La técnica del ecoprint fue el disparador creativo que impulso a la diseñadora uruguaya, Alice Otegui, a unir su inquietud por la sustentabilidad con su deseo de desarrollar un proyecto de diseño propio en el que las técnicas artesanales fueran protagonistas. El resultado de esta apuesta fue la marca de indumentaria de lujo desde la sostenibilidad, Calmo, que hoy nos presenta en primera persona.
Calmo se construye a partir de un manifiesto que se explica en dos palabras: lento y consciente. "Nuestro manifiesto resume bastante nuestros valores, nuestra filosofía, la marca", explica Alice.
Sin embargo, al momento de describir su propuesta decanta por enfatizar el uso de técnicas artesanales elevadas, productos hechos de forma local, artesanal y sostenible, que están elaborados de forma slow y consciente y a partir de ahí, diferentes líneas de productos, proyectos y colaboraciones, que tengan como centro el trabajo de colecciones cápsulas con materiales 100% naturales, con técnicas que respeten el medio ambiente y fomenten el trabajo local.

En esta línea, resulta un permanente desafío desarrollar su proceso creativo desde la sostenibilidad. "Todas esas guías, obviamente, te limitan y condicionan a la hora de diseñar, pero lo veo como algo positivo, porque nos ayuda o permite explotar más allá nuestra creatividad, algo que pasa en Latinoamérica a diferencia de otros países del mundo como Estados Unidos o países de Asia o Europa, debido a que tenemos más limitaciones a la hora de acceder a materiales de trabajo. En ese sentido, estamos más entrenados para usar nuestra creatividad, para crear con materias primas muy simples o incluso muy básicas, productos igualmente increíbles o más increíbles que en otros países. Creo que siempre las limitantes nos ayudan o nos invitan a potenciar nuestra creatividad y creo que es algo muy bueno, sobre todo para los estudiantes", enfatiza.


Alice explica que, a través de la comunicación de marca, buscan siempre ser transparentes respecto a lo que son, lo que hacen y lo que todavía no logran desarrollar. "Nuestro manifiesto, por ejemplo, habla de que somos imperfectos, es decir, sabemos que tenemos un montón por mejorar y lo que hacemos no es perfecto, pero tratamos de hacerlo lo mejor posible con los recursos que tenemos, porque eso es clave", insiste.
En ese sentido, en sus etiquetas escriben a mano los nombres de los artesanos, los materiales que se usaron y las plantas que se utilizaron para teñir, buscando evidenciar que hubo personas y recursos naturales en el proceso. Sin embargo, confiesa que todavía les queda mucho por hacer en términos de trazabilidad. "Ojalá algún día nuestra web pueda tener muchísima más información sobre todo el recorrido de nuestro productos, pero hoy es lo que podemos hacer con los recursos que tenemos, y sobre todo nos encanta contagiar un poco ese espíritu para que nuevos diseñadores u otras marcas también se animen a, paso a paso, ir siendo más transparentes y contando un poco más sobre la historia de sus productos", afirma. De hecho, sus redes sociales se han transformado en una excelente plataforma para ir relatando aquello.
El principal desafío que enfrentó Calmo en pandemia fue la venta de sus productos, ya que están asociados a ocasiones especiales como viajes y eventos sociales. "Fue todo un desafío vender, todavía lo es, sin embargo notamos igualmente otras oportunidades, por ejemplo mostrar, producir y vender más en lo que es la línea de home (hogar), también fue una oportunidad para hacer nuestra tienda online. Entonces dedicamos mucha de nuestra energía a toda esa parte, y a tratar de llegar más a los clientes extranjeros que siempre fueron nuestro objetivo. En ese sentido, nos hizo crecer desde otro lado y ahora ya se está empezando a mover un poco más la venta en el resto de los productos. Las crisis siempre son oportunidades para crecer y potenciar otras partes de la empresa", insiste.


Alicie imagina el futuro ligado a un crecimiento en las ventas hacia el exterior, además de desarrollar más colaboraciones con marcas internacionales o concept store. "También crear nuevas líneas de productos que involucren otros tipos de técnicas artesanales, otro tipo de formas de ser sostenibles, para explorar otros caminos y mostrar que Calmo no es solo una técnica puntual, sino que pueden ser muchas otras estéticas, muchas otras líneas de producto bien diferentes que eleven las técnicas artesanales y que apunten hacia un diseño con profundidad, un diseño responsable, consciente y slow", concluye.


¿Dónde comprarlo? En la tienda online de la marca.
La propuesta de Calmo
Calmo se construye a partir de un manifiesto que se explica en dos palabras: lento y consciente. "Nuestro manifiesto resume bastante nuestros valores, nuestra filosofía, la marca", explica Alice.
Sin embargo, al momento de describir su propuesta decanta por enfatizar el uso de técnicas artesanales elevadas, productos hechos de forma local, artesanal y sostenible, que están elaborados de forma slow y consciente y a partir de ahí, diferentes líneas de productos, proyectos y colaboraciones, que tengan como centro el trabajo de colecciones cápsulas con materiales 100% naturales, con técnicas que respeten el medio ambiente y fomenten el trabajo local.

En esta línea, resulta un permanente desafío desarrollar su proceso creativo desde la sostenibilidad. "Todas esas guías, obviamente, te limitan y condicionan a la hora de diseñar, pero lo veo como algo positivo, porque nos ayuda o permite explotar más allá nuestra creatividad, algo que pasa en Latinoamérica a diferencia de otros países del mundo como Estados Unidos o países de Asia o Europa, debido a que tenemos más limitaciones a la hora de acceder a materiales de trabajo. En ese sentido, estamos más entrenados para usar nuestra creatividad, para crear con materias primas muy simples o incluso muy básicas, productos igualmente increíbles o más increíbles que en otros países. Creo que siempre las limitantes nos ayudan o nos invitan a potenciar nuestra creatividad y creo que es algo muy bueno, sobre todo para los estudiantes", enfatiza.


La transparencia como pilar de Calmo
Alice explica que, a través de la comunicación de marca, buscan siempre ser transparentes respecto a lo que son, lo que hacen y lo que todavía no logran desarrollar. "Nuestro manifiesto, por ejemplo, habla de que somos imperfectos, es decir, sabemos que tenemos un montón por mejorar y lo que hacemos no es perfecto, pero tratamos de hacerlo lo mejor posible con los recursos que tenemos, porque eso es clave", insiste.
En ese sentido, en sus etiquetas escriben a mano los nombres de los artesanos, los materiales que se usaron y las plantas que se utilizaron para teñir, buscando evidenciar que hubo personas y recursos naturales en el proceso. Sin embargo, confiesa que todavía les queda mucho por hacer en términos de trazabilidad. "Ojalá algún día nuestra web pueda tener muchísima más información sobre todo el recorrido de nuestro productos, pero hoy es lo que podemos hacer con los recursos que tenemos, y sobre todo nos encanta contagiar un poco ese espíritu para que nuevos diseñadores u otras marcas también se animen a, paso a paso, ir siendo más transparentes y contando un poco más sobre la historia de sus productos", afirma. De hecho, sus redes sociales se han transformado en una excelente plataforma para ir relatando aquello.

El desafío de la pandemia para Calmo
El principal desafío que enfrentó Calmo en pandemia fue la venta de sus productos, ya que están asociados a ocasiones especiales como viajes y eventos sociales. "Fue todo un desafío vender, todavía lo es, sin embargo notamos igualmente otras oportunidades, por ejemplo mostrar, producir y vender más en lo que es la línea de home (hogar), también fue una oportunidad para hacer nuestra tienda online. Entonces dedicamos mucha de nuestra energía a toda esa parte, y a tratar de llegar más a los clientes extranjeros que siempre fueron nuestro objetivo. En ese sentido, nos hizo crecer desde otro lado y ahora ya se está empezando a mover un poco más la venta en el resto de los productos. Las crisis siempre son oportunidades para crecer y potenciar otras partes de la empresa", insiste.


Imaginando el futuro de Calmo
Alicie imagina el futuro ligado a un crecimiento en las ventas hacia el exterior, además de desarrollar más colaboraciones con marcas internacionales o concept store. "También crear nuevas líneas de productos que involucren otros tipos de técnicas artesanales, otro tipo de formas de ser sostenibles, para explorar otros caminos y mostrar que Calmo no es solo una técnica puntual, sino que pueden ser muchas otras estéticas, muchas otras líneas de producto bien diferentes que eleven las técnicas artesanales y que apunten hacia un diseño con profundidad, un diseño responsable, consciente y slow", concluye.


¿Dónde comprarlo? En la tienda online de la marca.
(Fotos gentileza de Calmo)
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