La pasión por la joyería y la preocupación por la conservación de los ecosistemas unió a las diseñadoras colombianas Mariana Eichmann y Daniela Hernández de Alba en pos de un objetivo común: crear joyas de la manera más coherente posible con el medio ambiente. "Es así que utilizamos la naturaleza y sus ecosistemas como inspiración para alzar la voz por ellos y contar sus historias, aportando desde la conciencia, la educación, los materiales, los procesos y la acción directa sobre ellos", afirman. Esa apuesta creativa y de acción por el clima dio vida a su marca de joyería, Salvárea, que hoy nos presentan en primera persona.
Salvárea se define como una marca de joyería que atesora y protege las riquezas ecológicas del territorio colombiano. "Celebramos todo aquello que vive en libertad y en equilibrio, cumpliendo con su ciclo natural y con su esencia, por lo tanto libre de intervención humana", señalan.

En esta línea, toda su propuesta surge alrededor de su amor por la biodiversidad colombiana, lo que las ha llevado a desarrollar tres ejes de sostenibilidad que son la columna vertebral de Salvárea y que permiten que la naturaleza permee desde diferentes ámbitos su proyecto:
1- Consciencia: la inspiración detrás de cada colección nace del territorio mismo, de sus maravillas y de la curiosidad de recorrerlo. "Exploramos, investigamos y sobre todo vivimos el lugar para entender su complejidad y así poder llegar a un concepto que rescate lo más significativo de nuestra experiencia. Nuestras joyas buscan articular la gran diversidad ecológica de Colombia, pues cada colección cuenta una historia que, al unirse con las otras, se convierten en una nueva manera de representar las maravillas que nos rodean. Queremos comunicarles a nuestros clientes el tesoro que está detrás de la inspiración de cada colección para que lo aprecien y lo cuiden. Buscamos generar consciencia sobre el valor de la tierra que habitamos y de la importancia de conservarla", añaden.


2- Producción: por el amor a su territorio surge la necesidad de producir de una manera que no vaya en contra de él. "Todas nuestras joyas son producidas de manera desacelerada y a mano con el fin de tener un mayor control sobre nuestro impacto ambiental. Esto nos permite evitar el exceso de stock, controlar de cerca los procesos y reducir los desechos innecesarios. De igual manera, tenemos control sobre el origen de nuestra materia prima para garantizar a nuestros clientes que sus joyas están hechas a partir de metales reciclados y por medio de procesos responsables con los recursos naturales", explican.

En esa línea, comentan que sus joyas se caracterizan por su mezcla de técnicas tradicionales y experimentales, ya que para su fabricación combinan el trabajo manual de la metalurgia junto con la experimentación de materiales no convencionales dentro del campo. "Esto nos permite cuestionarnos sobre cuál es el verdadero valor de una joya. Un diamante, extraído con costos medioambientales y sociales altísimos, ¿es una joya? O, un escombro considerado un desecho al cual se le está dando una segunda vida, ¿es una joya? Es por lo anterior que la vida pasada de nuestros materiales es muy importante para nosotras. Todas nuestras joyas son hechas en plata 925 y 950 extraída de radiografías y desechos médicos. Desde su obtención hasta sus acabados finales, la plata es trabajada a mano y transformada por medio de procesos artesanales.
Por otra parte, cada colección conlleva exploraciones con materiales no convencionales que surgen del entendimiento y análisis del territorio. A través de la incorporación de estos materiales queremos rescatar el significado de lo que consideramos valioso y ligar la pieza al lugar del cual esta se inspira. Así, cada pieza de la colección está cargada de significado y mantiene viva la relación entre su materialidad y el ecosistema. Por ejemplo, para nuestra colección Chingaza trabajamos con concreto reciclado escombros para devolverle simbólicamente al páramo la piedra caliza que le fue extraída durante el siglo XX", relatan.

3- Acción: un porcentaje de la venta de cada joya está destinado a ayudar activamente a la conservación y preservación de los ecosistemas de cada colección. "Con cada pieza que se adquiere se está aportando a la protección del territorio y de los tesoros que en él se encuentran. Estamos aliados con diferentes organizaciones como la Fundación Natura para reforestar el bosque alto andino aledaño al páramo de Chingaza; O2 Reserve, quienes conservan metros cuadrados como reserva de la sociedad civil en el Magdalena Medio; la Fundación Pajareritos, que organiza jornadas de educación ambiental y ornitología para niños y niñas de diferentes municipios del Huila; y Cumbres Blancas Colombia, quienes monitorean los glaciares de la Sierra Nevada del Cocuy Güicán y Chita", detallan.


Mariana y Daniela comenta que el mayor desafío de Salvárea al momento de optar por la sostenibilidad ha sido mantenerse creativas y con la mente abierta a descubrir nuevas posibilidades en un mundo en el que “todo” de alguna manera ya está resuelto. "Darse cuenta que para mantener la coherencia de nuestro proyecto hay que salirse de lo usual, explorar y oír. Estas son acciones muy importantes en Salvárea pues suponen un acercamiento curioso y respetuoso tanto a los ecosistemas que visitamos como a los conceptos y materiales con los que trabajamos", afirman.

Mariana y Daniela cuentan que Salvárea nace en noviembre de 2019, pocos meses antes de desatarse la pandemia, lo que ha hecho que todo su proceso hable de adaptabilidad y de ir planteándose y respondiendo a nuevas metas a corto plazo siempre con una visión muy clara de lo que aman y quieren lograr a futuro. "No sabemos si ha sido más o menos complejo de lo que hubiera sido sin Covid-19, pero si sabemos que ha sido una época muy gratificante de ver cómo nuestro proyecto se ha vuelto realidad y ha crecido en el ambiente que le tocó", reflexionan.

"De cara al futuro nos gustaría seguir dándole voz a cada uno de los lugares que visitamos para así representarlos como las joyas que son y crear un Atlas de historias sobre nuestra naturaleza. Así mismo, queremos seguir innovando en procesos, materiales y técnicas que amplíen las posibilidades de la joyería para así crear una industria más consciente en la que haya un abanico de opciones que nos permitan escoger tanto como productores como consumidores", concluyen.
¿Dónde comprarlas? En su tienda online y en sus puntos de venta físicos y online
La propuesta de Salvárea
Salvárea se define como una marca de joyería que atesora y protege las riquezas ecológicas del territorio colombiano. "Celebramos todo aquello que vive en libertad y en equilibrio, cumpliendo con su ciclo natural y con su esencia, por lo tanto libre de intervención humana", señalan.

En esta línea, toda su propuesta surge alrededor de su amor por la biodiversidad colombiana, lo que las ha llevado a desarrollar tres ejes de sostenibilidad que son la columna vertebral de Salvárea y que permiten que la naturaleza permee desde diferentes ámbitos su proyecto:
1- Consciencia: la inspiración detrás de cada colección nace del territorio mismo, de sus maravillas y de la curiosidad de recorrerlo. "Exploramos, investigamos y sobre todo vivimos el lugar para entender su complejidad y así poder llegar a un concepto que rescate lo más significativo de nuestra experiencia. Nuestras joyas buscan articular la gran diversidad ecológica de Colombia, pues cada colección cuenta una historia que, al unirse con las otras, se convierten en una nueva manera de representar las maravillas que nos rodean. Queremos comunicarles a nuestros clientes el tesoro que está detrás de la inspiración de cada colección para que lo aprecien y lo cuiden. Buscamos generar consciencia sobre el valor de la tierra que habitamos y de la importancia de conservarla", añaden.


2- Producción: por el amor a su territorio surge la necesidad de producir de una manera que no vaya en contra de él. "Todas nuestras joyas son producidas de manera desacelerada y a mano con el fin de tener un mayor control sobre nuestro impacto ambiental. Esto nos permite evitar el exceso de stock, controlar de cerca los procesos y reducir los desechos innecesarios. De igual manera, tenemos control sobre el origen de nuestra materia prima para garantizar a nuestros clientes que sus joyas están hechas a partir de metales reciclados y por medio de procesos responsables con los recursos naturales", explican.

En esa línea, comentan que sus joyas se caracterizan por su mezcla de técnicas tradicionales y experimentales, ya que para su fabricación combinan el trabajo manual de la metalurgia junto con la experimentación de materiales no convencionales dentro del campo. "Esto nos permite cuestionarnos sobre cuál es el verdadero valor de una joya. Un diamante, extraído con costos medioambientales y sociales altísimos, ¿es una joya? O, un escombro considerado un desecho al cual se le está dando una segunda vida, ¿es una joya? Es por lo anterior que la vida pasada de nuestros materiales es muy importante para nosotras. Todas nuestras joyas son hechas en plata 925 y 950 extraída de radiografías y desechos médicos. Desde su obtención hasta sus acabados finales, la plata es trabajada a mano y transformada por medio de procesos artesanales.
Por otra parte, cada colección conlleva exploraciones con materiales no convencionales que surgen del entendimiento y análisis del territorio. A través de la incorporación de estos materiales queremos rescatar el significado de lo que consideramos valioso y ligar la pieza al lugar del cual esta se inspira. Así, cada pieza de la colección está cargada de significado y mantiene viva la relación entre su materialidad y el ecosistema. Por ejemplo, para nuestra colección Chingaza trabajamos con concreto reciclado escombros para devolverle simbólicamente al páramo la piedra caliza que le fue extraída durante el siglo XX", relatan.

3- Acción: un porcentaje de la venta de cada joya está destinado a ayudar activamente a la conservación y preservación de los ecosistemas de cada colección. "Con cada pieza que se adquiere se está aportando a la protección del territorio y de los tesoros que en él se encuentran. Estamos aliados con diferentes organizaciones como la Fundación Natura para reforestar el bosque alto andino aledaño al páramo de Chingaza; O2 Reserve, quienes conservan metros cuadrados como reserva de la sociedad civil en el Magdalena Medio; la Fundación Pajareritos, que organiza jornadas de educación ambiental y ornitología para niños y niñas de diferentes municipios del Huila; y Cumbres Blancas Colombia, quienes monitorean los glaciares de la Sierra Nevada del Cocuy Güicán y Chita", detallan.


Los mayores desafíos de Salvárea al momento de optar por la sostenibilidad
Mariana y Daniela comenta que el mayor desafío de Salvárea al momento de optar por la sostenibilidad ha sido mantenerse creativas y con la mente abierta a descubrir nuevas posibilidades en un mundo en el que “todo” de alguna manera ya está resuelto. "Darse cuenta que para mantener la coherencia de nuestro proyecto hay que salirse de lo usual, explorar y oír. Estas son acciones muy importantes en Salvárea pues suponen un acercamiento curioso y respetuoso tanto a los ecosistemas que visitamos como a los conceptos y materiales con los que trabajamos", afirman.

Salvárea en pandemia
Mariana y Daniela cuentan que Salvárea nace en noviembre de 2019, pocos meses antes de desatarse la pandemia, lo que ha hecho que todo su proceso hable de adaptabilidad y de ir planteándose y respondiendo a nuevas metas a corto plazo siempre con una visión muy clara de lo que aman y quieren lograr a futuro. "No sabemos si ha sido más o menos complejo de lo que hubiera sido sin Covid-19, pero si sabemos que ha sido una época muy gratificante de ver cómo nuestro proyecto se ha vuelto realidad y ha crecido en el ambiente que le tocó", reflexionan.

¿Cómo imaginan el futuro de Salvárea?
"De cara al futuro nos gustaría seguir dándole voz a cada uno de los lugares que visitamos para así representarlos como las joyas que son y crear un Atlas de historias sobre nuestra naturaleza. Así mismo, queremos seguir innovando en procesos, materiales y técnicas que amplíen las posibilidades de la joyería para así crear una industria más consciente en la que haya un abanico de opciones que nos permitan escoger tanto como productores como consumidores", concluyen.
¿Dónde comprarlas? En su tienda online y en sus puntos de venta físicos y online
(Fotos gentileza de Salvárea)
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