Las motivaciones tras el nacimiento de Mishka
Chelo relata que abrieron Mishka -en plena crisis del 2001- como un ejercicio artístico, aprovechando la experiencia ganada asesorando marcas de moda. "Lo hicimos supuestamente con una premisa que no era comercial, en un lugar que tampoco lo era, con diseños que no eran los que se veían en Buenos Aires en ese momento, porque se hacía todo negro, gris, marrón bordó, no había zapatos con glitter, con tela, con rafia", comenta.
De hecho, en sus primeras campañas no incluyeron modelos y desarrollaron un storytelling inspirado en la cultura y estética centroeuropea vinculada con sus orígenes familiares.
Además comenzaron a participar de casi todos los lanzamientos de las películas Disney creando, por ejemplo, el sueco gigante de Pulgarcito, las botas del Llanero Solitario y los zapatos de Alicia en el País de las Maravillas. Además aparecieron en una nota de Nylon Magazine que fue su "disparador" para salir el mundo.
Luego de diez años en ese "juego lúdico" -como lo calificaba Chelo- decidieron abrir su propio taller de calzado, así también su primer local en shopping Alcorta, junto a otros espacios. "Lo que habíamos hecho durante muchos años, agarrar algo pequeño y poder posicionarlo; caímos en nuestra propia receta y desarrollamos la marca porque también estaba ese terreno fértil, por lo que no fue forzado tampoco y fue todo muy fluido. Pasar de una marca chiquita y aislada a una más presente con presencia en los shoppings y sin miedo a decirlo, mucho más comercial", reconoce Chelo.
La propuesta de Mishka a lo largo de los años
Chelo explica que cuando partieron con Misha su estilo no era osado, sino más bien retro, lo que hoy aún conservan. "Al ser arquitectos tiene esa cosa de los tacos bien geométricos, escultóricos y del zapato como un objeto de deseo", afirma.
De hecho en sus inicios, señala, solo hacían el zapato hecho a mano con suela de cuero conocido como modelo “Luis XV”. Esta apuesta estaba basada en la premisa del funcionalismo arquitectónico, que fuera cómodo, más plano que con taco. Si bien con el paso del tiempo, esta idea no se modificó, si comenzaron a incorporar estilos más urbanos de la mano de la evolución de sus clientas.
"Creemos en el producto que no pasa de moda, no creemos en las tendencias pasajeras y que en cada seis meses pueda cambiar la moda. Creemos en la moda no en las modas. Diseñar algo y que ese adn se fuera transfiriendo y generando más un estilo que una moda, un 'lujo urbano', tener un zapato súper cómodo que no pase de moda y que te dure un montón de años por la calidad", enfatiza Chelo.
Lo anterior va de la mano con la creación a la "antigua usanza", es decir, confeccionados a mano por diferentes personas que participan de todo el proceso partiendo por el modelaje, luego el corte del cuero, aparado, armado, suela, devirado hasta el empaque. "Es la tradición que Argentina tuvo históricamente en el rubro zapatero venido de la inmigración italiana. (...) Los turistas venían a la Argentina a comprar cuero (...), generó una fama por eso, por la tradición que ahora se ha perdido, pero está en el recuerdo y en el historial del ADN de la Argentina", expresa.
A ello sumaron nuevos modelos, varios de ellos de la mano de materiales no cuero, que supusieron diferente tecnología que tuvieron que salir a buscar en otros mercados como el chino, brasilero y español. "Tiene que ver con otra tecnificación y otro tipo de producción que no es lo que nosotros tenemos ni la que iniciamos", aclara.
Las motivaciones para traer Mishka al mercado chileno
Chelo narra que traer Mishka al mercado chileno fue el paso natural dado que tenían muchas clientas chilenas, muy fanáticas de la marca desde sus inicios. "Uno siempre piensa en Argentina-Uruguay, ya que está más cerquita, cruzando el río, pero Chile está cruzando la cordillera, como hizo San Martín, así que siempre pensamos en Chile porque también entendemos que, en algún punto, la cultura chilena es más parecida a la Argentina en cuanto a la apreciación de la moda. Si ves a la chilena, está súper aggiornada, bien vestida, súper arreglada y le interesa mucho la moda, lo fashion. En eso encontramos bastantes similitudes entre la clienta argentina y la chilena", observa.
Asimismo cuenta que en el mercado de moda masiva chileno no encontró una propuesta de calzado como la de ellos, lo que les alentó a tomar la decisión. "Ahí vi una gran oportunidad, vi zapatos más clásicos, superclásico o de algunas marcas importadas, pero no vi este nicho que ocupamos nosotros en la Argentina que hizo también que se convirtiera en una marca líder", insiste.
Proyecciones de crecimiento para Mishka
El local de Mishka en Santiago es su primera tienda internacional y Chelo dice que la están disfrutando mucho, abocándose también al e-commerce.
"Nos ha sorprendido cómo arrancó, si bien tampoco hemos hecho publicidad ni eventos hemos seguido con la misma filosofía que tenemos. Mishka se construye a partir del producto, la gente no va a partir de otros parámetros (...), queremos que la gente sea follow y se enamore de la marca a partir del producto y del uso", afirma.
A ello proyecta que, probablemente, seguirán su expansión en Uruguay y otros países de la región; y que Nueva York o Estados Unidos es un mercado que les atrae mucho. "Pero la verdad es que estamos disfrutando mucho, no vamos corriendo en esto, así como no somos amantes del fast fashion, tampoco corremos en la vida y disfrutamos esto que fue siempre de quimera, de haber empezado en un barrio tan sencillo en Buenos Aires a cruzar la cordillera y tener este local divino que también nos encanta a nivel arquitectónico. Estamos muy contentos y por ahora disfrutando esto, no nos estamos apurando", concluye.
¿Dónde comprar Mishka en Chile? En su tienda en Casa Costanera, Santiago o en su tienda online.
¿Dónde comprar Mishka en Argentina? En sus tiendas a lo largo del país y en su tienda online
COMMENTS