Con la idea de revivir un oficio y crear con libertad, pero bajo una lógica responsable, el diseñador Guillermo Osses creó en 2014 la marca de gorras suprarecicladas, Trampa. "En ese momento era consciente de lo que ocurría en la industria y desde el inicio preferí la reutilización de tela. Compré mis primeros retazos, de tapicería, por kilos en un local de Temuco que con los años quebraría. Luego de eso, decidí ocupar ropa de la americana", explica. Hoy nos contará más detalles de su propuesta.
Guillermo comenta que le gusta hacer Trampa en la vida moviéndose ágilmente entre las tendencias y buscando impulso anclando a los grandes peces, pero con una ideología contraria. "Antimarca y anti producción masiva que se refleja en el laborioso oficio y suprareciclaje que practico", enfatiza.
En ese sentido, afirma que en Trampa se dedica al diseño y manufactura de gorras a partir de prendas viejas, de grandes marcas que pueden ser enviadas por sus clientes o seleccionadas por él de las tiendas de segunda vida. "Trampa no es una marca es más bien mi portafolio, en este portafolio se muestran las propuestas de diseño hacia grandes marcas. Cada propuesta es pensada con el cliente ayudando a reducir sus desechos, ampliando la vida útil de una prenda estropeada que usualmente tienen un valor, sentimental importante para ellos", complementa.
Lo anterior ha llevado a que el suprareciclaje sea la base de su proceso creativo. "En primera instancia observamos la prenda para determinar su estado y que partes ocupar o salvar, dependiendo de los detalles disponibles como bordados, cierres, cordones, botones etc; resolvemos el diseño final, la idea es ocupar el máximo de detalles sin saturar", afirma.
"En unos meses más cumplo 7 años dedicándome a este oficio y en el 2020 observé un alza en el suprareciclaje. Muchos proyectos llamativos nacieron y la gente está mucho más informada del problema climático y social que tiene la industria de la moda, es por eso que están prefiriendo este tipo de proyectos, incluso, las grandes marcas están apostando a cambiar este paradigma.
Creo que se mantendrá al alza y todos lo incluirán en las bases de sus proyectos. También pienso que llegará el momento, donde los creadores no tendremos basura que reciclar y espero estar vivo para ese momento".
Guillermo comenta que uno de sus principales desafíos ha sido la creación de contenido para su sitio. "Antes solía salir con amigos y tomar fotos para subir a la cuenta, así que cuando surgió la pandemia tuve que buscar una forma nueva de mostrar mi trabajo y ella fue la fotografía de producto en estudio, pero resultaba, visualmente, poco sorprendente así que me las ingenié para que flotaran, esta idea fue una locura que me impulsó en redes sociales", señala.
Al mismo tiempo confiesa que la pandemia fue un impulso creativo inmenso. "La inspiración ha fluido mucho, día a día, encerrado en mi taller, lo que me ayudó a llegar al extranjero enviando algunas gorras para Australia, Estados Unidos y Canadá", cuenta.
Respecto al futuro explica que lo materializa muy tranquilo, aprendiendo nuevos oficios y retomando otros para complementar el proyecto. "No veo a Trampa como una marca, con una gran producción masiva de piezas, sino como una firma muy exclusiva con piezas de colección únicas que subirán su precio con el paso de los años. También espero estar colaborando oficialmente con las grandes marcas", concluye.
¿Dónde comprarla? En su cuenta en Instagram
La propuesta de Trampa
Guillermo comenta que le gusta hacer Trampa en la vida moviéndose ágilmente entre las tendencias y buscando impulso anclando a los grandes peces, pero con una ideología contraria. "Antimarca y anti producción masiva que se refleja en el laborioso oficio y suprareciclaje que practico", enfatiza.
En ese sentido, afirma que en Trampa se dedica al diseño y manufactura de gorras a partir de prendas viejas, de grandes marcas que pueden ser enviadas por sus clientes o seleccionadas por él de las tiendas de segunda vida. "Trampa no es una marca es más bien mi portafolio, en este portafolio se muestran las propuestas de diseño hacia grandes marcas. Cada propuesta es pensada con el cliente ayudando a reducir sus desechos, ampliando la vida útil de una prenda estropeada que usualmente tienen un valor, sentimental importante para ellos", complementa.
Lo anterior ha llevado a que el suprareciclaje sea la base de su proceso creativo. "En primera instancia observamos la prenda para determinar su estado y que partes ocupar o salvar, dependiendo de los detalles disponibles como bordados, cierres, cordones, botones etc; resolvemos el diseño final, la idea es ocupar el máximo de detalles sin saturar", afirma.
¿Crees que el suprareciclaje textil será una corriente predominante en la moda de esta década?
"En unos meses más cumplo 7 años dedicándome a este oficio y en el 2020 observé un alza en el suprareciclaje. Muchos proyectos llamativos nacieron y la gente está mucho más informada del problema climático y social que tiene la industria de la moda, es por eso que están prefiriendo este tipo de proyectos, incluso, las grandes marcas están apostando a cambiar este paradigma.
Creo que se mantendrá al alza y todos lo incluirán en las bases de sus proyectos. También pienso que llegará el momento, donde los creadores no tendremos basura que reciclar y espero estar vivo para ese momento".
Los desafíos de Trampa en pandemia y sus proyecciones futuras
Guillermo comenta que uno de sus principales desafíos ha sido la creación de contenido para su sitio. "Antes solía salir con amigos y tomar fotos para subir a la cuenta, así que cuando surgió la pandemia tuve que buscar una forma nueva de mostrar mi trabajo y ella fue la fotografía de producto en estudio, pero resultaba, visualmente, poco sorprendente así que me las ingenié para que flotaran, esta idea fue una locura que me impulsó en redes sociales", señala.
Al mismo tiempo confiesa que la pandemia fue un impulso creativo inmenso. "La inspiración ha fluido mucho, día a día, encerrado en mi taller, lo que me ayudó a llegar al extranjero enviando algunas gorras para Australia, Estados Unidos y Canadá", cuenta.
Respecto al futuro explica que lo materializa muy tranquilo, aprendiendo nuevos oficios y retomando otros para complementar el proyecto. "No veo a Trampa como una marca, con una gran producción masiva de piezas, sino como una firma muy exclusiva con piezas de colección únicas que subirán su precio con el paso de los años. También espero estar colaborando oficialmente con las grandes marcas", concluye.
¿Dónde comprarla? En su cuenta en Instagram
(Fotos gentileza de Trampa)
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