"No queríamos hacer otro negocio tradicional enfocado solo en lo económico, sino que ser agentes de cambio y generar un impacto importante en un segmento de la población", explican Isidora Azolas, Sofia Lillo y Camila Miranda cuando recuerdan la creación de su marca de indumentaria desde el suprareciclaje, Pagana (2019), que surge en el contexto de su proyecto de título del Magíster de Innovación y Emprendimiento de la UAI. Sofía, quien había sido voluntaria en la fundación Techo, identificó que las mujeres que viven en campamentos y son madres y dueñas de casa, enfrentan grandes dificultades para poder acceder a un trabajo estable, lo que las motivó a convertirlas en sus principales colaboradoras con los ejes de la economía circular como guía. Hoy nos contarán cómo les ha ido con esta aventura.
La propuesta de Pagana la describen como moda justa, auténtica y responsable. "Lo justo, desde el respeto tanto con las personas implicadas en la producción como con el medioambiente. Lo auténtico, ya que diseñamos sin estereotipos ni reglas para lograr una moda inclusiva y, por último, lo responsable, ya que reutilizamos para transformar la cultura de usar y desechar", explica Isidora.
En este sentido su proceso creativo las desafía constantemente a ir más allá del ámbito estético de lo que se está creando. "Adicionalmente tenemos que poner el foco en la funcionalidad del producto, para que de esta manera resuelva una necesidad real para nuestros clientes, y también pensar qué va a pasar con ese material al final de su vida útil. Tenemos que preguntarnos: ¿cómo reutilizar de la forma más eficiente el material que tenemos disponible? ¿podemos recuperar ese material?", puntualizan.
"En este punto la transparencia es fundamental. En la medida que la información esté al alcance de los consumidores entonces se pueden tomar mejores decisiones. Hoy los consumidores se comportan también como activistas, y son ellos quienes empujan a las marcas para hacer las cosas bien.
En nuestro caso, la trazabilidad y el comercio justo son pilares fundamentales. De manera específica, nuestros productos vienen con una etiqueta que incluye el nombre de la persona que lo confeccionó junto con un código QR que al escanearlo te muestra la historia de esa persona y el equipo detrás. Esa es nuestra manera de transparentar el pilar humano que tenemos como marca", relatan.
Isidora señala que haber enfrentado los primeros pasos como empresa, en pandemia, fue un desafío en si mismo. De hecho, las restricciones de movilidad -en el periodo más crítico- las expusieron a procesos más lentos y a la dificultad para conseguir algunos insumos.
"La otra cara de la moneda es que la pandemia ha impulsado las ventas a través de canales digitales y en este sentido el desafío que tenemos es consolidar un e-commerce que entregue una experiencia de compra redonda para nuestros clientes", afirman.
Al momento de imaginar el futuro de Pagana, lsidora, Sofia y Camila, ven a la marca generando un mayor impacto social, a través de más cápsulas de talleres en diferentes campamentos, ampliando también la línea de productos.
"Por otro lado, logrando acopiar una mayor cantidad de jeans y que este proceso sea más cotidiano, como quien va a reciclar sus botellas de vidrio. En este sentido buscamos un agrupador más grande que nos entregue apoyo en términos de logística. Vemos a Pagana como una marca de vestuario consolidada a nivel nacional, y por qué no, a nivel internacional, siendo también referentes de la moda circular y de los negocios que hacen las cosas de una forma diferente (negocios paganos 😊).
En el largo plazo nos gustaría incorporar otras categorías de productos que permitan replicar esta lógica de una trabajo flexible y con impacto, combinado con la reutilización de materiales", concluyen.
¿Dónde comprarla? En la tienda online de la marca.
La propuesta de Pagana
La propuesta de Pagana la describen como moda justa, auténtica y responsable. "Lo justo, desde el respeto tanto con las personas implicadas en la producción como con el medioambiente. Lo auténtico, ya que diseñamos sin estereotipos ni reglas para lograr una moda inclusiva y, por último, lo responsable, ya que reutilizamos para transformar la cultura de usar y desechar", explica Isidora.
En este sentido su proceso creativo las desafía constantemente a ir más allá del ámbito estético de lo que se está creando. "Adicionalmente tenemos que poner el foco en la funcionalidad del producto, para que de esta manera resuelva una necesidad real para nuestros clientes, y también pensar qué va a pasar con ese material al final de su vida útil. Tenemos que preguntarnos: ¿cómo reutilizar de la forma más eficiente el material que tenemos disponible? ¿podemos recuperar ese material?", puntualizan.
¿Qué creen que se necesita para que la moda realmente sea una herramienta de justicia social?
"En este punto la transparencia es fundamental. En la medida que la información esté al alcance de los consumidores entonces se pueden tomar mejores decisiones. Hoy los consumidores se comportan también como activistas, y son ellos quienes empujan a las marcas para hacer las cosas bien.
En nuestro caso, la trazabilidad y el comercio justo son pilares fundamentales. De manera específica, nuestros productos vienen con una etiqueta que incluye el nombre de la persona que lo confeccionó junto con un código QR que al escanearlo te muestra la historia de esa persona y el equipo detrás. Esa es nuestra manera de transparentar el pilar humano que tenemos como marca", relatan.
El principal desafío de Pagana en pandemia
Isidora señala que haber enfrentado los primeros pasos como empresa, en pandemia, fue un desafío en si mismo. De hecho, las restricciones de movilidad -en el periodo más crítico- las expusieron a procesos más lentos y a la dificultad para conseguir algunos insumos.
"La otra cara de la moneda es que la pandemia ha impulsado las ventas a través de canales digitales y en este sentido el desafío que tenemos es consolidar un e-commerce que entregue una experiencia de compra redonda para nuestros clientes", afirman.
¿El futuro de Pagana?
Al momento de imaginar el futuro de Pagana, lsidora, Sofia y Camila, ven a la marca generando un mayor impacto social, a través de más cápsulas de talleres en diferentes campamentos, ampliando también la línea de productos.
"Por otro lado, logrando acopiar una mayor cantidad de jeans y que este proceso sea más cotidiano, como quien va a reciclar sus botellas de vidrio. En este sentido buscamos un agrupador más grande que nos entregue apoyo en términos de logística. Vemos a Pagana como una marca de vestuario consolidada a nivel nacional, y por qué no, a nivel internacional, siendo también referentes de la moda circular y de los negocios que hacen las cosas de una forma diferente (negocios paganos 😊).
En el largo plazo nos gustaría incorporar otras categorías de productos que permitan replicar esta lógica de una trabajo flexible y con impacto, combinado con la reutilización de materiales", concluyen.
¿Dónde comprarla? En la tienda online de la marca.
(Fotos gentileza de Pagana)
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