Calcular la huella de carbono logrando la trazabilidad de la cadena productiva es el sueño de muchas marcas de moda tanto grandes como pequeñas. En Chile tenemos una pionera en esta línea: Karün etiqueta de anteojos que desde sus orígenes ha transitado hacia la sostenibilidad y que hoy es la primera marca a nivel mundial en informar su huella de carbono en todos sus productos y desarrollar un software de trazabilidad que permite transparentar a sus clientes cada proceso, incluido su packaging. Para conocer más detalles de este gran hito conversamos con el CEO de Karün, Thomas Kimber, quien nos explica las motivaciones tras esta iniciativa.
Thomas señala que Karün es una forma diferente de hacer empresa, que tiene clara conciencia del impacto social, ambiental y económico que genera. Sin embargo, ello no es suficiente, hay que tomar acción, más aún cuando las generaciones Y y Z lo están demandando con fuerza.
"Nuestro lanzamiento de trazabilidad obedece a esta creciente demanda, y también a que estamos convencidos de que nuestra comunidad debe saber qué es lo que adquiere cuando compra Karün, no solo por ser transparentes, sino porque el proceso no lo hacemos solo nosotros", añade.
En esta línea recalca que lo que no se puede medir, no se puede controlar, y lo que no se puede controlar no se pude manejar, y por lo tanto, mejorar. Ello en el entendido que su proceso de recolección de redes de pesca desechadas de las costas por recolectores de base de la Patagonia para crear las armazones de los anteojos no es un cuento, sino una realidad que es importante visibilizar para mejorar e inspirar a más personas.
"Por todo esto, buscamos conocer la trazabilidad del proceso, medir y rastrear nuestra huella de carbono, para apuntar a reducirla al máximo, siendo transparentes con nuestros stakeholders y ser capaces de mostrarles dónde estamos en este proceso y dónde queremos llegar. Además, gracias a esta información podemos entender cuál es el camino hacia adelante, cómo estamos en comparación a la competencia y qué recursos destinar", complementa.

Thomas comenta que gracias a las mediciones de huella de carbono que han realizado, se han percatado que su mayor impacto en términos de CO2 está ligado a la distribución y estuche, lo que fue una gran sorpresa, dado que los anteojos son lo que tienen la segunda menor contribución a su huella.

"El transporte desde las fábricas a las bodegas de los tres principales mercados puede ser por mar, por aire o por tierra. El transporte marítimo tiene el menor efecto ambiental sobre el inventario de gases de efecto invernadero, por lo que por cada tonelada-kilómetro se emiten 0,01 Kg de CO2e. En términos de transporte aéreo, por cada kilómetro recorrido por tonelada, desde un punto de origen inicial hasta un destino final, se emiten entre 1,13 y 1,26 kg de CO2e. Finalmente, camiones diésel, cuya capacidad varía entre 3,5 y 7 toneladas, generan 0,26 kilos de dióxido de carbono equivalente", detalla.
Para minimizar este impacto están trabajando en un plan de producción distribuida. "Esta idea busca generar cadenas de valor locales que nos permitan recolectar materia prima, reciclar, producir y distribuir en cada continente en que estamos presentes. Este proyecto pretende reducir los trayectos de transporte, generar producción determinada por los requerimientos del mercado local, eficientar uso de recursos, impulsando las industrias locales, y ganar tiempo de despacho", recalca.
A lo anterior se suma cambiar el cuero reciclado del estuche por PET reciclado, lo que les permite asegurar que su producto es vegano, de fácil reciclaje, y un insumo accesible en todos lados. Así también están trabajando en un nuevo tipo de packaging de menor volumen (de papel reciclado de una sola pieza para optimizar su reciclaje) para poder transportar más productos en un solo viaje de forma liviana.
"Con la claridad de nuestro proceso productivo sabemos al detalle nuestra huella de carbono, y nos proponemos bajarla al máximo. Queremos reducirla al 50% para 2026 e intentar llegar lo más cerca de la 0 emisión en 2030", enfatiza.


"Lo que estamos impulsando no es muy diferente a la industria alimentaria. En los años 80, las personas empezaron a cuestionar cuál era el contenido nutricional de lo que comemos. La industria alimentaria en los 90 brindó soluciones: regulaciones para que todo alimento publique su información nutricional. Hoy estamos en una situación similar, las personas están demandando entender cómo lo que consumen afecta al planeta, pero aún no hay información fidedigna, comparativa, para regular esto. Desde el espacio privado queremos empujar iniciativas que aceleren estas regulaciones.
Nuestra huella de carbono promedio es de 1,69 KGCO2e/producto final. Según estudios publicados por Luxottica hace varios años atrás, un anteojo convencional tiene una huella de aproximadamente 3,7 KGCO2e/ producto. Pero es difícil interpretar estos números de manera más robusta si otras empresas, marcas e industrias no empiezan a publicar su huella, para que las personas se familiaricen con los números, y puedan comparar y tomar decisiones informadas.
Nuestra fuente de inspiración fue Oatly y su iniciativa 'Juntos por el etiquetado climático'. Hoy, nosotros queremos dar un ejemplo en la industria de los anteojos y hacer un llamado a otros jugadores para que publiquen sus números, y ojalá compartamos prácticas que nos ayuden a todos a avanzar en la huella que vamos dejando en nuestro planeta".

La marca de zapatillas neozelandesa Allbirds tiene un medidor de huella de carbono de código abierto en su sitio, que sirve de base para que otros tomen la posta en sus negocios. Para Thomas esa opción es una muy buena iniciativa.
"Hoy, existen varias 'calculadoras climáticas', y creemos que son tremendas herramientas para acostumbrarnos a pensar en términos de KG de CO2 equivalente, que aún es algo muy nuevo. Tenemos intenciones de avanzar hacia allá, pero con calma. Nuestros esfuerzos hoy están en seguir midiendo, publicando y contando lo que estamos haciendo, para que otros se sumen a esta iniciativa. Por supuesto, también queremos avanzar en los planes que nos permitirán poco a poco reducir nuestro impacto medioambiental", explica.

Para Thomas el Blockchain aumenta la confianza, la seguridad, la transparencia y la trazabilidad de los datos compartidos en una red según IBM. "En palabras simples, Blockchain es una tecnología que permite asegurar la veracidad de cierta data. Para el caso de Karün, esa data es nuestro proceso productivo; al estar seguro bajo esta tecnología no puede ser manipulado ni cambiado. De esta forma, la trazabilidad del proceso de Karün es segura y fidedigna para el cliente", insiste.
Respecto al futuro cercano, Thomas recalca el trabajo que están realizando en pos de una producción distribuida, así también como el cambio de estuches y packaging.
En cuanto a la tecnología de trazabilidad quieren descentralizar el ingreso de información e invitar a sus colaboradores a participar en el proceso, para que sean ellos quienes suban y validen la información del spot que los menciona en el mapa de trazabilidad. "Más adelante, queremos invitar a una empresa consultora a validar este proceso y así tener a terceros asegurando la trazabilidad de nuestra comunidad.
Los motivos para realizar la trazabilidad del proceso productivo de Karün
Thomas señala que Karün es una forma diferente de hacer empresa, que tiene clara conciencia del impacto social, ambiental y económico que genera. Sin embargo, ello no es suficiente, hay que tomar acción, más aún cuando las generaciones Y y Z lo están demandando con fuerza.
"Nuestro lanzamiento de trazabilidad obedece a esta creciente demanda, y también a que estamos convencidos de que nuestra comunidad debe saber qué es lo que adquiere cuando compra Karün, no solo por ser transparentes, sino porque el proceso no lo hacemos solo nosotros", añade.
En esta línea recalca que lo que no se puede medir, no se puede controlar, y lo que no se puede controlar no se pude manejar, y por lo tanto, mejorar. Ello en el entendido que su proceso de recolección de redes de pesca desechadas de las costas por recolectores de base de la Patagonia para crear las armazones de los anteojos no es un cuento, sino una realidad que es importante visibilizar para mejorar e inspirar a más personas.
"Por todo esto, buscamos conocer la trazabilidad del proceso, medir y rastrear nuestra huella de carbono, para apuntar a reducirla al máximo, siendo transparentes con nuestros stakeholders y ser capaces de mostrarles dónde estamos en este proceso y dónde queremos llegar. Además, gracias a esta información podemos entender cuál es el camino hacia adelante, cómo estamos en comparación a la competencia y qué recursos destinar", complementa.

Los principales hallazgos al momento de medir la huella de carbono de Karün
Thomas comenta que gracias a las mediciones de huella de carbono que han realizado, se han percatado que su mayor impacto en términos de CO2 está ligado a la distribución y estuche, lo que fue una gran sorpresa, dado que los anteojos son lo que tienen la segunda menor contribución a su huella.

"El transporte desde las fábricas a las bodegas de los tres principales mercados puede ser por mar, por aire o por tierra. El transporte marítimo tiene el menor efecto ambiental sobre el inventario de gases de efecto invernadero, por lo que por cada tonelada-kilómetro se emiten 0,01 Kg de CO2e. En términos de transporte aéreo, por cada kilómetro recorrido por tonelada, desde un punto de origen inicial hasta un destino final, se emiten entre 1,13 y 1,26 kg de CO2e. Finalmente, camiones diésel, cuya capacidad varía entre 3,5 y 7 toneladas, generan 0,26 kilos de dióxido de carbono equivalente", detalla.
Para minimizar este impacto están trabajando en un plan de producción distribuida. "Esta idea busca generar cadenas de valor locales que nos permitan recolectar materia prima, reciclar, producir y distribuir en cada continente en que estamos presentes. Este proyecto pretende reducir los trayectos de transporte, generar producción determinada por los requerimientos del mercado local, eficientar uso de recursos, impulsando las industrias locales, y ganar tiempo de despacho", recalca.
A lo anterior se suma cambiar el cuero reciclado del estuche por PET reciclado, lo que les permite asegurar que su producto es vegano, de fácil reciclaje, y un insumo accesible en todos lados. Así también están trabajando en un nuevo tipo de packaging de menor volumen (de papel reciclado de una sola pieza para optimizar su reciclaje) para poder transportar más productos en un solo viaje de forma liviana.
"Con la claridad de nuestro proceso productivo sabemos al detalle nuestra huella de carbono, y nos proponemos bajarla al máximo. Queremos reducirla al 50% para 2026 e intentar llegar lo más cerca de la 0 emisión en 2030", enfatiza.


¿Cuál es el valor de la trazabilidad para ustedes como marca y por qué más etiquetas de moda deberían sumarse a ello?
"Lo que estamos impulsando no es muy diferente a la industria alimentaria. En los años 80, las personas empezaron a cuestionar cuál era el contenido nutricional de lo que comemos. La industria alimentaria en los 90 brindó soluciones: regulaciones para que todo alimento publique su información nutricional. Hoy estamos en una situación similar, las personas están demandando entender cómo lo que consumen afecta al planeta, pero aún no hay información fidedigna, comparativa, para regular esto. Desde el espacio privado queremos empujar iniciativas que aceleren estas regulaciones.
Nuestra huella de carbono promedio es de 1,69 KGCO2e/producto final. Según estudios publicados por Luxottica hace varios años atrás, un anteojo convencional tiene una huella de aproximadamente 3,7 KGCO2e/ producto. Pero es difícil interpretar estos números de manera más robusta si otras empresas, marcas e industrias no empiezan a publicar su huella, para que las personas se familiaricen con los números, y puedan comparar y tomar decisiones informadas.
Nuestra fuente de inspiración fue Oatly y su iniciativa 'Juntos por el etiquetado climático'. Hoy, nosotros queremos dar un ejemplo en la industria de los anteojos y hacer un llamado a otros jugadores para que publiquen sus números, y ojalá compartamos prácticas que nos ayuden a todos a avanzar en la huella que vamos dejando en nuestro planeta".

¿Un medidor de huella de carbono abierto desde Karün?
La marca de zapatillas neozelandesa Allbirds tiene un medidor de huella de carbono de código abierto en su sitio, que sirve de base para que otros tomen la posta en sus negocios. Para Thomas esa opción es una muy buena iniciativa.
"Hoy, existen varias 'calculadoras climáticas', y creemos que son tremendas herramientas para acostumbrarnos a pensar en términos de KG de CO2 equivalente, que aún es algo muy nuevo. Tenemos intenciones de avanzar hacia allá, pero con calma. Nuestros esfuerzos hoy están en seguir midiendo, publicando y contando lo que estamos haciendo, para que otros se sumen a esta iniciativa. Por supuesto, también queremos avanzar en los planes que nos permitirán poco a poco reducir nuestro impacto medioambiental", explica.

El beneficio de usar Blockchain en la trazabilidad de los productos
Para Thomas el Blockchain aumenta la confianza, la seguridad, la transparencia y la trazabilidad de los datos compartidos en una red según IBM. "En palabras simples, Blockchain es una tecnología que permite asegurar la veracidad de cierta data. Para el caso de Karün, esa data es nuestro proceso productivo; al estar seguro bajo esta tecnología no puede ser manipulado ni cambiado. De esta forma, la trazabilidad del proceso de Karün es segura y fidedigna para el cliente", insiste.
El siguiente paso de Karün en torno a estas materias
Respecto al futuro cercano, Thomas recalca el trabajo que están realizando en pos de una producción distribuida, así también como el cambio de estuches y packaging.
En cuanto a la tecnología de trazabilidad quieren descentralizar el ingreso de información e invitar a sus colaboradores a participar en el proceso, para que sean ellos quienes suban y validen la información del spot que los menciona en el mapa de trazabilidad. "Más adelante, queremos invitar a una empresa consultora a validar este proceso y así tener a terceros asegurando la trazabilidad de nuestra comunidad.
Queremos impulsar este proceso con más startups y empresas que se quieran sumar, por esto estamos trabajando con el equipo Karün en buscar formas de proponer encuentros, espacios creativos colaborativos para impulsar este tipo de prácticas con más proyectos y empresas", concluye.
(Fotos gentileza de Karün)
COMMENTS