para completar la idea de que no solo son piezas de museo, admirables e intocables, sino que también pueden transformarse en poderosos símbolos de problemáticas vigentes. Al visitarla el espectador puede pasar por esa reflexión más sociológica, pero también va a ser interpelado en sus sentidos, probablemente aparezcan imágenes o sensaciones de la infancia o de los sueños. En este caso se agrandan las figuras esenciales femeninas, y uno/a se ve reducida ante la presencia de lo misterioso”.
Vestuario que se resignifica en la cotidianidad
Ximena comenta que muchas personas que han visto la exposición se ha conectado emocionalmente con las prendas exhibidas en gran formato. Desde la "pintora" que puede recordar a la abuela, a un jumper transparente que puede expresar cómo alguien se sentía con él puesto ("me miraban con rayos X").
"Hay muchas experiencias muy diversas. Eso es lo bonito del arte, que puedes decir algo desde un sueño que tuve con un vestido gigante o hasta algo super político al salir con el delantal mapuche a la Plaza Dignidad(...) Entender que a todo el mundo le resuena por alguna parte el vestuario de las mujeres, estos uniformes, a lo mejor una enfermera que te salvó, una abuela o una tía que fue obrera y que usaba ese delantal igual al que está ahí. Entonces son cosas que resuenan, y es bonito que se produzcan porque le da sentido", concluye.
¿Cuándo? Hasta el 18 de abril de 2021
¿Horario? De 11.00 a 17.00 hrs.
¿Dónde? En Matucana 100, Estación Central, Santiago
¿Cómo? Presencial previa inscripción en el formulario
+ info de la exposición en el sitio web de M100
(Fotos gentileza de M100)
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