[BIOMATERIALES] El desafío de la sostenibilidad ha motivado a muchas marcas de moda a buscar nuevas maneras de desarrollar sus productos. En ese camino, los biomateriales surgen como una alternativa muy atractiva y escalable. El Piñatex o "cuero" a base de fibra de hoja de piña, se inserta dentro de este propósito. Por lo mismo no resulta extraño que etiquetas de calzado local como María Booth de la diseñadora Elisa Booth haya optado por utilizarlo. Sin embargo, esta apuesta creativa a la que le dio una nueva identidad de marca llamada María Green, no ha estado exenta de desafíos. Hoy nos contará sobre ello, así también sus planes planes para incorporar nuevos materiales dentro de sus colecciones.
Los cambios en los hábitos de consumo, en los que el veganismo ha puesto en jaque el uso de materiales derivados de los animales como el cuero, motivaron a Elisa Booth a pensar en alternativas que pudiera incorporar en sus líneas de producto. Si bien llevaba 9 años en el mercado, el camino para encontrar la materia prima más adecuada a sus necesidades no fue sencilla y supuso mucho estudio e investigación.
"Buscábamos algo que fuera vegano, sustentable y que además tuviera similitud al cuero, en cuanto a su estética, pero también a su resistencia. Hasta que llegué a la fibra de piña y me entusiasmó mucho la idea de usarla en zapatos, con el objetivo de entregar una solución en la búsqueda de un calzado ético, pero que además tuviera todas las características que necesitábamos: flexible, repelente al agua, anti bacterial y resistente", complementa.


Elisa relata que el principal desafío ha sido comunicar y expresar de forma correcta el valor agregado que tiene un producto hecho a mano y además de fibras vegetales.
"Me han preguntado por qué un zapato como éste, tiene un precio más alto que uno de cuero y la explicación es sencilla: los costos de producción son más elevados, porque los procesos son más lentos y la materia prima tiene un precio hasta 6 veces más alto respecto al cuero. En cuanto a la confección, una diferencia importante, y que solo lo pudimos comprobar y aprender empíricamente, es que el cuero animal es más flexible al momento del cambre y armado del zapato. Al aplicarle calor, el cuero se adecúa, lo que no sucede con la fibra vegetal de piña. Con Piñatex, por ejemplo, este paso es más complejo y lento. Es por esto, que algunos diseños tienen que tener piezas 'extras', a diferencia del cuero", explica.


Para Elisa hoy resulta muy importante innovar y adaptarse a los cambios. En esa línea, los biomateriales reflejan una respuesta a esos cambios de hábitos de consumo y, por lo tanto, un cambio cultural. Por lo mismo, cree que haber optado por ese camino, siendo una marca chica, puede ser inspirador tanto para otros emprendimientos como a empresas grandes. "Me da una sensación de que estamos haciendo una pequeña revolución", enfatiza.
Dentro de ese proceso han continuado evaluando nuevos biomateriales, lo que demuestra el nivel de innovación que ha llegado el mundo de los materiales ecológicos. "Actualmente utilizamos Piñatex, hecho a partir de la fibra de la hoja de la Piña y ha sido excelente. Nos encantaría probar con otros que cumplan con el mismo nivel de resistencia que se necesita para la confección de zapatos y que idealmente sea producido en Chile", comenta.


"En el corto plazo terminar nuestra línea otoño-invierno. Estamos cerrando los últimos detalles para comenzar a confeccionarla y será lanzada en marzo.
En el largo plazo, me encantaría incorporar diseños sin género y llegar a números de zapato más grandes, ya que he visto que es una constante preocupación, ya que muchas marcas (incluyéndome) solo trabajan números del 35 al 40", concluye.
La opción de María Booth por el Piñatex
Los cambios en los hábitos de consumo, en los que el veganismo ha puesto en jaque el uso de materiales derivados de los animales como el cuero, motivaron a Elisa Booth a pensar en alternativas que pudiera incorporar en sus líneas de producto. Si bien llevaba 9 años en el mercado, el camino para encontrar la materia prima más adecuada a sus necesidades no fue sencilla y supuso mucho estudio e investigación.
"Buscábamos algo que fuera vegano, sustentable y que además tuviera similitud al cuero, en cuanto a su estética, pero también a su resistencia. Hasta que llegué a la fibra de piña y me entusiasmó mucho la idea de usarla en zapatos, con el objetivo de entregar una solución en la búsqueda de un calzado ético, pero que además tuviera todas las características que necesitábamos: flexible, repelente al agua, anti bacterial y resistente", complementa.
Los principales aprendizajes y desafíos de utilizar Piñatex en María Booth
Elisa relata que el principal desafío ha sido comunicar y expresar de forma correcta el valor agregado que tiene un producto hecho a mano y además de fibras vegetales.
"Me han preguntado por qué un zapato como éste, tiene un precio más alto que uno de cuero y la explicación es sencilla: los costos de producción son más elevados, porque los procesos son más lentos y la materia prima tiene un precio hasta 6 veces más alto respecto al cuero. En cuanto a la confección, una diferencia importante, y que solo lo pudimos comprobar y aprender empíricamente, es que el cuero animal es más flexible al momento del cambre y armado del zapato. Al aplicarle calor, el cuero se adecúa, lo que no sucede con la fibra vegetal de piña. Con Piñatex, por ejemplo, este paso es más complejo y lento. Es por esto, que algunos diseños tienen que tener piezas 'extras', a diferencia del cuero", explica.
La importancia de utilizar biomateriales para María Booth
Para Elisa hoy resulta muy importante innovar y adaptarse a los cambios. En esa línea, los biomateriales reflejan una respuesta a esos cambios de hábitos de consumo y, por lo tanto, un cambio cultural. Por lo mismo, cree que haber optado por ese camino, siendo una marca chica, puede ser inspirador tanto para otros emprendimientos como a empresas grandes. "Me da una sensación de que estamos haciendo una pequeña revolución", enfatiza.
Dentro de ese proceso han continuado evaluando nuevos biomateriales, lo que demuestra el nivel de innovación que ha llegado el mundo de los materiales ecológicos. "Actualmente utilizamos Piñatex, hecho a partir de la fibra de la hoja de la Piña y ha sido excelente. Nos encantaría probar con otros que cumplan con el mismo nivel de resistencia que se necesita para la confección de zapatos y que idealmente sea producido en Chile", comenta.
¿Planes 2022?
"En el corto plazo terminar nuestra línea otoño-invierno. Estamos cerrando los últimos detalles para comenzar a confeccionarla y será lanzada en marzo.
En el largo plazo, me encantaría incorporar diseños sin género y llegar a números de zapato más grandes, ya que he visto que es una constante preocupación, ya que muchas marcas (incluyéndome) solo trabajan números del 35 al 40", concluye.
¿Dónde comprarlos? En la tienda online de la marca.
(Fotos gentileza de Maria Booth)
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