Ser parte de la solución y no el problema, se propuso el ingeniero comercial Franklin Zepeda en 2016, tras asesorar por años a empresas de la Zofri en Iquique en la venta de ropa usada. "Pude ver en carne propia las toneladas de residuos textiles que se desechaban sin destino conocido", relata. Para tratar de encontrar una salida a ese "hoyo negro" viajó a Alemania para conocer los procesos del reciclaje textil, lo que le permitió tener las herramientas técnicas para crear Ecofibra, empresa ubicada en la localidad de Alto Hospicio en la región de Tarapacá que recicla y transforma los desechos textiles en paneles de aislación térmica y acústica. Hoy nos contará más detalles sobre esta apuesta de economía circular, así también visibilizará el lado oscuro y poco glamoroso de la ropa usada que llega al norte de Chile.
Franklin comenta que en el último año, la región de Tarapacá importó cerca de 59.000 toneladas de ropa de segunda mano. De ese total, una gran cantidad termina abandonada en basurales clandestinos o quemada. Como una manera de ponerle freno a ese grave problema ambiental, Ecofibra elabora diferentes productos con valor agregado destinados al mundo de la construcción tales como paneles de aislación térmica y acústica.
Para lograr que estas piezas puedan ser parte de un "ciclo cerrado" de producción, realizan lo que llaman "reciclaje circular", rediseñando un producto para que no se convierta en desecho al final de su vida útil, gracias a que no utilizar químicos, lo que les permite reciclarlo cuantas veces sea necesario.
Para Franklin, las externalidades negativas más graves del comercio de ropa usada en la Región de Tarapacá debido a la Zona Franca son las quemas indiscriminadas de ropa, la contaminación de napas de agua en nuestro desierto, y la proliferación de plagas de ratones en estos vertederos de ropa.
Respecto a la contaminación de las aguas señala que se produce ya que toda esa ropa llega con químicos para desinfectarla, los que se impregnan en el suelo, descendiendo en las escasas napas subterráneas de esa árida zona.
No obstante el conocimiento que existe de esa situación de parte de las autoridades ambientales de la zona, no hay ni estudios, ni datos numéricos "precisos" que permitan no sólo dimensionar la magnitud del problema, sino también elaborar alguna política pública o ley ligada a la materia. Para Franklin ello se debe a que el residuo textil es un 'residuo fantasma', ya que está en nuestros clóset, pero al ser 'usable' tratamos de ignorarlo y de pensar que algún día lo volveremos a vestir.
"Para las entes regulatorias todavía no se ve como un residuo relevante, ya que no es de 'usar y botar' como el plástico, cartón, pilas. La ropa tiene como promedio una mediana vida de uso. Sin embargo, no se está considerando las miles de toneladas que se están generando en la industria de la ropa de segunda mano y lo que genera el retail. Se dice que la industria textil es una de las más contaminante del planeta, pero para nosotros en Chile, es la número 1. Como no hay regulaciones en este tema, los productores no sienten un compromiso de velar por una disposición adecuada. Otro caso muy relevante también son los residuos textiles que generan las grandes empresas con el recambio de sus uniformes corporativos", afirma.
Franklin relata que están permanentemente buscando otros mecanismos o alternativas al reciclaje textil que agreguen aún más valor al producto final. En esta línea están desarrollando una teja hecha de jeans y acrílico con celdas fotovoltaicas para la generación de energía autónoma. Además de un prototipo de fibra flexible que reemplazaría al EPS (plumavit) en envoltorios de productos.
En ese sentido, el futuro lo visualiza con buenos ojos. "Hace 6 años atrás, todos nos cerraban las puertas, ahora, todos quieren trabajar con nosotros. Nuestro principal anhelo es contar con una planta en Santiago para recolectar y procesar los residuos textiles de la zona central, para luego expandirnos al sur", concluye.
La propuesta de Ecofibra
Franklin comenta que en el último año, la región de Tarapacá importó cerca de 59.000 toneladas de ropa de segunda mano. De ese total, una gran cantidad termina abandonada en basurales clandestinos o quemada. Como una manera de ponerle freno a ese grave problema ambiental, Ecofibra elabora diferentes productos con valor agregado destinados al mundo de la construcción tales como paneles de aislación térmica y acústica.
Para lograr que estas piezas puedan ser parte de un "ciclo cerrado" de producción, realizan lo que llaman "reciclaje circular", rediseñando un producto para que no se convierta en desecho al final de su vida útil, gracias a que no utilizar químicos, lo que les permite reciclarlo cuantas veces sea necesario.
Desenmascarando el "lado oscuro" de la venta de ropa usada en la Región de Tarapacá
Para Franklin, las externalidades negativas más graves del comercio de ropa usada en la Región de Tarapacá debido a la Zona Franca son las quemas indiscriminadas de ropa, la contaminación de napas de agua en nuestro desierto, y la proliferación de plagas de ratones en estos vertederos de ropa.
Respecto a la contaminación de las aguas señala que se produce ya que toda esa ropa llega con químicos para desinfectarla, los que se impregnan en el suelo, descendiendo en las escasas napas subterráneas de esa árida zona.
No obstante el conocimiento que existe de esa situación de parte de las autoridades ambientales de la zona, no hay ni estudios, ni datos numéricos "precisos" que permitan no sólo dimensionar la magnitud del problema, sino también elaborar alguna política pública o ley ligada a la materia. Para Franklin ello se debe a que el residuo textil es un 'residuo fantasma', ya que está en nuestros clóset, pero al ser 'usable' tratamos de ignorarlo y de pensar que algún día lo volveremos a vestir.
"Para las entes regulatorias todavía no se ve como un residuo relevante, ya que no es de 'usar y botar' como el plástico, cartón, pilas. La ropa tiene como promedio una mediana vida de uso. Sin embargo, no se está considerando las miles de toneladas que se están generando en la industria de la ropa de segunda mano y lo que genera el retail. Se dice que la industria textil es una de las más contaminante del planeta, pero para nosotros en Chile, es la número 1. Como no hay regulaciones en este tema, los productores no sienten un compromiso de velar por una disposición adecuada. Otro caso muy relevante también son los residuos textiles que generan las grandes empresas con el recambio de sus uniformes corporativos", afirma.
Nuevas alternativas de reciclaje textil y el futuro de Ecofibra
Franklin relata que están permanentemente buscando otros mecanismos o alternativas al reciclaje textil que agreguen aún más valor al producto final. En esta línea están desarrollando una teja hecha de jeans y acrílico con celdas fotovoltaicas para la generación de energía autónoma. Además de un prototipo de fibra flexible que reemplazaría al EPS (plumavit) en envoltorios de productos.
En ese sentido, el futuro lo visualiza con buenos ojos. "Hace 6 años atrás, todos nos cerraban las puertas, ahora, todos quieren trabajar con nosotros. Nuestro principal anhelo es contar con una planta en Santiago para recolectar y procesar los residuos textiles de la zona central, para luego expandirnos al sur", concluye.
(Fotos gentileza de Ecofibra)
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