[TRAZABILIDAD] La cadena productiva de la moda es una "caja negra" muy difícil de descifrar. De hecho, esta opacidad no solo se aplica a las grandes marcas cuyos entramados y conexiones deslocalizadas están llenas de puntos ciegos, sino también a la pequeñas que no saben -por ejemplo- cómo fueron fabricados sus textiles e insumos. Lo anterior, no solo ha hecho aún más complejo el tránsito de la industria de la moda hacia la sostenibilidad, sino también impide que lxs ciudadanxs-consumidorxs accedan a información que les permita tomar mejores decisiones. Una manera de resolver este asunto es de la mano de la tecnología a través de pasaportes digitales en nuestra ropa. Pero ¿cómo funcionan y por qué los necesitamos? En las próximas líneas lo analizo.
Cada vez son más los ciudadanxs-consumidorxs que quieren saber cómo, dónde y quiénes hicieron su ropa. Sin embargo, son muy pocas las marcas que pueden proveerles de respuestas confiables, ya que una gran parte de ellas desconoce el paso a paso de su cadena productiva.
Lo anterior, es consecuencia de la deslocalización no solo de los procesos, sino también de las materias primas, donde la red de distribuidores e intermediarios hace aún más difícil llegar a la fuente. Este tipo de prácticas ha convertido en la industria de la moda en una "sopa de fideos" (noodle pot), donde la mala gestión de los recursos y los procesos ha impactado de manera negativa al medio ambiente y las personas que participan de su cadena de valor.
Esta realidad sumado al interés creciente de la ciudadanía por mayor transparencia y honestidad de parte de las enseñas de moda ha motivado el desarrollo de tecnologías que buscan transformarse en "pasaportes digitales de nuestra ropa".
Pero ¿qué es ese pasaporte digital? Esencialmente es una herramienta de trazabilidad y certificación, que permite verificar la manera en que se ha hecho la ropa (cómo, dónde, quiénes); hacer un seguimiento de sus procesos y ciclo de vida (dándole también claves para evitar su llegada a los vertederos) y compartir esta información con quienes estén interesadxs en ella.
¿Cómo se materializa ese pasaporte? A través de un código de barras, un QR o similar que puede visualizarse como una etiqueta o inserto en las prendas, cuya información está respaldada por la tecnología del blockchain, que permite resguardar los datos sin que se produzcan alteraciones o falsificaciones de esta información (en otra nota profundizaré sobre la relación del blockchain y la moda).
¿Por qué es importante este pasaporte digital? Por una parte permite a las mismas marcas hacer un seguimiento de sus procesos y detectar cualquier tipo de alteración o anomalía, permitiéndoles corregir y/o hacer más eficiente su cadena de valor en función, por ejemplo, de disminuir su huella ambiental y particularmente su huella de carbono mediante los Objetivos basados en la ciencia (Science Based Targets). A ello se agrega la posibilidad que le brinda a las marcas de lujo de obtener un certificación de autenticación, que les permita combatir a las falsificaciones.
Además es una forma de accountability (rendición de cuentas) hacia la industria y lxs ciudadanxs-consumidorxs, que ayuda a corregir las malas prácticas o puede dar pie a la "cancelación" de aquellas etiquetas que no hacen nada por tratar de mejorar. En esa misma línea, ayuda a desenmascarar el greenwashing o "lavado verde", porque entrega datos que facilitan el conocimiento sobre cuánto realmente se está haciendo y cuánto es solo una acción de marketing. Esto redunda obligatoriamente en mayor transparencia y honestidad.
Asimismo puede ayudar a la ciudadanía a prolongar la vida útil de sus prendas, ya que en el pasaporte se puede agregar información sobre el cuidado y así también la red de colaboradorxs que pueden facilitarles la conjugación de verbos como reparar, intercambiar, personalizar, reutilizar, suprareciclar y/o reciclar. Es decir, incentiva la circularidad en el vestir, reduciendo la basura textil.
Si bien cada uno de estos aspectos puede sonar lejano, lo cierto es que ya existen marcas que lo están aplicando. Un ejemplo paradigmático de ello lo encontramos en la etiqueta de indumentaria sostenible inglesa, Pangaia que junto a EON lanzó en mayo 2021 un "pasaporte digital" que le permite a sus usuarixs hacer un seguimiento de cómo fue hecha su ropa, así también proporciona datos para prolongar su vida útil.
Según Green Queen, estos "pasaportes digitales" que están respaldados por un código QR y un gemelo digital alojado en la nube, se imprimen directamente en las etiquetas de cuidado de los productos, y al ser escaneados en los teléfonos, se puede obtener acceso al origen de la prenda, su ruta de compra, el transporte y el cuidado posterior. Además, el sistema permitirá a las personas mapear las instalaciones de producción y distribución de esa ropa.
¿Cuál es el mayor desafío de los pasaportes digitales de la ropa? Uno de los más evidentes es, sin duda, la estandarización de los datos, materia en la que ya se está trabajando mediante protocolos que puedan ser transversales a la industria y que faciliten el entendimiento. Ello, porque otro gran desafío es educar a los ciudadanxs-consumidorxs para que aprendan a leer e interpretar esta información de tal manera que puedan tomar mejores decisiones al momento de vestir.
En esa línea, algunxs expertxs señalan la importancia de la inteligencia artificial (IA) y la creación de aplicaciones o similares que nos ayuden en ese proceso, ya que cada vez tendremos un mayor volumen de información del que no tendremos ni el tiempo, ni la capacidad de revisar de manera profunda. En así, como la IA puede ayudarnos a alinear nuestro valores con esas etiquetas que realmente los interpretan, no sólo desde el relato, sino también desde la evidencia práctica.
¿Te gustaría que tus marcas favoritas de moda tuvieran un pasaporte digital en sus productos?
Un pasaporte digital para la moda
Cada vez son más los ciudadanxs-consumidorxs que quieren saber cómo, dónde y quiénes hicieron su ropa. Sin embargo, son muy pocas las marcas que pueden proveerles de respuestas confiables, ya que una gran parte de ellas desconoce el paso a paso de su cadena productiva.
Lo anterior, es consecuencia de la deslocalización no solo de los procesos, sino también de las materias primas, donde la red de distribuidores e intermediarios hace aún más difícil llegar a la fuente. Este tipo de prácticas ha convertido en la industria de la moda en una "sopa de fideos" (noodle pot), donde la mala gestión de los recursos y los procesos ha impactado de manera negativa al medio ambiente y las personas que participan de su cadena de valor.
Esta realidad sumado al interés creciente de la ciudadanía por mayor transparencia y honestidad de parte de las enseñas de moda ha motivado el desarrollo de tecnologías que buscan transformarse en "pasaportes digitales de nuestra ropa".
Pero ¿qué es ese pasaporte digital? Esencialmente es una herramienta de trazabilidad y certificación, que permite verificar la manera en que se ha hecho la ropa (cómo, dónde, quiénes); hacer un seguimiento de sus procesos y ciclo de vida (dándole también claves para evitar su llegada a los vertederos) y compartir esta información con quienes estén interesadxs en ella.
Pasaporte digital de la ropa según EON Group
¿Cómo se materializa ese pasaporte? A través de un código de barras, un QR o similar que puede visualizarse como una etiqueta o inserto en las prendas, cuya información está respaldada por la tecnología del blockchain, que permite resguardar los datos sin que se produzcan alteraciones o falsificaciones de esta información (en otra nota profundizaré sobre la relación del blockchain y la moda).
¿Por qué es importante este pasaporte digital? Por una parte permite a las mismas marcas hacer un seguimiento de sus procesos y detectar cualquier tipo de alteración o anomalía, permitiéndoles corregir y/o hacer más eficiente su cadena de valor en función, por ejemplo, de disminuir su huella ambiental y particularmente su huella de carbono mediante los Objetivos basados en la ciencia (Science Based Targets). A ello se agrega la posibilidad que le brinda a las marcas de lujo de obtener un certificación de autenticación, que les permita combatir a las falsificaciones.
Además es una forma de accountability (rendición de cuentas) hacia la industria y lxs ciudadanxs-consumidorxs, que ayuda a corregir las malas prácticas o puede dar pie a la "cancelación" de aquellas etiquetas que no hacen nada por tratar de mejorar. En esa misma línea, ayuda a desenmascarar el greenwashing o "lavado verde", porque entrega datos que facilitan el conocimiento sobre cuánto realmente se está haciendo y cuánto es solo una acción de marketing. Esto redunda obligatoriamente en mayor transparencia y honestidad.
Asimismo puede ayudar a la ciudadanía a prolongar la vida útil de sus prendas, ya que en el pasaporte se puede agregar información sobre el cuidado y así también la red de colaboradorxs que pueden facilitarles la conjugación de verbos como reparar, intercambiar, personalizar, reutilizar, suprareciclar y/o reciclar. Es decir, incentiva la circularidad en el vestir, reduciendo la basura textil.
Si bien cada uno de estos aspectos puede sonar lejano, lo cierto es que ya existen marcas que lo están aplicando. Un ejemplo paradigmático de ello lo encontramos en la etiqueta de indumentaria sostenible inglesa, Pangaia que junto a EON lanzó en mayo 2021 un "pasaporte digital" que le permite a sus usuarixs hacer un seguimiento de cómo fue hecha su ropa, así también proporciona datos para prolongar su vida útil.
Según Green Queen, estos "pasaportes digitales" que están respaldados por un código QR y un gemelo digital alojado en la nube, se imprimen directamente en las etiquetas de cuidado de los productos, y al ser escaneados en los teléfonos, se puede obtener acceso al origen de la prenda, su ruta de compra, el transporte y el cuidado posterior. Además, el sistema permitirá a las personas mapear las instalaciones de producción y distribución de esa ropa.
Pangaia es una pionera en la utilización de pasaporte digitales
¿Cuál es el mayor desafío de los pasaportes digitales de la ropa? Uno de los más evidentes es, sin duda, la estandarización de los datos, materia en la que ya se está trabajando mediante protocolos que puedan ser transversales a la industria y que faciliten el entendimiento. Ello, porque otro gran desafío es educar a los ciudadanxs-consumidorxs para que aprendan a leer e interpretar esta información de tal manera que puedan tomar mejores decisiones al momento de vestir.
En esa línea, algunxs expertxs señalan la importancia de la inteligencia artificial (IA) y la creación de aplicaciones o similares que nos ayuden en ese proceso, ya que cada vez tendremos un mayor volumen de información del que no tendremos ni el tiempo, ni la capacidad de revisar de manera profunda. En así, como la IA puede ayudarnos a alinear nuestro valores con esas etiquetas que realmente los interpretan, no sólo desde el relato, sino también desde la evidencia práctica.
¿Te gustaría que tus marcas favoritas de moda tuvieran un pasaporte digital en sus productos?
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